Hace diez años que Juanito abandonó España para vivir en Nueva York, en donde ha intentado por todos los medios conseguir su sueño: ser actor. No lo ha logrado y desde hace mucho trabaja en lo que puede para mantener un piso minúsculo en el centro de la ciudad y para, en su tiempo libre, actuar en obras menores que casi nadie ve en teatros de mala muerte. Su vida cambia cuando su primo Jorge viene de turismo y se instala con él una temporada para desconectar. Jorge ha triunfado en España: tiene un buen trabajo y una novia con la que todo le marcha bien. Entre ambos, estallan problemas de convivencia tras los primeros días... Los dos están llenos de frustraciones y van a tener que aprender a superarlas juntos.
La adaptación de la famosa novela "Fin" de David Monteagudo, una de las revelaciones del panorama de la literatura fantástica española de los últimos años, por parte del director Jorge Torregrossa en 2012, me pareció un bodrio. Era una película mala que no explicaba nada de su trama y cuyo desenlace era un total y absoluto (e indignante) timo (como el de la novela, aunque la novela está por lo menos bien escrita). Vi hace poco "La vida inesperada", la siguiente película de este director, que estrenó el recién cerrado 2014, y es bastante mejor película ya, aunque no es tampoco ninguna maravilla debido a un guión malo y lleno de tópicos de Elvira Lindo. La cosa va de dos primos muy diferentes con encontronazos de la infancia y la primera juventud no superados que se encuentran en Nueva York. Uno es actor y no se come un rosco en su carrera a pesar de que lleva diez años en la ciudad de Woody Allen; el otro es un tiburón empresarial que ha venido de España huyendo de un misterioso problema del que no habla. Uno es Javier Cámara y el otro es Raúl Arévalo. Los dos están dotados para la comedia y para la tragicomedia, que es lo que la película pretende ser.
El asunto central del filme son los sueños perdidos, las oportunidades que siempre aparecen a última hora para cambiar una vida frustrada, las relaciones familiares, de amistad y amorosas; una mención a la actual crisis económica (muy leve, apenas de pasada) y algún toque de búsqueda del sentido de la vida; un poquito lo de siempre (temas universales que bien tratados quedan bien, valga la redundancia). Torregrossa sabe retratar una Nueva York bonita además, con guiños a las de las películas del mencionado Woody Allen y con un toque romántico que funciona. Como he dicho, es el guión en el que lo fastidia todo.
Los personajes de "La vida inesperada" son muy tópicos (en especial los femeninos: algunos son hasta sonrojantes -los de las norteamericanas sobre todo-, lo cual viniendo de una escritora es especialmente para hacerla merecedora de una buena colleja), los diálogos son simplones pero tienen pretensiones baratas que por supuesto no funcionan, la trama deja de interesar a la media hora de metraje por lo predecible que es y hay puntos del guión que, simplemente, son demasiado pueriles (la madre del protagonista conectada por Skype desde La Rioja es un tópico andante, las norteamericanas que sólo buscan un macho ibérico dan vergüenza ajena, el argentino enrollado que le propone al empleado que más le falla compartir su negocio no es nada creíble, que nos traguemos que el personaje de Javier Cámara es un Don Juan neoyorkino es casi insultante...). En fin, en "La vida inesperada" falla lo de siempre: el guión. Otra tragicomedia española que vuelve a meter la pata. Parece que le tenemos aquí manía al cine español, pero de verdad que no es así: el cine español sigue sin cumplir siguiera en gran parte de sus productos.