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5 de diciembre de 2011

Cultura vs. Violencia: el caso Medellín



Esta semana en el Observatorio por fin le damos espacio a la reflexión sobre el caso Medellín y su transformación de símbolo de la violencia producto del narcotráfico a modelo latinoamericano de desarrollo humano y capital de la lectura.

Si narramos esto es porque si bien los referentes entre esa ciudad y las nuestras no son idénticos, su historia puede darnos las claves para repensar nuestra experiencia y encontrar salidas a los tiempos extraños que transcurrimos. Nosotros así lo esperamos.

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Cultura vs. Violencia: el caso Medellín
Ishtar Cardona

La cultura es el espacio para buscarse fuera de las armas.
Sergio Fajardo


Medellín, la más educada...

Así se llamó el programa impulsado por el alcalde de Medellín, Colombia, Sergio Fajardo (2004-2007).

Medellín era considerada hasta finales de los años noventa la ciudad más violenta de América, y probablemente del mundo. En el 2003 Fajardo, matemático no adscrito a ningún partido político, gana la alcaldía de la ciudad a través de una plataforma ciudadana sustentada en una propuesta simple: cultura y educación para combatir la violencia.

En la entrevista que le realiza María Luisa Blanco para el diario español El País en 2006, Fajardo narraba como abordaba su propuesta el manejo de un contexto que se antojaba irresoluble: "Los problemas son los que afectan a toda la sociedad latinoamericana y es que son sociedades profundamente desiguales y en nuestro caso, además, se dan unas condiciones de violencia únicas. Intentamos dar respuesta en forma simultánea a esas dos situaciones. Nuestra propuesta es Medellín es la más educada, la educación como motor de la transformación social. Luego está la tarea de relacionarnos con el resto del mundo que nos conoce por la violencia y ahora nos va a reconocer por la forma cómo la transformemos"... "En la cultura está el espacio para encontrarnos por fuera de las armas. La mayoría de las personas que están en ese círculo no están motivadas por pasiones económicas o por la pasión del poder. La violencia hace que la gente se encierre en sus casas con rejas y en el terreno de la vida de la ciudad se reducen los movimientos. Construir una cultura es una forma de ser y de reconocernos entre nosotros".

Desde esta perspectiva, el gobierno electo utilizó el 40% del presupuesto de la ciudad -caso único en América Latina- para implementar mejoras en el sistema de educación y en la infraestructura urbana dedicada a actividades culturales. Se generó una relación más horizontal e integradora entre instituciones y población y se promovió la transparencia y la participación ciudadana. Según algunos analistas, los resultados fueron mejoras sociales y educativas; corresponsabilidad y participación ciudadana; diseños urbanísticos y equipamientos escolares novedosos, fuerte incremento de la inversión educativa, fortalecimiento de los medios de comunicación municipales, abiertos a la participación ciudadana, retroceso de la violencia y disminución de las desigualdades sociales.

Medellín, con sus sistema de Parques Bibliotecas, ha devenido un centro latinoamericano de la lectura. Las visitas al Parque Biblioteca España se cuentan por mil diarias, aproximadamente. Y como dice su constructor, Giancarlo Mazzanti, "A la gente le daba terror este lugar, la idea de la construcción es que todos la miren y la señalen. Más que un edificio, es un sitio de reconocimiento".

De ser la ciudad que inspiraba a decir "No nacimos pa'semilla", según el escritor y posteriormente colaborador de Fajardo, Alonso Salazar, la ciudad de los niños que soñaban con "un revólver. Un changón. Un fierro. Cualquier cosa que dispare", se ha vuelto una ciudad con visibilidad positiva en los informes del índice de desarrollo humano del PNUD.

Por supuesto, Medellín no se ha transformado en el paraiso en la tierra, ni en la utopía conquistada, pero le ha dado a sus habitantes nuevas formas de desarrollarse, de interactuar, de pensarse emprendedores, innovadores y con un mundo simbólico más complejo y amplio.

¿No podríamos pensar que en Veracruz somos dignos de que nos ocurra algo semejante, un mejor destino? O podríamos temblar pensando en lo que el escritor colombiano Gonzalo Arango cantaba en su Elegía a Desquite: "Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿No habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir? Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas."

6 de junio de 2011

La Odisea Xalapeña

Siguiendo nuestra muy subjetiva radiografía de la vida en esa extraña frontera cultural que es Xalapa -espejo y horizonte- Xóchitl Salinas nos narra lo que es vivir en busca del libro perdido: de la nostalgia de habitar una ciudad que se pensaba era un oasis de oferta cultural en provincia, a topar con el estante vacío y el librero que cree que los escritores no se reproducen desde el porfiriato...

Xochitl es comunicóloga, investigadora y promotora de la lectura y la creación literaria.

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La Odisea Xalapeña
Xóchitl Salinas Martínez


“Fui a Xalapa como quien va a Comala. Fui a Xalapa porque me dijeron que ahí se andaba quedando a vivir Sergio Pitol.” (Enrique Vila- Matas, "Lejos de Veracruz" )


La construcción
La ciudad de Xalapa ha sido conocida desde hace mucho tiempo como un lugar en donde se tiene acceso al arte y la literatura. Como sabemos, debe el título de La Atenas Veracruzana al haber sido el lugar en el cual se gestaron diversos movimientos culturales importantes no sólo para el país sino también para el mundo. Ha sido la cuna y/o residencia de intelectuales renombrados* de diversa índole, además de una buena opción para quienes están interesados en estudiar gran variedad de licenciaturas y posgrados en distintas áreas. La Capital del Estado permite, asimismo, tener al alcance bibliotecas, librerías, teatros, cines, galerías, museos, festivales, ferias de libros, cafeterías, parques, entre otros lugares en donde de manera constante, por años, se han llevado a cabo actividades recreativas.

El derrumbe
Es bien sabido que todo cambia y Xalapa no es la excepción, desde hace poco tiempo, todo lo que logró consolidar su fama de ciudad cultural se ha visto menoscabada. Muchos de los sitios destinados al acceso y disfrute de la cultura han sido cerrados o desplazados, las carteleras reducidas a las ofertas comerciales y las novedades literarias puestas a un lado por los best sellers.

Hasta hace unos pocos años atrás era común escuchar, entre los xalapeños, el haber dado un recorrido por las librerías de la ciudad y toparse con uno de esos denominados “inconseguibles”. Escuchar, dentro de alguna conversación en las cafeterías, el disfrute de leer escritores “raros” o poco conocidos en el país, sumado al goce del acceso a las primicias editoriales nacionales y extranjeras.

Así como ya no llueve todos los días en estos lares y el calor aumenta de manera considerable, el panorama literario también ha cambiado diametralmente. A tan corto tiempo la distancia es enorme. El proceso de poder conseguir un libro en los lugares en que se debería poder hacer como algo bastante sencillo se ha transformado poco menos que en una misión imposible, en donde un “no lo tenemos” se ha vuelto más común que el tenerlo a disposición. El problema es tal que, incluso, se puede encontrar un título primero en los aparadores de las grandes cadenas departamentales que en las librerías.

Es más, la situación es tan grave y constante, al grado de no sólo reconocer la falta de ejemplares, sino, hasta de negar la existencia del mismo escritor, -acusar al cliente de desconocimiento u equivoco-, cuando afuera del lugar y por varias partes de la ciudad ese muestre la cara de éste impresa en carteles anunciando su inminente llegada a la ciudad. Se ha llegado al punto de llevar a cabo presentaciones de libro en las cuales el ejemplar en cuestión “brilla por su ausencia” debido a que los encargados de traerlos para su venta reportan simplemente que “no llegaron”.

Varias veces he tenido la experiencia de alguna de estas odiseas personales, como en septiembre del año pasado, cuando recorrí, una a una, todas las librerías buscando Necrópolis de Santiago Gamboa. En todas, sin diferencia alguna, obtuve como respuesta “no lo tenemos”; sin embargo, en una en particular, el encargado se atrevió a decirme que me equivocaba, que el escritor se llamaba Federico y no Santiago, puesto que Santiago Gamboa no existía, mientras que el primero era el autor de Santa.

Ante mi insistencia en el nombre, no sólo se enojó sino que pensaba “demostrarme” mi error e ignorancia; a lo que yo, como respuesta, lo invité a salir y le mostré un cartel que tenía una foto de Santiago anunciando un curso que duraría varias semanas en la Facultad de Letras de la UV. Se ruborizó. Como remate, saqué mi calendario de actividades de la FILU para que viera con sus propios ojos como los escritores “inexistentes” también presentan sus libros ahí. Por cierto, llegando la fecha en cuestión, se presentó el libro antes referido, sin que hubiera ejemplares a la venta, percatándome de las pocas personas que contábamos con el ejemplar, me dediqué a preguntarles como lo habían obtenido y coincidió que todos lo conseguimos en la ciudad de México.

Memoria del esplendor
A pesar del panorama, no todo está perdido. Se puede reformular de nuevo la situación y volver a generar oportunidades para que los Xalapeños cuenten nuevamente con una amplia gama de posibilidades para su esparcimiento. Retomar los espacios existentes, utilizar escenarios para invitar a escritores, volver de verdad internacional la feria del libro universitario, acudir a las librerías para pedir que traigan materiales interesantes, poder contar de nuevo con las primicias editoriales y volver a gestar ese ambiente por la que la ciudad es conocida hasta la actualidad como La Atenas Veracruzana.

*Destaca el escritor Sergio Pitol, Premio Cervantes 2005, quién actualmente vive en Xalapa y en cuya obra recrea dentro de su universo literario a la ciudad.

16 de agosto de 2010

Propuestas para fomentar el amor por la lectura, la escritura y la divulgación científica

Cerrando nuestra dupla dedicada a la lectura, Alicia Soto Palomino, docente, promotora y autora pedagógica, escribe sobre las estrategias locales que la Red Independiente de Promotores de Lectura de Veracruz ha establecido para fomentar la lectura y la educación reflexiva en nuestro Estado.
Alicia es miembro de número de la Academia Mexicana de la Educación y escribe constantemente en el Diario de Xalapa. Los miembros del Observatorio le agradecemos su participación en este espacio.

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Como coordinadora de la Red Independiente de Promotores de Lectura de Veracruz he realizado actividades enfocadas al fomento de la lectura y escritura lúdica y placentera, utilizando para ello, principalmente, los textos literarios. Desde hace cuatro años he incluido actividades relacionadas con el fomento de la divulgación científica, participando con diversas instituciones como son COVECYT, Universidad Veracruzana, IVEC, CONACULTA y la Dirección General de Telebachillerato. En ese marco, hace seis años participé como asistente en el proyecto de divulgación científica para niños titulado ¿Quieres saber?, coordinado por el Licenciado Adalberto Fox Rivera y un grupo de jóvenes que cursaban diversas carreras universitarias, apoyados por investigadores nacionales de todas las áreas.

Desde hace dos años que se formó esta red me he dedicado a impartir talleres a docentes y alumnos de diversos niveles educativos, y en conjunción con las instituciones antes mencionadas hemos tratado de compartir el amor y la pasión por la lectura, escritura y la divulgación científica a través de diversas manifestaciones artísticas como la pintura, la danza, el teatro y el canto, a la vez que se han recuperado las experiencias de los asistentes a los cursos en algunas crónicas y material virtual.

Los niños que asistieron a esos talleres se enamoraron de la ciencia y por ello han decidido estudiar carreras dedicadas a estas disciplinas (mis hijas son ejemplo de ello). Es por esto que hablo de mi experiencia y de la necesidad de fomentar el amor por la ciencia a través de talleres lúdicos y prácticos al mismo tiempo, que permitan acrecentar la investigación, la actitud crítica y reflexiva que en verdad conduce al cambio de nuestro entorno y de la sociedad en general.

Necesitamos ser cada vez más autónomos e independientes de los mecanismos y estructuras extranjeras, debemos producir nuestras herramientas y maquinarias, pero eso sólo se logrará si invertimos tiempo, capacitación y formación de calidad en nuestros hijos y alumnos. El desarrollo científico y tecnológico es un compromiso que los adultos no logramos alcanzar con eficacia, pero nuestros hijos cuentan con el apoyo y la experiencia de nosotros para lograrlo.

Somos un grupo de docentes comprometidos con el presente y con la juventud y por ello estamos planteando un taller permanente para la formación de capacidades expresivas y tecnológicas que permitirán a los alumnos extender su amor por la lectura, escritura y la divulgación científica. En el mes de octubre se realiza las semana de la ciencia y tecnología y ya estamos pensando en participar con algunos talleres y actividades que acerquen a los pequeños a la ciencia.

Necesitamos, como sociedad civil, apoyar iniciativas que fortalezcan los valores, tradiciones y enseñanzas que se han ido perdiendo por las influencias de la “modernidad”, la cual no es una antagonista, sino una auxiliar para lograr avances y alcances en todos los rubros del desarrollo social, científico y cultural.

Últimamente nos hemos reunido un grupo de personas en la Casa de la Cultura de Banderilla, y cobijados por la hospitalidad de la maestra Irma Yolanda Hernández Jiménez hemos realizado varios eventos enfocados al rescate de leyendas, historias relacionadas con la Revolución y los personajes famosos que han pasado por Banderilla. Las tertulias se acompañan con comida tradicional, pero es la participación de todos los asistentes, ya sean niños, jóvenes o adultos, lo que nutre el ambiente: todos tenemos algo que contar, algo que compartir, y es tan bello sentir la emoción de contar un relato y ver los rostros interesados en la anécdota, observar las expresiones de susto o asombro que causa en los pequeños es formidable, pues nos damos cuenta que aún siguen vivas las tradiciones. Doña Yola siempre dice: “antes nuestras pláticas estaban relacionada con lo que nos sucedía en las casas, durante la noche y se contaban si alguien había oído ruidos, sentido moverse la cama o los trates”. Ahora ya no se platica ni se sienten esas presencias…

Parecería que la magia se ha quedado dormida, que las tradiciones están agonizando y es por eso que debemos rescatarlas, darles nueva vida, recuperar los momentos gratos para compartir un café, un chocolate o un pan cocinado en horno antiguo.
Para el mes de octubre de 2010 estamos planeando hacer un recorrido histórico a las haciendas cercanas a Banderilla y de esta forma vivenciar el conocimiento de la historia a través de los cronistas del lugar. ¡Qué mejor de manera de aprender la historia que experimentándola y conociendo de labios de expertos los hechos, sucesos y lugares que nos han dado una identidad y una riqueza cultural!

En la actualidad algunos compañeros promotores de lectura que forman parte de la Red se encuentran trabajando en San Andrés Tuxtla impartiendo diplomados sobre la lecto-escritura, otras compañeras en Orizaba realizan actividades con alumnos de bachillerato y para compartir sus conocimientos los llevan a las escuelas de niveles de educación básica. Un compañero que trabajó en Mesa de Calcote trabajó en el rescate del náhuatl a través de las leyendas y hechos históricos de esa región.

Los integrantes de la Red somos personas preocupadas por el presente, y por ello siempre estamos pensando en las formas de rescatar las tradiciones, cultura y riqueza de nuestro Estado, además de impulsar el gusto por la ciencia y la tecnología. Si a alguno de los lectores le interesa unirse a esta aventura, para integrarlo a algunos proyectos les proporciono líneas abajo mis correos.

La promoción de la lectura con jóvenes y por jóvenes es nuestro gran reto; lograr que se interesen en unirse a este proyecto. Cito a Felipe Garrido: “la lectura se contagia y se aprende si es adquirida como un juego”.
Nuestro espacio vital sólo cambiará en la medida en que nosotros podamos intervenir. El futuro será mejor si desde hoy hacemos algo por cambiarlo, y si es de manera lúdica todos nos divertiremos.

http://miblogveracruz.blogspot.com
aliciasoto31@hotmail.com, aliciasoto31@yahoo.com.mx

20 de junio de 2010

El milagro vino del cerro

Esta semana Semeí Prado Fitta nos escribe, en respuesta y acompañamiento al texto publicado en nuestro post anterior, sobre la gestión cultural desde la mirada organizativa de la contaduría; retroalimentación que no experimentamos muy habitualmente.

Originaria de Tomatlán, Veracruz, Semei es contadora con maestría en finanzas, a la vez que cantante mezzosoprano. Actualmente está estudiando en la Escuela de Formación Musical del Centro de Veracruz y es la Secretaria General de la Asociación de Creadores para el Desarrollo Social, A.C.
Gracias, Semei, por tu aporte al Observatorio. Esperamos no sea el último.

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En mi experiencia como cantante lírica y como promotora cultural he descubierto con grata alegría a muchos talentos veracruzanos y a veces me pregunto ¿qué pasaría si todo este capital humano tuviera oportunidades para ser formado y difundido? Seguramente seríamos la entidad más importante en cultura de México.

Hace un par de años pude comenzar a contribuir en una organización que funda bibliotecas, hace festivales democratizadores, redes de artistas y científicos, alianzas con medios de comunicación y acuerdos con instituciones públicas y privadas a favor de la educación y la cultura. Esta oportunidad de trabajar de manera sistemática con objetivos y misión puede medir su impacto, cosa que me agrada y me convence porque un enorme grupo de activistas culturales cree que las matemáticas están peleadas con la producción de actividades o el desarrollo de ideas.

Como contadora me parece importante que todos los que tienen que ver con el desarrollo cultural, sea de gobierno o independiente, deben administrarse de la mejor manera porque no podemos seguir creyendo que “los aproximados” son lo correctamente planeado. Lo cierto es que si a alguien no le gusta realizar dichas acciones básicas para el crecimiento de eventos, organizaciones y propagación de vanguardias -entre otros- debe buscar a alguien que se integre a su equipo y le auxilie.

Desde hace un año la asociación a la que pertenezco me invitó a coordinar un programa de capacitación a actores culturales que fue creado para poder llevar a cada artista, científico, realizador o gestor información sobre impuestos, administración y obtención de fondos que actualmente está ya funcionando con un matiz rural ya que se encuentra funcionando en un sector que también estaba desprotegido: los artesanos y productores del campo.

La primera parte del Taller de Formación para el Desarrollo Socio-Cultural reúne a todos: campesinos organizados, promotores de lectura, directores de escuelas de arte, gestores, etcétera, con el objetivo de cumplir la misión de nuestra asociación: promover la igualdad y la democracia en México integrando a todos los actores sociales preocupados y ocupados por nuestro país. Después se generan las debidas segmentaciones y se avanza con relatores de experiencias en la organización de festivales, edición de libros, dirección de casas de cultura o manejo de medios para conducir a los participantes hasta llegar a optimización de recursos enfocados a la publicidad o propaganda y el marketing cultural.

Lo más importante del taller es que para todos los independientes el valor de la actividad es cero pesos para que todos podamos iniciar a recorrer un camino de compañerismo y enseñanza-aprendizaje capaz de enriquecernos mutuamente y de manera sistemática. Hay ciertos requisitos para poder recibirlo o pedirlo, el primero y básico es entender que los proyectos que realicen los participantes deben tener una estructura y objetivos a plazos con un máximo de cinco años y un mínimo de tres.

Estoy convencida, como la Asociación de Creadores propone, que ya no podemos tener esperanza, es hora de hacer nuestros sueños realidad. Para esperar todo del gobierno hay que sentarse -generalmente en posturas incómodas- que al final no nos llevan a la realización del 100% de lo que queremos para los creadores y los públicos. Al final si queremos que las cosas salgan como deseamos debemos hacerlas nosotros.

El día 18 de junio fuimos testigos y artífices de un milagro en Veracruz, logramos inaugurar una biblioteca comunitaria en San Bartolo, Córdoba, que cuenta con setenta y siete habitantes, de los cuales veintidos son niños y sólo tienen un ciudadano bilingüe (náhuatl- español). La biblioteca lleva por nombre el del escritor cordobés Fernando Pérez Barragán. La inauguración en plena sierra veracruzana, en esa ranchería, se realizó de manera espectacular ya que la orquesta sinfónica infantil y juvenil de Córdoba así como el Coro Infantil de aquella ciudad, dirigidos por el respetadísimo maestro Salomón Hernández, ofrecieron un concierto para los habitantes del lugar y algunos invitados, así pues entre libros, música clásica, jazz y de Gabilondo Soler se festejó la siembra cultural que al finalizar abrió paso a una gran convivencia en donde escritores, músicos, gestores y oriundos del lugar comimos barbacoa, consomé, arroz, frijoles, tortillas y mixiotes.

Cualquier persona que desee acercarse al taller gratuito que ofrecemos puede comunicarse a través del correo asociaciondecreadores@gmail.com o del teléfono (271) 712 9504.

15 de marzo de 2010

Diálogo para transformar

Respondiendo al texto "Leer desde la cuna" publicado hace dos semanas, Gialuanna Ayora, pedagoga y coordinadora de talleres de Bunko Papalote Biblioteca infantil y juvenil, nos ofrece una reflexión que abunda sobre las razones del fomento a la lectura en los más pequeños, enfocado principalmente en el sentido de lo social.
Gialuanna funda y coordina desde 1998 los talleres de lectura con bebés, papás y mamás en la Asociación Civil Bunko Papalote y coordina el proyecto Leer para transformar en colaboración con la fundación Fondo para los niños de México A.C. (www.fpnm.org.mx). Le agradecemos enormemente su participación en el Observatorio.
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Gialuanna Ayora

Leer desde la cuna... Hay mucho que me gustaría decir sobre este tema, muchas experiencias de las que podemos hablar e interesantes ideas con las que podemos construir un necesario debate, para clarificar, para aprender y para transformar. Gracias por la oportunidad de participar.

En el presente texto abordaré brevemente, y con miras a que podamos seguir platicando sobre ellos, cuatro de los temas que Lourdes Hernández Quiñones pone sobre la hoja de intercambio: Las experiencias de lectura desde la cuna, que en diferentes partes del mundo se realizan; ¿Por qué leer con los más pequeños?; ¿En qué se ocupan y en qué no, las autoridades educativas con respecto al tema de leer en la primera infancia? Y ¿Por qué vale la pena pensar en la transversalidad de la experiencia cultural de leer?

En octubre de 2008 participé en el primer Seminario internacional Primera infancia y lectura, que se llevó a cabo en la ciudad de Querétaro. Existe una memoria de este evento, editada como un número especial de la revista Cero en conducta(1). Este documento da cuenta de trece experiencias representativas de las muchas que seguramente se están realizando en el país y en otros países, y junto con ellas, un grupo de analistas da un repaso de las políticas hacia la primera infancia en México. De todo esto únicamente mencionaré quiénes son los protagonistas para que, quien esté interesado pueda investigar sobre ellos, después daré algunos comentarios enlazándolos con los otros cuatro temas mencionados.

 Adelaida García-Conde Trelles. Representante del programa de servicios para la educación básica en el estado de Querétaro. Y Arturo Evangelista del proyecto Dar de leer que se implementa en dicho estado desde hace 5 años, junto con Martha Beatriz Soto de Leyendo con los más pequeños programa en comunidades indígenas de este mismo estado.
 Marié Bonafé. Presidenta de ACCES (Acciones culturales contra las exclusiones y las segregaciones) organización francesa pionera en el trabajo de bebés y lectura.
 Yolanda Reyes. Escritora y pedagoga. Directora del proyecto cultural “Espantapájaros” en Colombia.
 María Emilia López. Profesora argentina experta en primera infancia y directora de la Colección del Melón. Libros que piensan la infancia. En Buenos Aires, Argentina.
 Claudia Rodríguez Rodríguez. Representante de Fundalectura de Colombia.
 Marina Altman. Psicóloga argentina, psicoanalista e investigadora del vínculo madre-bebé.
 Michèle Moreau. Editora francesa, especialista en libros para bebés.
 Majo de Saedeleer. Directora de la fundación Leer (Stichting Lezen) de Belgica. Proyecto Boekbaby´s, adoptado en los paises pertenecientes a la Commonwealth británico.
 Alma Carrasco Altamirano y María Alejandra Ruiz Font. Del Consejo Puebla de lectura A.C.
 Y una servidora con la experiencia de talleres de lectura en Bunko Papalote, A.C.

Al conocer estas experiencias y las ideas que las sustentan, no me cabe duda que nos ha quedado claro, desde hace por lo menos 20 años, que leer desde la cuna es indispensable si queremos ser congruentes con los conocimientos científicos acerca del desarrollo psicológico infantil, el psicoanálisis y los beneficios a largo plazo del desarrollo educativo, cognitivo y social de los niños. Pero es más bien ahora, y a partir de eventos como este seminario internacional que comienza en México a construirse un discurso colectivo sobre la importancia de leer con los bebés y los niños preescolares, sustentado en experiencias de lectura de más de 10 años. Este discurso de inicio, justifica las necesarias acciones del campo de la promoción de la lectura, la importancia de los programas estatales de lectura para la primera infancia y, de paso, por qué no, la venta de libros para estas edades.

El discurso de la promoción de la lectura, sobre todo el de la primera infancia a nivel internacional y nacional, se ha construido principalmente desde el campo de la psicología y el psicoanálisis pues es donde se cuenta con mayor información sobre las necesidades afectivas, los procesos de desarrollo físico y cognitivo de esta etapa de la vida. Sin embargo, al igual que Lourdes, en Bunko Papalote nos cuestionamos la falta de transversalidad, no sólo porque nos parece importante no restringir las reflexiones a un sólo punto de vista, sino porque el de la psicología, el psicoanálisis y la lingüística (que en lo personal me apasionan), han sido usados para justificar las políticas gubernamentales y las políticas de promoción de la lectura, desde una visión utilitaria: formar sujetos con habilidades puramente cognitivas, capaces de enfrentarse a la vida escolar y laboral de una sociedad capitalista, competitiva y materialista, sujetos que por leer mucho aprecien el arte principalmente occidental, la intelectualidad o las expresiones culteranas, que históricamente han marginado formas culturales de expresión diferentes.

He intentado desde 1998 que comencé a trabajar con bebés en Bunko Papalote, mantener como eje de los talleres el aspecto social, aún cuando la fundamentación teórica la he basado, igual que muchas propuestas, en el conocimiento psicopedagógico. Gracias a poner el énfasis en lo social es que he podido abrir la reflexión a la tendencia sociocultural de la psicología y a otros discursos teóricos principalmente sociológicos.

Podemos resumir en tres las razones por las que hemos leído con los niños desde que son bebés, en Bunko Papalote: para ayudarlos a construir una mente sana; para ayudarlos a entender el mundo en el que viven y para ayudarlos a relacionarse mejor con los demás (lamento no poder extenderme en su explicación). Aún cuando todas estas razones tienen una justificación desde los estudios del desarrollo psicológico del niño, en la práctica sabemos que no pueden lograrse sin el niño en situación grupal. El sentido de lo social que queremos dar a nuestra práctica, es transformador. Implica compromiso con el mundo que nos rodea, implica conciencia. En nuestra experiencia esa conciencia sólo puede obtenerse en el contacto con los otros, con un mediador que sea capaz de vivir un proceso crítico y reflexivo a la par del grupo con quien comparte la lectura, ya sea padre, maestro o coordinador de taller de lectura. Se requiere de un ejercicio intencional y permanente de reflexión colectiva en el que a partir de darnos cuenta, nos obligamos a reconocer nuestras carencias y contradicciones, en nuestra vida personal y en nuestra práctica educativa. Es decir, a partir de que me reconozco un padre, maestro o coordinador (un ser humano) producto de mi propia realidad sociohistórica, puedo cuestionarme y ayudar a los demás a cuestionarse ¿Qué hago a partir de que leo? ¿Cómo veo el mundo que me rodea después de leer? ¿De qué me sirve verlo de esa forma? ¿Para qué leo a los niños? ¿Qué les leo? ¿Cómo?

En Bunko Papalote hemos visto que en la constancia y la continuidad del ejercicio de reflexión colectiva a partir de la lectura gustosa de libros de literatura, en un ambiente lúdico, compartido con protagonistas diversos (contando a los autores de los libros), es que niños y adultos podemos tener la oportunidad del encuentro que transforme, de la mirada apreciativa del otro, de la valoración de la diferencia como un elemento positivo, para saber más de uno mismo y de los demás. También, hemos visto que es la oportunidad de aprender a respetar a pesar de no estar de acuerdo, ideas, creencias y costumbres. Ayudar a ser consciente al niño gracias a la intervención de quien puede darse cuenta, el momento en el que están convirtiendo las diferencias físicas, económicas, culturales o sociales de los demás en pretextos para seguir justificando la desigualdad. Esa lectura en la que naturalizamos la desigualdad, la marginación y la automarginación; la superioridad de la información sobre la supuesta ignorancia y del ser lector como un valor en sí mismo, también comienza desde la cuna.

(1)Revista Cero en conducta. Por la reforma de la escuela. No.56. Año 23. Diciembre 2008.

1 de marzo de 2010

Leer desde la cuna

En esta ocasión, presentamos una reflexión sobre el fomento a la lectura y la pertinencia de estimular el acercamiento a las letras desde la primera infancia. ¿Y si deveras fueramos un auténtico país de lectores?

Esperamos sus comentarios.
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Lourdes Hernández Quiñones

Si bien cada vez se extiende más la convicción en torno a la necesidad de leer libros a los más pequeños en voz alta, también es verdad que hay otros especialistas que aseguran que conviene contar cuentos e historias a los futuros bebés, desde el embarazo.

Así, se llevan a cabo desde hace algún tiempo programas de gran relevancia que se ocupan del asunto de la lectura con los recién nacidos y sus padres o familiares más cercanos: en Bogotá, Colombia, existe un proyecto independiente llamado Espantapájaros que cuenta con su bebeteca y más cerca, en Xalapa, Veracruz, tenemos a la biblioteca Bunko Papalote en donde también se trabaja con los niños que apenas llegaron a este mundo y con público infantil de diversas edades.

¿Por qué este interés de fomentar la lectura desde la cuna? Existen razones de peso relacionadas con el desarrollo de habilidades que serán de utilidad para el proceso educativo futuro de los infantes, como son el aprendizaje de la direccionalidad de la lectura, el desciframiento de símbolos, la capacidad de escuchar y comprender de mejor manera. A la par, hay otros asuntos más complejos que tienen que ver, por un lado, con el proceso de socialización del niño, y por otra parte, con la construcción y defensa del espacio poético y el valor que se otorga a la palabra. Esto último constituye la parte medular. La escritora argentina Graciela Montes, en su libro La frontera indómita. En torno a la construcción y defensa del espacio poético(1)rememora las tardes que pasaba con su abuela, siendo muy pequeña, y recuerda su fascinación y asombro al escuchar los cuentos que la abuela le narraba, muchos de ellos inventados y otros mezclados con leyendas e historias de tradición oral. Montes dice que entonces, el tiempo transcurrido parecía estar hecho de otra materia, era más lento, era ese espacio poético que construían y compartían ella y su abuela, eran un tiempo y un espacio propios en la frontera indómita, en el espacio poético. A partir del fuerte lazo que tejieron ella y su abuela, la palabra ocupó en sus vidas siempre una parte fundamental, por la posibilidad de entrar al mundo de la ficción y la imaginación, y principalmente, por lo que significarían más tarde esos momentos regalados en la intimidad y el cariño.

La promotora de lectura y responsable de la Bebeteca Espantapájaros, en Bogotá, Colombia, Yolanda Reyes (2), asegura que el acercamiento a la lectura debe emprenderse desde el comienzo de la vida. El niño a través de otras personas que le leen el mundo se da cuenta de que las palabras son etiquetas mágicas y sonoras-dice Reyes. Éstas cambian, tienen ritmo, sirven para dormir cuando son arrullos, para acompañar o curar el dolor. De esta manera el niño, durante su primer año de vida, a través la palabra que escucha fundamentalmente de labios de la madre, va encontrando sin saberlo, la esencia de la poesía: las sonoridades, las repeticiones, la posibilidad de otorgar a las palabras otros valores, otros significados.

El español Paco Abril (3), también promotor de lectura, dice que si a un niño no se le permite entrar en el mundo de lo imaginario, nunca llegará a asumir la realidad. Además-señala Abril-los cuentos para los más pequeños son una necesidad vital y producen un efecto consolador.

Los tres especialistas coinciden en la importancia de leer y contar cuentos a los niños desde el primer mes. Se familiarizarán con la palabra y, además, se fortalecerán lazos afectivos fundamentales para la transición del mundo íntimo al mundo exterior. Por supuesto que un niño con estímulos lectores a temprana edad, vivirá la experiencia lectora como algo natural y cotidiano.

¿Por qué, entonces, las autoridades educativas se han ocupado tan poco de este asunto, cuando ya existe un sistema de educación inicial a través del cual podría reforzarse la promoción de la lectura desde los primeros meses? En este sentido quizás mucho ayudaría tener en cuenta la transversalidad de la experiencia cultural, es decir, ¿por qué no junto con el sector salud, se implementa en el tiempo que la madre tiene para amamantar a su bebé, unos minutos para que la madre también le lea?


(1) Graciela Montes, La frontera indómita. En torno a la construcción y defensa del espacio poético, Colección Espacios para la Lectura, Fondo de Cultura Económica, México, 1999.

(2)Yolanda Reyes, Yo no leo, alguien me lee… me descifra y escribe en mí, Colección Lecturas sobre Lectura, Conaculta, México, 2003.

(3)Paco Abril, La literatura infantil desde antes de la cuna, Colección Lecturas sobre lecturas, Conaculta, México, 2003.

29 de diciembre de 2008

La lectura en la Ley de Arte y Cultura de Veracruz

Para concluir con nuestra serie dedicada a la posibilidad de una Ley de Cultura, Arte y Patrimonio para el Estado de Veracruz, en el Observatorio haremos análisis sobre los principales ejes en los que se sustentan las legislaciones culturales. En esta ocasión, iniciamos con el tema de la lectura.
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En Veracruz existe una Ley para el fomento de la lectura y el libro. Sin embargo, es letra muerta. Allí se habla de un Consejo Veracruzano de Fomento para el Libro y la Lectura que hasta el momento no se ha integrado y que tendría mucho por hacer en estas tierras. La ley número 866 publicada en la Gaceta Oficial del Gobierno del Estado el viernes 22 de junio del 2007, fue incluso anterior a la nacional que al parecer sólo ha servido para limpiar la culpa de los gobiernos panistas, al postergar legislaciones necesarias. ¿Qué pasa, entonces, en la entidad?

En Veracruz este año se ha planteado el interés del ejecutivo estatal y de la legislatura en plantear una nueva Ley para la Cultura, las Artes y el Patrimonio-nombre largo y complejo-y para ello se convocó a mediados del año, a diversos foros en los que participaron distintos agentes involucrados en la gestión cultural, la creación, la promoción y la investigación. Hasta el momento está pendiente el transcurrir de dicha propuesta.

De hacerse una nueva legislación en Veracruz en torno a la cultura y las artes, ¿qué pasará, entonces, con la Ley para el fomento de la lectura y el libro? Es de pensarse que se deroguen las leyes anteriores que tratan los mismos asuntos. Sin embargo, habrá que considerar varios puntos en su redacción. Por ejemplo, resulta curioso que la actual Ley para el libro y la lectura se dirige más hacia al ámbito educativo que al cultural. No es que eso sea incorrecto, pero sí es incompleto. En la educación primaria se enseña a leer y a escribir, y con ello adquirimos esa lectura utilitaria que nos facilitará nuestro deambular cotidiano al interpretar los signos con los que nos enfrentemos a diario. Pero el fomento de la lectura y el libro no se quedan en las lecciones de la educación elemental. Van más allá de las aulas. De allí que sea necesario que al incluir el apartado del libro y la lectura en la nueva ley para la cultura, las artes y el patrimonio, se considere no sólo el aspecto de la lectura utilitaria, sino también aquel que tiene que ver con lo placentero y con otras posibilidades que brinda el acercamiento con la letra impresa, como es la posibilidad de dotar de significado a nuestra existencia en un mundo cada vez más caótico; esa opción de resignificar no sólo a nuestra propia persona, sino a todo cuanto nos rodea. Tales experiencias han sido ya estudiadas en Francia por la antropóloga Michel Petit, con migrantes africanos; asimismo el asunto ha sido observado con los jóvenes participantes en la guerrilla colombiana o víctimas de ésta. Los hombres y mujeres entrevistados por Petit, hicieron énfasis en la importancia que tuvo la lectura para encontrar de nuevo sentido a sus vidas y luchar por mejores condiciones sociales para ellos mismos y sus familias.

No se trata de que a través de la palabra escrita se pretenda dar solución a la problemática social, pero sí de incidir, de alguna manera en ella, para dotar de herramientas fundamentales a los ciudadanos y participar de la democracia cultural.

Sin duda, tal y como lo plantea la Ley para el fomento de la lectura y el libro de Veracruz, la promoción de la lectura debe ser asumida como una política de gobierno. Para ello será necesario convocar a todos los sectores de la sociedad: instituciones de gobierno, asociaciones civiles, la sociedad civil, agrupaciones de padres de familia, libreros, editores, promotores de lectura, así como instituciones académicas, con el propósito de que entre los distintos sectores se puede tejer una red de acciones que atraigan a los lectores. Se trata, pues, de hacer conciencia de que la promoción de la lectura es un asunto que debe mirarse desde ángulos muy diversos, insistiendo en todas las posibilidades educativas y culturales que puede brindar a quienes participan de ella; tener presente que el analfabetismo es excluyente y la lectura es liberadora.

21 de abril de 2008

Miradas al Programa Nacional de Cultura 2001-2007. El agregado de la lectura

En esta ocasión, Lourdes Hernández Quiñones se une al blog y nos ofrece una análisis puntual sobre el eje seis del Programa Nacional de Cultura, nombrado Esparcimiento Cultural y Lectura. Bienvenida, Lourdes, y que sea la primera de muchas más.

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Al revisar el Programa Nacional de Cultura 2007-2012 es inevitable dirigirse al prefacio y la introducción que allí se formulan, aunque el interés se dirija a lo relativo al fomento a la lectura. Claro, las palabras ocupan un buen espacio cuando se habla de patrimonio cultural. El gobierno federal no oculta su interés especial por este tema, principalmente cuando tiene que ver con el turismo.

En el prefacio se hace mención-ya de pasadita-de la importancia del fomento a la lectura, puntualizando que las carencias en este sentido no son responsabilidad de la escuela, ni de las “políticas editoriales y bibliotecarias gubernamentales puestas en práctica hasta ahora”. ¿Entonces quién es responsable de que existan todavía hoy más de 4 millones de analfabetas en el país? En fin, como para lavarse las manos, se menciona en el documento que cada vez es más urgente la participación comprometida de la familia y la sociedad. Claro que ésta sería parte de la solución: la lectura en casa, con la familia; sin embargo, la mayoría de los hogares en México no cuenta siquiera con un libro. ¿Así pues, por dónde empezar?

Ocho son los ejes de la política cultural definidos en este programa. El que tiene que ver con el libro y la lectura ocupa el sexto lugar y lleva por nombre Esparcimiento cultural y fomento de la lectura. Es curioso, porque al iniciar la exposición se habla de que la cultura debe tener una presencia más intensa en el tiempo recreativo de los mexicanos. ¿Cuál cultura? Creo que parte de los desaciertos y omisiones del Programa Nacional de Cultura 2007-2012 está en considerar la cultura desde un punto de vista tradicional, lo que reduce su significado. Lo anterior podríamos argumentarlo al sostener que el deseo de este programa se cumple, cuando la mayoría de la población invierte su tiempo de ocio en la cultura que se transmite cotidianamente a través de los medios de difusión masiva: la radio, la televisión. Es decir, a través de las industrias culturales. ¿Ésta es toda la cultura que el gobierno federal desea para sus ciudadanos?

Desde que se introduce al eje 6, da la impresión de que la lectura fue un concepto del cual se acordaron los hacedores del programa y consideraron que el único lugar donde podría entrar, sería el del esparcimiento cultural.

Para sustentar sus objetivos y estrategias, se hace referencia a los indicadores resultantes de la Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales que arrojan información tal como la existencia de 600 librerías en todo el país; la lectura promedio de 2.9 libros al año y la realidad de que uno de cada cuatro habitantes no tiene libros en su casa ni ha visitado una librería. Así, se concluye que la lectura de libros de literatura es más frecuente entre la población con estudios universitarios y niveles socioeconómicos más altos. ¿Qué propone el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ante tal problemática? El objetivo específico establece: “Situar a la lectura y al libro como elementos fundamentales para el desarrollo integral de la población, para su educación, su acercamiento a las expresiones de la cultura y el desarrollo de una conciencia crítica, diseñando programas y estrategias para la formación de lectores, y de vinculación de la educación formal con el fomento a la lectura”. En este sentido se propone revisar el programa Salas de Lectura para optimizar su funcionamiento; aprovechar la radio y la televisión para difundir programas, cápsulas y promocionales que fomenten la lectura; aprovechar la Red Nacional de Bibliotecas y las librerías como lugares estratégicos para el promover la lectura…ni una palabra en torno a cómo la familia podría involucrarse en esta tarea…

Claro, una sola acción no es la solución. Pero la suma de varios agentes sí puede ser determinante. Falta, pues, que el gobierno federal asuma que tanto el esparcimiento cultural como la lectura, tienen sus raíces en el hogar. Un niño que se acostumbra a ver libros, a asistir a conciertos, obras de teatro y talleres, se apropia de la cultura y la vive con naturalidad, no la siente como algo extraño. Lamentablemente es un factor con poca atención. Habrá que considerar, asimismo, en lo referente al consumo cultural, no sólo las cifras y porcentajes, sino factores sociológicos, antropológicos, que condicionan dicho consumo. ¿Por qué la gente prefiere comprar libros en los puestos de periódicos, en los supermercados? ¿Por qué las librerías, los teatros, se ven como recintos prohibidos para un amplio sector de la población? Ojalá los gobiernos estatales diseñen estrategias con imaginación. No bastan leyes de fomento al libro y la lectura si se quedan en el papel. La complejidad del compromiso con el desarrollo social y su vinculación con el fomento a la lectura es ya inaplazable.