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domingo, 4 de marzo de 2012

HALLOWEEN III

"Halloween 3" es un film que despierta pasiones. Amado y odiado a partes iguales, yo estoy en el bando de los primeros. Puedo entender que haya quien no la acepte por su condición de secuela atípica, pero no comprendo a aquellos que la desprecian con furia y desdén. Tal vez ello se deba a su delirante argumento y, sobre todo, al hecho de titularse como se titula y no incluir a "Michael Myers" en ningún fotograma (mas allá de un cameo televisión mediante, ya que en el film se supone que el primer "La noche de Halloween" se proyecta en la caja tonta durante... eso, la noche de Halloween. Ingenioso). El motivo, bien conocido y admirable, responde un poco a la aversión natural que John Carpenter tenía por las secuelas. A Debra Hill y a él se les ocurrió que molaría producir cada equis tiempo una nueva entrega de la saga con un único nexo común: que su historia girara en torno a la noche de las brujas, a su fondo y forma, pero que no necesariamente andaran conectadas entre ellas. Una idea bien maja que, a causa del fracaso que supuso "Halloween 3", se quedó en agua de borrajas. Por ello mismo, unos años después se lanzó "Halloween 4: El regreso de Michael Myers" y desde entonces que no nos quitamos de encima al de la careta blanca ni a hostias.
Como les decía hace unas líneas arriba, la sinopsis de este simpático trozo de celuloide ochentoso resulta del todo delirante, absurda y sanamente ridícula... pero a la vez mola, y mucho. Imagínense esto: Un juguetero Irlandés quiere devolver al Halloween su espíritu original, brujeril, para lo que se le ocurre un plan, fabricar unas máscaras super-molonas (que se acabarían comercializando realmente) y dar la murga con ellas en los medios para que todos los putos críos de américa se las compren. Una vez vendidas, les dice que el día de Halloween se peguen a la pantalla porque a las nueve de la noche habrá un sorteo. Ahí es donde entrará en juego la brujería. El hombre robó una de las piedras del monumento Stonehenge (¡¡!!), de donde saca "energía" que unta en las llamativas etiquetas pegadas a las máscaras. Gracias a un anuncio trucado a base de flashes lumínicos, todo aquel que lleve puesta una se pudrirá y convertirá en un nido de insectos, arañas, serpientes y, en fin, todos los bichos repugnantes que se te ocurran. Así, de este modo, el juguetero logrará llevar a cabo un enorme sacrificio masivo durante la noche de las brujas. Encima, el ioputa se saca de la manga un ejército de autómatas con aspecto humano que, cuando mueren, echan huevo batido por la boca. Y pobre de aquel que se entere del secreto, porque tendrá una muerte horrible. Sin embargo, alguien se chiva y un médico decide investigar.
Lo que yo os diga: UNA PA-SA-DA. A partir de aquí ¿qué tenemos?, pues mucho material inolvidable: El gran gran Tom Atkins protagonizando la función con su salero y saber hacer. El impagable anuncio televisivo de las máscaras malditas y su tonadilla pegadiza. Dan "Robocop" O'Herlihy como carismático malvado de la función. Las pequeñas pero jugosas dosis de gore, donde destacan los tremebundos efectos que las máscaras malditas causan en sus víctimas. Digan lo que digan, a mi me sigue pareciendo bastante angustiante tanto la escena del crío echando bichos y serpientes por la cabeza ante los horrorizados ojos de sus padres, como la tía que, a causa de un accidente, convierte su cara en el repugnante recipiente de una araña que le sale de la boca y se le pasea por unos ojos inyectados en sangre.¡¡Ungh!!.
Todo ello condimentado por la estupenda banda sonora de John Carpenter y Alan Howarth (reciclaje de "La Niebla" incluido) y el impagable look que por entonces tenían todas estas películas y que a mi, que quieren que les diga, me tiene enamorado. Que sí, que "Halloween 3" está repleta de cagadas narrativas (¿cómo sabe Tom Atkins la clave para activar el anuncio-trampa?), tonterías de tomo y lomo (¡¡ese efectivo lanzamiento de máscara con el fin de cubrir una cámara de seguridad!!) o pura ciencia ficción cazurra (Atkins liándose con la morbosa Stacey Nelkin... ¡¡sí claaaro!! o, ya que estamos, el destino que aguarda a esta). El fin de fiesta se desarrolla durante un clímax estupendo, con Atkins gritando por teléfono y suplicando que interrumpan la emisión del anuncio asesino en todas las cadenas. Genial.
Ya lo ven, no soy demasiado objetivo. A mi "Halloween 3" me gusta mucho, me parece un film que, sin ser perfecto ni redondo, resulta entretenidísimo de ver, con una trama de lo más interesante repleta de misterios y sorpresas sorprendentes. El guion, aunque según dicen pertenece originalmente a un Carpenter no acreditado y a otro tío que pidió que se retirara su nombre de los créditos al considerar el film demasiado violento, oficialmente corre a cargo de su mismo director, el debutante Tommy Lee Wallace (sustituto del originalmente previsto ¡Joe Dante!), un amigo de Carpenter que ha desarrollado toda su carrera un poco a la sombra de este. En su haber encontramos otras secuelas como "Amityville 2: La posesión", de la que fue guionista, o en funciones "directiles" la malísima "Noche de miedo 2" , la insufrible "Vampiros 2: Los muertos" y muchos productos televisivos de entre los que destaca el que, posiblemente, sea su título más respetado: la -primera- adaptación de la novela de Stephen King, "It".
Créanme, si no han visto "Halloween 3", merece la pena que hagan el esfuerzo. Tómensela con buen humor y déjense llevar, a mi me funciona. Y si la han visto y no les mola, denle otra oportunidad o, directamente, ¡váyanse a tomar por saco!.

jueves, 9 de febrero de 2012

"CREEPSHOW" EDICIÓN ESPECIAL DVD

Hace unos días estuve en casa de mi buen amigo el Dr.Chainsaw. Mirando su interesante colección de dvd´s, localicé la edición especial de "Creepshow". La americana, digo, que en España solo existen dos mierdas y, encima, piratas. A pesar de que la peli de Romero es la número dos en mi "top ten" personal, jamás compré dicho dvd porque siempre creí que como edición especial ofrecía poco, y que una pedazo de peli como esa merecía más, mucho más. Así que me dije "Pues nada, me espero a que salga la definitiva". Pero claro, una cosa es comprarla, y otra muy diferente es que tu amigo te la preste.
Vista ahora de cabo a rabo (son dos discos), puedo decir que no está tan mal. Los menús son un poco mierdas, y hubiera preferido una caja más chula, incluso una chuchería interior como un tebeo o algo así... pero en cuanto a contenidos, satisface bastante al fan. Lo más destacado, obviamente, es el documental del "cómo se hizo" titulado "Just Desserts: The making of Creepshow" que dura lo mismo que un largometraje. Así que hay chicha. Está muy entretenido y completo, aunque se echa en falta a Stephen King. De hecho es el gran ausente en todo el dvd, no aparece por ningún lado (salvo en la peli, claro). Tenemos a George Romero y Tom Savini como maestros de ceremonias, pero también estan Tom Atkins, Ed Harris en una aparición breve pero muy simpática hablando de su famosa escena del "baile hortera", Adrienne Barbeau (muy guapa), Bernie Wrighston (que, como sabéis, dibujó la adaptación posterior del film a las viñetas), Richard P. Rubinstein o el responsable de la maravillosa banda sonora, John Harrison. Justamente, a esta se le dedica un capítulo íntegro, igual que a las animaciones (hay imágenes del comic real utilizado en la peli!!), a todas las deliciosas pijadas estéticas que imitan el lenguaje del noveno arte, a los problemas que dieron las cucarachas y bueno... a los actores y demás. Muy jugoso. Merece la mitad del precio.
Otros extras son las famosas grabaciones en vídeo que Tom Savini hizo del rodaje (y que rulaban completas por la red hace unos años, en el dvd van agradecidamente resumidas), material eliminado (el más destacable es la escena que estaba en el comic de Wrighston, pero fue extirpada de la película, en la que Bedelia va al hospital a reconocer el cadaver de su enamorado al que le falta un cacho de cara por efecto de un disparo), fotos y el genial trailer.
Eso en el disco de extras. En el otro tenemos la peli, que se ve estupendamente bien (la verdad es que, a pesar de adorar mi edición "Polygram" en vhs, reconozco que el dvd gana en colorido y detalles) y el comentario de Romero y Savini, bastante normalico... no te descubren gran cosa y, sobre todo, como decía antes... se echa de menos a Stephen King (no es que sea fan suyo, pero no se puede negar que él es una parte super-importante de "Creepshow").
Sigo pensando que esta obra de arte desbordante en creatividad y pasión (mientras la veía comentada perdía el hilo de las explicaciones, totalmente fascinado y abrumado por sus imágenes y su música... creo que, aunque la historia de "El día del padre" me encanta, "La caja" es la mejor del pack) merece una edición más lujosa y completa. Solo que de momento y para pasar el ratico, esta ya vale. ¡¡Me la copio!!.

miércoles, 12 de febrero de 2020

IN SEARCH OF DARKNESS

El cine de terror de los años ochenta. Suspirito. Sí, todos estamos ya un poco cansados de la cantinela. Y de que sea la excusa perfecta para que luego cualquier mamón con una cámara (o vídeo cámara, aunque hoy día la diferencia sea casi inexistente) haga una basurilla que no tenga absolutamente nada que ver con lo que se producía en aquella época dorada, pero luego lo venda como "homenaje", "tributo", "recreación" o cualquier recurrente chuminada. Sin embargo, nada de todo eso enfanga la realidad, que el cine de terror (y de género) parido entre 1980 y 1989 viene repleto de obras cojonudas que han dejado una huella imborrable en la historia del séptimo arte. Desde luego, David A. Weiner no me va a llevar la contraria, porque para algo ha invertido un tiempo generoso (y la pasta que algunos insensatos le cedieron a través de crowdfunding) en rodar desde Inglaterra un documental de ¡¡cuatro horas!! sobre, eso, los horrores cinematográficos de la mentada década, repasando aquellos títulos legendarios (+ alguno segundón) y entrevistando a peña que habla, opina y aporta datos, si es que participaron de algún modo en su confección. Nada demasiado revelador, porque ni tan siquiera cuatro horas dan para profundizar. Así que los speechs en torno a cada título son cortitos, a veces prácticamente reducidos a una frase, y puede que haya quien en eso vea un problema... pero para el medianamente informado (que, entiendo, será la mayor parte del público dispuesto a consumir algo taaaaan elefantiásico como "In search of Darkness") no resultará ningún inconveniente, básicamente porque se conocerá todos los datos más elementales al dedillo.
Sin duda, el plato fuerte del documental está en la presencia de los rostros y talentos de Tom Atkins, Doug Bradley, Lori Cardille, John Carpenter, Larry Cohen, Jeffrey Combs, Barbara Crampton, Sean S. Cunningham, Joe Dante (impagable cuando opina sobre "Aullidos 2"), Mick Garris, Stuart Gordon, Kane Hodder, Tom Holland, el ilustrador Graham Humphreys, Bill Moseley, Alex Winter, Brian Yuzna, el inevitable Lloyd Kaufman y unos cuantos más. Claro, ¿qué pasa? que con semejante plantel, y unas ambiciones tan épicas en plan "documento definitivo sobre la década de los 80", se echa mucho de menos a más gente, especialmente si son de los que se suelen dejar ver en toda suerte de documentos audiovisuales, y que van desde Bruce Campbell a John Landis, pasando por Linnea Quigley o Tom Savini. Aunque nada desentona más que los discursos políticamente correctos pro-feminismo, pro-integración, pro-blablabla y demás mierdas tan engorrosas y tan típicamente yankis (porque eso son el 90% de los entrevistados). Pero no es algo a lo que se recurra en exceso y, teniendo en consideración la duración del mamotreto, los minutos desperdiciados son pocos. Gracias a dios.
Al final, paparruchas aparte, hay que reconocer que la cosa se soporta perfectamente, tiene ritmo y, obviamente, apela a la nostalgia y la ternura de todos aquellos cuarentones (y +) que vivieron esos films de manera intensa y apasionada, así que ¡recomendable!.
Actualmente David A. Weiner trabaja en otro documental de idéntica naturaleza/intenciones, solo que versado en la ciencia ficción.

sábado, 18 de mayo de 2019

SESIÓN DOBLE STEPHEN KING : 1922 + CREEPSHOW

1922 : "1922" y "El juego de Gerald" son dos adaptaciones de sendos trabajos de Stephen King que el canal Netflix nos ha hecho llegar en formato de largometraje original. Mientras el segundo, que es el que tiene más buena prensa, me pareció una chorradilla algo pesada con un muy buen planteamiento desaprovechado, el primero, este que pasaré a comentar, ha sido una sorpresa bastante agradable. Veamos.
Un granjero orgulloso de las tierras que se curra diariamente ve como un día la propietaria de las mismas, nada menos que su mujer, quiere venderlas e ir a vivir a la ciudad. Tras darle vueltas, el hombre decide asesinarla y hacer creer a todo el mundo que se largó voluntariamente. Para ello lía a su inocente y atontado retoño y juntos, proceden. No hace falta decir que, poco a poco, las cosas se irán jorobando por efecto de una venganza desde el más allá cortesía de la asesinada (y de unas ratas).
Principalmente estamos ante un drama puro y duro que, lentamente, se va tornando cuento de terror... aunque esto último tampoco abunda mucho. El tempo no es lento, pero se toma las cosas con calma. Y la historia no brilla por su originalidad. Sin embargo, como película "1922" funciona. Ayudan su atmósfera. Su bonita fotografía. Su tono sombrío. Su, en general, muy buena factura. Y su reparto, en especial un Thomas Jane de protagonista al que, de buenas a primeras, no reconocía gracias a una lograda caracterización. A su lado otro rostro habitual, Neal McDonough.
Cuando "1922" acaba, te queda la sensación de que no has visto nada especial, ni excepcional, pero sí una peliculita sencilla, honesta, solvente y decente.


CREEPSHOW : Cinco historias donde el terror y un humor muy negro, y muy sutil, se hermanan para lanzar un afectuoso guiño a los legendarios tebeos de la editorial "E.C. Comics". Un cadáver que sale de la tumba reclamando su tarta de cumpleaños. Un paleto que se convierte en planta por efecto de un meteorito. Una pareja de amantes ahogada  en el mar de forma cruenta reclama venganza. La liberación de un temible monstruo de hambre infinita encerrado en una caja. Un huraño magnate con fobia a las cucarachas ve su peor pesadilla hecha realidad.
Clásico donde los haya, "Creepshow" aunaba los talentos de George A. Romero, Stephen King y Tom Savini (y Tom Atkins o Adrienne Barbeau, añado yo) en una película que, esencialmente, era un regalo para cualquier fan del cine de terror con buen gusto. Aunque fue un éxito rotundo en su estreno, recibió notables e injustificados palos por parte de crítica y cierto fandom (es absurdo que se cuestionara que todas sus historias giraban en torno a la venganza porque, justamente, así eran los comics de la "E.C."). Sin embargo, el paso de los años la ha puesto en su lugar como el canto a la imaginación y el placer audiovisual que es. Los diseños de las criaturas (impagables el zombie de la tarta y el monstruo de la caja), la admirable estética que gasta, propia de un comic (los encuadres como viñetas y, sobre todo, la iluminación de colores), las excelentes partes de animación, la maravillosa banda sonora y unos efectos especiales de la vieja escuela que hoy serían pasto de insaboro CGI (especialmente las cucarachas, totalmente reales y, por ello, totalmente escalofriantes). Todo en "Creepshow" es absolutamente delicioso. Una fiesta del terror, una película única, altamente disfrutable y muy recomendable. Más si se dispone de una versión en DVD o Blu-Ray, donde sus virtudes -sobre todo las estéticas- brillan como nunca.
Tuvo una segunda parte oficial que, aunque no llegaba a los mismos niveles de gozo, está muy consumible. Luego hubo varios intentos un poco bastardos de más secuelas y series, todas completamente olvidables e incapaces de mimetizar el espíritu y las infinitas bondades de un film tan irrepetible.

sábado, 30 de agosto de 2014

LOS OJOS DEL DIABLO

Aunque ya en 1978 Dario Argento y George A. Romero compartieron créditos en la mítica "Dawn of the dead" original, no sería hasta el año 1990 cuando realmente se repartirían -creativamente hablando- la paternidad de una película, este "Los ojos del diablo", "Two Evil Eyes", "Due occhi diabolici" (originalmente bautizada como "Poe", tal y como demuestra el pre-cartel que les dejo por ahí abajo, o "Metropolitan Horrors"), producción italo-yankee que jugaba con una premisa a priori atractivísima para cualquier aficionado medio, dos maestros del género unían fuerzas para adaptar sendos relatos de un titán de la literatura macabra, Edgar Allan Poe. Lástima que pal cambio de década Argento y Romero habían perdido ya un poco su "punch" (aunque nada comparado a lo que vendría después), algo que a mí no me importó ni un pimiento, que corrí al cine para ver la película resultante el día de su estreno. Es interesante señalar que, en principio, los directores no iban a ser únicamente el italiano y el de Pittsburgh, también querían liar a gente como John Carpenter, Wes Craven, Stuart Gordon o Clive Barker, aunque lo problemático de aunar calendarios convenció a sus perpetradores (los Argentos, Claudio y Dario) de que lo más fácil era contar con aquel al que ya conocían y con quién habían currado previamente de manera harto satisfactoria. De haberse materializado el pifostio tal y como se quería en un principio, hablaríamos ahora de todo un hito en el género.
Puesto que se trata de la unión de un par de mediometrajes, bastante diferentes a pesar de churrupetear del mismo escritor, me permitirán que anal-ice cada uno como si de dos títulos totalmente independientes se tratara. Y si no les gusta, que les den.
LA DE ROMERALES: El viejo Georgie se encargó de adaptar mi relato favorito de don Poe, "La verdad sobre el caso del señor Valdemar". Evidentemente, y dado el nivel de paletismo que acarreo, no he leído el texto original, pero sí vi en su día las versiones que firmaron Roger Corman y Narciso Ibáñez Serrador y en ambos casos (pero sobre todo el segundo) me cagué de miedo. Su concepto siempre me pareció genuinamente aterrador. Un tipo que fallece mientras se encuentra en estado de hipnosis, lo que lo mantiene atrapado en el limbo. Su cadáver se marchita, pero su mente aúlla agónicamente con un "¡Estoy mueeeerto!". Uf, escalofriante.
El caso es que George Romero lo pilla y lo lleva a su terreno, el del director de cine de horror cansado ya de la puta etiqueta y de tener que estar siempre liado con muertos vivientes y bichos apestados. La suya es una versión muy culebronesca, que hace más hincapié en el drama y el suspense que en el terror puro. La esposa de un millonario al pie de la tumba anda liada con el médico de este. Juntos planean aprovechar hasta el último halo de vida que le queda al viejo para que, mediante hipnosis, firme todos los documentos posibles y les ceda sus riquezas. Pero el tipo la palma en pleno subidón, lo que impedirá cruzar el portal del más allá y se montará un cristo de órdago, volviendo de la pre-muerte para cometer venganza.
Contaba don Romero que en aquellos tiempos andaba de bajona por el fracaso en taquilla de "Atracción Diabólica" y que aceptó el proyecto porque no requería una gran implicación emocional por sus partes. Y se nota, ya que le quedó muy fría, sosa, plana y -decían en la época- telefílmica. Él mismo así lo reconoció poco después, confesando que se sintió fatal después de ver el despliegue de imaginación que invirtió Dario Argento en su propuesta. Y hasta el italiano comentaría por ahí que en aquella ocasión la inspiración de Georgie anduvo bajo mínimos. Yo mismo me aburrí mortalmente cuando la consumí y durante mucho tiempo tuve un concepto muy pobre de ella, seguramente por su casi ausencia de gore, algo por entonces muy ligado a la obra del padre del zombie moderno. Pero el otro día, y como suele pasar, me pareció bastante mejor de lo que la recordaba. Sí, es cierto que no transpira ni mucha pasión ni mucha vida, que Romero puso el automático y tiró millas, pero aún así, su sobriedad, su saber hacer, su acabado más que solvente y su guión, bien parido y estructurado, la convierten en un producto bastante digno.
Contribuyen a ello sus actores, especialmente cuatro que ya habían currado previamente con
Romero en otra antología, la maravillosa "Creepshow", es decir, una ya avejentada Adrienne Barbeau (que lo hace muy bien, la verdad), Bingo O'Malley, E.G.Marshall y el bueno de Tom Atkins. Completan el cuadro Ramy Zada, muy popular en mi tierra durante inicios de los 90 a raíz de su protagonismo en una serie co-producida por la televisión de Cataluña sobre un justiciero titulada "Dark Justice" ("Quan es fa fosc", "Cuando se hace oscuro", aquí) y Christine Romero, la "esposa de", que pal caso interpreta un personaje idéntico al que diera vida, justamente, en la anterior "Atracción Diabólica", enfermera/cuidadora borde.
LA DE ARGENTALES: El caso de Argento es diametralmente opuesto al de Romero. Se nota que él fue uno de los instigadores del proyecto, que le pirra Poe y que comparte intereses con él y su universo. Su mediometraje es pura pasión... lo que no significa necesariamente que sea la repolla, pero sí que al menos viene plagado de guiños, tributos y homenajes al autor y su obra. Oficialmente adapta "El gato negro", aunque solo es una excusa pa salpicar la movida con referencias a "El pozo y el péndulo", "La caída de la casa Usher", "Ligeia" o "El corazón delator", entre otras.
Rod Usher (bingo!) es un fotógrafo especializado en sacar instantáneas de crímenes cruentos. Vive con una pava súper-lerda y espiritual que adora los/as gatos/as, como una de bien negra que ha traído a casa y que, ya de entrada, se lleva fatal con el maromo. Además, su vida conyugal cada vez anda peor y al parecer ella se ha buscado un amante (o uno en ciernes) joven y bien mono. Borrachuzo, celoso y rabioso, el muy hijo de puta de Rod decide pagarla matando al felino, no sin antes sacar fotos del proceso para ilustrar un libro recopilatorio de su macabra obra (titulado, justamente, "Metropolitan Horrors" -ver más arriba-). Cuando ella lo descubra, se liará parda, aparecerá un nuevo gato negro -que se parece mucho al anterior (lo que tampoco es nada nuevo porque todos los gatines niggas son cagaos entre ellos, yo fui poseedor de uno la mar de majo-) que él querrá aniquilar convencido de que acarrea una maldición. Cuando ella intenta salvarlo, él la mata y oculta su cuerpo tras una pared falsa. No hace falta decir que lo tendrá jodido para salirse con la suya... gracias en parte al enigmático black cat... o a su prole.

A nivel visual y narrativo, como decía, es lo opuesto a Romero, un despliegue de ideas, dinamismo, truculencia, locura y flipadas totalmente ausentes en la historia del Sr.Valdemar. La mayor diferencia es la duración (la del italiano es más larga) y el guión, bastante peor estructurado y con peor ritmo. Nada nuevo bajo el sol, ya que esa es una constante en el director de "Suspiria", "Phenomena" y "Tenebre". Y como en esos mismos títulos, la falta de dominio narrativo queda compensada por el desmadre visual, la cámara apañándose movimientos imposibles (en un momento dado adopta el punto de vista del péndulo de la muerte), el gore (gráficas cuchilladas, empalamientos...) y las típicas "argentadas" tan irritantes como entrañables. Esas salidas de tono en las que exclamas un "Anda yaaaa, no me jodas!". Antes solía preguntarme cómo era posible que Argento no se diera cuenta de lo tontunas y ridículas que eran, pero hoy considero que ya las hacía aposta como elemento  epatante, como parte de su estilo. En este caso no hablamos ni de asesinas esculturas punzantes ni de absurdas vagonetas-extermina-ratas, sino de cierto muñeco económicamente confeccionado para lograrse una coartada y.... en fin, no recuerdo la otra, pero eran dos de esas que dolían, y más con la sombra de Edgar Allan Poe detrás. Naturalmente, Argento se pasa un poco por el forro de lírica del escritor y -como Romero- se lo lleva totalmente a su terreno, exagerando sus ideas hasta el desquicie (esos gatitos mutantes devorando la carne de un cadáver). Pero ya mola, que pa algo es quien es, ¡carayo!.
"El gato negro" la protagonizan Harvey Keitel, un poco antes de su redescubrimiento de la mano de Tarantonto y pasando una etapa algo oscurilla, Madeleine Potter, una actriz que venía de cierto cine cultureta y se supone que despierta pasiones a pesar de lo poco agraciada que resulta (esa boquita suya en perenne estado de "piñonismo" dan ganas de soltarte una yoya) y algunos veteranos, entre los que destacan John Amos, Sally Kirklan, Kim Hunter y Martin Balsam en el inevitable guiño a Hitchcock.

Añadir como colofón que fue la primera película rodada en terreno yankee por el italiano (que cada vez que se va para allá, la verdad es que le salen mejor) y que la versión que vi hace unas noches (descargada de ese demonio llamado emule) incluía una escena cortada de la versión estrenada en España, una pesadilla en la que Keitel viaja a la época medieval para recibir doloroso y rectal castigo. No deja de ser gracioso tener en cuenta que los Argentos impidieron a Romero adaptar "La máscara de la Muerte Roja" porque no querían nada con ambientación "de época" en su producto, pa luego incluirla ellos en "El gato negro". ¡¡Malditos fetuccinis!!.
PLUS: De los notables efectos especiales se encargó, cómo no, Tom Savini, quien se reserva un papel como el demente que desentierra un cadáver para extraerle los dientes, idea esta sacada también del universo Poe (concretamente de su cuento "Berenice"). Hacer notar que tío Tom va ataviado con ropas victorianas.
La banda sonora es del siempre genial Pino Donaggio, que a la hora de poner música al capítulo de Dario se adapta a sus habituales partituras rimbombantes y semi-electrónicas, más propias de unos "Goblin"/Claudio Simonetti o un Keith Emerson.
Aunque el ayudante de dirección del italiano era en un principio Michele Soavi, fue al poco sustituido por el bueno de Luigi Cozzi cuando el otro cayó enfermo.
RESUMIENDO (ya tocaba): Aunque la historia de Argento es mucho más viva, colorista y apasionada, se me hizo un pelín pesada (tal vez por esa falta de capacidad de construcción narrativa -parece que no, pero a la larga es algo que se nota- o tal vez por extensión). Creo que esta vez me moló más la de Romero, a pesar de los pesares. Puede ser mi vejez, puede ser culpa de las expectativas, puede ser por ir la primera o el signo del cambio de los tiempos. Sea como sea, ambas se complementan bien y esputan un film bastante majo, sobre todo ahora que han pasado ya más de dos décadas, que sus autores andan en horas bajísimas y que el cine de terror, en general, va como va.

miércoles, 20 de agosto de 2008

TARÁNTULAS

Los telefilms sobre invasiones "bichejas", que tanto abundan en "Antena 3" y "Tele 5", no son ni mucho menos un invento moderno. Ya en los 70 se producían a cholón, justamente como la que ahora comento, una de las más respetadas (y nominada para dos Emmys) y que yo, de chaval, siempre confundía con "Kingdom of the spiders", la mucho más divertida aportación al género de John "Bud" Cardos.
Lo que aquí tenemos es la historia de un pueblecito yanki que se ve en crisis cuando un grupo de tarántulas venenosas llegadas de Sudamérica en un avión accidentado (y pilotado por, nada menos, el bueno de Tom Atkins), se emperran en cargarse su ración de naranjas, que es lo que da de comer a la comunidad. De camino, no se estarán de cepillarse a unos pocos, entre ellos un chaval interpretado por un jovencito Matthew Laborteaux (un rostro inamovible de la televisión de esa década, conocido por "La casa de la pradera", pero también -posteriormente- por "Amiga Mortal"), algo que sorprende tratándose de un producto directo para la pequeña pantalla (claro que hablamos de los 70...).
Protagoniza la historia el entrañable Claude Akins, alias "Sheriff Lobo", al que acompaña Pat Hingle (a los lectores de este blog les sonará como el comisario Gordon de los primeros films modernos de "Batman"). La peli se desarrolla como todo buen telefilm, de modo plano, sin estridencias pero sin parones y lo que realmente llama la atención de ella es cómo resuelven el tema de la crisis. Descubren que a las tarántulas les da un miedo atroz el zumbido de las abejas, así que pillan unas cuantas, las meten ante un micro y apuntan con el ampli a los arácnidos, a la espera que se paralicen de pavor. Retorcido pero curioso.
Si le pones un poco de paciencia, hasta puedes divertirte con ella.

sábado, 2 de enero de 2021

EL ROSTRO DE LA VENGANZA (BRUISER)

Ya podía el bueno de George A. Romero estar agradecido a la apestosa, cansina y doliente moda zombie que se produjo a inicios de los 2000, porque si no llega a ser por ella, que fue lo que provocó su recuperación para el cine con la simpática "La tierra de los muertos vivientes", la carrera del magno cineasta hubiese terminado con el cambio de siglo. Su largometraje previo, la sosita "La mitad oscura", sumaba ya siete años y fue un fracaso. Pasado ese tiempo, Romero lo intenta con "Bruiser", en la que se aleja un poquito del terror puro y duro para adentrarse en algo así como un thriller con sutiles tintes sobrenaturales centrado en la historia de Henry, un aspirante a yuppie que no consigue escalar puestos en la vida a pesar de disponer de todas las herramientas para lograrlo. Su mujer se folla al cansino del jefe, su mejor amigo le roba y, en general, la gente le ignora. En sus fantasías, Henry se toma la revancha con violencia, pero solo son eso, fantasías (aspecto este que conecta con los momentos de "Creepshow" en los que Hal Holbrook imagina que se carga a su irritante esposa. Por cierto, aquel personaje también se llamaba Henry). Hasta que un día, tras sufrir la humillación final, despierta con el rostro borrado, sin expresión, blanco como la lefa y, ya puestos, muchas ganas de llevar acabo todo aquello que antes no podía por cuestiones morales, lo que incluye cargarse a todos los que le hicieron un feo.
Cuando, pocos años antes de su muerte, George Romero hablaba de esta película, se refería a ella como algo tan pequeño e insignificante que nadie la habría visto. Y no me sorprende nada. Aquí llegó directamente en vídeo. Bien mirado, fue el modo más efectivo de evitar que el personal se percatara del mojón que había producido, un auténtico borrón en su curriculum. Cierto que no he visto sus películas "invisibles" previas ("La estación de la bruja" o "There's Always Vanilla"). Que "Martin / El regreso de los vampiros vivientes" me parece un coñazo. Que luego haría la mucho más espantosa "El diario de los muertos". Y, bueno, joder, si es que a la misma "Noche de los muertos vivientes" me aburre desesperadamente. Pero "Bruiser" tiene el problema de que arranca bien, con un inicio interesante, y podría haber sido una buena película. Sin embargo, ver cómo se va desmoronando a medida que avanza, con esa segunda mitad increíblemente aburrida y, sobre todo, un desenlace carnavalesco absolutamente patético, incluidos toques de humor irritantes y unos "Misfits" de segunda mano dando el cante, se convierte casi en una tragedia. No, no es de extrañar que nadie recuerde "Bruiser", por mucho que a los pimpollos de "Bloody Disgusting", defensores-poseur de todas las causas perdidas, les de por proclamar a los cuatro vientos que en realidad es una obra maestra infravalorada.
El reparto depara algunas agradables sorpresas, como Peter Stormare y el gran Tom Atkins.

sábado, 18 de abril de 2020

TRICK

Hay una escena en "Trick" que dice mucho de sí misma. Es la noche de Halloween. En la iglesia del pueblo, y como parte de una maratón de películas de terror, se ha montado un cine donde proyectan "La noche de los muertos vivientes" original. Entre el público están los gamberros autóctonos. En un momento dado, el cabecilla califica al clásico de George A. Romero de "aburrido" y "pedazo de mierda". Es uno de los personajes negativos del film que estamos deglutiendo, por lo que entendemos que le están mostrando como un paleto sin gusto ni sensibilidad. Sacamos la conclusión de que a alguien como él deben molarle más esas pelis de terror tan modernas en las que todo va a mil por hora, en una sucesión continua de efectistas estallidos de imágenes violentas, música a todo volumen, sustos estridentes y cero atmósfera/suspense. Dicho de otro modo, es el público ideal para el mismo tipo de peli que le está asestando una colleja, es decir, "Trick". Con todo lo expuesto, ni defiendo "La noche de los muertos vivientes", porque sí, es un coñazo (aunque tampoco la calificaría de pedazo de mierda) ni ataco al film reseñado, como verán a continuación. Únicamente expongo los hechos.
Halloween del 2015. En plena fiesta, un chaval enmascarado (y con la cara pintada debajo), pilla un cuchillo y, sin comerlo ni beberlo, mata a unos cuantos de los presentes. Resulta que se llama Patrick, pero le llaman Trick (por lo de "trick or treat", "truco o trato", muy ingenioso detalle). Es detenido y llevado a un hospital, donde el policía encargado del caso se dispone a interrogarle. Sin embargo, el asesino consigue no solo escapar, también sobrevivir a unos cuantos disparos y una caída de seis pisos. Luego, desaparece. Un año después, en otra fiesta de Halloween de un pueblo distinto, se producen otra serie de crímenes muy parecidos a los que Trick acometió 360 días antes. Y el año siguiente, vuelve a pasar lo mismo. ¿Son todos obra del mismo psycho-killer supuestamente inmortal?. Uno que no tardará nada en reaparecer dispuesto a liarla parda durante el nuevo Halloween, para mayor desesperación del policía que le lleva persiguiendo obsesivamente desde que se le escurriera entre los dedos.
Cosas buenas a decir de "Trick": Que siendo un "slasher", ni aburre -como decía al principio, va a toda pastilla desde el minuto uno. Y no descansa hasta que aterrizamos en el desenlace- ni abusa de homenajes y guiños. Alguno hay (como la presencia de Jamie Kennedy, que salía en los "Scream" de Wes Craven, o la del gran gran Tom Atkins). Incluso por ahí aparece un pseudo-"Leatherface". Pero son pocos, no demasiado evidentes y tampoco molestan. Los asumes como algo que "tiene que estar", más situando la acción en la noche de Halloween. "Trick" no es retro, para nada, y esto está bien. Además de ciertas dosis de gore, sin llegar a resultar excesivas.
Cosas malas: Por supuesto, la falta de ideas medianamente originales. Pero no creo que ni las esperemos, ni sus responsables pretendan aportarlas. Saben perfectamente en qué liga juegan. Estos no son otros que Patrick Lussier, director de "San Valentín sangriento 3D", "Furia Ciega", "White noise 2: La luz" y "Drácula 2001" y Todd Farmer en funciones de guionista (a quien debemos los libretos de varios de los títulos mentados y, por supuesto, "Jason X"). Ambos, expertos en el tipo que producto que finalmente termina siendo "Trick", uno más bien convencional que ni gusta ni disgusta. Que pasará inadvertido, que nadie recordará dentro de unos años, pero que funciona en su condición de entretenimiento tontaina para la noche del Sábado. Ustedes deciden si eso es bueno o malo.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

LA NIEBLA

Cuando era un crío, el cine de terror me atemorizaba tanto como me fascinaba. Decidido a superar mis fobias y me zampé varios títulos míticos alquilados a tutiplen en el añorado video-club de "El Corte Inglés". Parece una tontería, pero aquel fue un momento muy importante para mi que recordaré con cariño el resto de mis días. Entre todas las seleccionadas destacó una, "La Niebla" de John Carpenter. Preparándome psicológicamente para la que me esperaba, le pregunté a mis mayores si era una peli fuerte, a lo que me respondieron: "No, John Carpenter no suele meter mucha sangre". Encantador, ¿verdad?.
Mientras no he olvidado el pavor que me dio "El Exorcista" (otra de las elegidas), el recuerdo de mi reacción ante "La Niebla" es tan difuso como esta misma (y aquí me refiero al fenómeno natural)... pero sería buena, porque acabé incorporándola a mi videoteca personal mediante el sistema de conectar dos magnetoscopios. Sé que me dio miedo, eso sí, y es que si algo tiene este indiscutible clásico es su capacidad de acongojar. Algo que se trasluce perfectamente en sus numerosos carteles publicitarios, desde la siniestra mano asomando por la puerta (ver), pasando por la versión en la que Jamie Lee Curtis intenta evitarlo, hasta la genial ilustración de la edición patria en vhs con el amenazante esqueleto de largas uñas ideal para quitarle el sueño a un chaval como era yo (aquí al lado).
El caso es que hace un par de días volví a verla y pude confirmar la candorosa obra de arte que es, empezando por esa banda sonora arrebatadora responsabilidad del mismo tío John. Las imágenes son preciosas, hipnóticas y misteriosamente bellas. Los momentos de regocijo múltiples, como cuando la niebla, brillante, atraviesa carreteras y tejados o las siluetas de los marineros vengadores a contraluz, llamando educadamente a la puerta de su víctima en plena medianoche.
"La Niebla" es una fascinante historia de fantasmas, clásica pero moderna al mismo tiempo. El anciano que, nada más arrancar el film, atemoriza a los chavales alrededor de la hoguera narrándoles teatralmente la leyenda de "Blake" y los suyos es una auténtica metáfora de lo que somos nosotros, los espectadores, críos dejándonos asustar con gusto por Carpenter, que vendría a ocupar el puesto del vejete.
El mentado "Blake" comandaba una troupe de leprosos de los que el pueblo pesquero de "Antonio Bay" quería deshacerse. Y lo consiguió mediante trampichuelas, afanándose además todas sus riquezas. Han pasado cien años, y los espíritus de aquellos marineros traicionados van a regresar para tomarse la revancha, rodeados de una condensación de vapor casi fosforescente.
"La Niebla" es toda ella un regalo para el aficionado, y para el cinéfago con buen gusto. Sus primeros 24 minutos son de obra maestra, perfectos. Encima con Tom Atkins de protagonista, ¿se puede pedir más?.
Dice Carpenter que él considera a "La Niebla" como una versión de las típicas historias de venganzas del mas allá que llenaban las páginas de los tebeos de la E.C., de los que el cineasta se declara fan. Por otro lado, y a la hora de hablar del origen de la idea, cita cierta experiencia durante una visita a Stonehenge, en la cual se vio rodeado de una niebla espesa y brillante que parecía sobrenatural. Vale, es probable que sea verdad, pero también que oculte la nada descabellada influencia de "El Buque Maldito" de Amando De Ossorio, con la que guarda muchos y sospechosos puntos en común (y recordad que, en los USA y ya en aquella época, las desventuras de los templarios-zombie funcionaban bien). Supongo que nunca lo sabremos a ciencia cierta.
Sea como fuere, estamos ante una absoluta joya del cine y, más importante aún, una película de terror en el sentido más estricto, real y tradicional. Y sí, ya no se hacen cosas como esta... algo que, por si alguien lo dudaba, acabó de evidenciar el horrendo remake estrenado no hace tanto, y olvidado incluso antes.

domingo, 12 de junio de 2011

FURIA CIEGA (DRIVE ANGRY)

Estoy bastante harto de que el cine de género moderno se escude tras el homenaje y el tributo para buscar cierta respetabilidad, cierto "perdón" destinado a la crítica seria o que justifique sus carencias a base de guiños cómplices con el espectador. ¡¿Para cuando una peli de género moderna que sea VALIENTE?!, una que no se avergüence de su condición ni abuse del humor demostrando que no se toma en serio a si misma (y por ende, al supuesto cine que recrea), acercándose peligrosamente a la parodia (lo que hace Ti West podría valer como reverso, pero en realidad este cambia el humor por ciertas pretensiones artísticas, en todo caso preferibles, pero en esencia igual de poco honestas). ¡¡Basta ya!!, quizás por eso actualmente lo más interesante de la cartelera, para mi, sean las adaptaciones lujosas de tebeos de superhéroes. No se, las percibo como producciones genuinamente, y lógicamente, modernas que miran al espectador de frente.
"Angry Drive" (titulada en España "Furia Ciega", aún a peligro de que se la confunda con ESTA -muy superior, añado-) juega a dicho juego. Cierto que en su momento se vendió como un "return" al cine de justicieros y vengadores, con Nicolas Cage (si es verdad que un actor vale lo que su último éxito, hace tiempo que Cage tendría que estar currando para Asylum) en plan tipo duro matando malos por doquier. Pero no, vista ayer noche, puedo confirmar que tal afirmación es errónea. Que sí, que hay un deseo de "recuperar" cierto cine "exploitation" setentero, sobre todo por sus referencias satánicas, pero ahí acaba. La posible referencia a las pelis de vigilantes se queda en muy poco, casi nada.
Naturalmente dicha recuperación, aludiendo a las primeras líneas de este texto, se nutre de los mismos defectos y "tics" horribles que han hundido en la mierda propuestas como "Grindhouse", "Machete" u "Hobo with a shotgun", empezando por el mentado -y odioso- humor, pasando por los feísimos y apestosos efectos CGI (aquí incrementados en su falsedad por necesidades del sistema 3D en el que se rodó, y estrenó, la peli) hasta la cacareada y ofensiva exageración de aquellos elementos transgresores (sexo y violencia) con un fin: suavizarlos. Ya me entienden, cuanto más crudo y fantasma sea el matar y follar, menos en serio nos lo tomamos y, en consecuencia, menos efectos perniciosos tiene. Hipocresía pura.
La cosa va de un satanista que mata a una chavala y le roba el bebé para un sacrificio. El padre de la fallecida se entera y va al rescate de la recién nacida, sembrando el camino de cadáveres.
El equipo de "San Valentin Sangriento 3D" intenta repetir la "hazaña", destacando a su co-guionista (y actor) Todd Farmer, por ser también responsable del libreto de la simpática "Jason X". Entre el reparto sobresale el gran Tom Atkins (hay toda una historia en referencia a la chanante camiseta que luce nada más aparecer... incluso rula un vídeo en youtube al respecto) y William Fichtner ejerciendo de "secretario de Lucifer", en un rol repleto de frases y apariciones simpáticas/ocurrentes. Porque sí, uno de los aspectos más interesantes de "Drive Angry" (y que la salva de la quema) es su generosa y atípica porción de temática sobrenatural.
Apesta a Tarantinada, apesta a efecto "Grindhouse", apesta a muchas cosas malas... pero tampoco sería justo negarle que como entretenimiento pasajero, como chorrada tontuna para pasar el rato, funciona.

PD: ¿Y ese puto cartel con la tia buena en primer término como reclamo para cholos y pajeros?, ¿qué sentido tiene?... en fins....

sábado, 21 de diciembre de 2024

CREEPSHOW TV (4ª TEMPORADA) 2ª PARTE Y FINAL

Segunda y última dosis de este repaso a la cuarta temporada del "Creepshow" televisivo. Aquí disponen de la primera.

"Meet the Belaskos" nos sitúa en una especie de realidad alternativa en la que los vampiros se consideran algo medianamente normal... aunque no para todo el mundo. Como el tipo que ve instalarse a los Belasko, familia de chupasangres, en la casa contigua. Ahora son sus vecinos y los detesta. Así que imaginaos el percal cuando su hijo y la hija de aquellos se enamoran perdidamente.
Si hay algo que chirría en el "Creepshow televisivo" es cuando les entra la vena panfletera. Y en este capítulo se gastan una evidente metáfora en torno al racismo y la intolerancia. Cambien a judíos o niggas por vampiros y, ¡voilá!. Encima, lo revisten todo de historia de amor trágico. Ugh!!... La culpa la tiene John Esposito. Productor ("Abierto hasta el amanecer", "Policía de acero"), guionista ("La sombra del faraón", otros capítulos de temporadas previas) y, pal caso, director debutante.
En "Cheat Code" un "fricazo" de los videojuegos, ahora papá viudo, localiza un antiguo juego supuestamente maldito. Se lo muestra a su hijo y este comienza a darle al joystick junto a unos amigos. Descubren que existe una clave para lograr terminarlo. Al aplicarla, acaban atrapados entre píxeles, enfrentados al "jefe supremo".
Otro capítulo que me deja algo confundido. Por un lado, la historia de base es interesante, incluso entretenida. Por otro, al final se les va la olla, rozando el ridículo. Pero, así en general, resulta consumible aunque, una vez más, casi sin gota de "creepshowismo". Como ocurre con "Meet the Belaskos", las truculencias y, pal caso, las típicas virguerías visuales propias de la saga, se notan muy muy forzadas. En la peli original estaban perfectamente integradas, formaban parte del pitote. Aquí es solo un adorno más que, si no estuviese, nadie echaría en falta.
Repite Justin G. Dyck en la dirección y el protagonista adulto es un rostro medianamente familiar, Lochlyn Munro, casi especializado en roles de policía de distintos rangos. Lo has visto en un millón de productos televisivos y cinematográficos. Destacan el "Predator" de 2018, "Dance Movie: Despatarre en la pista", "Hack! (Corten!)", "The Tooth Fairy", "Dos rubias de pelo en pecho", "Freddy contra Jason", el primer "Scary Movie" (donde se haría amigo de los Wayans, a tenor de sus siguientes colaboraciones) y... ¡"Sin Perdón"!.

Vale, comencemos la casa por el tejado: Si "
Something Burrowed, Something Blue" destaca por algo, es por la presencia de un grande, uno, además, ligado total y completamente al universo "Creepshow", Tom Atkins (o, dicho de otro modo, el padre que en 1982 abroncaba a su hijo por leer tebeos macabros) Aquí, más mayor, obvio, interpreta a un anciano millonario que, consciente de su final, reclama el amor y las atenciones de una hija que le detesta. Aunque tras todo ello haya algo más: Una bestia innombrable que el tipo esconde en su sótano y a la que debe alimentar cada quince años o saldrá al exterior a liarla. En breve toca proceder, así pues el abuelo intentará convencer a su futuro yerno para que siga la tradición.
Nada nuevo bajo el sol. La verdad es que si algo caracteriza a esta cuarta temporada es la similitud de todos sus capítulos, en lo estético, lo formal y lo narrativo. No maravillan, pero son lo suficientemente amenos como para evitar acabar tirándose de los pelos. Alguien diría que es la peor forma de "arte", la normalidad... aunque a mi, eso de que no me saquen de quicio, me vale. Repite en la dirección John Esposito. El guion lo firman un par de medio-novatillos, Todd Spence y Zak White. Los tres siguientes son también cosa suya.
"Doodles" no se mata mucho y recurre a una idea ya muy explotada, aunque siempre efectiva, el dibujante (aquí LA dibujante) cuyos garabatos se tornan realidad. En este caso para castigar a aquellos que la han tratado malamente. Pero ¡cuidao!, que como no atine la cosa se puede volver en su contra.
Interpreta a la muchacha Anja Savcic, con esa curiosa cara entre angelical y de lerda que me sonaba de algo. Salía en la divertida comedia "Ricky Stanicky". Pero también en otro producto no demasiado alejado de "Creepshow", el "Tales from the darkside" de 2015, o el fracasadísimo intento de Joe Hill por revivir la serie "cult" que George Romero apadrinó en su día. No cuajó, quedando todo en un piloto. Y si no lo digo, reviento: otra de las joyas que la Savcic tiene en su filmografía es "Chupacabras vs. El Álamo" junto a Erik Estrada.
Pero no perdamos los papeles. Regresemos al "Creepshow" televisivo y este "Doodles". Que sí, tiene su coña... un gore llamativo... pero al final te quedas igual que con el resto, bien, del montoncico. Reincide en la dirección P.J. Pesce.
¡Siguiente!

Comentaba antes que, a pesar de su sosería formal, esta cuarta temporada había logrado evitar que me arrancara los ojos de ira. Y que la ausencia de comidas de polla al fandom era algo agradecido y positivo. Pos bien, parece que han esperado a la dosis final para arrasar con todo ello. Y, además, por obra y gracia de Greg Nicotero, que no dirigía desde el primer capítulo -en esta cuarta temporada, digo-. Claro que, pal caso, le toca muy directo, al corazón, porque la cosa, la historia, gira en torno a George A. Romero himself. Tanto como para titularla "George Romero in 3D".
En una vieja librería apunto de chapar encuentran una misteriosa caja. Y no, no hay monstruos dentro, sino añejos tebeos en tres dimensiones sobre zombies, apadrinados por el director de "La noche de los muertos vivientes" in person. En eso que el hijo de la dueña se pone las gafas rojiazules para verlos y, pumba!!, uno de los zombies cobra vida. ¿Cómo solucionarlo? pidiendo ayuda al mismo señor Romero, versión dibujada.
¡¡Ouch!! ¡¡Ay!!! ¡¡Uf!! El visionado de este capítulo fue doloroso. Pura vergüenza ajena. Evidentemente por la comida de rabo, claro, pero también porque es increíblemente tonto y casi ridículo. E inexacto. Oye, ya que vas a tributar a tío Georgie, y lanzas un montón de coñetas que solo el fan reconocerá (como la insistencia del cineasta en llamar "ghouls" a sus criaturas en lugar de zombies) y recrear, sin florituras, momentos icónicos de "Dawn of the dead" (el zombie / ghoul con la cabeza partida por una hélice), al menos se más cuidadoso con otros detalles. No me cuela que, en los tiempos de "Image Ten" -la primera productora de Romero, a la que se alude alegremente, y época en la que sitúan la confección de los tebeos-, se hubiese pensado en facturar comics de zombies / ghouls de aspecto tan moderno y referencia equivocada (el uso de la palabra "Brains" retrotrae más a la competencia) Por entonces Romero solo buscaba un éxito financiero, y robó la esencia de la novela "Soy Leyenda" para realizar su primer legendario largometraje. Dudo mucho que se planteara a los muertos revividos como estrella de la función, ni el convertirse en un especialista del género. Así pues, asumir todo ello me suena más a insulto que tributo. ¡¡Ya, ya, lo sé, son chuminadas propias de pajero!! Pero, cojones, eso es justo lo que soy.... Ya que nos ponemos, hagámoslo en serio y bien. ¿Se nota que no disfruté de la experiencia?
Claro, ante semejante panorama, nada de lo que viniese después podía disgustarme. Cualquier cosa sería mejor, incluso este "Baby Teeth" del que apenas entendí un "caralho" (como dicen los brasileños) pero tampoco me desagradó. La cosa va de madre sobreprotectora de una hija adolescente la mar de estúpida y detestable. Dicha sobreprotección viene justificada por la existencia de una especie de hada de los dientes con muy mala gaita y que, aprovechando que a la chavala le han extraído sus últimos piños de leche, aparecerá dispuesta a reclamarlos.
Mmmmh... cómo lo digo... "Baby Teeth" es un caos, pero tiene algunas cosas chulas. El look del hada diabólica mola, resulta casi aterradora -ver imagen-. Y los toques truculentos son bastante sabrosos. Amena, sin más. Reincide en la dirección John Harrison.

Recapitulemos: Tono general tirando a soso, pocos nombres "cult", escasa comida de polla al fandom, Greg Nicotero menos activo y "creepshowismo" prácticamente nulo. Procediendo de ese modo, el "Creepshow TV" va perdiendo su identidad para convertirse en otra serie más de historias de terror. ¿Contradicción por mi parte, considerando lo mucho que he rajado de todo ello? Pos no, porque casi que lo prefiero así, oiga (aunque, puestos a soñar, lo ideal sería que jamás hubiese existido). Ahora bien, la cuestión es ¿¿seguirán por esos derroteros, la desprenderán todavía más de su esencia en la quinta temporada?? Pues tal vez nunca lo sepamos, porque de momento no hay nada anunciado y abundan los rumores de una cancelación. Veremos.

Y por si quieren empaparse con el resto de temporadas, ya saben....
PRIMERA, SEGUNDA y TERCERA.

Creepshow TV (4ª temporada)

sábado, 30 de mayo de 2009

MY BLOODY VALENTINE 3-D

Antes de nada, comentar que hace lustros que no veo el "San Valentin Sangriento" original, así pues, a la hora de escribir la reseña de este, su remake, no podré compararlas. Pero da lo mismo, porque el argumento es el de siempre: Con motivo del día de San Valentín, unos chavales se meten a hacer una fiesta al interior de una mina, donde un minero con su máscara y pico masacra a un puñado de ellos, quedando muy poquitos vivos. Por suerte, las autoridades logran matarlo, aunque no encontrar su cuerpo. Diez años más tarde, volverá a dar cuenta de todo aquel que le sale de los huevos.
Un slasher de los de toda la vida, muy brutote, muy generoso en cositas que nos gustan y muy ameno de ver. Quizás incluso de los mejores de los últimos años.
Claro, al ser esta una peli concebida para su disfrute en 3-D, tienen todos los trucos típicos en relieve, pistolas que apuntan al espectador, el pico con el que el minero nos señala, el ojo de una victima que sale de su cuenca (como ya se vio en la lejana tercera entrega de "Viernes 13"), otros efectos superoriginales que no desvelaré y la guinda, un polvo con una tía toda buenorra, cuya aparición la hace en pelotas, con el pubis rasurado, sin censura (porque lo que es en el trailer, le han colocado bragas infográficamente… y una zorra de este calibre nunca las llevaría, como mucho un tanga…) cuyas tetas rebotan en la cara del espectador mientras galopa sobre el tipo que la posee y, gozosa, extiende los brazos hacia nosotros. Un espectáculo digno de verse en cine.
Así que, en general, un entretenimiento más que decente, dando al aficionado lo que promete y, aunque incluya unos cuantos paliqueos eternos, solo por las potentes apariciones del minero ya queda suplido todo el sopor.
Por ahí anda Tom Atkins en el reparto.
El director, Patrick Lussier, es el montador de innumerables películas de terror y dirigió "Drácula 2001", "Drácula 2: Resurrección" y "White Noise 2".
Lo que se avecina ahora es una horda de películas rodadas en 3-D. Sin ir mas lejos, en breve se estrena un concierto de los "Jonas Brothers" para que las adolescentes Disneyanas se toquen sus clítoris con los chavales prácticamente en su jeta.
Maravilloso.

domingo, 12 de julio de 2009

PUNK ROCK: HISTORIA DE 30 AÑOS DE SUBVERSIÓN/BLOOD, BOOBS AND BEAST/JÓVENES OCULTOS/EL TERROR LLAMA A SU PUERTA


PUNK ROCK: HISTORIA DE 30 AÑOS DE SUBVERSIÓN
, por Mariano Muniesa.
Apunto estuve de devolverlo a los estantes de la biblioteca tras ojearlo, "¡¿Otro puñetero libro sobre la historia del punk lleno de tópicos y gilipolleces?!". Pero ya que me salía gratis, me lo llevé. Hombre, pensaba que sería peor, la verdad. Cierto que cuando Muniesa abandona el terreno del 77, y sus precedentes, se pierde un poco y no se entera mucho, combinando estilos y subestilos que no tienen demasiado que ver, soltando afirmaciones algo cegatas y centrando el punk inglés de los 80 en los segundones "Anti-Nowhere League" (aunque lo comprendo, pues de todas las bandas de aquella etapa que no sonaban demasiado hardcore y conservaban un sonido cercando al del 77, eran los más destacados... pero vamos, en orden de importancia antes vendrían otros). La parte del punk patrio es resultona, está bien que dedique más tiempo a "La banda trapera del río", y que meta un palo a Alaska y los suyos, pero está mal que casi se olvide de "Nuevo Catecismo Católico" y encima los emparente con el rock radical vasco (!!). Al final, lo mejor, es su radiografía sobre el auge y caída de los "Sex Pistols", en eso el libro se lleva un diez.
Claro que pa mi, que no soy punk ni pretendo serlo, el genuino punk pertenece al Nueva York pre-77, allí nació y allí murió, antes de que se pusiera de moda en Londres. Lo demás, chorradas... divertidas y consumibles, sí, pero chorradas al fin y al cabo.

BLOOD, BOOBS AND BEAST
Resulta curioso pero la sensación final que me dejó este documental fue triste, tirando a negativa. "Blood, Boobs and Beast" tiene todos los números pa molarme, habla de un tipo por el que siempre sentí mucha simpatía, Don Dohler, se centra en la realización de películas desde prácticamente el amateurismo, intervienen algunos rostros carismáticos y no menos interesantes... pero algo no funciona. Dejando a un lado que los últimos minutos están dedicados a la por entonces recién anunciada noticia de que Dohler tenía un cáncer incurable, lo que ya de por si es deprimente, la conclusión que sacas es la de que Dohler y los suyos no disfrutan haciendo sus películas y, lo que es peor, se las toman demasiado en serio, no son conscientes de lo que son y las llaman "films" aunque están hechas en vídeo. Se pasan medio documental rajando de las "imposiciones del mercado exploitation" (lo del título: sangre, tetas y monstruos). Dohler comenta numerosas veces que él no quería dedicarse al cine. Su socio, Joe Ripple, parece bastante lerdo y confiesa que no le gusta nada el cine de terror y la ciencia ficción... lo mismo que la novia de Dohler, que directamente lo detesta. Son una panda de conservadores jugando en un terreno que no les interesa. ¡¿Qué sentido tiene eso?!. Digamos que hasta cierto punto "el mito Dohler" me ha decaído un poco, lo que, si es la función del documental, le doy un diez, pero si su fin era reivindicar al tipo, pues casi consigue lo opuesto.
Incluso hay dos fans de Don Dohler (un par de subnormales de mucho cuidado y que, obvio, se toman a guasa las pelis del cineasta) que comentan que sus recientes producciones no estaban hechas "con el corazón", al revés de sus primeras epopeyas setenteras y ochenteras.
Es curioso sí, pero seguro que hay documentales por ahí dedicados a personas que de verdad AMAN lo que hacen... yo me quedo antes con uno de esos.

JÓVENES OCULTOS & EL TERROR LLAMA A SU PUERTA
Sobredosis de cine de terror juvenil de los ochenta. "Jóvenes Ocultos" la vi en el cine en su época, y no me dijo nada. Años después volví a intentarlo en dvd, pero cuando pasados 10 o 15 minutos, aparece el mazas ese untado en aceite tocando el saxofón, la quité. Tanta horterada me dolía a los ojos. Más tiempo después, y asumido lo del mazas, repito y esta vez me la veo hasta el final... ¿y qué?, pues no se... no entiendo que la tengan como un clásico de su década, ni que sea de culto... no le veo nada especial, nada llamativo... es "AOR cinematográfico de terror"... tan insípido, limpio, artificial... solo salvaría el desenlace, pero lo dicho, que me quedé casi igual. Pa olvidar.
Todo lo contrario es "El terror llama a su puerta", indiscutible joya (posiblemente la última de la década) repleta de imaginación. El gran Fred Dekker logra que la increíble mezcla de elementos (invasores alienígenas, psycho-killer, serie B de los 50, zombies, universitarios salidos, bromas estudiantiles, policía duro, etc, etc) funcione como un reloj suizo y estén perfectamente conectados los unos con los otros. Todo hecho con gracia, color, salero, sentido del ritmo y de la diversión, y con algunos momentos para el recuerdo, sobre todo respecto a la presencia de un Tom Atkins totalmente sembrado. Irrepetible (y ese cartel... "suspiro").

martes, 17 de junio de 2025

LA NOVENA CONFIGURACIÓN

Manda cojones la desfachatez de William Peter Blatty. El muy cretino iba a los cines a reírse de “Exorcista II (El Hereje)” y la ponía de vuelta y media. Y encima tuvo la jeta de decir que "La novena configuración", su debut como director en 1980, era la verdadera secuela de “El Exorcista”. Obviamente, todo eso se lo sacó de la manga, porque lo cierto es que “La novena configuración”, basada en la novela anterior a “El Exorcista” del propio Blatty, “Twinkle, Twinkle  Killer Kane!” (título con el que también se conoce a la película en algunos países), se ambienta en el mismo universo de “El exorcista” con pequeñas e imperceptibles conexiones que, a no ser que vivas obsesionado con la película de William Friedkin, tampoco localizarás. Y es tan mala que hace parecer a la secuela perpetrada por John Boorman una obra maestra. De ahí la desfachatez del escritor/director. Pero al margen de los lazos que la unen con “El Exorcista” o las posibles rabietas que en un momento dado se pudiera llevar Blatty, lo primero que me llama la atención de "La novena configuración" es que, si bien técnicamente estamos ante una película verdaderamente competente, por todo lo demás es verdaderamente chapucera y bobalicona, resuelta con un planteamiento excesivamente largo (una hora completa de metraje) y un nudo y desenlace que ocurren en un santiamén.
Y le pasa como a “The Room”, que es tan estúpida e inenarrable que, a posteriori, Blatty divulgó que en realidad se trataba de una comedia de humor negro, así como lo había sido la novela previa en la que se inspira (y que por lo que fuera escribió y reeditó dos veces). Mis cojones.
Entonces tenemos una especie de hospital psiquiátrico para soldados con problemas mentales. Lo que sucede es que las autoridades se están planteando si esos problemas mentales son reales o si los soldados se los inventan para irse (o no combatir) en la guerra de Vietnam. De este modo, llega al lugar un psiquiatra militar que los irá entrevistando para delimitar quién miente y quién no. También acabará cubriendo necesidades de los locos en torno a sus excentricidades. Al mismo tiempo, tendremos una violenta banda de moteros que la liarán parda, un impactante giro final y muchas, muchas, muchas conversaciones, eternas, sobre el bien y el mal o la existencia de dios y el diablo. Además de chistes de vodevil, violencia descarnada que no viene muy a cuento y hasta unas pequeñas dosis de surrealismo.
Viéndola, da la sensación de que Blatty, ante la imposibilidad de William Friedkin a realizar este guion, se tomó la dirección de su primera película con la finalidad de convertirse en una especie de nuevo Stanley Kubrick (toda esa secuencia del hombre en la luna ante la presencia de un cristo crucificado...), pero es obvio que el hombre no llega y, lejos de salirle una obra maestra, le sale esta patochada.
Ahora, como Blatty no quería trabajar con "Warner Brothers" porque le debían dinero, ofreció el proyecto de “La novena configuración” a "Universal" y "Columbia", que algo raro verían cuando ambas decidieron descartar la posibilidad y apostar sus dineros en otras producciones. Así que el futuro cineasta puso unos milloncejos de su bolsillo, además de convencer a "Pepsi" para añadir otro par, siempre y cuando, por motivos que tenían que ver con la burocracia y economía de la marca de refrescos, el film se rodase en Hungría.
Posteriormente, el karma castigó a Blatty, porque, para su estreno, cedió los derechos de distribución a "United Film Distribution" que, muy sabiamente, los vendió a "Warner Brothers" quienes la distribuyeron de aquella manera. Los resultados económicos fueron tan pobres durante la apertura  que, finalmente, "Warner" le dijo a Blatty: “Toma chaval, aquí tienes tu película y haz con ella lo que quieras”.  Así que cineasta / escritor, todavía con mucha fe, se tomó un tiempo para retocarla y pasó a formar parte del catálogo de la "New World" de Roger Corman, quien la relanzaría en 1985 con resultados similares.
El paso de los años, los distintos estrenos y ediciones videográficas, han convertido esta película en una de culto, máxime si tenemos en cuenta que, para cada movimiento de distribución hay una versión distinta. Es por eso que, a lo largo y ancho del globo, existen una ensalada de cortes de “La novena configuración” (o “Tinkle, Twinkle Killer Kane!”, lo que prefieran), por lo que es muy difícil saber a ciencia cierta cual es la que dio por buena el director —aunque probablemente ni él mismo lo supiera—. Una de ellas con un póster bastante llamativo, porque sin ningún tipo de coherencia utiliza a uno de los moteros que aparecen en una de las escenas para efectuar una especie de plagio del póster de “La naranja mecánica”, motivo este que me deja aún más claro que Blatty pretendía ser una suerte de Kubrick.
Como fuere, se trata de una de las películas más chapuceras y demenciales que he tenido la suerte de ver, además, también, una de las más aburridas, y solo por eso yo creo que ya es digna de consideración. Pero, madre de dios, que dos horas más infernales…
En el reparto tenemos auténticos pepinos completamente desatados y mal dirigidos: Stacy Keach, Robert Loggia, Jason Miller, Tom Atkins, Joe Spinell, Richard Lynch
William Peter Blatty, que toda su vida a defendido la calidad de su película y su puesto como auténtica secuela de “El Exorcista”, diez años después aprendería a dirigir y lo pondría en práctica con “El Exorcista III” que, paradójicamente y visto lo visto, está muy bien.

lunes, 18 de abril de 2022

ACADEMIA MORTUORIA

Enésimo exploit de “Loca academia de Policía” solo que esta vez no está perpetrado por unos cualesquiera, sino por el séquito de Paul Bartel que, dándole una vuelta a la estructura de las tan afamadas películas de policías, deciden ambientar la historia en una funeraria. Más allá de eso, con todo el descaro del mundo, copian el esqueleto  argumental del film de Hugh Wilson con un protagonista que tiene que estudiar en la academia mortuoria contra su voluntad, unos profesores que están como una puta cabra, y una serie de personajes con una personalidad muy marcada.
Dos hermanos —que para mayor cachondeo se apellidan Grimm— heredan una academia mortuoria valorada en dos millones de dólares, pero es voluntad de su tío que, para acceder a la propiedad de la academia, antes tendrán que licenciarse como funerarios. A los hermanos no les hace puñetera gracia ponerse a estudiar una carrera tan macabra, pero no les quedará más remedio si quieren acceder a la herencia. Así pues se matriculan en la misma, y el director actual les advierte que como no se gradúen, la academia pasará a ser de su propiedad, por lo que se las ingeniará toda la película para que estos fracasen en el intento. Por el camino se irán desarrollando la ristra de gags protagonizados por la excéntrica galería de personajes de la que se compone la academia y que destacan por tener que ver en su mayoría con la necrofilia y tener un humor negrísimo.
Sin embargo, la película es fallida en todos los aspectos y sentidos. Quizá la presencia de la eterna pareja formada, en el reparto, por Paul Bartel y Mary Woronov, que dan vida al director y profesora de la academia respectivamente, haga brillar a la película con pequeños destellos, pero por lo demás, esta se hunde en un mar de mediocridad. El personaje de Bartel es un necrófilo consumado que encuentra el amor en el cadáver de una adolescente a la que recita, según se va descomponiendo, tremendos soliloquios sobre el amor, mientras que la Woronov es una especie de profesora sexy y ninfómana (al estilo de la Sargento Callahan de la película a la que expolia). Desde luego, lo mejor de “Academia Mortuoria”. El resto, chistes de sal no demasiado gruesa, destacando también una secuencia de créditos inicial a base de animaciones artesanales que recuerdan sospechosamente a las que hacía Terry Gilliam para Monty Python.
También resulta curioso encontrarse en los papeles protagonistas a Christopher Atkins que después de “El lago azúl”, con esa cara de niñato y esos rizos rubios a lo Shirley Temple, se encasilló tanto que no logró levantar cabeza y aquí se encuentra en plena decadencia, a Perry Lang, estupendo Anthony James (le has visto en “Sin perdón”, “Wacko” o “El trueno azúl” siempre en calidad de secundario), Tracey Walter (“El asesino de la máscara”, “Batman”, “Conan, El destructor”, etc, etc, etc… sale en mogollón de películas segundonas, a veces como extra), Stoney Jackson (el negro gracioso de mogollón de films graciosos de los 90… sin ir más lejos, era Wacky Dee en “CB-4”), Wolfman Jack, excentrico y popular DJ y presentador de televisión estadounidense que se hizo popular presentando el programa musical “The Midnight Special” y hasta, en un papel minúsculo, Cesar Romero, el Joker de la serie de “Batman” de los 60.
El guion es cosa del propio Bartel en colaboración con William Kelman y la dirección corre a cargo de todo un director de culto como es Michael Schroeder, responsable de la segunda unidad  de “Siniestra oscuridad” de Tom McLoughlin, y principal artífice de   la anteriormente citada “El asesino de la máscara” y las dos secuelas chunguísimas de “Cyborg”.
El caso es que no es peor película que cualquier comedia de serie B de los ochenta, ni peor que cualquiera de los exploits de “Loca academia de policía”, pero con semejante plantel, sí que le exigía a priori que fuese un poquito, poquito mejor.