PRÓLOGO.
¡Lo prometido es deuda! Así que aquí están las páginas originales anunciadas en la anterior entrada sobre Flash Gordon. Bien es verdad que no son las que nosotros hubiéramos escogido, pero nos hemos tenido que ceñir a lo que tenemos.
El coleccionismo privado es un mundo diferente al del simple aficionado. No es necesario especificar que lo primero que se necesita para pertenecer a él, es una buena cantidad de euros; pero no siempre los originales están a precios prohibitivos, en ocasiones, incluso en el caso de Raymond con ‘Rip Kirby’, están a precios relativamente asequibles.
En torno de todo ello hay bastantes cosas que decir (también que ver) y nosotros, en la medida de nuestras humildes posibilidades, lo iremos haciendo poco a poco. Las prisas son malas para todo.
Como siempre, esperamos que esta entrada sea del agrado de nuestros visitantes, que por lo que parece son de ambos lados del Atlántico. ¡Un cordial saludo también a nuestros amigos americanos!
LAS PÁGINAS ORIGINALES.
Hemos querido acompañar los originales con su correspondiente contraparte en color. Para ello hemos escogido la versión de Ediciones B. Sabemos que quizás sea la de Planeta la edición más completa hasta la fecha, pero pensamos que la que presentamos tiene sus valores y desde luego esta mucho menos vista y por eso tal vez sea más curiosa de contemplar por parte de los aficionados.
O6-03-1.934 .- El Raymond más ‘primitivo’.
Esta es la peor reproducción que presentamos, hemos querido hacerlo por la sencilla razón de personificar en si misma el trabajo inicial en Flash Gordon.
Es seguro que por esta parte de su trabajo, Raymond no hubiera pasado a la historia, si no hubiera sido continuado por el resto.
No podemos saber si el estilo inicial es autentico o impostado. Es decir, si fue por decisión propia de Raymond, o sugerencia de la empresa, para aproximar inicialmente el grafismo a las dos tiras realistas de fantasía de mayor éxito en el mercado (Tarzan y Buck Rogers). Lo que desde luego esta claro, es que el autor al iniciar la serie tenia ya un alto contenido en dibujo.
27-01-1.935 .-El torneo de la muerte y ‘el pincel seco’.
El primer gran salto en el diseño e incluso en su formulación gráfica se produjo apenas un año después de empezar la obra. Este ‘torneo’ consiguió enloquecer la imaginación de todos los niños de aquella época, y de algunas más. Hay que decir, sin embargo, que el trabajo de Raymond, pleno de fuerza y fantasía, no es limpio.
El pincel seco ensucia la línea y Raymond debió de ser consciente de ello, pues en poco tiempo empezaría a replantearse la formulación de volúmenes a base de la combinación de trazados, realizados con fantástica pericia y una mayor limpieza.
31-03-1.935 .-Los hombres lagarto y lo apasionante del guión.
Las carencias en la limpieza del dibujo (dicho sea solo, en sentido comparativo con lo que vendría después), es ampliamente compensada con el extraordinario pulso creativo del guión.
Esta plancha es el preámbulo de un cambio que se iría desarrollando en el reino mágico de Azura y concluiría felizmente en los dominios submarinos de la reina Ondina. Sin embargo Raymond aquí todavía no parece estar dispuesto a sustituir el pincel seco por la limpieza de línea.
13-10-1.935 .- El romanticismo y la evolución en lo gráfico.
En los reinos de Azura, Raymond pareció haber encontrado un filón en la técnica de los trazados lineales. Esta página, especialmente romántica, pertenece al final de su estancia allí y refleja perfectamente lo que había sido un proceso finalmente completado a pesar de sus dudas iniciales.
La limpieza en la realización del dibujo parece haberse impuesto. Poco después llegaría una de las planchas más famosas de la historia del cómic: “La caída de los hombres-halcón”. Estamos convencidos de que hasta el propio Raymond se sorprendía en aquellos tiempos de los fantásticos dibujos que salían de su pincel.
23-02-1.936 .-La borrachera de la línea.
Esta página y la siguiente (prácticamente coetáneas) son un vivo ejemplo del uso y abuso que Raymond haría de la generación de volúmenes y trazados con la línea.
A pesar de la belleza general de sus creaciones, la sensación que nos da es de estar todo un poco recargado. Raymond se dirige hacia alguna parte, pero no tiene claro hacia donde. Mientras tanto, blande sus armas, mejorando permanentemente la calidad y soltura de su dibujo.
15-03-1.936 .-Los nuevos encuadres.
En este periodo creativo, Raymond parece intentar distraer sus dudas en el desarrollo del grafismo con puestas en página más complejas e incluso desequilibradas, como en este caso.
Da la sensación que esta terminando un curso, con el objetivo de empezar otro desde cero. La metamorfosis no parece planeada, solo la consecuencia lógica de la propia evolución artística.
14-03-1.937 .-La simplificación de la línea.
En los mares de Coralia se establece el ‘canon’ de seis viñetas por página y muy pocas variaciones en torno de ello se producirán hasta el final de la obra. Además, después de su estancia en el fondo del océano, Flash sale a la superficie con una belleza de composición y línea difícilmente igualable. A esa época pertenece otra de las páginas paradigmáticas de la obra, la de las lianas que atrapan a Flash (expuesta en Barcelona).
Los tramados se clarifican y simplifican, pero el autor se resiste a abandonar los extraordinarios efectos que conseguía con la línea. Se resiste, pero pronto dejaría de hacerlo.
20-06-1.937 .-El ‘gran salto’ de Arboria.
Raymond ha tomado la determinación de dar más con menos, y se pone a ello en el reino arbóreo de Barin. La claridad de concepto y la reducción de medios en la utilización de recursos gráficos es más que evidente. Pero no solo introduce este efecto, por la puerta de atrás empieza a enfriarse el soufflé.
La mirada de Raymond se vuelve más fría y despiadada hacia sus criaturas. Hasta entonces habíamos penado y sufrido con ellas, a partir de este momento, empieza lentamente a producirse un cambio que llevará a Flash Gordon, hasta las más altas cotas en lo artístico unido a una perdida de interés y emotividad en lo narrativo.
31-10-1.937 .-El “glamour” en Raymond.
Incuestionablemente, Raymond tenía unas cualidades fuera de lo común para la representación de ‘lo femenino’. Sus mujeres reflejan una sensualidad especial. Al dominio de la delicadeza de formas, uniría un ‘algo más’ que las haría especiales.
Quizás el único ‘pero’ que se le podría poner, es el de un excesivo apego a los modelos estéticos (e incluso cinematográficos) vigentes en la época, sobre todo en peinados y rostros, pero a fin de cuentas: ¡todos somos hijos de nuestro tiempo!
31-11-1.940 .-Lo tecnológico en Raymond.
Otro de los puntos fuertes de Raymond con Flash, son las máquinas y los elementos tecnológicos. En esta plancha nos encontramos a un autor pletórico en sus recursos gráficos. Aunque parece haberse deshilachado un poco el contenido narrativo; sin embargo el interés que genera el dibujo lo compensa ampliamente.
Raymond hace creíble las naves y los elementos tecnológicos que genera, pero es todavía más efectivo a la hora de mezclar los trajes y las anatomías en escenarios de gran verosimilitud.
23-11-1.941 .- La frialdad como sello de fábrica.
El regreso de Flash a la Tierra después de ‘liberar’ Mongo de la tiranía de Ming, no pareció sentarle nada bien. De retorno al planeta Mongo, la perfección del dibujo no conseguiría aminorar la gelidez que se iba adueñando de todo. El hielo reinaba por doquier, curiosamente también en los escenarios. A partir de aquí, si que seria ajustado el comentario de Breccia sobre el ‘ballet’.
Raymond se aburría con su héroe, y solo encontraba entretenimiento en un dibujo que buscaba la perfección técnica como principal argumento. Incluso en este territorio empezaron a notarse en la obra, manos ajenas no tan dotadas (Austin Briggs) como las suyas.
EPÍLOGO
Solo las grandes obras (de cualquier tipo) son permanentemente revisables y sin el menor genero de dudas el “Flas Gordon” de Raymond es un autentico monumento a este tipo de arte.
En un corto espacio de tiempo su autor establecería las bases sobre las que se habría de mover el cómic en varias décadas (con permiso de Caniff y Foster).
Pero las huellas de Alex son difíciles de seguir y cuando cualquier dibujante intentaba imitarle, cabía siempre preguntarse a cual de todos los ‘Raymond’ que se recrearon a si mismos, estaba imitando. Sus mejores seguidores permanecieron anclados en una foto fija, mientras que él siguió en permanente evolución hasta que nos dejo.
Sirva esta entrada como un pequeño homenaje a uno de los más grandes dibujantes que ha dado el Arte del cómic (por supuesto, con mayúsculas).