Os pongo tres vídeos de villancicos navideños. En la función de Navidad cantaremos la de Rodolfo el Reno. Ésta es la letra para que la vayáis ensayando en casa:
Introducción: Hoy quisiera contarles la historia de un reno
al que nadie quería por ser tan feo
ni siquiera el mismo imaginó
lo que un día le pasó
Canción:
Era Rodolfo un reno, que tenia la nariz
roja como la grana y de un brillo singular
todos sus compañeros se reían sin parar
y nuestro buen amigo, solo y triste se quedó.
Pero Navidad llegó, Santa Claus bajó
y a Rodolfo lo eligió, por su singular nariz
tirando del trineo, fue Rodolfo sensación
y desde aquel momento toda burla se acabó
Los niños y niñas podrán venir disfrazados o de reno o de árbol de Navidad, como siempre, podéis comprarlos o también podéis hacerlos, os dejo aquí algunas muestras:
Si se quiere que sea muy muy sencillo:
- Para el árbol de navidad simplemente nos podemos vestir con una camiseta verde y un pantalón marrón, y colgar adornos navideños en la camiseta. Con un gorrito en la cabeza junto con la estrella ya tenemos nuestro disfraz.
- Para el disfraz de reno, habrá que vestirse de marrón y un gorrito en la cabeza con cuernos y una nariz roja, o una diadema con los cuernos en cartulina pegados.
En fin, que para cualquier duda, no dudéis en consultarme.
Y la poesía que recitaremos será la siguiente:
LA HORMIGA COJITA
Rota la patita,
sin poder andar,
la pobre hormiguita
se puso
a llorar:
- ¡A ver cómo voy,
cojita que estoy...!
La oyó un caracol:
- No llore, señora,
la llevo yo...
A ochenta por hora
pasó una tortuga:
- ¡Suba, suba, suba...!
Pero un gorrión
la cogió en su pico
y se la llevó...
Así es como fue
la pobre hormiguita cojita
volando a Belén.
También os pongo esta poesía, que aunque no la recitaremos en la función, es muy bonita:
El camello cojito (Auto de los Reyes Magos)
El camello se pinchó
con un cardo del camino
y el mecánico Melchor
le dio vino.
Baltasar
fue a repostar
más allá del quinto pino…
e intranquilo el gran Melchor
consultaba su ‘Longinos’.
- ¡No llegamos,
no llegamos y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres Reyes se han perdido-.
El camello cojeando
más medio muerto que vivo
va espeluchando su felpa
entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar
Melchor le dijo al oído:
- Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
al camello le dio hipo.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y en su tipo!
Se iba cayendo la mirra
a lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empuja al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres Reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
- No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero -repitió el Niño.
A pie vuelven los tres Reyes
cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
le hace cosquillas al Niño.