Hacia tiempo que quería
hacer un globo aerostático antiguo y después de hacer el aparato volador y
colgarlo del techo, me pareció buena idea aprovechar mas espacio “aéreo”, así
que me puse manos a la obra.
Este fue el globo más grande
que encontré.
Preparé un cuenco de cola
blanca, y con papel de periódico que había cortado previamente en tiras, empecé
a forrar el globo.
Con un par de capas de papel
untado en cola puestas, ya va tomando un aspecto distinto.
Apliqué una capa de cola
para estirar el papel, dejé que se secara de un día para otro y al día
siguiente pinté el globo para darle más dureza y consistencia.
Después procedí a repetir la
operación con otras dos capas de papel untado en cola y otra capa de cola.
Se ve en las fotos que no
fue tarea fácil ya que el globo se me escapaba constantemente, hasta que lo até
y me fue mejor. Y ya no os cuento nada del pringue de la cola (cualquiera que
ha trabajado con papel maché sabrá lo que digo).
Lo dejé secar durante la noche y el siguiente paso fue pintarlo de nuevo
y ponerle las cuerdas.
Y con el globo ya casi
terminado empecé a trabajar con la barquilla que hice de cartón forrado con
mimbre reciclado de una canasta vieja.
Hice una escala de cuerda y
palitos que cogí de de una esterilla de brezo, y coloqué la barquilla en
su sitio. Utilicé parte de otro globo para alargar el ombligo del globo.
El resto del globo en esta
ocasión no me servia para nada mas… ¡espera!… como gorrita de natación para la
gorda no viene nada mal (¡reciclar es bueno!)
El globo con su red puesta,
que son redes para el cabello unidas. La barquilla ya tiene mas detalles.
Puse la pesa en la barquilla
para que no se moviera mientras trabajaba.
Ya casi esta listo. La
barquilla ya tiene sus sacos de arena.
Unos últimos retoques a la
red.
La barquilla terminada con
todos sus detalles (ancla incluida), y ya está.
Su primer vuelo, pero… ¿quién
lo está estrenando?
¡¿Es Paco el manitas?!
¡Siii, es Paco el manitas! y
no tiene muy buena cara!
Con el tráfico aéreo un poco
cargado, después de esta obra bajaremos otra vez a la tierra a buscar otro
hueco en el mini-museo para la siguiente obra.
¡Hasta la próxima!