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jueves, 10 de mayo de 2012

Javier Moreno: GRILLOS


Grillo Siempre he detestado los poemas que hablaban de París y rima
Y de toda esa belleza acomodada tras la vitrina de un Museo y
En general los poemas donde el poeta habla del viaje
No soporto que me hablen de los viajes
El viaje es la épica y para eso están Homero y Cervantes
Por eso pido disculpas, porque ahora estoy en Cerdeña
En la costa Esmeralda, en un promontorio
De Porto Petrosu, en la terraza de un apartotel
Y la vista es realmente hermosa y dan unas ganas tremendas de
Explayarse sobre las glicinas y el pequeño alcornoque
Y nuestra salamanquesa agazapada en la esquina del techo
Y el sonido de la ducha, del agua rompiendo contra tu cuerpo
Dócil como la arena
Hasta que se escucha ese ruido, primero débil, cada vez
Más fuerte, el estridular de ese grillo, un sonido tan frágil
Y sin embargo capaz de demoler
Todo ese silencio
Y en la enorme responsabilidad de adelantarse al resto
Quizás todavía adormecidos por el calor o embriagados
Por la quietud de la tarde, de saberse el primero
En romper esta apariencia de equilibrio, este espejismo
Que algunos llaman belleza -atisbo al otro lado del cristal tu cuerpo cubierto tan solo
Con la toalla del hotel, listo par la crema hidratante-
El deseo, una vez más,
Deshaciendo el poema

Javier Moreno
En Cadena de Búsqueda.
El desvelo ediciones.

martes, 25 de octubre de 2011

El Alma de Javier Moreno


RECUERDO HABERME MASTURBADO una vez pensando en mí mismo y no haber obtenido placer alguno. Mis uñas no tienen aristas y brillan como si estuviesen pintadas de laca. Me gusta la cocina china, la cocina hindú, la cocina italiana, la cocina japonesa y la cocina mexicana. soy capaz de cocinar con solvencia al menos media docena de platos de cada una de ellas. No sé nada de la cocina astraliana ni de la chilena. Como de todo salvo casquería y órganos internos. Los cátaros me resultaron simpáticos durante una época de mi vida. Al hacerme mayor descubrí con sorpresa que el mundo estaba lleno de ellos. De pequeño tenía los pies planos. Quizás los siga teniendo. De adolescente tuve escoliosis. Mi corrección anatómica es impuesta. Bromeando con mis amigos digo que soy la Ana Obregón de las ortopedias. Creo que el hombre nunca llegará a Marte. Hasta los veinte años no escribí una sola palabra que tuviese que ver con la literatura. Sigo sin saber muy bien de qué hablo cuando uso esa palabra. Quizá lo mejor sea no intentar hacer literatura. tan solo escribir, a secas.

Javier Moreno
en Alma.
Lengua de trapo.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Javier Moreno: Dos fragmentos de Click

Cuando estamos acompañados podemos charlar, contarle a esa otra persona nuestra historia, los pequeños detalles de los que se componen los días. Entonces nuestra vida cristaliza en la memoria bajo la forma de un relato donde nosotros somos los protagonistas. Cuando ese alguien nos falta, los acontecimientos se suceden sin un hilo que los mantenga unidos. La soledad convierte la experiencia en una masa indistinta, sin principio ni fin. Para el solitario las vivencias se acumulan en una contigüidad insoportable. Estoy solo. Ya lo saben. Además, tengo la impresión de que casi siempre lo he estado. Y sin embargo hay alguien, tiene que haber alguien a quien contarle esta historia. Alguien del otro lado. Mi salvación.
______________


Qué ocurre si existe un momento en la vida en que creemos alcanzar la felicidad con la punta de los dedos... Más o menos como esa escena de la creación en la Sixtina (ya saben, los dedos de Adán y de Dios separados apenas por unos centímetros). Y, cuando estábamos a punto de conseguir la dicha, nuestro objeto de deseo se retira, nos da la espalda para sumergirse en un paraíso inalcanzable. Dónde buscar la entereza para afrontar entonces lo que nos resta de vida, cómo sobrevivirnos cuando sabemos que lo máximo que podremos conseguir es una especie de sucedáneo que arrojaríamos con melancólico placer al cubo de la basura. Hay grietas imposibles de tapar, hay heridas que nunca dejarán de sangrar. Hay un dolor inasequible a todos los calmantes.


Javier Moreno
en Click.
Candaya, 2008.

domingo, 3 de febrero de 2008

Javier Moreno: Erbarme dich, mein gott

Probablemente los siete minutos veintidós

segundos más hermosos de la historia

El tiempo existía desde hacía tiempo

no sé cuánto

nacido del big-bang o quizás eterno

en su inconsistencia

hasta que llegó Bach

y le dio su forma más pura

Bach, traducido Arroyo, para que

como alguien dijo

por una vez

coincidieran la palabra y la cosa

Apenas ha pasado un minuto

y ya afloran las lágrimas

Es posible entender el sentimiento

de culpa. Sencillamente

jamás seremos capacez –ya no-

de crear tan incomparable belleza

Porque tendíamos que creer en ella

Perdóname

Perdónanos, Señor.




Javier Moreno

En Cortes Publicitarios

(Premio Nacional de Poesía Fundación Cultural Miguel Hernández 2006)

Devenir.