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lunes, 31 de agosto de 2009

Lo absurdo que parece todo al volver de vacaciones...

... y lo que cuesta volver a coger el ritmo. No sé si lo dije el año pasado, pero cuando vuelvo de vacaciones siempre me pasa lo mismo; me siento una completa extraña en mi entorno, una extraterrestre recién aterrizada desde un mundo en lo que importa es la salud y la felicidad. Todos a mi alrededor corren, se apresuran y sufren por los plazos y yo completamente alienada sigo con el ritmo interior que me marca el regusto de las vacaciones. Intento estirarlo, alargarlo todo lo que puedo antes de verme inmersa en la vorágine del día a día sin tiempo nisiquiera para cocinar.


A la vista de que aunque de vuelta al cole, este calor no afloja, propongo esta ensalada inspirada en la receta del fattush. Además es rápida, sana y perfecta para una cena despues de un largo día. Lo cierto es que es la ensalada ideal para que a aquellos a quien no les gusta el pepino lo descubran sin darse cuenta. El aliño de menta y limón es fantástico! Una alternativa al vinagre...

Ensalada oriental

1 pepino
1 cajita de tomates cherry
1 rama de menta
1 cebolla de las pequeñas
1 cds de sésamo
1/2 cajita de mix de germinados (opcional)
1/2 limón
1 pan de pita
1 chorro de buen aceite de oliva

Tostar el pan de pita cortado por la mitad en la sartén, cortar en trocitos y reservar.

Cortar el pepino en dados una vez pelado y separadas las pepitas (yo no las pongo). Partir los cherries por la mitad, las cebollas picaditas y mezclarlo todo. Añadir los germinados, el sésamo y la menta picada fina. Exprimir el medio limón y verter el chorro de aceite. Mezclar bien.

Justo antes de servir mezclar con el pan para que no se reblandezca.

miércoles, 18 de julio de 2007

He perdido mi factor X

Como bien dice la columna de la derecha no todo son éxitos en mi cocina. Sin embargo, un blog no es un reality y os voy a ahorrar el directo de mis desafines culinarios. Y es que ese plato que tengo en mi cabeza es perfecto, la forma, la textura, el sabor... y evidentemente cualquier primer intento en manos de unas armas de destrucción masiva (apodo cariñoso de S. a mis manazas) dista mucho de la idealización previa, para que nos vamos a engañar... Suele ocurrir cuando dejas a una pulga suelta por la cocina. Bueno, la idea sigue en mi cabeza y yo perseverando en ella desde mis fogones, eléctricos. Hay técnicas que se me resisten... Espero poder presentar algún día resultados.

De manera que espero que no os sepa a poco, pero os váis a quedar con una simple ensalada de inspiración italiana. Yo la he encontrado riquísima, es sencilla, fresca y se deja dominar para la presentación. Tengo la firme impresión que los españoles nos vendemos fatal. Quizás estos últimos tiempos con la cocina de altos vuelos, estamos consiguiendo algo, pero el mercado europeo está invadido de productos italianos con muchísima salida. Resulta que están de moda para cualquier gourmet que se precie de buen conocedor de la comida mediterránea y sinceramente no tienen nada pero nada que envidiar a los productos españoles. Es que este fenómeno de apreciar lo nuestro es bastante novedoso y está restringido a unas áreas muy concretas. Misma gama, que preferís un Seat o un Volkswagen? Pondría Golf o Ibiza pero no se si estoy metiendo la pata en la comparativa, ya me entendéis, pongo misma gama, que no pretendo herir susceptibillidad alguna. A mi me suena a sensibilidad de australopitecus ibéricus, pero para algunos es su tesoooorooooo!!


Insalata fresca per tutti (2 pers.)

150g de farfalle (es decir lacitos aunque pueden ser eliche, fusili, maccheroni...)
10 tomatitos cherry (o pomodori secchi para un total look italiano)
1 berenjena pequeña
5 quesitos de cabra tiernos (o ricotta para seguir con el total look)
50 g almendras
1/2 limón
albahaca
parmesano en polvo (o rallado, o en virutas...)

aceite, sal y pimienta

Primero se pone el agua a hervir para la pasta. Luego se preparan las berenjenas. Se cortan en láminas, se salpimentan, una gotita de aceite y a 180º en el horno hasta que estén tiernas. Si se quiere se pueden poner los tomates en el horno e incluso añadir pimiento rojo, esto ya es cuestión de ser creativo y nunca repetitivo....

Cuando hierva el agua se pone la pasta hasta que esté cocida. Mientras se trocean los tomatitos, el queso de cabra y se pelan y trocean las almendras. Se mezcla todo en un bowl junto con las hojas de albahaca cortaditas.

Cuando esté la pasta se cuela y yo la lavo con agua sabiendo que esto tiene detractores... Pero es una ensalada, intento que quede suelta la pasta y tampoco interesa que este muy caliente... Bueno cuando las berenjenas están listas se cortan a tiras y todo al bowl. Se salpimenta, se añade el aceite y el zumo de medio limón pequeño. Se mezcla bien y a la nevera toda la noche.

Se sirve y se espolvorea con parmesano. Tambien le hecho de nuevo un chorrito de aceite, aunque se puede evitar si os podéis resistir. Buon apetito!

lunes, 25 de junio de 2007

Ponle curry a tu vida

Esta es la historia de dos recetas encontradas por la red en las que no aparecía el curry por ningún lado y de como incorporaron en su composición el polvo color cobre dorado objeto de este post...

Mis papilas visuales estimulan irremediablemente mi imaginación. Los libros de cocina que más me atraen són aquellos repletos de imágenes impresionantes (a excepción de los clásicos y los de técnicas, aunque si tienen buenas fotos mejor). Lo confieso, poco me importa, en los casos de "coup de coeur" (= flechazo, diría yo), la calidad de las recetas y la precisión de las explicaciones, soy experta en hacer todo lo contrario. Cuando me da vueltas por la cabeza un ingrediente, todas las recetas con las que me encuentro acaban pidiendo ese ingrediente. Y mi nueva inquietud es el curry. Aunque no sólo la mía (no soy rara), en la página del cocinero Olivier Roellinger he notado tambien cierto interés por las especias... Mmmm... la Bretagne. Ya que mi experiencia gastronómica estelar es más bien parca, incluso en España, me toca mantenerme al día a través de la red, imaginándome olores, vapores y sabores...de un recién galardonado del triestrellato.


No soy una experta o sibarita del producto, ni mucho menos, pero me introduciré poco a poco en esta especia, informándome y saboreando el proceso, lenta y progresivamente. Fundamentalmente, se que existen más tipos de curry que de paellas y eso ya por si mismo me tiene alucinada. Varía la mezcla, el color (existen currys rojos y verdes!), los sabores, la textura (pasta o polvo)... Me traje curry de Zanzibar pero me da la impresion que era apto sólo para turistas porque me sabe exactamente igual que el del tarrito de cristal que compro en el súper. Lo cual me parece una casualidad de lo más extraña ya que se trata de una mezcla de varias especias (según Wikipedia "ají, albahaca, alcaravea, azafrán, canela, cardamomo, cebolla seca, celería, cilantro, comino, cúrcuma, fenogreco, jengibre, mostaza, nuez moscada, pimienta de cayena, pimienta, tamarindo") de manera que por lo menos deberían variar las proporciones... En los próximos viajes (y pongo a dios por testigo que los habrá), recogeré especias del mundo! Aunque me cueste una discusión con S., que insiste en que ya no nos caben más bolsitas y tarritos en el armarito de las especias...


So, let's go for a couple of currys!

Ensalada toque oriental





1 pechuga de pollo
1 manzana (propongo Golden)
20 cl leche de coco
1 puñado de mezcla de lechugas (me encanta el toque apimentado de la rúcula)
1 dado de mantequilla

aceite, sal, pimienta, cebollino, menta y curry
Primero se corta la pechuga de pollo a dados de 1-0,5 cm aproximadamente. Se doran con poco aceite de oliva en una sarten por todos sus lados. Se reserva.

Se pica un poco de cebolla (yo la paso por la cuchilla hasta que queda como puré) y se sofrie lentamente en una sartén con mantequilla (el objetivo es realzar el sabor dulce de la cebolla pero sin añadir azúcar). Es cierto que una cebolla se puede pasar 2 días tranquilamente en una sartén a fuego extremadamente bajo soltando todos sus aromas y mejorando el resultado hasta lo inmejorable, pero, este no es el enfoque que tiene el plato. Entonces, fuego a regular según el tiempo disponible y adelante.
Añadimos la leche de coco, sal, pimienta y curry. Removemos bien. Añadimos los dados de pollo fritos y dejamos que haga chupchup. La salsa se reduce hasta que queda una textura espesa.

Ahora cortamos la manzana transversalmente en lonchas finas sin quitarles la piel. Calentamos aceite en una sartén y las freimos. Al sacarlas de la sarten, las colocamos sobre papel absorbente.

El montaje del plato, como siempre, en altura, desafiando la gravedad y complicando el transporte a la mesa. Apilamos capas de manzana frita y de pollo en el centro del plato. Colocamos la mezcla de lechugas alrededor que aliñamos con una mezcla de aceite, sal, pimienta, cebollino y menta previamente pasados por la batidora. El toque fashion: espolvoreamos un poco de curry por los bordes del plato.




Bueno, está claro que todo lo bueno es mejorable. La textura de la manzana no me pareció concluyente. Tendría que probar de hacer chips de manzana que le aportarían crujiente aunque no quiero hacerlo con base de azúcar para no caer en algo empalagoso. Ah! por cierto, esta receta era originariamente de patatas con pollo.



Solomillo dorado para un dia gris



1 solomillo de cerdo
2 rodajas de piña en almíbar
10 cl almíbar de la piña
20cl de leche de coco
1 manzana
1 puñado de sésamo

1 vasito de couscous
6 uvas pasas
30g de almendra en polvo
10cl de crema de leche (propongo ligera)

aceite, sal, pimienta, curry y canela

Esta parte se puede preparar con anterioridad. Doramos el solomillo entero en una sartén, a fuego animado, poco rato, con el fin de crear una capa que retenga los jugos en su interior. Dejamos enfriar. Posteriormente lo untamos con yema de huevo y lo rebozamos de sésamo. Se envuelve en film y se guarda en la nevera.

A partir de aquí, hay que hacerlo al momento. Para la salsa, pasamos por el minipimer la manzana, la leche de coco y el almíbar de la piña. Se pone en una sartén y se calienta la mezcla. Cuando esté caliente añadimos sal, pimienta, curry y canela. Es importante probar la salsa para tener una idea del grado de sabor que está adquiriendo. Se deja reducir hasta que adquiera una textura suficientemente espesa.

Sacamos el solomillo de la nevera y lo ponemos al horno 10 min a 160º.
Por otro lado en una sarten ponemos un chorrito de aceite, la crema de leche, el couscous, el polvo de almendras y las pasas y removemos para que se caliente el conjunto.

En el último momento marcamos las rodajas de piña en la sartén a fuego vivo.
Para presentar esta amalgama. Con un molde cilíndrico, montamos el montoncito de couscous. Ponemos la piña en el plato y encima el trozo de solomillo cortado "al bies" (no lo sé expresar de otro modo, que poca agricultura!). Acabamos rociando con la salsa.

Este plato se inspira en una receta de Damien Germanier. Como véis, entre el curry y yo, este puede ser el principio de una gran amistad.