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domingo, 6 de agosto de 2017

Alexander Kluge, arqueólogo y visionario

El Cineclub La Rosa dedica un nuevo ciclo al cineasta alemán Alexander Kluge, con proyecciones en 16mm gracias a la colaboración del Goethe-Institut Buenos Aires. Como siempre, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154, en el nuevo horario de las 20:30.


Luego de haberle dedicado un ciclo al comienzo de nuestra novena temporada, regresamos con Alexander Kluge, uno de los padres del llamado "Nuevo cine alemán".

Nacido el 14 de febrero de 1932 en Halberstadt, el 8 de abril de 1945 una bomba aérea de los aliados explotó a solo diez metros de donde se encontraba Kluge, de 13 años entonces. "Debe ser posible presentar la realidad como la ficción histórica que es", dice.

Estudió derecho, historia y música en las universidades de Marburgo y Fráncfort, y se doctoró en derecho en 1956. Durante su época de estudiante fue amigo del filósofo Theodor Adorno, que había vuelto a Alemania procedente de Estados Unidos y era profesor en el Instituto de Investigación Social, institución central de la llamada Escuela de Fráncfort.

Kluge trabajó como asesor legal para el instituto, y comenzó a escribir sus primeros relatos durante este período. Por consejo de Adorno, Kluge empezó también a investigar sobre el cine, y en 1958 Adorno le presentó al director alemán Fritz Lang. En 1960 rueda su primer cortometraje Brutalidad en piedra (1961), junto a Peter Schamoni, ya proyectado en 2015.


En 1962 es uno de los firmantes del manifiesto de Oberhausen, que declara muerto el cine alemán de los años 1950 y como alternativa propone a los nuevos realizadores del Nuevo Cine Alemán. Junto a Edgar Reitz y Detten Schleiermacher, ese mismo año, asume la dirección del nuevo instituto de Formación Cinematográfica de Ulm (Institut für Filmgestaltung). En 1963 funda su propia productora que sigue funcionando hasta la fecha: Kairos-Film.

"En 1966 Kluge estrena su primer largometraje, Adiós al ayer (Abschied von gestern), y se convierte en el primer realizador alemán que, tras la guerra, gana el León de Plata en el Festival Internacional de Cine de Venecia. En 1968 gana el León de Oro por Artistas bajo la carpa del circo: perplejos (1967, proyectada en nuestro ciclo anterior), y con esto se le reabren al cine alemán las puertas de Europa", reseña Carla Imbrogno en el prólogo de 120 historias de cine, libro de Kluge editado en Buenos Aires por Caja negra, en 2010, que forma parte del catálogo de la Biblioteca.

Desde ahí sus producciones viran hacia un carácter más documental. Profundiza en un estilo analítico y asociativo que se convertirá en una clave personal, como en Trabajo ocasional de una esclava (1973), que proyectaremos en este ciclo.

Luego ganaría en los festivales de Oberhausen, Venecia, Cannes y Berlín, y en 2007 recibió la Gran Orden de Mérito de la República Federal de Alemania, y un año más tarde el Premio de Honor de la Academia de Cine de Alemania.

Además, ha obtenido casi todos los grandes premios literarios, como el Georg Büchner, que recibió en 2003, considerado el galardón literario más importante en lengua alemana. El título del ciclo está tomado del artículo sobre Kluge de Gerhard Midding.

Emiliano Penelas
Programador


Miércoles 9 de agosto - 20:30 horas
TRABAJO OCASIONAL DE UNA ESCLAVA
(Gelegenheitsarbeit einer Sklavin, Alemania, 1973, blanco y negro, 91 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge
Elenco: Alexandra Kluge, Franz Bronski, Sylvia Gartmann, Traugott Buhre, Ursula Dirichs, Walter Flamme

Roswitha Bronski, casada, con tres hijos, regenta una consulta médica de abortos, con el fin de alimentar a Franz, su marido estudiante, y "poderse permitir algunos niños más". El realizador muestra en el mismo comienzo del filme con chocante exactitud las actividades de Roswitha, pero el problema del aborto no es el tema de la película. Kluge analiza en el caso de Roswitha Bronski el papel de la mujer en la familia, en la sociedad.


Miércoles 23 de agosto - 20:30 horas
EL PODER DE LOS SENTIMIENTOS
(Die Macht der Gefühle, Alemania, 1983, color/blanco y negro, 115 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge
Elenco: Hannelore Hoger, Alexandra Kluge, Edgar Boehlke, Klaus Wennemann, Erwin Scherschel, Beate Holle, Uwe-Karsten Koch, Suzanne von Borsody, Paulus Manker

Un niño muere en la guerra; un niño es apaleado hasta la muerte; entierro de gala para un político asesinado; despedida; salida de un tren; Guiseppe Verdi, Rigoletto, último acto. Cinco saltos en el tiempo, cinco cambios de ubicación; numerosos fragmentos y una cinematografía acelerada que proporciona una experiencia distinta a la del instante vivido en realidad.


Miércoles 30 de agosto - 20:30 horas
EL ATAQUE DEL PRESENTE AL RESTO DEL TIEMPO 
(Der Angriff der Gegenwart auf die übrige Zeit, Alemania, 1985, color, 106 minutos)
Dirección: Alexander Kluge.
Elenco: Jutta Hoffmann, Armin Müller-Stahl, Michael Rehberg, Peter Roggisch, Rosel Zech, Alfred Edel, Rosemarie Fendel.

Conjunto de relatos cuyos protagonistas se enfrentan a situaciones críticas que los obligan a reflexionar sobre el pasado y a plantearse el futuro. A una joven doctora la atormenta la banalidad de su vida. Una familia se sienta frente a un ordenador como si se tratara del fuego de la chimenea. Una maestra de jardinería debe entregar a un chico a sus tutores legales... Un filme de ensayos en episodios, que "se despide del cine clásico", según el propio director. Trizas de la realidad, que sin embargo se atienen todas estrictamente a una idea, como un único instante puede entrelazar todo el antes y el después.



Ciclo realizado con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires.

lunes, 16 de febrero de 2015

Alexander Kluge – Arqueólogo y visionario

La historia contemporánea y cultural es una fuente de inspiración inagotable para el cine comprometido  de Alexander Kluge. Sus últimos trabajos son una  evidencia de la  continuidad de su obra a lo largo de más de cincuenta años.


Alexander Kluge es uno de esos artistas que provoca admiración y envidia por su capacidad de trabajo. Basta dar un vistazo a su agenda en la primera mitad de 2014, sólo en Berlín: en abril lanzó su nuevo libro 30. April 1945: Der Tag, an dem Hitler sich erschoss und die Westbindung der Deutschen begann (30 de abril de 1945: el día en que Hitler se suicidó y comenzó el apego de los alemanes con Occidente). Unos días después, realizó una conferencia en la Haus der Kulturen der Welt (Casa de las Culturas del Mundo) sobre la relación entre civilización y urbanismo. En mayo estuvo en el programa del emblemático festival de Teatro Theatertreffen de Berlín, donde ofreció una charla sobre el rol del teatro como espacio público vivo y revelador. En el Zeughauskino, la sala de cine del Museo de Historia Alemana, presentó su último DVD, Bilderwelten des Großen Krieges: 1914–1918 (Imágenes de la Gran Guerra: 1914-1918), y discutió animadamente con el público. Alexander Kluge nunca ha aprendido a recluirse. Y, difícilmente, podría haberlo hecho, considerando que es cineasta, filósofo, crítico cultural, narrador y productor de televisión, todo en uno y a la vez. Su curiosidad y su fantasía parecieran encontrar estímulo en todo lo que ve, y es como si todos los interrogantes de la historia contemporánea y cultural cupieran en su ámbito de competencia intelectual. Kluge es un erudito, una suerte de espíritu renacentista entre los realizadores cinematográficos alemanes.

Cineasta precursor e innovador
En la historia del Nuevo Cine Alemán, Kluge asumió un rol central como precursor e innovador. Fue, de hecho, uno de los creadores del Manifiesto de Oberhausen, que en 1962 proclamó el quiebre con el complaciente cine de la postguerra en Alemania Occidental, en el que la historia brillaba por su ausencia. En 1963 se inició como profesor en la Universidad de Diseño de Ulm, donde marcó a toda una generación de cineastas. Su primer largometraje Abschied von gestern (Adiós al ayer) se transformó en 1966 en uno de los primeros éxitos de los jóvenes realizadores alemanes de la época. Dos años más tarde ganó el León de Oro en el Festival de Venecia con Die Artisten in der Zirkuskuppel: ratlos (Los artistas bajo la carpa del circo: perplejos). Al comenzar su vida profesional, Kluge no se inició de inmediato en el cine. De padre médico, Kluge nació en 1932 en Halberstadt (Sajonia-Anhalt), y estudió Derecho, Historia y Música Sacra. Una vez titulado, comenzó a trabajar como asesor jurídico en el famoso Instituto de Investigación Social de Frankfurt, donde trabó amistad con Theodor W. Adorno. Y fue curiosamente Adorno, que personalmente no era gran amigo del cine, quien despertó el interés de Kluge por el medio y le consiguió una práctica con Fritz Lang en el rodaje de Das indische Grabmal (La tumba india) en Berlín. Pareciera ser que el trabajo en la película de Lang no despertó pasión alguna en Kluge, puesto que pasó la mayor parte del tiempo en la cafetería del estudio escribiendo sus propios guiones. El cine –como él mismo dice– no lo aprendió del maestro Lang, sino de su amigo y coetáneo Edgar Reitz.

Cuestionando la historia oficial
En el primer corto de Kluge Brutalität in Stein (Brutalidad en piedra) de 1960, ya es posible ver lo que será el desarrollo posterior de su obra. La película muestra cómo el pasado nacionalsocialista en ruinas sigue estando presente. Desde entonces, su nombre se transformó en sinónimo de un cine comprometido que cuestiona la historia oficial. Kluge fue el artífice de películas colectivas realizadas a modo de reacción artística frente a sucesos políticos que conmocionaron el país: por ejemplo, Deutschland im Herbst (Alemania en otoño) de 1978,  que trata sobre las actividades terroristas de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), o Der Kandidat (El candidato) de 1980, sobre la candidatura a canciller de Franz Josef Strauß, ex miembro de las juventudes nazis. Su interés y curiosidad comienzan allí donde los medios tradicionales no se aventuran. En Deutschland im Herbst presenta por primera vez a la profesora de historia Gabi Teichert (Hannelore Hoger), que dos años más tarde se transformaría en el personaje principal de otra de sus películas: Die Patriotin (La patriota). La protagonista excava literalmente en la historia alemana, es el álter ego de su director. Una y otro proceden como arqueólogos, juntando pedacitos, midiendo fragmentos. Esa técnica de la búsqueda de huellas se refleja en la estructura abierta de las películas de Kluge, que se despliegan como collages impredecibles: monta elementos heterogéneos, fotografías, pinturas, material de archivo y escenas ficticias; trabaja con contrapuntos y subtítulos. De esta manera, crea espacios libres para espectadores activos, que terminan por componer la película en su propia mente. Kluge logró incluso llevar a la televisión la audacia y la porfía del cine de autor. Aprovechando los espacios culturales que los canales privados deben tener por ley, acometió valientes intentos por explorar un nuevo vocabulario audiovisual para el medio, con programas como News & Stories (Noticias e historias) y 10 vor 11 (Diez para las once).

Especialista en los detalles
Sus últimos trabajos son un ejemplo contundente de la impresionante continuidad de su obra de más de medio siglo. En el libro 30. April 1945 ofrece una “crónica del último día laborable del Tercer Reich”. Allí, mezcla recuerdos de soldados en el frente con impresiones de su propia niñez, recuerda que aquel día en San Francisco se crearon las Naciones Unidas e investiga el pensamiento de Thomas Mann en los años de su exilio californiano. En su ensayo audiovisual Bilderwelten, sobre la Gran Guerra, lo central tampoco es el panorama histórico de la Primera Guerra, sino la coexistencia y la simultaneidad de episodios e historias. Kluge es un especialista en encontrar detalles significativos y esclarecedores. El DVD es también un homenaje a su tío, que murió en 1914 en la batalla de Neufchâteau. Estos dos trabajos no son el ejercicio obligado ante la llegada de un nuevo aniversario, sino expresión del extraordinario don de Alexander Kluge para tender puentes históricos. Las lecciones del pasado son para él inapelablemente actuales, y olvidar la historia equivale a despojar a la sociedad de uno de sus haberes más preciados.

Gerhard Midding
Periodista especializado en cine. Trabaja para diarios y revistas. Ha realizado documentales para radio y televisión y colaborado en varios libros sobre cine.
Traducción: Pola Iriarte
Copyright: Goethe-Institut e. V., Internet-Redaktion, septiembre 2014