Porco Rosso

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domingo, 3 de diciembre de 2017

ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS de Kenneth Branagh - 2017 - ("Murder on the Orient Express")


El detective belga Hércules Poirot, tras resolver con éxito un caso más, parte desde Jerusalén en dirección a su país en el Orient Express. Es pleno invierno y en el tren hay muy pocos pasajeros. Una noche, en las montañas, un alud hace descarrilar a la locomotora y todos se quedan aislados a la espera de que los rescaten. Entonces, algo terrible ocurre... Un asesinato en uno de los compartimentos. Un nuevo enigma para Poirot.


Tal vez "Asesinato en el Orient Express", una de las novelas más famosas de Agatha Christie y de su personaje más famoso, el detective belga Hércules Poirot y que ha sido adaptada varias veces para las pantallas (1974 con Albert Finney, 1989 con David Suchet o 2001 con Alfred Molina) no sea una de las mejores películas de Kenneth Branagh y no llegue ni de lejos a las cosas que hizo en décadas anteriores, pero desde luego es, indiscutiblemente, lo mejor que ha hecho en diez años, aunque tal vez suene triste decirlo. El gran adaptador moderno de Shakespeare al cine lleva desde 2007 sin dar pie con bola. Lo mejorcito que hizo desde entonces fue "Thor", y sin que fuese ninguna maravilla. Lo otro fue un remake innecesario y horrendo de "La huella", un reinicio olvidable de las aventuras de Jack Ryan ("Jack Ryan: Operación Sombra") y una repugnante nueva versión de "La Cenicienta". Impropio totalemente de este director. Su incursión en las aventuras de Hércules Poirot no es perfecta, pero es bonita, divertida, bien recreada, hecha con mimo y con un repartazo. Juega en su contra el que tal vez su historia sea ya demasiado conocida, por la novela y por la gran cantidad de adaptaciones a muchos medios, pero Brannagh sabe desplegarla y ordenarla con ritmo, sabe dosificar toda la información muy bien, sabe dar su lugar a cada personaje y su momento de protagonismo necesario, sabe poner la dosis de humor fino adecuada cuando ha de colocarla, sabe virar al drama justo cuando la trama lo necesita y sabe exponer perfectamente el dilema moral sobre las diferentes concepciones de justicia que plantea todo. Vale, sólo tiene que copiar de una novela. Ok, la historia no es original. Pero Brannagh es uno de los mejores adaptadores literarios al cine de las últimas décadas y, por fin y por primera vez en mucho tiempo, sabe hacer bien su trabajo. A esto le unimos un escenario muy bien recreado, una representación histórica muy rica, unos recursos estéticos muy vistosos (el plano de la La Última Cena me encantó y los cambios al blanco y negro creo que son muy acertados para las situaciones que describen) y un reparto que está en estado de gracia (todos y todas clavan a sus personajes y lo hacen con mucho carisma, y no es para menos). En fin: "Asesinato en el Orient Express" es de lo mejorcito de este director en mucho tiempo, y eso la ensalza. Tal vez estemos a las puertas de una nueva etapa para él en la que le volvamos ver a hacer cosas dignas. Esperemos.


domingo, 8 de octubre de 2017

JACK RYAN: OPERACIÓN SOMBRA de Kenneth Branagh - 2014 - ("Jack Ryan: Shadow Recruit")


Jack Ryan es un veterano de guerra que lleva una doble vida como ejecutivo de Wall Street y como analista para la CIA. En ambos campos destaca como una joven y brillante promesa y, fruto de su trabajo en los dos ámbitos, descubre lo que parece el principio de una conspiración para hundir los mercados del mundo y crear una nueva crisis global más brutal que todas las anteriores. Esta conspiración además parece estar gestándose en Rusia, a donde Ryan es enviado para realizar una auditoría de firmas que la confirme. Allí, algo inesperado ocurre...


Los últimos diez años no han sido nada buenos para Kenneth Branagh, que inexplicablemente se ha sumido en una espiral de películas impersonales cuando no directamente malas. En 2007 metió la pata hasta el fondo con su innecesario remake de "La huella", en el que destrozó el clásico original vilmente. Luego se encargó de la primera película del superhéroe de Marvel "Thor", que era solamente aceptable y estaba muy lejos de su nivel anterior, y seguidamente se embarcó en esta quinta película y nuevo reinicio de las aventuras de Jack Ryan que comentamos, tras la cual entregó un remake de "La Cenicienta" con actores para la Disney que fue verdaderamente lamentable y que deseo olvidar con todas mis fuerzas. "Jack Ryan: Operación Sombra" empieza una vez más con otro ciclo del analista de la CIA de Tom Clancy, y no se puede decir que sea un filme horroroso, pero desde luego para lo que ha hecho antes Branagh está muy, pero que muy atrás en calidad y personalidad de cualquier cosa de su línea dura. De hecho, personalidad no tiene ninguna: es un thriller normalito, del montón, con todo correcto pero con todo olvidable. Ahora Jack Ryan es Chris Pine, que lo hace todo de forma solvente, y le acompaña un plantel de secundarios conformado principalmente por Keira Knightley, Kevin Costner y el propio Branagh como el villano de la función que lo hacen también todo de forma solvente. La trama se pasa, estando en 2014 todavía saliendo el mundo de las consecuencias de los peores años de la crisis económica que hemos vivido en la última década, al espionaje financiero, y ahora el objetivo es parar una manipulación malévola de los mercados que crearía el Segundo Crack del 29. Todo se sigue bien y el director sabe llevar la historia con un buen equilibrio entre acción y drama, aunque no destacan ninguno de los dos puntos, ni la acción por imaginación o espectacularidad ni el drama por llegar al espectador. El retrato político es por otra parte muy flojito y desdibujado (el peor de todas las entregas de la franquicia con diferencia), y por supuesto, y aunque no haya exceso de patrioterío, los americanitos tienen la razón y los rusos, recuperados en plan nostálgico, son muy malos.


No hay finalmente en la película diálogos de vergüenza ajena, ni tampoco gilipolleces o fallos extremos de guión, pero tampoco hay nada que vaya más allá del simple entretenimiento normalito para pasar el rato. No trata "Jack Ryan: Operación Sombra" como a un imbécil al espectador pero tampoco le ofrece nada digno de recordar. La sensación que deja es muy parecida a la que deja "Pánico Nuclear", el reinicio anterior de 2002: indiferencia y olvido. De hecho, como era de esperar, y al igual que aquella, este segundo reinicio de las aventuras del personaje más famoso de Tom Clancy fue un fracaso comercial estrepitoso y en el mismo año de su estreno ya se anunció que, como la de Ben Affleck, tampoco tendría secuela. Y hasta aquí llega la franquicia cinematográfica de Jack Ryan hasta este momento. Muy mal por un Kenneth Branagh que no da pie con bola desde 2007. Esperemos que su versión de "Asesinato en el Orient Express", que se estrena a finales de noviembre de este año, suponga su retorno a una mínima calidad.


martes, 6 de junio de 2017

LA HUELLA de Kenneth Branagh - 2007 - ("Sleuth")


Andrew Wike es un exitoso escritor de novelas negras y de misterio apasionado de las adivinanzas y los enigmas que vive en una mansión en el campo llena de sistemas de vigilancia y tecnología punta. Milo Tindle es un joven actor de poca monta. Milo visita a Andrew en su gran casa. Tienen algo muy importante de lo que hablar...


Aunque he comentado prácticamente toda la filmografía de Kenneth Branagh, he dejado su remake de "La huella" y su reinicio de las aventuras de Jack Ryan para el momento en el que tocase comentar sus franquicias respectivas (la segunda la comentaré en los próximos meses). Con este innecesario remake empieza para el director adaptador de Shakespeare una etapa bastante oscura de la que esperamos que pueda salir con su versión de "Asesinato en el Orient Express", que llegará a las salas a finales de este año. Y es que el hombre no ha dado pie con bolo en la última década: esta horrenda película que se mea en el legado de Mankiewicz, y luego la primera "Thor" que "ni fu ni fa", y luego el mencionado retorno de Jack Ryan, que es para echarle de comer aparte, y finalmente su versión de "Cenicienta", que es sencillamente para vomitar. ¡Qué diez añitos, Branagh, qué diez añitos te has tirado! "La huella" de 2007 es una infamia que coge al clásico inmortal de 1972 y se lo pasa directamente por el forro de los cojones. Soy muy contrario a la cultura del remake, pero lo cierto es que en este caso resultaba algo interesante ver a Michael Caine haciendo ahora del escritor perverso y a otro actor más joven (en este caso Jude Law) del hombre de clase baja. Pero fin. Eso sí, hubiera preferido una copia cutre, un calco sin ningún interés, antes que este despropósito. El metraje se queda en una hora y media (por suerte) y los enigmas son recortados a lo bruto para dejarlos en una copia penca de los originales en "formato digital" (que estamos en 2007). Los diálogos se pierden también en su mayoría, y la intriga la vemos reducida a un show de tensión sexual gay que no tiene a cuento y que hace que la lucha de clases de la primera entrega pierda casi toda su importancia. Y encima tenemos un desenlace horroroso, mal solucionado: una huida hacia la mediocridad salvadora del que no sabe cómo cerrar una historia. Todo en "La huella" de Kenneth Branagh es bochornoso, deslucido, cutre, chapucero. Hasta el escenario, que no tiene nada que ver con aquella mansión llena de carismáticos cachivaches. Hasta las interpretaciones, exageradas, sobre todo la de Jude Law, un gran actor que aquí no atina con sus aspavientos. En los remakes, o se innova mucho y bien, o se es fiel a lo que se "remakea", pero no se falta al respeto a la esencia original y encima se hace un truño. Aunque lo ideal siempre pensaré que es no hacer nuevas versiones de clásicos y crear cosas novedosas. No pasar la gorra, vaya. Pésimo Kenneth Branagh.


jueves, 13 de agosto de 2015

CENICIENTA de Kenneth Branagh - 2015 - ("Cinderella")


Cuando la joven Ella se queda huérfana de madre, su vida feliz se viene abajo. Su padre se casa con la señora Tremaine, una viuda pérfida que sólo le quiere por su dinero y que tiene dos hijas estúpidas, egoístas y malvadas que la desprecian. Ella, sin embargo, va a saber sobreponerse a esta situación: su bondad infinita y su corazón de oro la van a llevar a cumplir sus sueños a pesar de la adversidad... Y a conocer a un misterioso joven en el que va a descubrir el amor verdadero.


Kenneth Branagh está definitivamente de capa caída desde el año 2007. El que ha sido uno de los mayores adaptadores al cine de William Shakespeare y el que nos ha entregado maravillas como "Los amigos de Peter" o "En lo más crudo del crudo invierno" no da tristemente pie con bolo desde hace bastante tiempo. Inexplicablemente, se ha embarcado ya en cuatro proyectos comerciales (no digo "comerciales" de forma despectiva) que, en el mejor de los casos, son muy normalitos y, en el peor, auténticas e infumables basuras. En el mencionado 2007 dirigió un remake de la obra maestra de Joseph L. Mankiewicz "La huella" que era una completa y aberrante falta de respeto hacia la creación original, además de una película totalmente innecesaria. Después, en 2011, incursionó en el cine de superhéroes del Universo Cinematográfico de Marvel con "Thor", que no estaba mal pero tampoco especialmente bien: era una película de acción épica simplemente funcional. Tras esto, el año pasado se pasó al thriller de espionaje y acción con el reinicio de la saga de Jack Ryan "Jack Ryan: Operación Sombra", que ni fu ni fa y que desde luego está a años luz de lo que él ha hecho en el pasado. Y este año, ha terminado de meter el patón con su nueva versión de "La Cenicienta" rodada para la Disney. Todavía no he comentado en este blog ni "La huella" ni "Jack Ryan: Operación Sombra": lo haré cuando toque revisitar "La huella" original y las diferentes versiones de las aventuras del mítico personaje de Tom Clancy.


"Cenicienta" intenta claramente aprovechar el tirón del éxito de "Maléfica" y aportar una nueva versión del clásico de Walt Disney rodada fuera del cánon animado de la compañía. No me parece mal esto: lo que me parece mal es que la película de marras sea tan pésima. La película de 1950 en la que se basa le de miles de millones de vueltas. Me resulta del todo inexplicable, inconcebible, que Kenneth Branagh haya perpetrado este engendro. Los personajes son estereotipos de la peor calaña (Cenicienta es más tonta que Pichote y la Madrastra es ridícula hasta la vergüenza ajena), los actores están pésimos y sobreactuados hasta la náusea (Cate Blanchett, ¿qué te ha ocurrido?), los diálogos son terribles, la trama se basa en meternos por la boca sobredosis de pasteles y azúcar en vena sin piedad (madre mía, es que no puede ser más ñoña y más gilipollescamente edulcorada) y la ambientación se salva algo pero tampoco dice nada. Triste, muy triste es esta cosa infame. Y más triste aún viniendo de quien viene. Branagh, por favor, vuelve a tus orígenes.


viernes, 6 de diciembre de 2013

THOR de Kenneth Branagh - 2011 - ("Thor")


Thor, el valeroso pero arrogante y poco experimentado hijo de Odín, rey de Asgard, desata con su impetuosidad un conflicto entre su reino y el de los pérfidos Gigantes de Hielo que intentaron hacerse con él en el pasado. Desterrado en el planeta Tierra, el gran guerrero ha de comenzar una nueva vida con los humanos... Entre los que encuentra el amor, pero también una terrible trama de destrucción en la que está envuelto alguien tristemente cercano a él.


Kenneth Branagh, un poco en baja forma tras su innecesario remake de la soberbia "La Huella" de Joseph L. Mankiewicz (que comentaré en otro momento junto con la original del maestro del cine clásico), fue el encargado de dirigir la primera entrega de las aventuras de Thor. Junto con Ang Lee, Branagh es prácticamente el único de los directores que hasta ahora han pasado por el "Universo Cinematográfico de Marvel" que tiene una personalidad autoral marcada y una larga carrera a sus espaldas. La mejor película de Louis Leterrier es la propia "El Increíble Hulk", Jon Favreau (los dos primeros "Iron Man") y Joe Johnston ("Capitán América") son dos buenos artesanos pero no pasan de eso mismo, Joss Whedon ("Los Vengadores") es un buen director con camino hecho en el mundo del cine pero que en mi opinión todavía está terminando de despegar definitivamente (y con buen pronóstico, eso sí), Shane Black ("Iron Man III") tiene una carrera aún muy corta para que pueda ser correctamente valorada y Alan Taylor ("Thor II") tiene mucha experiencia en el mundo de las series pero también pocos proyectos propios todavía. Era de esperar que a Kenneth Branagh se le pidiese algo más que una obra solvente... Y una obra solvente es lo que entregó. Con lo bueno y con lo malo que eso tiene.


Thor, un superhéroe venido de un mundo de valkirias y monstruos, un extraño en un planeta ajeno, un personaje con reminiscencias de los grandes héroes de los relatos del pasado, era perfecto para que el director de tantas de las mejores versiones de textos de William Shakespeare de los últimos años ("Enrique V", "Mucho ruido y pocas nueces", "Hamlet"...), de otros grandes autores ("Frankenstein", "La flauta mágica"...) y de dramas intimistas magníficos como "Los amigos de Peter" o "En lo más crudo del crudo invierno" se luciese. Y bueno, "Thor" es una película aceptable, divertida en líneas generales, pero muy a años luz de lo que el mejor Branagh ha hecho. Y eso decepciona, la verdad. Chris Hemsworth es un excelente Thor y Tom Hiddleston es un Loki fantástico, mientras que secundarios como Natalie Portman, Anthony Hopkins, Stellan Skasgard o Ray Stevenson están muy notables (incluso se han traído al gran intérprete japonés Tadanobu Asano para un papel). Se nota que Branagh dirige bien a los actores y que disfruta con ello. Y, sin embargo, aquí se queda todo su habitual refinamiento.


Siendo como he dicho divertido y entretenido, y también coherente en todo momento y por supuesto digno, "Thor" no pasa de aquí: ni tiene personalidad estética suficiente para calar, ni tiene diálogos memorales, ni tiene personajes que terminen de marcar al espectador, ni tiene escenas de acción vibrantes. Que sí, que mala no es... Pero algo sosa sí, por lo menos para mi, y más viniendo de quien viene. Dentro del "Universo Cinematográfico de Marvel" es una película funcional, como "Iron Man II", como "Capitán América": se ve sin disgusto, pero no pasa de esto. Y qué quieren que les diga... Hay directores a los que les exijo mucho más que simples películas funcionales.

martes, 1 de octubre de 2013

COMO GUSTÉIS de Kenneth Branagh - 2006 - ("As you like it")


El Duque Senior ha sido desterrado de la corte por su terrible hermano Federico. Sin embargo, vive muy feliz en el bosque, llevando una existencia retirada y relajada lejos de las luchas por el poder del palacio. La vida en su bucólico destierro va a cambiar por desgracia cuando su hija Rosalinda sea también expulsada y cuando las conspiraciones extiendan al bosque sus tentáculos. Por suerte, el amor y el honor pueden triunfar a pesar de todo... De la mano de los más jóvenes, cuyos corazones no están todavía contaminados por la ambición y la perfidia.


En el mismo año 2006 en el que dirigió la ambiciosísima "La Flauta Mágica", Kenneth Branagh también dirigió una cinta más sencilla: "Como gustéis", en la que volvió a adaptar a su adorado William Shakespeare aunque esta vez en una comedia pastoral que, además, se encuentra entre sus obras menos conocidas e incluso polémica, ya que es tan elogiada como criticada (con ataques claros de algunos escritores como Lev Tolstoi incluso). Y una vez más, me voy a limitar a comentar la película sin decir nada de la obra de turno del autor inglés, que no conozco ni he leído. En la línea de "Mucho ruido y pocas nueves" o de "Trabajos de amor perdidos", Branagh vuelve a entregar una comedia coral bucólica con final feliz rodada con mimo, con cariño sin par, con pasión (especialmente notable en la potencia de los diálogos) y con un buen hacer más que demostrado a la hora de conjugar los elementos cómicos con los trágicos y a la hora de lanzar un mensaje a favor de una vida sencilla en la que claramente se contrapone la naturaleza, llena de pureza y de bondad, con una corte oscura y podrida sembrada de conspiraciones y perfidias producto de las luchas constantes por el poder.


Con un reparto una vez más en estado de gracia total (se nota lo grandísimo que es Branagh a la hora de dirigir a actores y actrices), "Como gustéis" tiene además la habitual "marca de la casa" que consiste en situar la acción en un tiempo diferente al de la obra escrita (se pasa de un lugar situado entre Francia y Bélgica a un Japón del siglo XIX lleno de licencias, a donde se lleva el director inglés el "Bosque de Arden" original) maravillosamente representado y fotografiado (los escenarios naturales de este filme son especialmente una delicia, de los mejores de toda la obra de Branagh) y con unos interiores igualmente magníficos (y todo animado con un vestuario muy rico). Estrenada directamente para la televisión y para el DVD en muchos países de forma injusta y considerada una película muy menor de su creador, "Como gustéis" vuelve a cautivar sin problemas con su buen hacer al profano de Shakespeare y, para mi, eso es una señal de la salud fílmica indiscutible de su creador a la hora de realizar cualquier adaptación.


lunes, 30 de septiembre de 2013

LA FLAUTA MÁGICA de Kenneth Branagh - 2006 - ("The Magic Flute")


Primera Guerra Mundial. El joven y valiente Tamino se lanza al rescate de la bella Pamina, la hija de la Reina de la Noche que ha sido, según le ha dicho su madre, secuestrada por Sarastro, un hombre perverso que la tiene recluida en sus oscuros dominios con terribles intenciones. Tamino va a emprender la mayor aventura de su vida en un mundo que se sume cada vez más rápidamente en la guerra y en la destrucción. Y va a descubrir algo que no imaginaba sobre la naturaleza de Pamina, de su madre, del propio Sarastro y de la misma guerra...


En 2006 Kenneth Branagh estrena dos películas: "Como gustéis", en la que de nuevo adapta a su idolatrado William Shapeskeare, y esta "La Flauta Mágica", adaptación (valga la redundancia) de la obra operística homónima de Wolfgang Amadeus Mozart y una de sus películas más complejas en lo que a argumento se refiere. Lo llevo haciendo desde que comento la filmografía de este director: no voy a analizar la trama de esta película como no he analizado la de otras suyas debido a que no tengo los conocimientos suficientes sobre la obra original del gran artista austriaco. En concreto, "La Flauta Mágica" hace referencia al parecer a la masonería (uno de los hermanos de Mozart era masón según he leído) y tiene un mensaje antibelicista (esto lo extraigo yo de filme) y está cargada de símbolos y de metáforas sobre numerosos asuntos universales y sobre su concreto momento social. Tiene una complejidad que nada envidia a otras obras míticas y nada transparentes como, se me ocurren ahora de ejemplos gruesos, "La Divina Comedia", "El Paraíso Perdido", "Fausto", el "Ulises" de James Joyce o muchas de las "shakesperianas" que el propio Branagh ya ha llevado a las pantallas.


El análisis que puedo presentar de esta "La Flauta Mágica" de 2006 se resume en un hecho: soy un completo profano del universo de Mozart... Y el filme me ha resultado una delicia (y eso a pesar de que muchos pasajes me han parecido oscuros y difíciles por mi condición de profano). La cinta, ambientada en la Primera Guerra Mundial (es característica del director la costumbre de mover sus adaptaciones a otros momentos históricos), es visualmente apabullante, preciosa, magnífica, y sus actos musicales son una maravilla, tanto los cantos como las coreografías, mientras que el reparto está en estado de gracia. Kenneth Branagh demuestra una vez más que es un gran adaptador de obras de otros medios para el cine, ya sea esta una gran obra épica o una más sencilla comedia bucólica. Para leer sobre "La Flauta Mágica" de Mozart ahí está Santa Internet y sus miles de páginas sobre el músico. Yo lo tuve que hacer al terminar este filme, que sin embargo me pareció muy destacado y que consiguió introducirme en el mundo del citado músico. Por desgracia, no ha tenido una gran reperscusión ni siquiera entre los fans del director. Una pena.


miércoles, 31 de julio de 2013

TRABAJOS DE AMOR PERDIDOS de Kenneth Branagh - 2000 - ("Love's Labour's Lost")


Ha estallado una guerra entre varias naciones y como protesta el Rey de Navarra y sus tres mejores camaradas hacen el solemne juramento de encerrarse a estudiar durante tres años para exaltar el valor de la cultura por encima de todas las cosas. El juramento incluye, durante ese tiempo, no tocar a una mujer. Algo que va a ser bastante dificil cuando reciban la visita de la Princesa de Francia y de sus tres adorables y bellas amigas...


Kenneth Branagh repitió una vez más con su amado William Shakespeare (y las que le quedaban y le quedan) tras su magistral versión de "Hamlet" con "Trabajos de amor perdidos", la adaptación de la que según he leído es una de las obras más extrañas y complejas del autor ingles, creada para ser representada al parecer sobre todo en la corte y por ello más preparada para una audiencia con más formación que la habitual de los teatros populares de su tiempo. Vuelvo a decir lo que he dicho ya en otras adaptaciones del autor: no soy un experto en Shakespeare e incluso confieso que, antes de catar la película, no conocía de absolutamente nada "Trabajos de amor perdidos". Y vuelvo a decir lo de siempre: Branagh consigue cautivar a un profano como yo, y eso vale su peso en oro. Una vez más el actor y director "shakesperiano" por excelencia ambienta la obra en un tiempo imaginario (una primera mitad del siglo XX alternativa) y una vez más entrega un musical de enredos fantástico que está perfectamente al nivel de la más valorada "Mucho ruído y pocas nueces" de su primera etapa.


Homenajeando al musical clásico dorado de Hollywood, Branagh conforma una comedia romántica con diálogos ágiles, divertidos y a la vez inteligentes; con unos números musicales fantásticos protagonizados por un elenco actoral fantástico (el mismo Branagh y un amplio cartel de grandes intérpretes, cantantes y bailares masculino y femenino), con una ambientación como he dicho imaginativa y muy rica (perfectamente a caballo entre lo rómántico y lo realista, lo retro y lo moderno) y un mensaje además antibelicista que está insertado a la perfección y sin que afecte al contenido cómico general de la obra. "Trabajos de amor perdidos" fue un fracaso comercial estrepitoso y es hoy una de las cintas más olvidadas y menos valoradas de su director. Yo creo que hay que recuperarla porque es una delicia.

lunes, 24 de junio de 2013

HAMLET de Kenneth Branagh - 1996 - ("Hamlet")


Hamlet, el príncipe heredero del reino de Dinamarca, vive atormentado tras el asesinato de su padre a manos de su tío Claudio, que va a casarse ahora con su madre, la reina Gertrudis. El propio fantasma de su progenitor ha sido el que ha revelado al joven esta vil trama que nadie en toda la corte parece conocer. Hamlet, sin embargo, no va a dejar esto impune y está desarrollando un plan para hacer justicia. Mientras, y por desgracia, las relaciones con el reino vecino de Noruega no marchan bien y se teme un conflicto...


Con su versión de "Hamlet" Kenneth Branagh llegó para muchos al culmen de su colección de adaptaciones a la gran pantalla de obras de su adorado William Shakespeare (llegaron otras después, pero es cierto que ya no han sido tan brillantísimas como ésta). En cuatro horas el director y actor amante del teatro adapta la mencionada obra inmortal según he leído (leí "Hamlet" hace mucho tiempo, tengo que revisarla) de forma íntegra, frase a frase, punto por punto y coma por coma, sin dejarse absolutamente nada en el tintero. Y oigan, lo hace maravillosamente, porque consigue enganchar al espectador que no tiene ni papa de Shakespeare, a sus más fanáticos seguidores (sus críticas suelen ser buenas, y miren que estos amantes del autor inglés suelen ser muy exigentes cuando le tocan a su ídolo) y al que como yo tenía la trama bastante olvidada, y además logra que las mencionadas cuatro horas de metraje (se dice pronto) se pasen, dentro de lo que cabe (porque siguen siendo cuatro horas) en un vuelo. Es todo un prodigio llevar un ritmo adecuado y equilibrado (incluso en los numerosos momentos reflexivos que la historia contiene) en una película de estas características.


Sin embargo, éste "Hamlet" no habría sido lo que ha sido sin su apabullante y amplísimo reparto, en el que hasta el papel más secundario e incluso prescindible porta una cara conocida que se esmera en su momento de gloria. Todos los actores de esta película (de todas las generaciones de los últimos años además), encabezados cómo no por el propio Branagh en el papel protagonista (genial el hombre), brillan con luz propia: Derek Jacobi, Julie Christie, Richard Briers, Kate Winslet, Nicholas Farrell, Michael Maloney, Rufus Sewell, Robin Williams, Gerard Dépardieu, Timothy Spall, Jack Lemmon, Billy Cristal, Charlton Heston, Richard Attenborough, John Gielgud, Judi Dench... En fin, la lista es absolutamente inigualable.


Quedan además una ambientación excelente (en un siglo XIX imaginario que reinventa la de la obra original) y riquísima tanto en los interiores (impresionantes y bellísimos sobre todo éstos) como en los exteriores, una fotografía que la retrata maravillosa y un vestuario de ensueño. Imprescindible ver esta película en su metraje original de las mencionadas cuatro horas: no merece la pena perder el tiempo con las versiones reducidas que circulan por ahí. Kenneth Branagh en estado puro es este inolvidable y mítico "Hamlet".

lunes, 27 de mayo de 2013

EN LO MÁS CRUDO DEL CRUDO INVIERNO de Kenneth Branagh - 1995 - ("In the bleak Midwinter")


Joe Harper es un actor y director en paro desde hace bastante tiempo que, junto a su estrafalaria representante Margaretta D'Arcy, decide lanzarse a la aventura suicida de montar una versión de "Hamlet" de William Shakespeare en Hope, un pueblo minúsculo y olvidado del campo inglés. Tiene poco dinero y pocas ayudas, los habitantes del lugar son pocos y no parecen muy intereasdos en la obra y sus actores están frustrados por sus sueños rotos o tienen numerosos problemas. Sin embargo, Joe no está dispuesto a renunciar a este pequeño sueño. ¿Por qué este empecinamiento en representar a toda costa esta obra en este pueblo perdido?


Entre dos películas más comerciales y realizadas con más medios (que no por ello malas) como son "Frankenstein de Mary Shelley" y su espectacular versión de "Hamlet", Kenneth Branagh realizó una de sus digamos "películas pequeñas" y una de sus mejores obras. Porque muchas veces, estas películas llamadas pequeñas son más grandes y redondas que las que se ruedan con más presupuesto y que son más publicitadas. "En lo más crudo del crudo invierno" es una cinta sobre el mundo del teatro, cómo no, el mundo que más apasiona a Branagh (más que el propio cine, incluso) que intuyo que tiene que tener algo de autobiográfico porque narra la historia de un actor y director fracasado empecinado en montar una versión de la mencionada "Hamlet" de William Shakespeare en un pueblo minúsculo y olvidado de la Inglaterra profunda y que lo tiene todo en su contra: poco dinero, pocas ayudas, una iglesia abandonada como escenario, un plantel de actores fracasados como él y con muchos problemas personales, un aforo previsto de unas decenas de personas (si es que llegan) debido a unos vecinos (los del pueblo) que en general no es que parezcan especialmente interesados en ver la obra. Sin embargo, tanto el protagonista (un magnífico Michael Maloney) como los que le rodean van a hacer lo imposible por sacar adelante la obra. ¿Por qué? Por dignidad. Y porque, en sus vidas frustradas, tal vez sea lo único que merece ya la pena: entregarse al arte elegido, el teatro en este caso, en todas sus consecuencias y a pesar de todo lo suicida que esto tiene. La carrera de Branagh, un señor empecinado como pocos en hacer mucho por el teatro desde el arte cinematográfico, tiene mucho de esto, desde luego.


Con un plantel de actores absolutamente maravilloso, en un blanco y negro intimista y delicado con un cierto toque amateur y con una narrativa sencilla y directa el director amante de Shakespeare lanza un optimista canto al arte, a la persecución de los sueños y a la amistad que diserta sobre otros asuntos como el fracaso, el paso del tiempo, la muerte, las decepciones cotidianas o la integridad que emparentan al filme en parte con la también fantástica "Los amigos de Peter" (con la que comparte el aura nostálgica). "En lo más crudo del crudo invierno" es una de las grandes obras de Kenneth Branagh y un maravilloso y sentido retrato del amor al teatro y de la fraternidad que une a los que comparten este amor por encima de todas las cosas. Una película pequeña que hay que reivindicar sin cesar y que tal vez ha sido más olvidada en la filmografía del autor en favor de otras de sus cintas más conocidas.

lunes, 1 de abril de 2013

FRANKENSTEIN DE MARY SHELLEY de Kenneth Branagh - 1994 - ("Mary Shelley's Frankenstein")


1794. El ambicioso y obstinado capitán Robert Walton lidera una expedición que pretende alcanzar el Polo Norte. Sin embargo, él y sus exploradores pasan por un aprieto: su barco se ha quedado atascado en el hielo. Algo descubren además en el desierto e inhóspito lugar: encuentran a un hombre que viaja solo por allí y que parece sumido en la desesperación y el horror. En la lejanía, escuchan además un gemido inhumano que pone los pelos de punta. Este hombre se llama Victor Frankenstein, y les va a contar una historia increíble y a la vez terrible...


Se puteó bastante en su día (y hoy todavía lo siguen haciendo) a la versión de "Frankenstein" de Kenneth Branagh y, la verdad, no lo entiendo, porque si bien la película tiene algunos fallos y no es la versión definitiva de la historia del "Moderno Prometeo", existen mil millones de películas mil veces peores para que exista el cierto ensañamiento que muchos tienen con ésta. "Frankenstein de Mary Shelley" está destinada a aprovechar la moda de su momento (fue breve pero ahí estuvo en la primera mitad de los noventa sobre todo) de las adaptaciones de obras del terror clásico "actualizadas" y supuestamente (supuestamente) muy fieles a los textos originales de los autores que las escribieron (después prácticamente ninguna lo fue). El pistoletazo de salida lo dió el soberbio "Drácula de Bram Stoker" de Francis Ford Coppola en 1992, y a partir de ahí vino esta película y otras como "Wolf" de Mike Nichols (sobre el hombre lobo) o "Mary Reilly" de Stephen Frears (sobre el Doctor Jekyll y Mr. Hyde). Kenneth Branagh acometió su Frankenstein justo después de la genial "Mucho ruido y pocas nueces" y bueno, la verdad es que se nota que este hombre estaba (y está hoy todavía) demasiado obsesionado con el teatro. Hay momentos en este filme en los que abusa claramente de la peor grandilocuencia teatral y en los que se le va la mano con la expresividad (sobre todo se nota cuando el doctor está "dando vida" a su criatura a pasos casi de ballet que la verdad es que sobran). También algunos diálogos están un poco salidos de tiesto y resultan pedantes y pretenciosos. Está bien. Pero, ¿y el resto?


Dejando a un lado estos defectos, este cierto abuso de la fórmula teatral y esta cierta grandilocuencia y pretenciosidad forzadas, "Frankenstein de Mary Shelley" es un buen filme, aunque no alcance el equlibrio magistral entre el drama y el terror que alcanzó el "Drácula de Bram Stoker" de Coppola. La película está bien llevaba y equilibrada, la ambientación es excelente, los actores están geniales (sobre todo Robert De Niro como la bestia), tiene escenas muy buenas (sobre todo el prólogo y el epílogo en los hielos o la transformación del personaje de Helena Bonham Carter -que pone los pelos de punta-) y, aunque en el montaje hay algunos cortes bruscos algo extraños que hacen que se eche en falta algún ensamblaje más entre momentos cumbre de la trama, la historia se sigue con interés en todo momento. En fin: no entiendo, de verdad, la manía que muchos le tienen a este filme. No es la mejor adaptación de la obra cumbre de Mary Shelley (y tampoco es fiel a ella aunque su título lo pregone), ni tampoco la mejor película de Branagh como director (sobre todo colocada entre "Los amigos de Peter" y "Mucho ruído y pocas nueces" y entre "En lo más crudo del crudo invierno" y "Hamlet" -se queda un poco atrás si tiene que compararse con éstas cuatro grandes cintas, la verdad-), pero tampoco veo por qué hay que destrozarla sin miramientos.


lunes, 11 de febrero de 2013

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES de Kenneth Branagh - 1993 - ("Much ado about nothing")


El príncipe Don Pedro de Aragón regresa victorioso de una batalla y se instala durante una temporada, para descansar, en la paradisíaca villa campestre que su gran amigo, el caballero Leonato, tiene en Mesina. Allí, su soldado Claudio se enamora locamente de la bella Hero, la hija de Leonato, mientras que su amigo Benedicto también se enamora de Beatriz, su sobrina. Don Pedro va a ayudarlos a conseguir a sus respectivas amadas. Sin embargo, alguien quiere destrozarle sus planes: su pérfido e hipócrita hermano Don Juan, que le detesta profundamente y que le desea lo peor a él y a sus amigos...


Como siempre hago a la hora de comentar adaptaciones de autores tan básicos y a la vez tan complejos como William Shakespeare, del que he leído algunas obras pero no soy un experto en absoluto, me voy a limitar a comentar la película de marras y nada más, que en esta ocasión es la cuarta de uno de los directores que más ha hecho en el cine por el genio inglés de todos los tiempos: el fanático de su obra e incansable adaptador de ella Kenneth Branagh. Y tengo que decir que, al igual que me ocurrió con la genial "Enrique V", su debut, "Mucho ruido y pocas nueces" me ha cautivado siendo yo casi un profano en al autor, y sin problemas, y creo que eso ya lo dice todo sobre la película. El filme es, como la obra de Shakespeare, una comedia romántica de enredos con toques dramáticos (como se observan en otras de sus creaciones) pero con mensaje final optimista y bondadoso que demuestra que la verdad siempre vence a la perfidia. Branagh usa los diálogos del escritor inglés para colocarlos en boca de unos actores excelentes y en ambiente bucólico maravilloso (la Toscana profunda, absolutamente paradisíaca) y fotografiado con esplendor y despliega el vaivén amoroso de dos parejas que se quieren y que han de luchar contra circunstancias adversas y también de los secundarios que les rodean, todos muy bien redondeados y descritos en pequeños pero certeros trazos.


La película exhala un aura de optimismo que pocas consiguen: "Mucho ruido y pocas nueces" es una de esas escasas cintas que es capaz de alegrar un dia depresivo a cualquiera, y eso es un mérito que pocos directores pueden contar en su filmografía. Es debido al cariño que Branagh y todo su equipo ponen hasta en los más mínimos detalles, al ritmo impreso que transmite alegría y dinamismo, a la puesta en escena teatral pero que respeta también el cánon del cine, al mencionado ambiente natural y bucólico y, repito, a los excelentes actores que interpretan la película. Exceptuando tal vez a un Keanu Reeves algo sosete (aunque también da vida al villano de turno y su papel tiene mucho menos espacio para el lucimiento que otros), Kenneth Branagh, Emma Thompson, Denzel Washington, Robert Sean Leonard, una jovencísima Kate Beckinsale, Richard Bries, Michael Keaton o Imelda Staunton brillan, brillan y brillan. Sí, "Mucho ruido y pocas nueces" es una joyita de las adaptaciones de William Shakespeare que creo que nadie debería perderse.


domingo, 30 de septiembre de 2012

LOS AMIGOS DE PETER de Kenneth Branagh - 1992 - ("Peter's Friends")



Peter tiene los mejores amigos que se pueden tener: aunque el grupo no se ve demasiado a menudo, su amistad nunca ha terminado y cuando se reencuentran las cosas siempre son como siempre han sido. Esta Nochevieja Peter les invita a todos a pasar varios días en su mansión de la campiña inglesa. Las cosas, sin embargo, puede que hayan cambiado este año en la pandilla... Unos tienen matrimonios que se van a pique, otros han perdido a un hijo, otros se sienten fracasados en sus expectativas vitales y otros se sienten solos y llenan sus vidas con placebos como el alcohol, el sexo o los libros de auto-ayuda. Puede a pesar de todo que la amistad salve las existencias perdidas de todos los amigos de Peter, que tiene además algo muy importante que declarar ante las personas más importantes de su vida.


Muchos la acusan de sensiblera e incluso de ñoña, pero yo pienso que "Los amigos de Peter", la tercera película de Kenneth Branagh como director, se ha convertido por méritos propios en uno de los grandes clásicos del cine sobre el asunto de la amistad. El filme narra la historia de un grupo de amigos que, aunque se ven poco, siguen manteniendo su mencionada amistad y que se reune después de varios años en la mansión de la campiña inglesa de uno de ellos, el que da nombre a la obra, para celebrar la Nochevieja. Como es de esperar, vienen los grandes momentos que vienen con todos los reencuentros, pero también vienen los problemas que la vida ha creado en las existencias de todos los amigos y que la separación ha fortificado de una forma u otra. "Los amigos de Peter", de estilo muy teatral, como suele gustarle a Branagh (prácticamente toda la cinta se desarrolla en la mansión de Peter y además sus protagonistas están relacionados con el mundo del teatro o del cine), va enlazando los momentos aislados de cada amigo para construir un todo que les define como grupo unido a pesar de la adversidad: toca, además, multitud de asuntos; la muerte de un padre y la muerte de un hijo, la búsqueda del amor, el sexo como forma de escape, el fracaso laboral, el fracaso artístico, los matrimonios que se van a pique, el refugio en los tontos libros de auto-ayuda, el alcoholismo, la bulimia, el complejo físico y emocional o, lo cual en 1992 era hasta cierto punto novedoso en un filme "comercial", la bisexualidad y el SIDA, que puede que sean incluso el asunto central de la historia junto con la proximidad de la muerte y su papel en toda relación humana.


El filme, rodado con delicadeza y con una entrañable aura melancólica, es un canto a la amistad finalmente optimista (pocos chutes de optimismo se pueden encontrar más efectivos que el de películas como "Los amigos de Peter"), de mensaje sereno y delicado, que cuenta además con unos diálogos absolutamente espléndidos y, sobre todo, con unas actuaciones directamente maravillosas. El tercer filme de Kenneth Branagh no habría sido lo que es sin haber contado con la creme de la creme de su plantilla actoral inglesa y americana: el propio Branagh, Emma Thompson, Imelda Staunton, Phyllida Law, Hugh Laurie, Rita Rudner, Tony Slattery, Alex Lowe y Alphonsina Enmanuel. Pero, sobre todo, brilla un Stephen Fry en estado de gracia que transmite una fuerza magnífica y cuyo discurso final pone los pelos de punta. Maravilloso film de Branagh después de su fallida "Morir todavía".