La calma y el calor húmedo han dado paso al viento y éste al agua y al granizo, que han hecho desaparecer la balsa a mis ojos durante muchos minutos. El estruendo de algunos truenos hacía temblar la furgoneta y parecía que hasta le tierra se estremecía.
Cuando se ha calmado la cosa se volvían a oír Zarceros, Trigueros, Cogujadas....como si nada hubiera pasado, y de la playa me llega el sonido de las Cigüeñuelas y a pesar de mi cansada vista, distingo perfectamente la blancura de una Patiamarilla.
Temo por las "Cigus" que estaban empollando....caían unos magnos pedrolos.
Sierra del Perdón (dcha) y la sierra de Alaiz cubierta.
La balsa.
En pleno chaparrón.
Grandioso espectáculo tras la tromba.
Munición empleada: Gran calibre.
Agur!