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sábado, agosto 24, 2024

Juan Desiderio / De "Pines Sprun"


II

y dulce mira
cómo pelan cables
los huérfanos
en habitaciones
se inyecta de azul
y azul se come
te oxida.

Es de aquellos
donde piden mesa
y cien gramos
de picado fino
que se oxidan
se comen
te oxidan.

Amanece con la yugular
abierta
mojado de tendón
y lluvia
las tardes fijan
su manía
en sus manos el pan
el fiambre que se inhala
y se come
se oxida
te come
te oxida.

Se llamó pies en el cambio
o azafata muda que todo
golpea
puesto en primera
marcapaso
tranca que tranca
salame picafino
pan
la ceremonia

no puede ser tan
místico.

Barrio trucho, 1990, 1997, 2020


I

Argentina
¿cuándo beberé tu sangre
hasta hacerme fuerte?
¿cuál de tus siete cabezas
me corresponde?
aliado
entre tus brazos negros
haciendo equilibrio
en una de tus pistas
volcando mi cabeza
en un baño de tren
argentina
esta es mi carne
mi mecanismo perfecto
pero tus brazos
ya no son los mismos
tus pulmones podrían reventar
nena
las piernas las dejé sobre la
mesa
no sea que corras hacia el mar
dormida


VIII

aquí la parábola de los hijos
de nena:
llamó a su primogénito “nada”
a su hermano se lo conoce
como “asilo”
y nena amó a nada
y depositó en asilo
todos sus horrores
en los pasillos mentales
de asilo
la carne no se entierra
y pudo
matar a nada
una noche de lluvia
si no fuera que su madre
se interpuso
y así fue que nada
mama de las tetas de
nena
y asilo baila
en las pistas de ezeiza
a las tres de la mañana

Argentina, 1992


II

Esto es un laboratorio
bienvenidos
el brazo derecho
arrodíyese ahí
la sangre espesa
no respire
a usté no le sale nada
deme el otro brazo
aprete esta piedra
largue
aprete
largue.
La piedra
en la cabeza del enfermero.
Y esto pasó.
Los dos están prófugos.
El enfermero
no recuerda su nombre.


III

-Bitácora de vuelo-
-no te hagás el Espok
y corré más rápido
que nos matan
esto marciano de la 19
y te van a rodar
las orejas
hasta la zanja.
-La zanja. La recuerdo
tomando sol
a orillas de la zanja
sus pelos con abrojos
excitaban
a lo vendedore
de sandía
y su risa
helaba el barrio
todos la veían
le creían santa
por el barro seco
que frotaba en su pierna
y aparecía como
santa rita envuelta
en una nube
con su cara
color acero y
-seguí corriendo
que nos cagan a palo
-y te acordá del viejo
que creía ser san jorge
y yevaba al matungo
a tomar agua
a la zanja
se sentaba siempre
sobre el caño ese
que estaba roto
y miraba a la gente
y veía dragone corría
 a los pibes les quería
sacar lo dragone
de la cabeza
¿te acordá?
-si, eran piojo
-no, loco
eran dragone en serio
-espok
no digá boludece
y decile a tu piba
que compre faso y gayetita.

La zanjita, 1996, 1999


Hijo
tuve mi cabeza medieval
un póster de Hendrix
y el chaleco de jean
correspondiente.

Ahora 
me siento a esperar
imágenes
en este cine de cráneo.

*

Desde la torre once
los espejos le gritan.
Hematomas en su cara
toque lila entre las piernas.
Una luz verde
divide su cuerpo
a lo largo.

Habla de su credo
en los pasillos
que hay detrás 
de la pared.

Ángeles parricidas, 1998


¿podar el fresno?
¿las ramas de Einstein?
Martilleo sobre
la parte podrida 
de la casa. Tomo
en jardines de avenida
y el azar es vuelo
por cielos de capot.

Suerte de ser
mitad cuerpo
y una parte de la reja
¿o es la pasión
con la que evito
ser un souvenir
en la fiesta?

Tos, 2002


Un hombre anciano,
sentado en el living de cemento
de un parque. Sobre la mesa, una naranja.
El anciano observa la copa de un árbol. Baja la vista
hacia la naranja. Ella, posa y él, la estudia.
Ambos, en trance.

Hipnosis, 2005

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962)

Pines Sprun
Obra reunida 1990-2014,
Buenos Aires, 2023








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Foto: Juan Desiderio/Facebook

jueves, junio 01, 2023

Juan Desiderio / Dos poemas




A orillas de un arroyo de piedras luminosas
mariposas blancas, árboles y arbustos
el Sol de la tarde reina feroz
Arpa celestial que suena invisible
en armonía con el trino animal
y la feliz melodía del agua. 

En rápido instante, aves azules y negras
son frutos inmóviles de un árbol seco.
En la orilla donde arponea Dios
un sinfín de cañas parecen fantasmas
despeinados que casi beben de estos ríos 
pero van muy lentos, van inclinados.
Como si mucho les cansara la sed.


*

En la avenida, los viajantes
chocan contra el aire frío
transparente, con un toque azul
que viene del oxígeno

En una esquina hay un bar
con siete personas dentro
conversan acerca
de sus propias trinidades.

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962), Juan Desiderio en Facebook

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viernes, noviembre 19, 2021

Juan Desiderio / De "Barrio trucho", nueva edición



VIII

Madera de puerto escombro
cuerpo de náufrago lexotanil
como madera de zapatos allá en la cárcel
madera de huérfano allá en el puerto

cardo de zanjón
club nocturno zaguán de la especie
en las mentes un supercristo de cien dólares
y un pájaro cristiano con clavos
en cada pensamiento
un wing del cielo en un sótano
abortando la raza pegándose una ducha
de sarro la sangre
del mundo

pensándolo bien
un puerto de madera puede hundirse
la marea
ser fatal
un estibador cargar en sus hombros un
dios clandestino
una madre congelar la imagen del mundo
un wing izquierdo morir
en la humedad de una pieza con restos de
pescado y manchas de alcohol
en la piel
un puerto de madera
convertirse en un shopping center.

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962)

Barrio trucho
 
(edición aumentada),
prólogo de José Villa.
Editorial Maravilla, 
Villa Ventana, 2020

Primera edición: 
Trompa de Falopo, 
Buenos Aires, 1990.




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Foto: Juan Desiderio por Diego Martelli Juan Desiderio/Facebook

martes, junio 12, 2018

Juan Desiderio / Imelda irlandesa















Imelda irlandesa
derrapó en los andenes
desiertos de sus ojos
no pudo con las antiguas
escaleras hacia Londres.
Supe de la muerte al verla
tropezar en el lustre.

Imelda protectora
crispada de izquierdas
apuntando hacia Dublín.

Liberación a demencia.
Su pecho es el agujero
donde van los trapos gas oil
de una paciente espera.

Imelda gritando
en los baldíos
de Stonehenge.

Dulce Imelda
brotando en la madera
de esas viejas anclas
de la suerte, libre
como el póster sordomudo
del Cristo de Bretaña.

[inédito]

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962)
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Foto: Alejo Cambas/Facebook

Op. Cit. - Página 12 - Poetas Argentinos

domingo, octubre 22, 2017

Juan Desiderio / De "El Templo"















Un Camposanto es muy parecido a una Biblioteca. Sus nichos son como estantes. Cada persona se corresponde con un libro. Las personas tienen una historia, un cuerpo sin volumen; tienen huesos y músculos, que vendrían a ser hojas y la encuadernación. Los capítulos son órganos, las palabras son células y las letras son genes.
Así, cada humano tiene un cuerpo y una personalidad. Todo lo que vivimos es lo que somos, y lo que vendrá será lo que nos falta. En un Camposanto hay colecciones de huesos, cenizas, cabellos, uñas y dientes. También hay biografías en forma de espectro y una enciclopedia inmensa que contiene los últimos pensamientos; los aferrados. Los que tardan en salir del hueso.
Imágenes no hay; son parte del aire y las va llevando el viento de lugar en lugar.


El amigo Glik vive una extraña doble vida: la de ser mitad fantasma y mitad hombre. Esto se nota con su presencia, que puede ser inmediata y sorpresiva.
Amigo Glik es el más antiguo de los parroquianos del Templo. Sabe de un par de muertos y algunos desmayos en su vida.
Su excesiva dulzura, afectada por una psiquis desorientada lo mantiene en la lentitud.
Amigo Glik construye desde su mediana edad, instrumentos electrónicos. Es un preciso conocedor de los primitivos ordenadores con sus respectivos lenguajes.

[inédito]

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962), El Templo, Op. Cit. Oct. 18, 2017
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Foto: FB

La Primera Piedra - NoiseArt

viernes, mayo 05, 2017

Juan Desiderio / La Niña Santa y el Neuromante

















Cuando el Templo cierra, al caer las luces del día, una Santa Niña traslúcida sube lenta por las escaleras y hace crujir levemente sus maderas. En el Salón de las Lecturas encuentra, sonriendo, a un Neuromante, profeta que crea futuros por medio de la lectura de sus propios tejidos. Su forma actual es de un anciano; su cabeza es de cabello afro, piel arrugadísima y ojos negros. Pasan quince minutos y el trance lo pone en pista.
Abre un cuaderno muy grande. Establece una geometría original, uniendo puntos que dispone, inspirado, a lo ancho y a lo largo de la hoja. Cada punto se corresponde con una ciencia. Y cada ciencia es como un planeta. Así, un punto en el cuaderno es una ciencia figurada, cuya naturaleza es una conferencia de Maestros que van juntos por distintas rutas, y habitan continentes no muy alejados entre sí.
El Neuromante se sienta junto al espectro dulce de la Niña Santa en cómodos sillones de cuero verde que forman parte de un living que está justo frente al Altar.
Sobre una mesa de madera cruda, despliega algo similar a un mapa de la Mente Humana. Está hecho con pluma y tinta viejas. El color de la tinta es marrón oscuro, con pasado negro que bien puede notarse en el centro del trazo.
Describe los contornos de un cerebro visto de arriba, con los hemisferios bien separados para que se note la compleja conexión que existe entre ambos.
El joven fantasma propone relámpagos de neuronas, líneas de luz inteligente emitiendo colores desde su cuerpo de niebla. Cada color es una emoción que inspira al venerable cabeza de afro.
Así, ella es verde cuerpo con cerebro violeta y manos rojas. El hombre dibuja algo parecido a un rayo, uniendo virtudes, traumas y pasado que andan tatuadas en la piel de los sesos.
Los traumas se aburren, las virtudes van al gimnasio y el pasado es una ruina sin sentido.
Con este juego, puede medirse la intensidad del espíritu humano.

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962), publicado en Facebook

sábado, junio 18, 2016

Juan Desiderio / Honores al que va, luto al que se queda















Honores al que va, luto al que se queda
Late desde el centro, todo lo que es
Arde la carroña, bocado predilecto
Para fantasmas con buitres en los hombros.

Frutas doradas en arbustos peligrosos
Especias del mas allá, alguna trampa
Entonces la boca se excita, y el paladar
Es un cielo con suspiros y campanas.

Y que va, si para siempre es lo que se dice
La nave sigue recopilando nuestra historia
Piloteada por un amnésico que sonríe
Hasta esfumarse, en la mañana.

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962), Obra poética (1990/2014), Hesíodo, Buenos Aires, 2015
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Foto: Juan Desiderio en FB

miércoles, enero 14, 2009

Juan Desiderio / Uno entra a la casa del chaucha




La zanjita IX

Uno entra a la casa del chaucha
carbonero y vende papas
el que miente
y excavó durante treinta años
yo cavé parte de esta zanja
el agua que pasa
es como mi sangre
sangre de gato
entre sangre de perros
soy el que cava
y se deja ver.
Uno regresa vivo
de la casa del chaucha
y ve una zanja hecha
por un semidios barrial
o un perro equivocado.

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962),  La zanjita. Barrio trucho. El asesino de dios. Ediciones Vox, Bahía Blanca, 2007

Foto: Daniel Mordzinsky

De Desiderio en este blog:
Campo de árboles secos
La zanjita V

sábado, septiembre 15, 2007

Juan Desiderio / Campo de árboles secos


XXII

Campo de árboles secos
y tierra enferma
donde vive un amigo

Prendemos el radio
para hablar
con algún aficionado

Y una voz aparece en el estéreo
"los voy a matar, perros"
pregunto quién es
"el que se electrocuta en tu cocina"

Entramos a oscuras
respetando la radiación azul
de un cuerpo que sale
del tomacorriente de la heladera

Una pasta marrón
se levanta y dice:
"Denme forma o los mato"

¿Qué forma preferís?, dice mi amigo
¿Humana, vegetal, arte moderno?
"lo último", y parece entusiasmada
La convertimos en pared con azulejos.

Y vamos a tener, por fin,
pared con quien hablar.

Juan Desiderio, La zanjita, Barrio trucho, El asesino de Dios. Ediciones Vox, Bahía Blanca, 2007
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Foto: s/d

jueves, noviembre 02, 2006

Juan Desiderio / No te hagás el espok

La zanjita V

La zanjita. A la zanja
según el más viejo del barrio
la creó el diablo
allá por el año en que
el más viejo del barrio
perdió una pierna
en una guerra en la que todos
perdieron una pierna
pero el más viejo
cree que el diablo bajó
con un látigo
pa castigar al hijo del del
garage porque se curtía dó
vino blanco por hora y a la
hija del cartero no
entonce enfurecido
pegó un chutazo
y volaron la piedra
y el barro
—ahora van a venir lo sapo
y la culebra
y todo lo vecino
van a ser bautizado
en esta zanja—
El diablo se fue
y lo sapo
no nos dejaron dormir
nunca más.

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962)

  • La zanjita