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4/7/09

ALEX RAYMOND - 3. ALEX RAYMOND Y LOS ORIGINALES EN EL CÓMIC (2).



PRÓLOGO.

¡Lo prometido es deuda! Así que aquí están las páginas originales anunciadas en la anterior entrada sobre Flash Gordon. Bien es verdad que no son las que nosotros hubiéramos escogido, pero nos hemos tenido que ceñir a lo que tenemos.

El coleccionismo privado es un mundo diferente al del simple aficionado. No es necesario especificar que lo primero que se necesita para pertenecer a él, es una buena cantidad de euros; pero no siempre los originales están a precios prohibitivos, en ocasiones, incluso en el caso de Raymond con ‘Rip Kirby’, están a precios relativamente asequibles.

En torno de todo ello hay bastantes cosas que decir (también que ver) y nosotros, en la medida de nuestras humildes posibilidades, lo iremos haciendo poco a poco. Las prisas son malas para todo.
Como siempre, esperamos que esta entrada sea del agrado de nuestros visitantes, que por lo que parece son de ambos lados del Atlántico. ¡Un cordial saludo también a nuestros amigos americanos!


LAS PÁGINAS ORIGINALES.

Hemos querido acompañar los originales con su correspondiente contraparte en color. Para ello hemos escogido la versión de Ediciones B. Sabemos que quizás sea la de Planeta la edición más completa hasta la fecha, pero pensamos que la que presentamos tiene sus valores y desde luego esta mucho menos vista y por eso tal vez sea más curiosa de contemplar por parte de los aficionados.


O6-03-1.934 .- El Raymond más ‘primitivo’.
Esta es la peor reproducción que presentamos, hemos querido hacerlo por la sencilla razón de personificar en si misma el trabajo inicial en Flash Gordon.
Es seguro que por esta parte de su trabajo, Raymond no hubiera pasado a la historia, si no hubiera sido continuado por el resto.

No podemos saber si el estilo inicial es autentico o impostado. Es decir, si fue por decisión propia de Raymond, o sugerencia de la empresa, para aproximar inicialmente el grafismo a las dos tiras realistas de fantasía de mayor éxito en el mercado (Tarzan y Buck Rogers). Lo que desde luego esta claro, es que el autor al iniciar la serie tenia ya un alto contenido en dibujo.

27-01-1.935 .-El torneo de la muerte y ‘el pincel seco’.

El primer gran salto en el diseño e incluso en su formulación gráfica se produjo apenas un año después de empezar la obra. Este ‘torneo’ consiguió enloquecer la imaginación de todos los niños de aquella época, y de algunas más. Hay que decir, sin embargo, que el trabajo de Raymond, pleno de fuerza y fantasía, no es limpio.

El pincel seco ensucia la línea y Raymond debió de ser consciente de ello, pues en poco tiempo empezaría a replantearse la formulación de volúmenes a base de la combinación de trazados, realizados con fantástica pericia y una mayor limpieza.

31-03-1.935 .-Los hombres lagarto y lo apasionante del guión.

Las carencias en la limpieza del dibujo (dicho sea solo, en sentido comparativo con lo que vendría después), es ampliamente compensada con el extraordinario pulso creativo del guión.

Esta plancha es el preámbulo de un cambio que se iría desarrollando en el reino mágico de Azura y concluiría felizmente en los dominios submarinos de la reina Ondina. Sin embargo Raymond aquí todavía no parece estar dispuesto a sustituir el pincel seco por la limpieza de línea.

13-10-1.935 .- El romanticismo y la evolución en lo gráfico.
En los reinos de Azura, Raymond pareció haber encontrado un filón en la técnica de los trazados lineales. Esta página, especialmente romántica, pertenece al final de su estancia allí y refleja perfectamente lo que había sido un proceso finalmente completado a pesar de sus dudas iniciales.

La limpieza en la realización del dibujo parece haberse impuesto. Poco después llegaría una de las planchas más famosas de la historia del cómic: “La caída de los hombres-halcón”. Estamos convencidos de que hasta el propio Raymond se sorprendía en aquellos tiempos de los fantásticos dibujos que salían de su pincel.

23-02-1.936 .-La borrachera de la línea.

Esta página y la siguiente (prácticamente coetáneas) son un vivo ejemplo del uso y abuso que Raymond haría de la generación de volúmenes y trazados con la línea.

A pesar de la belleza general de sus creaciones, la sensación que nos da es de estar todo un poco recargado. Raymond se dirige hacia alguna parte, pero no tiene claro hacia donde. Mientras tanto, blande sus armas, mejorando permanentemente la calidad y soltura de su dibujo.

15-03-1.936 .-Los nuevos encuadres.
En este periodo creativo, Raymond parece intentar distraer sus dudas en el desarrollo del grafismo con puestas en página más complejas e incluso desequilibradas, como en este caso.

Da la sensación que esta terminando un curso, con el objetivo de empezar otro desde cero. La metamorfosis no parece planeada, solo la consecuencia lógica de la propia evolución artística.

14-03-1.937 .-La simplificación de la línea.
En los mares de Coralia se establece el ‘canon’ de seis viñetas por página y muy pocas variaciones en torno de ello se producirán hasta el final de la obra. Además, después de su estancia en el fondo del océano, Flash sale a la superficie con una belleza de composición y línea difícilmente igualable. A esa época pertenece otra de las páginas paradigmáticas de la obra, la de las lianas que atrapan a Flash (expuesta en Barcelona).

Los tramados se clarifican y simplifican, pero el autor se resiste a abandonar los extraordinarios efectos que conseguía con la línea. Se resiste, pero pronto dejaría de hacerlo.

20-06-1.937 .-El ‘gran salto’ de Arboria.

Raymond ha tomado la determinación de dar más con menos, y se pone a ello en el reino arbóreo de Barin. La claridad de concepto y la reducción de medios en la utilización de recursos gráficos es más que evidente. Pero no solo introduce este efecto, por la puerta de atrás empieza a enfriarse el soufflé.

La mirada de Raymond se vuelve más fría y despiadada hacia sus criaturas. Hasta entonces habíamos penado y sufrido con ellas, a partir de este momento, empieza lentamente a producirse un cambio que llevará a Flash Gordon, hasta las más altas cotas en lo artístico unido a una perdida de interés y emotividad en lo narrativo.

31-10-1.937 .-El “glamour” en Raymond.
Incuestionablemente, Raymond tenía unas cualidades fuera de lo común para la representación de ‘lo femenino’. Sus mujeres reflejan una sensualidad especial. Al dominio de la delicadeza de formas, uniría un ‘algo más’ que las haría especiales.

Quizás el único ‘pero’ que se le podría poner, es el de un excesivo apego a los modelos estéticos (e incluso cinematográficos) vigentes en la época, sobre todo en peinados y rostros, pero a fin de cuentas: ¡todos somos hijos de nuestro tiempo!

31-11-1.940 .-Lo tecnológico en Raymond.

Otro de los puntos fuertes de Raymond con Flash, son las máquinas y los elementos tecnológicos. En esta plancha nos encontramos a un autor pletórico en sus recursos gráficos. Aunque parece haberse deshilachado un poco el contenido narrativo; sin embargo el interés que genera el dibujo lo compensa ampliamente.

Raymond hace creíble las naves y los elementos tecnológicos que genera, pero es todavía más efectivo a la hora de mezclar los trajes y las anatomías en escenarios de gran verosimilitud.

23-11-1.941 .- La frialdad como sello de fábrica.
El regreso de Flash a la Tierra después de ‘liberar’ Mongo de la tiranía de Ming, no pareció sentarle nada bien. De retorno al planeta Mongo, la perfección del dibujo no conseguiría aminorar la gelidez que se iba adueñando de todo. El hielo reinaba por doquier, curiosamente también en los escenarios. A partir de aquí, si que seria ajustado el comentario de Breccia sobre el ‘ballet’.

Raymond se aburría con su héroe, y solo encontraba entretenimiento en un dibujo que buscaba la perfección técnica como principal argumento. Incluso en este territorio empezaron a notarse en la obra, manos ajenas no tan dotadas (Austin Briggs) como las suyas.

EPÍLOGO
Solo las grandes obras (de cualquier tipo) son permanentemente revisables y sin el menor genero de dudas el “Flas Gordon” de Raymond es un autentico monumento a este tipo de arte.

En un corto espacio de tiempo su autor establecería las bases sobre las que se habría de mover el cómic en varias décadas (con permiso de Caniff y Foster).

Pero las huellas de Alex son difíciles de seguir y cuando cualquier dibujante intentaba imitarle, cabía siempre preguntarse a cual de todos los ‘Raymond’ que se recrearon a si mismos, estaba imitando. Sus mejores seguidores permanecieron anclados en una foto fija, mientras que él siguió en permanente evolución hasta que nos dejo.

Sirva esta entrada como un pequeño homenaje a uno de los más grandes dibujantes que ha dado el Arte del cómic (por supuesto, con mayúsculas).


30/6/09

ALEX RAYMOND - 3. ALEX RAYMOND Y LOS ORIGINALES EN EL CÓMIC (1).


Los aficionados que han tenido ocasión de ver expuestos varios originales de Flash Gordon en la Feria del Cómic de Barcelona, pueden atestiguar que el mundo de los originales de los grandes del cómic es un punto y aparte en relación a las reproducciones que estamos acostumbrados a ver.

Lamentablemente no abundan las ediciones de obras de clásicos del cómic mundial intentando reproducir fielmente sus trabajos originales. Últimamente hemos tenido ocasión de ver una excelente, en gran formato, de ‘La balada del mar salado’ de Pratt. Si son más frecuentes en cambio, aunque tampoco en exceso, las ediciones en formato grande de las obras que han tenido un mayor predicamento entre los aficionados al cómic norteamericano (Watchmen, Kingdom Come, ‘Batman’ de Neal Adans…etc). En cuanto a los autores españoles, nada nuevo bajo el sol, solo reseñar la habitual venta de ‘gato’ por ’liebre’, en este caso con la edición ampliada de ‘El corsario de hierro’, que por supuesto no tiene nada que ver con lo que seria la reproducción de sus originales (salvo en el precio que le ha puesto).

En general, los editores no parecen atender a este tipo de demanda por dos motivos. El primero, esta en la dificultad de encontrar los materiales adecuados que posibilitan una publicación de estas características. En la mayor parte de los casos, con el paso de los años, los herederos de los dibujantes más famosos han desperdigado por el universo-mundo buena parte de los originales de las grandes obras del cómic. El segundo, es que el precio se encarece y consecuentemente se generan serias dudas sobre que la demanda amortice el coste de un producto de estas características.

Cuando se tiene la oportunidad de ver los originales de cualquier obra bien realizada, la opinión sobre el trabajo del autor cambia a favor. Pero cuando se pueden ver originales de ‘los grandes del cómic’, el salto de apreciación es todavía mayor. En el caso particular de Raymond, sus originales ejercen un extraño influjo hipnótico sobre el que los contempla, como si albergasen en su interior toda la fuerza creativa del que los hizo posible.

Seria extraordinario poder ver un ‘Mort Cinder’ que se correspondiese con el ‘primer’ trabajo de Breccia. Igualmente hubiera sido un enorme placer estético haber podido contemplar las planchas originales de un ‘Principe Valiente’ o ‘Little Nemo’, e incluso el trabajo de Uderzo para ‘Asterix’. Solo este último sería ya factible de ver en un futuro más o menos lejano, pues es el deseo del dibujante francés donarlos después de su muerte a la Biblioteca Nacional de Francia (si su yerno/hija no consiguen remediarlo en el ‘culebrón’ que mantiene la familia); el resto del puzle esta completamente desguazado y no creemos que haya nadie que lo pueda volver a recomponer.

La mayor parte de las grandes obras del cómic mundial han sido desarticuladas y solo nos queda en la actualidad la posibilidad de contemplar (en el mejor de los casos) páginas inconexas, con los orígenes más diversos que seamos capaces de imaginar, que eso si, nos dan una idea bastante aproximada de lo que pudo llegar a ser todo el conjunto unido.

No es cuestión de enumerar aquí la lista de todos los artistas de la época clásica que consideramos valiosos para este tipo de ediciones originales (aproximadamente un centenar), pero si decir que las reproducciones que se ofrecen en España a los aficionados, no están (en la mayor parte de los casos) a la altura artística de las obras originales, y lo que aún es peor, ni siquiera a la altura de las mejores versiones que hemos visto en sus impresiones mundiales.

Los editores aducen que ese es el único material que se les ofrece por parte de quien detenta los derechos de publicación y no pueden hacer otra cosa. Pero eso no es del todo cierto, sobre todo si tenemos en cuenta las excelentes ediciones realizadas en Italia durante los años 70/80, con un cuidadísimo material de los más famosos clásicos de la K.F.S. En algunos casos, este desagradable tema parece centrarse más en la falta de cuidado y amor hacia la calidad de lo que se ofrece que en cualquier otra cosa.

Algunas editoriales no parecen haberse apercibido todavía, de que la edición de eso que llamamos ‘un clásico’ debe de tener un ‘plus’ añadido de calidad. Nosotros esa calidad la cifraríamos, no solo en la impresión y la fidelidad a la fuente originaria, sino también en el tamaño. Querer a estas alturas del campeonato presentar un ‘Príncipe Valiente’ en tamaño A4 y en edición ‘retranqueada’ no es más que una pura ‘atrocidad’, y si nos apuran, una mala decisión comercial. Los aficionados están dispuestos a rascarse el bolsillo, pero no a cambio de nada.

En relación a España, si en nuestra mano estuviera (que no esta), plantearíamos una edición con los originales de ‘El Cid’ de Palacios (como ya dijimos en su apartado correspondiente) y estamos completamente seguros de que tendría buena acogida por parte de los coleccionistas expertos y del público en general. En cuanto a la posibilidad práctica de llevarlo a cabo, no tenemos la menor idea sobre si ello sería ya factible, pues parece haberse efectuado la venta de buena parte de los originales.

Pero volvamos al tema de los originales, su perdida no ocurre solo por venta o dispersión. Muchos se han perdido por el simple hecho de haberlos tirado a la basura. A la mayor parte de las empresas y a pesar de que los originales solo eran utilizadas como material base para la reproducción, curiosamente les costaba devolverlos, pues los consideraban de ‘su’ propiedad. Ya hablamos en el apartado correspondiente sobre la ‘cruzada’ iniciada por Hugo Pratt para que los originales retornaran a sus autores y que le costó ser vetado por las principales editoras de cómics de Italia.

Las empresas (en todos los países) tiraron a la basura toneladas kilométricas de material original, a veces solo por la falta de espacio donde almacenarlos y sobre todo, porque no veían en ello ningún interés económico digno de ser tenido en cuenta. Desgraciadamente, para muchos originales ya no va a ser posible una ‘segunda vuelta’, pues han sido ‘amortizados’ definitivamente. Algunas anécdotas que podríamos contar en torno a lo sucedido en España, pondrían los pelos como escarpias a más de uno.

Pero los tiempos cambian y en los últimos años se ha revitalizado enormemente el mercado de originales del cómic a nivel internacional. Varias empresas europeas y norteamericanas se han especializado profesionalmente en ello. Igualmente empresas que no tocaban antes este negocio específico como Shoteby’s (especialista en subastas de arte) se dedican ahora a vender material de muy distinto pelaje (más o menos original). La Red también se ha convertido en una zona de bullicioso transito y negocio en torno de todo ello. Gracias a este reverdecer, esperamos que muchas obras (antiguas y actuales) sean salvadas de la quema y puedan tener en el coleccionismo privado una segunda existencia, aunque solo sea (el mundo en que vivimos es así) por el valor económico intrínseco que almacenan en el mercado.

Volviendo a los originales de Raymond, hay que remarcar, pues es importante para comprender como estaban confeccionados, que su principal funcionalidad era la de ser reproducidos en las páginas dominicales de los diarios USA y que estas en aquella época eran bastante grandes (tamaño sábana). Así que los originales no tenían más remedio que ser igualmente grandes. Para que nuestros amables visitantes tengan una idea aproximada de lo que estamos hablando, hemos dedicado esta primera entrada a realizar algunas pequeñas ampliaciones de las paginas que ofreceremos en la siguiente. En muchos casos se pueden apreciar las texturas, las manchas sobre el papel, los lápices e incluso las correcciones sobre la línea original ¡Un autentico banquete para los que se interesan por estas cosas!

No todas las reproducciones que presentaremos en nuestra próxima entrada tienen la misma definición. Pondremos, eso sí, las mejores que hemos podido reunir, desechando algunas que no nos han parecido con suficiente nivel de calidad.

Lógicamente, todo esto no son más que reproducciones de originales, no los originales mismos, pero aun así, reflejan mucho mejor que las reproducciones generalistas las esencias de la obra primigenia y permiten ver con claridad la forma de trabajo y el tipo de técnica que Raymond desarrollaría a lo largo de la evolución artística que tuvo con su juguete más popular.

Los que estén interesados en el trabajo original de Raymond para Flash Gordon, no tendrán que esperar mucho. En poco tiempo presentaremos once planchas de distintas épocas con un nivel de detalle que esperamos sea suficiente.
¡Permanezcan atentos a nuestras pantallas!

24/6/09

ALEX RAYMOND - 2. ALEX RAYMOND EN LA GUERRA DEL PACÍFICO.


La obra artística de Raymond durante su estancia en la Marina.
Algunos maledicentes han dicho que Alex Raymond se alistó por los problemas que tenia en su matrimonio. Otros, igualmente malpensados, han afirmado que el objetivo de su tardío alistamiento se encontraba en la preparación del terreno como ‘héroe americano’ para el relanzamiento de su carrera, una vez finalizada la guerra.

Planes de combate.
Los hechos puros y duros son que Raymond, dada la edad que tenía, que estaba casado y que tenia varios hijos a su cargo, no estaba obligado en ese momento a ir al frente. Si fue, es porque quiso.

Cuerpo de marines.
Nada en torno de este tema puede ser corroborado, ni a favor, ni en contra. Las autenticas intenciones de las personas son ‘cajas negras’ a las que nadie tiene acceso. Nosotros no tenemos ni la capacidad ni los datos para juzgar si Raymond era un autentico patriota o un oportunista. Solo podemos testificar que estuvo en el Pacífico, entro en combate (Okinawa, Borneo) y además de todo ello, realizó numerosos dibujos para su nueva empresa (la Marina de los EE.UU.).

Diseñando plan de ataque.
Gracias a los camaradas de Raymond, existe una muy curiosa colección de fotografías que han visto la luz en los últimos años y retratan algunas facetas de su vida en la milicia. Queremos mostrarlas a la consideración de nuestros visitantes, con la esperanza de que las encuentren interesantes.

Camaradería en el club de oficiales.
Raymond se alistó en el año 1943, e inicio su estancia en la Marina en febrero de 1944. Poco después de su incorporación seria enviado a Quántico, para efectuar su preparación prebélica en la Escuela Oficial de Aviación (AGOS). Conoció en aquel entonces al Tte. Robert Cox, con el que entablaría amistad. De esa época es la invitación al acto de graduación, con el retrato de su esposa Irene. El comentario que figura en la tarjeta, fue una dedicatoria del propio Raymond.

Tarjeta diseñada, y dibujada, por Raymond, para la graduación del teniente R. Cox.
Quizás la obra mas conocida de Raymond sobre el tema bélico sea la que realizo en 1944 (antes de partir para el frente), bajo el título de ‘La oración de los marines’. Representa un alto en medio de la batalla, para efectuar una emotiva plegaria por los compañeros caídos. Habría de servir como portada de la revista del Estado Mayor del Cuerpo de Marina, en diciembre de 1944.

La oración de los marines.
En la contraportada ponía un comentario esclarecedor: ‘Alex G. Raymond en pleno éxito profesional de su carrera como dibujante, tuvo la necesidad de ponerse al servicio de su país y fue enviado para su entrenamiento a la Estación Aérea que el Cuerpo de Marina tiene en Santa Bárbara. Allí, ha diseñado numerosas ilustraciones para la Marina, poco antes de salir para el frente de guerra con el USS Islas Gilbert, en abril de 1945’.

Despegue desde el portaviones.
Si se lee detenidamente el texto entre líneas, quedan tres cosas bastante claras. La primera es que se alisto voluntariamente. La segunda, que realizó dibujos de guerra en su periodo de formación estrictamente militar. La tercera viene a decir algo así como ‘por muy Alex Raymond que seas, te vas al frente como todos los demás’. El ejemplo de Raymond, es utilizado en este caso por la propaganda de guerra norteamericana, en el sentido de que no hay ningún tipo de privilegios a la hora de servir al país, absolutamente para nadie.

Las ordenanzas del capitan.
La Revista Oficial del Cuerpo de Marines también haría uso del arte de Raymond y presentamos una de sus portadas para documentarlo. El dibujo se titulaba ‘Lectura del correo sobre la cubierta’ y pertenece al número de abril de 1946. En este dibujo se refleja uno de los momentos mas gratos para los combatientes, aquellos en que una vez recibido el correo con las nuevas del mundo exterior, era leido una y mil veces para exprimirle hasta la última letra de información.

Correo sobre cubierta.
Raymond no solo dibujaría este tipo de obras realistas, sino que también ejecutaría otras de carácter menos narrativo y con funcionalidades más específicas a los usos y normas militares. Por ejemplo, cuando la escuadrilla donde se encontraba adopto el nuevo nombre de combate de ‘Los jinetes del cohete’, el anagrama seria diseñado por Raymond, en un estilo a medio camino entre el modernismo y Flash Gordon

"Los jinetes del cohete".
La popularidad de Raymond entre la tropa fue notable. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los que se encontraban en los barcos del Pacifico, se había criado a la sombra de los dibujos de Flash Gordon, así que buena parte de los que les tocaría compartir con él su estancia en el ejército, le consideraron desde un primer momento como una especie de ‘celebrity’.


Leyendo el correo de casa.
Raymond pareció adaptarse bastante bien a la vida militar y fue apreciado por sus hombres (era capitán con tropa a su mando) y también por sus superiores, como lo demuestra el hecho de que fuera nombrado miembro honorario del VMTB-143 en agosto de 1945, honor que se hacia por petición de la tropa y de conformidad con el mando.

Raymond nombrado miembro honorario del VMTB-143.
Por último indicar como hecho anecdótico que, por estrictas órdenes de la Inteligencia Militar, estaba terminantemente prohibido el especificar las localizaciones geográficas en cualquier reseña e incluso comentario escrito. Se utilizaban normalmente paráfrasis como ‘en un lugar del Pacifico’, ‘escenario de guerra’ y cosas parecidas. Por ello, todas las ilustraciones que presentamos, y en los que se identifica el lugar de origen, su nota aclaratoria fue añadida con posterioridad al periodo bélico.

La reseña fotográfica personal.



Estas dos fotos están tomadas en mayo de 1945 en la isla de Mog Mog, antes de entrar en acción. En ella (con el nombre debajo de cada uno) se muestra la celebración del cumpleaños del Capitán Lally (que llegó a mantener con Raymond una buena relación de amistad y camaradería).



Poco después de unirse al Cuerpo de Marines, Raymond fue enviada a Quantico para su formación en la Escuela Oficial de la Aviación (AGOS).


En la foto superior, se muestra a Raymond con un grupo de oficiales, en su mayor parte pilotos de VMF-512 y VMTB-143. Raymond es el segundo de la derecha.

A la izquierda, Raymond ( el segundo por la izquierda) comparte algunas bromas con los pilotos del VMF-512.

Lista donde figura el nobre de Raymond, con su dirección, durante su periodo de formación en Quantico.