Porco Rosso

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miércoles, 23 de mayo de 2018

DEADPOOL II de David Leitch - 2018 - ("Deadpool II")


Deadpool está destrozado y decide que va a quitarse la vida. Algo terrible le ha ocurrido que ha dejado a su existencia sin ningún sentido. Y está preparado para dejar este mundo para siempre. Pero, una vez más, sus planes no van a salir como esperaba... Y se va a ver envuelto en otro lío de narices con los X-Men y con otros mutantes con problemas.


Una vez, tiene cierta gracia. Dos veces, no. "Deadpool", la primera, me pareció un soplo de aire fresco en un universo cinematográfico de los X-Men habitualmente lleno de películas de conflictos graves y épicos para salvar al mundo. No era el culmen del humor inteligente o transgresor, como se pretendió que pareciese, pero era eso: un soplo de aire fresco. "Deadpool II", ahora dirigida por David Leitch, después de la brutal carga emocional de la maravilla de "Logan", me apetecía. Pero me he encontrado una repetición cansina de todo lo que vimos en su antecesora y, encima, y lo que es más imperdonable, una deformación payasesca repugnante de personajes clave del universo de Marvel. Deadpool aquí ya directamente es un pesado. Un plasta. Sus gracietas no dejan un segundo de descanso y resultan irritantes porque además han perdido la inventiva y la originalidad. Caca, culo, pedo, pis, polla, culo, tetas y comentarios chorras sobre otros superhéroes. Y fin. Todo sin descanso, buscando la risa facilona y forzada: faltan ya solamente las sonrisas enlatadas de las sitcoms americanas. La historia es una cutrería donde todo pasa por la cara: no se explica nada de la prisión mutante, no se explica nada del futuro del que viene Cable, no se explica nada de qué están haciendo los otros X-Men mientras se lía parda. Hay lagunas de bulto además: los protagonistas dejan a villanos vivos para que vuelvan a por ellos, Cable pierde su tiempo con Deadpool en vez de ir a buscar a alguien más competente o a alguien conectado con su historia (los que hemos leído los cómics sabemos de qué va esto), el profesor Xavier ni aparece cuando su hermanastro Juggernaut la está formando...


Y ya de coherencia con las anteriores entregas de esta larga e irregular franquicia mejor ni hablo: no las tenían ya películas mejores como "X-Men. Apocalipsis" o "Logan", y no se la voy a pedir a ésta (de hecho, la coherencia de este universo cinematográfico ya a estas alturas brilla por su ausencia, con personajes repetidos y a la vez diferentes como Dientes de Sable, Angel o el propio Deadpool, con desapariciones inexplicables de otros y con viajes en el tiempo que eliminan películas enteras... En fin, eso de currarse un guión para el público no palomitero y circunstancial que sigue las sagas no entra en los planes de producción de los artífices de esto, lo asumo). Desastroso. Y encima, la película viene ahora con un mensaje políticamente correcto a favor de la paternidad y la familia (¿En Deadpool? ¿De verdad?). Es que apesta todo, y mucho, mucho, muchísimo.


Pero hay algo todavía más imperdonable que todo esto en esta chorrada de secuela: el maltrato de personajes de los cómics. Es una moda triste en ambas franquicias de Marvel el coger a caracteres serios y desfigurarlos hasta convertirlos en putos payasos de opereta. Pasó hace unos meses en la mierda de "Thor Ragnarok" y ahora ha pasado en "Deadpool II". El bochornoso amago de X-Force de esta película es eso: bochornoso. Personajes como Estrella Rota aparecen para soltar un chiste patético y luego ser tirados por el retrete para hacer la gracieta facilona y gilipollesca. Y aparte, ahí está Cable. Ese Cable... Han transformado a un viajero del futuro con conexiones importantes con los X-Men en un imbécil cómico sin pasado, sin presente, sin tormentos, que viene al mundo actual a echar el rato con una panda de idiotas en vez de ir a hablar con el profesor Xavier o con Cíclope para que le ayuden en condiciones. ¿De verdad esto es Cable? Es totalmente lamentable. "Deadpool II" me parece una puta mierda. Con todas las letras. Repetitiva, aburrida, sin gracia, con una trama que es una basura y con unos personajes desvirtuados hasta la náusea. Lo puto peor sin fisuras.


sábado, 4 de marzo de 2017

LOGAN de James Mangold - 2017 - ("Logan")


Año 2029. Los mutantes se han extinguido prácticamente y Lobezno pasa sus días sumido en la amargura y cuidando de un Profesor Xavier enfermo y acabado en un lugar apartado del mundo. Les acompaña el mutante Calibán, también marginado por todos. Un día, una mujer localiza a Logan y le pide un favor: que la acompañe a ella y a una misteriosa niña a un lugar. Alguien las persigue. Alguien con oscuros propósitos...


Por fin Lobezno tiene la película que se merece, la que cierra su trilogía en solitario, esta inolvidable "Logan". Sus dos primeras aventuras fueron decepcionantes. "X-Men. Orígenes: Lobezno" por mala y por incoherente (un Deadpool que no era Deadpool y cuyo origen en su película homónima se pasaron por el forro, un Dientes de Sable que no era el de la primera "X-Men", un Gámbito que también se van a pasar en breve por el forro, montones de lagunas con respecto a sus antecesoras...) y "Lobezno Inmortal" por, aún siendo más distraída, no aportar nada a la saga y ser una mera "película puente" y poco más. Vuelve James Mangold a la dirección, que cuando quiere hace cositas muy buenas, y Hugh Jackman se despide supuestamente para siempre del personaje que le hizo famoso. Y la despedida es por todo lo alto. Situada cronológicamente en el futuro de los futuros (en la línea temporal de la primera saga tras los hechos de "X-Men: Días del futuro pasado"), retrata un mundo sin apenas mutantes donde Lobezno y el Profesor Xavier han de tener su última misión para salvar a su raza. No quiero decir mucho más, salvo que todo es una absoluta maravilla en "Logan". La trama es coherente con la saga y trata de rectificar algunas de las meteduras de patas de las otras dos películas en la medida de lo posible, los personajes son profundos, los actores están soberbios (Jackman y Patrick Stewart fascinantes y la pequeña Dafne Keen sencillamente fantástica), el conflicto es serio y se adecua a nuestros días, los diálogos son muy buenos, los guiros de guión inesperados, los villanos muy carismáticos, la ambientación es crepuscular, sucia, realista y sórdida y las escenas de acción son una joya: brutales, sin concesiones, violentísimas y muy sangrientas para lo que es una saga enmarcada en la habitualmente más "reluciente" franquicia Marvel. Vaya, es que directamente duelen.


Y además, y por si fuera poco, esta tercera aventura de Lobezno se salta muchas de las concesiones habituales que suelen hacerse dentro de su género y sorprende sin cesar con caminos totalmente novedosos y que no caen nunca en lo predecible ni en lo maniqueo. Escenas para el recuerdo: a montones (no las voy a contar, evidentemente, tienen que verlas ustedes). Y guiños y homenajes también, y hechos con cariño. "Logan", la despedida de Lobezno, es una película que por fin está a su altura y es la única que se estrenará este año del universo de los X-Men (que es un universo aparte al del Universo Marvel de los Vengadores en el cine). Sin embargo, no va a acabar la cosa aquí: se esperan, aunque algunas están teniendo problemas de producción y desacuerdos, nuevas películas de los X-Men, de Deadpool y supuestamente de Gámbito, además de una centrada en los X-Force, en los próximos años. ¡Que siga la línea de calidad!


viernes, 27 de mayo de 2016

X-MEN: APOCALIPSIS de Bryan Singer - 2016 - ("X-Men: Apocalypse")


Un misterioso mutante con un poder inimaginable que viene de los albores del planeta ha despertado tras un interminable letargo y está reclutando a otros mutantes con oscuras intenciones. El profesor Xavier y los X-Men descubren pronto su pista y tratan de pararle los pies. Ante ellos está el enemigo más poderoso al que se han enfrentado jamás, un enemigo casi invencible que va a poner a prueba tanto su poder como su unión y que va a despertar en el mundo, una vez más, el miedo de los humanos ante los mutantes.


No entiendo, sinceramente, las malas críticas que está recibiendo "X-Men: Apocalipsis" por parte de bastantes personas. En 2014, Bryan Singer, con "X-Men: Días del futuro pasado", mejoró notablemente su oferta en lo que mundo de mutantes de Marvel se refiere (porque las dos primeras entregas de la primera trilogía, que él también dirigió, eran bastante mediocres por no decir malas incluso), y lo ha vuelto a hacer con esta tercera película que cierra esta nueva trilogía y que está perfectamente al nivel de las dos primeras. Si bien tenemos a un villano que puede resultar poco atractivo (ya lo era en los cómics) y que tiene unas motivaciones algo simplonas (sí, dominar el mundo y ascender a los mutantes por encima de las demás razas y poco más), el resto de los aspectos del filme están muy cuidados. Los personajes están perfectamente desarrollados, tanto los nuevos (siempre atractivos y con conflictos que mostrar, por lo menos los principales), como los habituales (Xavier y sobre todo Magneto evolucionan en una línea coherente e interesante, y se recuperan a otros como Moira y se les reintegra sin fisuras). La acción está perfectamente equilibrada, con espacio para el drama, el combate (excelentes escenas de acción además) y también para el humor, que en ningún momento carga (el personaje de Quicksilver está genialmente explotado, y es capaz de dar esa nota de humor necesaria y hasta desternillante sin resultar pesado en ningún momento). Y la trama vuelve a poner a los mutantes ante los conflictos de siempre, pero perfectamente desplegados y con hondura. El combate entre los humanos y los mencionados mutantes, la lucha moral entre ambas especies en el marco de la Guerra Fría y conflictos como la culpabilidad, el racismo, la marginación, la memoria histórica, el discernir si el fin justifica los medios o la redención están perfectamente tratados.


Queda en el tintero, como suele pasar a veces, el hecho de que haya muchas incoherencias con respecto a la trilogía anterior. Si esta saga es finalmente una precuela o un universo alternativo conectado con el de los X-Men de la pasada década (o ambas cosas a la vez) no queda claro, porque hay personajes cuyos papeles no coinciden y que se repiten en ambos (sobretodo Rondador Nocturno y Ángel -aquí y en la horrenda "X-Men: La decisión final" muy poco explotado-, totalmente diferentes en una trilogía y en otra sin explicación convincente). Sí que es cierto que se puede decir también que tras los hechos de "X-Men: Días del futuro pasado" se ha cambiado el futuro (de hecho, la mencionada "X-Men: La decisión final", ateniéndonos a aquella, nunca "llegó a ocurrir" tras haberse modificado la línea temporal). Sin embargo, creo que está todo este aspecto cogido con pinzas y nada explicado y, aunque para algunos no sea importante, para mi lo es porque me parece una falta de respeto al espectador el no cuadrar bien los guiones de la misma saga por pura dejadez o por pensar que el espectador no es exigente y no va a prestar atención a esto. Pasa lo mismo con el primer "Lobezno", en el que aparecen un Dientes de Sable y un Deadpool que no corresponden, respectivamente, con los de la primera "X-Men" y "Deadpool" siendo ambos el mismo personaje (el Deadpool de Lobezno era ya incluso el mismo Ryan Reynolds) y siendo esta película la precuela de ambas. En fin, uno que es muy mijitas, pero creo que hay que ser siempre exigente. Dejando esto aparte, "X-Men: Apocalipsis" me parece excelente. Ahora quedan por delante nuevas películas de Lobezno y Deadpool, al parecer una de Gambito y otra de los X-Force. Tenemos mundos de superhéroes para rato, y si están bien hechos, larga vida a ellos.


miércoles, 24 de febrero de 2016

DEADPOOL de Tim Miller - 2016 - ("Deadpool")


A la mansión de Charles Xavier llega una nueva alerta: Deadpool la está liando parda una vez más en las calles. Para variar, a Coloso le va a tocar a pararle los pies. Esta vez, sin embargo, hay algo más detrás de todo lo que está ocurriendo. Deadpool busca algo... Algo que tiene que ver con su pasado.


Aquí el que no corre vuela, y con tres franquicias de superhéroes diferentes (Universo Marvel, Universo X-Men y Universo DC) peleándose a guantazo en limpio en las carteleras (este año se van a estrenar seis películas superheróicas, nada más y nada menos que seis), hay que explotar a lo bestia la gallina de los huevos de oro. Y oigan, si se hace bien, tampoco importa, ¿no? Deadpool (Masacre en España durante mucho tiempo) fue creado en 1991 como una alternativa a tanto superhéroe heróico, valga la redundancia. Era un antihéroe y un mercenario y sus cómics eran violentos y malhablados. Y bueno, como este personaje aparecía ya en la primera película en solitario de Lobezno y como ha estado bastante ligado a los X-Men, pues se han aprovechado y han sacado su película propia, dirigida por el debutante Tim Miller. Y bueno, hay que decir que el filme cumple bastante bien. No es una maravilla, pero es desde luego un soplo de aire fresco entre tanto conflicto mundial épico y, situada entre "X-Men. Días del futuro pasado" y entre la "X-Men. Apocalypse" que se va estrenar en los próximos meses, viene bien como una suerte de tentenpié con refresco. Deadpool, de nuevo interpretado por Ryan Reynolds, es eso, un antihéroe que dice muchas palabrotas, que es un cínico y que mata a lo bruto desmembrando a quien haga falta desmembrar. El filme tiene un tono cómico en todo momento, y también muy negro y desmitificador, e incluso los X-Men que aparecen en él como secundarios (Coloso y Negasonic Teenage Warhead) se lo toman todo con bastante cachondeo. Funciona.


Aunque hay lugar para la esperable historia de amor y para otra de venganza, "Deadpool" es un filme desenfadado, chorra, con muchos chistes de culos, tetas y pollas, con fanfarronería consciente y con frases lapidarias enrolladas. Es además más violento que sus otros compañeros de producción, tanto de la franquicia de los X-Men como del Universo Cinematográfico de Marvel y el de DC. Aquí se destripan malos, vuelvan cabezas, vuelvan miembros y hay aplastamientos y sangre por todas partes. Sí, es un soplo de aire fresco total, por eso tal vez haya funcionado tan bien (y ha sido tan exitoso que acaba de estrenarse y ya han anunciado su secuela para 2018), porque aunque nos gusten, los amantes de los cómics estamos un poco saturados de batallas heróicas por la humanidad. Pretensiones cero, y gracias. "Deadpool" cumple de sobra y no va de otra cosa. Para ir abriendo boca a un año en el que vamos a tener gente en pijama con poderes hasta en la sopa.


PD. Para variar, los guionistas se han pasado por el forro el hecho de que el personaje ya apareciese en el primer filme de Lobezno y le han dado otra historia y otro orígen. En fin, aquel filme no era precisamente una maravilla, pero esto lo podían cuidar un poco más, porque queda bastante cutre hacer un "crossover" gigante y que en este "crossover" haya incongruencias por todas partes (y es que le sumamos que en aquel filme también cambiaban el papel de Dientes de Sable con respecto a la primera "X-Men"). Para algunos no tiene importancia, y tal vez soy yo muy pejiguero, pero lo cierto es que queda bastante penca y poco seria la cosa.


viernes, 13 de junio de 2014

X-MEN. DÍAS DEL FUTURO PASADO de Bryan Singer - 2014 - ("X-Men. Days of future past")


Una cruel guerra a nivel planetario entre los humanos y los mutantes ha destrozado al mundo y los segundos, al borde de la extinción gracias al arma casi invencible que suponen los Centinelas, deciden, capitaneados por el Profesor Xavier y Magneto, antes rivales irreconciliables, enviar a alguien al pasado para que evite el desastre. Lobezno es la única persona con la fuerza suficiente para resistir este casi mortífero viaje psíquico... Ahora depende de él encontrar al Xavier y al Magneto de los años setenta para cambiar junto a ellos este terrible futuro.


Hace ya casi quince años, cuando empezó el "boom" superheróico que surgió de las cenizas de los horribles Batman de Joel Schumacher y de sagas "visagras" como la de Blade, nadie parecía tomarse muy en serio estas producciones (salvo, tal vez, Ang Lee con su injustamente denostado primer "Hulk" y un poco Bryan Singer con "X-Men II"). Tuvo que llegar la eterna "Batman Begins" de Christopher Nolan para que de alguna manera los productores de las franquicias de Marvel y DC y de más allá se diesen cuenta de que el público quería "cosas serias" y no películas simplemente funcionales como "X-Men" (el primero) o los dos primeros "Spiderman" de Sam Raimi o bodriazos infames como "Daredevil", "Elektra", "Blade Trinity", "Los Cuatro Fantásticos" y su secuela, "X-Men III. La decisión final" y demás mamarrachadas que surgieron para hacer caja de mala manera por aquellos años. "X-Men. Primera generación" de Matthew Vaughn ha sido hasta ahora la mejor entrega de la franquicia de los mutantes de la Marvel y "X-Men. Días del futuro pasado", su secuela directa tras la "película puente" que es "Lobezno inmortal", sigue su estela y se configura como otra joya del cine de superhéroes. Parece que, efectivamente, los productores lo captan: ni el fan del los cómics ni el fan del cine en general quiere ya cualquier bazofia hecha de mala manera. Bryan Singer, que ya dirigió las dos primeras entregas de la saga, "X-Men" y "X-Men II", vuelve a ella para superar sus dos primeros productos con creces y entregar una obra seria, dignísima y con una trama con hondura.


Los personajes de "X-Men. Primera generación" vuelven con idéntica potencia e interés y también lo hacen los de la primera y malograda trilogía mutante. Sus dos mundos se fusionan sin fisuras en una trama que engancha desde el primer minuto y que vuelve a reflexionar sobre la contraposición entre los sentidos diferentes de justicia y de bien y mal, sobre la capacidad del ser humano para hacerse daño a sí mismo, sobre la redención y el perdón y sobre la aceptación de uno mismo con sus bellas diferencias. Singer equilibra perfectamente las escenas de acción (geniales todas, desde las del prólogo hasta las del combate final pasando por momentos desternillantes como la fuga de Magneto y Mercurio) con las dramáticas (el primer encuentro de Lobezno con Xavier es magnífico, y escenas como la del avión o el encuentro de los dos Xavier ponen los pelos de punta) y con el espacio necesario para el humor fino y el guiño y el homenaje. La estética sigue cumpliendo; tan realista como anclada en la esencia de los cómics.


Los personajes, excelentemente interpretados tanto los "clásicos" como los nuevos, son otro plato fuerte: todos sus conflictos están espléndidamente llevados e incluso Lobezno, del que habitualmente muchos se han quejado por acaparar protagonismo sin una hondura interior justificada (lo hacía todo el rato en la primera trilogía de la saga y eclipsaba a otros personajes también básicos e interesantes, es bien cierto), toma el papel justo y necesario y presenta una marcada importancia sin llegar a dominar la función él solo y sin llegar a ser en ningún momento ni invencible ni omnipresente. "X-Men. Días del futuro pasado" es una maravilla. La saga mutante de Marvel por fin parece ir por buen camino y con firmeza.


lunes, 12 de agosto de 2013

LOBEZNO INMORTAL de James Mangold - 2013 - ("The Wolverine")


Lobezno se ha recluído voluntariamente en los bosques de las profundidades de Canadá. Vive solo y constantemente atormendado por el recuerdo de Jean Grey, que le persigue sin descanso en sus sueños. Su vida experimenta un nuevo giro cuando la mutante Yukio le ofrece viajar a Japón, en dónde alguien a quien él salvó de morir en el pasado quiere volver a verle... Lobezno va a descubrir una terrible conspiración en el país nipón, dónde también va a descubrir una parte de sí mismo a la que nunca había hecho frente.


"Lobezno Inmortal", la segunda aventura en solitario del para bien o para mal personaje de los X-Men más conocido por el gran público, podría haber sido bastante mejor, pero, a pesar de no ser más que una película de transición entre "X-Men. Primera generación" y la siguiente entrega de la saga de los mutantes de Marvel, la futura "X-Men. Días del futuro pasado", cumple y distrae, y mucho más que la fallida e incoherente precuela del personaje de 2009. Basada en la historias de Chris Claremont y Frank Miller sobre el mutante ambientadas en Japón, "Lobezno Inmortal" retoma al héroe "en la actualidad" tras los hechos acontecidos en la horrenda "X-Men. La decisión final": está solo y aislado, apartado de los suyos voluntariamente y no deja de tener pesadillas con la fallecida Jean Grey. La aventura del personaje es completamente independiente y su relación con la saga, por lo menos por ahora, es mínima: es una historia aparte de Lobezno en la que él se desarrolla un poco más, aunque es cierto que como he dicho el filme es un puente hacia la siguiente entrega de la serie, que vendrá el año que viene.


James Mangold rueda con solvencia en todos los aspectos, aunque sólo eso. La trama, ciertamente predecible y sin grandes diálogos (aunque también sin grandes pretensiones, con lo bueno y lo malo que esto trae), se sigue de forma agradable y las escenas de acción son verdaderamente buenas (en especial el primer combate en el funeral y la lucha en el tren). La estética, sin perder la personalidad propia de las viñetas, es ligeramente más realista que la de las anteriores entregas debido a la uniformidad de su colorido en líneas generales, a la poca proliferación de mutantes con poderes vistosos en el filme y a su retrato de un Japón en general alejado de exotismos baratos (algunos hay, pero son los justos y necesarios). Los personajes no son el culmen de la profundidad (ni siquiera el propio Lobezno, interpretado de nuevo por el eterno Hugh Jackman), pero cumplen con su función sin resultar tontos y con un carisma mínimo, mientras que el romance y el humor están justamente equilibrados.


¿Cosas buenas de "Lobezno Inmortal"? Pues bueno, su mencionada falta de pretensiones y el hecho de ser consciente de su condición de "película puente" artesanal y punto. ¿Cosas malas de "Lobezno Inmortal"? Pues lo mismo, pero visto desde la otra cara de la moneda: no pasa de ser una "película puente" y, aunque no es incoherente como el primer "Lobezno", tampoco aporta mucho a la saga, y se le podría haber pedido bastante más y una mejor explotación del personaje tanto a los productores responsables de la franquicia como a un director como James Mangold, que cuando quiere hace películas excelentes. Es esencialmente distraída y digna, pero ahí se queda.

sábado, 15 de diciembre de 2012

X-MEN. PRIMERA GENERACIÓN de Matthew Vaughn - 2011 - ("X-Men. First Class")



Los jóvenes mutantes Charles Xavier y Erik Lehnsherr, grandes amigos, trabajan juntos con el objetivo de crear una escuela para otros como ellos que, agobiados por no saber utilizar sus poderes y marginados por los humanos por su condición de diferentes, necesitan un lugar en el que ser acogidos, comprendidos y entrenados para buenos propósitos. Algo, sin embargo, va a romper su relación: alguien oscuro que en el pasado destruyó la vida de Erik va a hacer acto de presencia y va a desatar una terrible guerra entre hermanos mutantes. Las cosas no van a volver a ser iguales para los dos amigos ni tampoco para los que les rodean... La tragedia se precipita irremisiblemente.


Matthew Vaughn se confirmó definitivamente como un cineasta enorme el año pasado con su precuela de la trilogía de los "X-Men" (es una precuela, no un reinicio, según he podido leer) "X-Men. Primera generación", en la que narró la historia de amistad truncada de unos jóvenes Xavier y Magneto y la historia de cómo juntos levantaron su escuela de mutantes antes de que las cosas quedaran como se pueden ver en el primer "X-Men" de Bryan Singer: los dos compañeros separados por su concepción radicalmente opuesta de lo que deben ser las relaciones mutantes-humanos. Sin ninguna duda, la mejor película de estos personajes de Marvel Cómics ha sido, hasta este momento, esta, una película seria, madura, que expone un conflicto con profundidad y que tiene los personajes mejor desarrollados de toda la saga. La estética del filme es discreta, más en la línea las primeras películas; actualiza a los caracteres de las viñetas pero los acerca a un mundo más real, tal y como hizo el eternamente nombrado Christopher Nolan en sus "Batman" (sé que me repito con el ejemplo, pero es que es el más redondo hasta ahora), mientras que las escenas de acción poseen una espectacularidad por todo lo alto pero bien medida y economizada, que no queda irreal y que no abusa de los efectos especiales absurdos (y que tiene momentos geniales como el combate final y otros cuantos dignos de quedar para el recuerdo).


La trama del filme, sazonada con unos diálogos maravillosos y hondos, expone con coherencia los eternos conflictos que asolan a dos facciones enfrentadas por la política que siguen y por la visión diferente que tienen de la sociedad que les margina y les teme sólo por no ser como sus miembros. Amistad, fraternidad, fidelidad, traición, decepción, antibelicismo, memoria histórica, marginación del diferente, racismo, elitismo... "X-Men. Primera generación" ofrece un trasfondo que se puede extrapolar a muchas otras situaciones y que alcanza por fin la profundidad de las mejores sagas de los mutatnes de los cómics, la que rozó el "X-Men II" de 2003 y que presenta a unos mutantes (valga la redundancia) inadaptados, dados de lado por la sociedad e incluso "loosers" pero aplastados por los problemas y las responsabilidades que les dan sus poderes sobrehumanos y que han de tomar decisiones que les afectarán a ellos y a toda la colectividad que les rodea.


Vaughn sabe además insuflar aire fresco a la saga eligiendo como protagonistas a unos personajes nuevos que no habían aparecido antes. Así, a los esperables Cíclope, Jean Grey, Tormenta, el Hombre de Hielo o Lobezno (que sólo hace un gracioso cameo) les suceden Emma Frost, Tempest, Banshee, Havok (el hermano del mencionado Cíclope), Darwin, una joven Mística, un joven Bestia (que sólo apareció en "X-Men III" y muy brevemente en "X-Men II") y la futura novia de Xavier, la científica humana Moira McTaggert, dejando a los otros en su versión joven para futuras películas. Y los villanos son también nuevos: Azazel y Riptide cumplen como comparsas de un genial Kevin Bacon que da vida a un malévolo Sebastian Shaw, un villano con carisma y gancho como pocos. Y quedan por supuesto los mencionados y eternos Xavier y Magneto, que interpretados por dos más que sobresalientes James McAvoy y Michael Fassbender mantienen al espectador en vilo durante todo el metraje con un conflicto épico que por fin ha quedado inmortalizado en la pantalla como se merece y que dará mucho más de sí (o eso esperamos) en las siguientes películas de esta nueva trilogía (parece que eso es lo que va a ser al final). "X-Men. Primera generación" es una de las mejores películas de superhéroes de la historia. Imprescindible.

viernes, 14 de diciembre de 2012

X-MEN ORÍGENES. LOBEZNO de Gavin Hood - 2009 - ("X-Men Origins. Wolverine")


Los hermanos mutantes Lobezno y Dientes de Sable viven como mercenarios y marginados por la sociedad de los humanos. Tras una misión en la que son apresados, alguien oscuro les ofrece una salida para usar sus poderes y dejar de ser inadaptados: formar parte de un grupo especial de soldados mutantes como ellos y ayudar a su país. Pronto, esta salida se torna más siniestra de lo que pensaban y una terrible conspiración se abre ante ellos... Una conspiración que va a separarles para siempre y que a Lobezno le va a otorgar, por suerte o por desgracia, un poder inimaginable.


Merecidamente o no y para bien o para mal, Lobezno es el personaje más famoso o por lo menos el más conocido por el gran público de los X-Men e incluso uno de los más representativos del conjunto del propio universo Marvel, donde rivaliza con grandes como Spiderman, Los Vengadores o con compañeros suyos como Magneto, Cíclope, Tormenta o el también muy popular Gámbito. Esto ha propiciado que en el mundo de los cómics tenga su propia serie, que completa sus aventuras con el grupo de mutantes y que además hoy en día sigue publicándose con éxito. Por supuesto, su película en solitario no se hizo esperar tras el cierre de la primera trilogía de los X-Men y fue una precuela que narraba sus aventuras previas a su entrada en la banda del Profesor Xavier. Después de un bodriazo tan infame como "X-Men III. La decisión final", "X-Men Orígenes. Lobezno" por lo menos no da vergüenza ajena y resulta esencialmente distraída, pero no pasa de ser una película muy, muy normalita y, además, llena de incoherencias con respecto a la mencionada trilogía que argumentalmente le sigue.


El sudafricano Gavin Hood, recién salido de la excelente "Tsotsi" (y por ello tal vez esperábamos algo más de él) realiza un trabajo correcto en el apartado técnico: las escenas de acción del filme están aceptablemente llevadas y no son abusivas (y alguna que otra está bastante bien, como la de la huída del laboratorio) y la estética es fiel al cómic. Sin embargo, la película no tiene personalidad visual como por ejemplo si tenían "X-Men" y "X-Men II": es funcional y punto. Por otra parte, los diálogos no llegan a ser de vergüenza pero tampoco dicen nada y no están demasiado pulidos, mientras que los personajes son bastante planos: no actúan de forma estúpida pero tampoco consiguen emocionar aunque estén bien interpretados (para lo que hay que interpretar). Finalmente, la trama tiene algunas cosillas algo estúpidas (Lobezno no detecta que Kalya sigue viva con sus sentidos infalibles, Lobezno entra en la isla acorazada como Pedro por su casa, Gámbito actúa a veces sin saber muy bien qué hace, el recurso de la bala de adamantium es una cutrada...) pero en general, y aunque no deja de ser un refrito, no aburre ni va a trompicones como la de la tercera entrega de los X-Men. Pero ya está: paren ustedes de contar porque aparte de esto no hay ni una sorpresa que llevarse a la boca en este blockbuster simplemente solvente.


Y, como siempre, queda por analizar los personajes, la parte más importante de un filme de estas características, en el que hay muchos mutantes diferentes con intereses diferentes. Se puede decir que no resultan estúpidos como en la requetemencionada "X-Men III" de Brett Ratner, pero tampoco inspiran nada más allá de ser "los buenos" y "los malos". Dientes de Sable es posiblemente el que despliega un poquito de más hondura debido a su relación con Lobezno, pero el resto pasan sin pena ni gloria: Kalya Silverfox hace un rol bastante insípido como novia del protagonista, William Stryker es "el malo" y no va más allá, Masacre es una bestia destructora que destruye y ya está y Gambito va y viene según le da y cambia de opinión sin parar. Los secundarios están al mismo nivel: aportan bastante poco y algunos no sirven más que para exhibir efectitos especiales. Para terminar, hay que mencionar que, siendo una precuela del primer "X-Men", "Lobezno" está llena de incoherencias: el protagonista y Dientes de Sable no se reconocen en aquella (y llevan una relación de hermanos enfrentados muy tormentosa), el encuentro de Lobezno con Stryker en "X-Men II" está explicado con pinzas (aunque por lo menos trata de explicarse), la aparición del Profesor Xavier se tambalea porque siendo el mutante ultrapoderoso que es no detecta nada que tenga que ver con Lobezno, de Gámbito no se dice nada en la trilogía... En fin, queda feo hacer una precuela y que las cosas no coincidan (y que se lo digan a George Lucas, jeje). "Lobezno" es una película fallida, divertida pero fallida: no es la bazofia más grande del cine de superhéroes (que ya hay bastantes por otra parte) pero es también completamente olvidable y bastante decepcionante en sus relaciones con el resto del universo mutante cinematográfico de Marvel.

jueves, 13 de diciembre de 2012

X-MEN III. LA DECISIÓN FINAL de Brett Ratner - 2006 - ("X-Men III. The Last Stand")



Los humanos han descubierto un antídoto para eliminar el gen mutante que es capaz de hacer volver a estos seres sobreevolucionados a ser personas normales y corrientes, sin poderes ni cualidades especiales. Esto, unido al hecho de que la cura se está ofreciendo de manera gratuita, vuelve a enfrentar a los mutantes y especialmente a los bandos del Profesor Xavier y de Magneto. La guerra final entre ambas corrientes va a comenzar y se va a ver agravada por algo aún más terrible: Jean Grey ha vuelto y está desbocada... Y sus poderes desatados son una amenaza que puede destruir a todos los seres vivos.


Brett Ratner es un artesano sin personalidad que se mueve entre obras aceptables, mediocres o directamente malas. Su filmografía se compone de las comedias de acción "El dinero es lo primero" y la trilogía de "Hora Punta", del drama navideño "Family Man", del thriller "El Dragón Rojo" (tal vez su mejor obra), de la nueva comedia de acción "El gran golpe", de la horrenda película de superhéroes "X-Men III. La decisión final" y de la nueva comedia de acción "Un golpe de altura".


El paso de la saga de los mutantes de Marvel de manos de Bryan Singer a Brett Ratner fue un auténtico desastre que dejó la primera trilogía de estos personajes por los suelos. Todo lo que Singer había construido lo tiró Ratner vilmente a la basura para presentar la típica y tópica película de acción con efectos especiales abusivos y lo que es peor con muchos, muchísimos personajes mal o pésimamente desarrollados. Si Singer había desplegado un aspecto visual más serio y discreto para los X-Men pero manteniendo la esencia de los cómics, Ratner se lía a poner colorido, diseños hiperbólicos y escenas de acción pirotécnicas por todas partes. Si Singer se había centrado en el desarrollo de un grupo de personajes concretos, Ratner se lía a meter mutantes buenos y malos a lo bestia y sin ningún criterio (algunos tan estúpidos como un hombre que puede controlar su peso a su voluntad pero que prefiere ser la mayor parte del tiempo un sudoroso obeso mórbido... demencial) y a cargarse de forma estúpida a personajes clave de las dos anteriores entregas. La historia de "X-Men III. La decisión final", basada en parte en la saga de la Fénix Oscura de los cómics, es un despropósito en el que todo avanza a trompicones y entre improvisaciones de momentos de acción forzados con unos diálogos horrorosos y con demasiadas escenas para la antología del disparate cinematográfico (sobre todo quedará para los anales ese momento en el que Magneto levanta el puente de día y, justo al siguiente plano, ya es noche cerrada... imprescindible).


Como he dicho, la trama de esta tercera entrega de los X-Men es un horror en el que se suceden escenas salteadas y a veces atropelladas o directamente inconexas, lo cual de por sí deja a la película en muy mal lugar. Sin embargo, tiene algo todavía más imperdonable: el poco o nulo respeto que se tiene por los personajes de las dos primeras entregas y también por los nuevos. Puede que haya habido problemas con demasiados actores que no quisiesen repetir papel en esta tercera parte de la saga que tras el abandono de Singer y la llegada de Ratner ya pintaba algo mal, pero es imperdonable que los saquen de la historia de tan mala manera como los sacan a casi todos. Para empezar, Cíclope muere a los veinte minutos de película. Sí, como lo oyen. Se lo cepillan de forma vulgar en dos segundos y el personaje queda completamente olvidado todo el metraje hasta que en los últimos cinco minutos le hacen un homenajito barato. Esta manera de cargarse a uno de los caracteres clave de la saga nada más empezar el filme ya anticipa lo que vendría después, porque al Profesor Xavier también lo perdemos al rato y de forma igualmente salchichera (aunque por lo menos su muerte resulta dolorosa para los demás X-Men, porque del pobre Cíclope es que directamente pasan tres kilos todos sus amigos). No acaba aquí la cosa, porque Mística también es despachada de buenas a primeras con otra excusa bastante tonta y Magneto también pasa tres kilos de ella como los X-Men pasan de Cíclope. Eso es un guión coherente, sí señor. Pero la sangría de personajes sigue todavía más: al pobre Rondador Nocturno es que directamente ni le vemos; no está: simplemente no está, y nadie habla de él y nadie se acuerda de él y de lo que hizo en "X-Men II". Tremendo.


Los demás personajes tampoco salen bien parados, por otra parte: Lobezno, Tormenta, Pícara y el Hombre de Hielo toman más protagonismo pero no se desarrollan nada, mientras que Magneto y Pyro se quedan en "los malos", y ya está; son "malos" porque son "malos", y punto. Jean Grey tampoco dice nada: supuestamente es un ser atormentado, pero se dedica a destruir cosas y a aparecer y desaparecer sin mucho criterio y su relación con el malogrado Cíclope se la pasa por el forro. Los personajes que por otra parte apuntaban maneras en la segunda entrega como Kitty Pryde o Coloso se quedan también ahí, como comparsas de los X-Men sin apenas protagonismo, mientras que los nuevos seguidores del mencionado Magneto son mutantes de estilo punkarra con poderes aburridos y más planos que una tabla de planchar (ese Juggernaut que no es más que una bestia destructora e imbécil se lleva la palma). Los nuevos X-Men "buenos" tampoco sirven, finalmente, para nada: Bestia tiene gracia al inicio del filme y está bien representado pero también está bastante desaprovechado, y de Ángel mejor ni hablamos porque, sencillamente, nadie sabe qué hace ahí: sale en tres escenas mal contadas, no tiene diálogo apenas, no pinta nada en la historia y ni siquiera llega a ponerse el traje de la escuela de Xavier con el que sale en el poster de la película. De verdad que este personaje no tiene funciones en la historia: si no hubiese salido, no habría importado nada; es más, sus apariciones gratuitas incluso descolocan. En fin, esto es "X-Men III. La decisión final": más y peor, un puedo y no quiero, otra película penca de superhéroes que, desgraciadamente, se carga una trilogía que iba por buen camino.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

X-MEN II de Bryan Singer - 2003 - ("X-Men II")



Un mutante desconocido se introduce en la Casa Blanca y ataca al presidente de los Estados Unidos aunque no le mata. Esto da pie a que el jefe militar William Stryker aproveche la coyuntura de miedo para intentar poner en marcha su plan para acabar con todos ellos argumentando que son un peligro para la humanidad. El Profesor Xavier y los X-Men, a su pesar, habrán de colaborar con el grupo de Magneto para investigar lo ocurrido. Juntos, descubren una siniestra conspíración para acabar con los mutantes a la que habrán de combatir.


Si bien no llegó a la altura de crear un filme redondo en "X-Men", sí que lo hizo mucho mejor Bryan Singer en su secuela "X-Men II", la mejor película de la primera trilogía de los mutantes de Marvel (trilogía ensombrecida por desgracia por una tercera entrega absolutamente despreciable), donde mejoró notablemente el principal fallo que tuvo su primera parte: el que la hondura de los personajes no llegara demasiado lejos. Ahora, esto queda subsanado con una profundización más ligera en personajes ya asentados como Lobezno, Pícara, el Profesor Xavier y Magneto (los que gozaron de más protagonismo en aquella) pero no por ello superficial (sus conflictos siguen adelante) y con el desarrollo de una de las historias de amor más atormentadas y míticas de los cómics en los que el filme se basa: la de Cíclope y Jean Grey, que confirma al primero como líder contradictorio del grupo y a la segunda como el ser altruísta y a la vez con una parte siniestra que esbozaba ya la famosa "Fénix Oscura" que tanto daría que hablar en las aventuras de los personajes en las viñetas. Por otra parte, Tormenta y el Hombre de Hielo toman más protagonismo y son completados por otros personajes igual de bien desarrollados entre los que destacan unos excelentes Rondador Nocturno y Pyro, las nuevas grandes adquisiciones que además vienen con un conflicto interior magníficamente conducido por Singer y que enriquecen al bando de los villanos, de nuevo liderados por el mencionado Magneto y por Mística y con competencia directa de manos de un igualmente muy destacado William Strike interpretado por un Brian Cox que se amolda perfectamente y con carisma al papel de antagonista secundario y al que acompañan unos letales Deathstrike y Mente Maestra. Otros secundarios aparecen con menos protagonismo pero con solvencia suficiente ante las cámaras como Kitty Pryde, Coloso o Júbilo.


La trama de "X-Men II" es, por otra parte, la más y mejor desarrollada de su trilogía: ahonda en el conflicto entre los mutantes pro y anti humanos y obliga al bando de Xavier y al de Magneto a colaborar a su pesar para acabar con una amenaza común que precisamente viene de estos humanos, lo que da pie a muy buenos diálogos entre ambos personajes enfrentados y sus seguidores. Es especialmente destacable el conflicto que aparece entre el Hombre de Hielo y Pyro, que dominan dos elementos contrapuestos que sirven como símbolo perfecto de la rivaldiad que las circunstancias desatan entre ambos y la separación de su forma de pensar con respecto a los mencionados humanos. La estética sigue siendo la de la primera parte, fiel a los cómics pero actualizada y recreada de modo más realista y discreto, y las escenas de acción, sin abusar de los efectos especiales, vuelven a ser muy destacadas, limpias, precisas y emocionantes. "X-Men II" es la mejor entrega de la primera trilogía de los mutantes de la casa de Marvel, trilogía en la que por desgracia Bryan Singer no continuaría y que culminaría tristemente en una "X-Men III. La decisión final" verdaderamente vomitiva que fue dirigida por el artesano sin personalidad Brett Ratner, que se cargó vilmente la saga hasta la llegada de la genial precuela de Matthew Vaughnn "X-Men. Primera generación", que volvería a levantar el listón para contar las primeras aventuras de Xavier y Magneto y hacernos olvidar aquella bazofia que comentaré mañana.

martes, 11 de diciembre de 2012

X-MEN de Bryan Singer - 2000 - ("X-Men")


La humanidad cada vez ve con más recelo a los mutantes, personas que han desarrollado extradordinarios poderes y cualidades que utilizan para hacer el bien unos y para hacer el mal otros. Entre estos seres evolucionados hay dos extremadamente poderosos que han creado dos bandos enfrentados: el Profesor Xavier, que dirige una escuela para mutantes y un grupo llamado los X-Men que aboga por la integración y la colaboración con los humanos, y Magneto, que se siente superior a los no mutantes y que junto a otros como él busca su exterminio. Cuando a la escuela de Xavier lleguen dos nuevos y misteriosos miembros llamados Lobezno y Pícara, una contienda estallará entre los X-Men y los hombres de Magneto, que parecen estar interesados en los secretos que éstos esconden para usarlos con oscuros propósitos. 


Después del cierre de las primeras sagas cinematográficas de "Superman" y "Batman" y con la de "Blade" solamente en marcha, "X-Men" de Bryan Singer fue la película de dió el pistoletazo de salida definitivo, hace ya doce añitos, a la avalancha de cine de superhéroes que hoy estamos todavía viviendo liderados por las producciones de las compañías Marvel y DC (sobre todo, hasta ahora, por la primera). Siendo bastante más digna en líneas generales que bodrios que llegaron tras ella como la trilogía de "Spiderman" de Sam Raimi, "Daredevil" y "Elektra", "Linterna Verde", "Blade Trinity" o las sagas de "Los Cuatro Fantásticos", "The Punisher" o "El Motorista Fantasma", tampoco alcanza esta obra el grado de seriedad de películas como la trilogía de "Batman" de Christopher Nolan (el ejemplo magno, sí), los dos "Hulk", la despreciada injustamente "Superman Returns" del mismo Singer, el primer "Ironman" o "Los Vengadores". "X-Men" está más en la línea de películas como "El Capitán América", "Thor", "Lobezno" o la segunda "Ironman": en la lína del "ni fu ni fa". La cinta a nivel estético es fiel a los cómics en los que se basa y actualiza el aspecto de los personajes embutiéndolos en trajes más oscuros, realistas y discretos. El reparto, por otra parte, cumple bien: todos se toman en serio a sus caracteres; mientras, las escenas de acción están bien llevadas: son dinámcias, están ajustadas y tienen la espectacularidad suficiente sin abusar de los efectos especiales absurdos. ¿Qué le falla a "X-Men" entonces? Pues el tal vez carecer de una personalidad más marcada y, sobre todo, el hecho de que los personajes tienen la hondura justita pero no van más allá.


Singer se centra especialmente en cuatro de los caracteres de esta primera película sobre el universo mutante de Marvel: Lobezno, Pícara, el Profesor Xavier y Magneto, a los que desarrolla por encima del resto (en la segunda entrega tomará a otros para completarlos). No está mal pensado, pero el problema que deriva de esto es que personajes clave como Cíclope, Jean Grey, Tormenta, el Hombre de Hielo o los villanos secundarios de turno (Mística, Dientes de Sable y Sapo) son meros apuntes (sobre todo los villanos, que pintan muy poco salvo en las escenas de acción y que mueren sin haber aportado absolutamente nada), y eso empobrece notablemente el resultado final. Es verdad que los X-Men son muchos, muchísimos, pero midiendo bien un guión y dotándole de más sutileza y economía narrativa se pueden dibujar en poco tiempo muy buenos personajes (sin ir más lejos, Matthew Vaughn lo logró en su genial entrega de la saga "X-Men. Primera generación"). "X-Men" no es una película mala, guarda bien su dignidad y no toma al espectador por tonto, pero desde luego también dista mucho de las mejores sagas de un cómic que en manos de buenos guionistas ha llegado a tener historias muy profundas y llegas de lecturas sobre las contradicciones del ser humano y sobre la marginalidad del diferente.