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domingo, 25 de octubre de 2015

Museos en Barcelona (II)

Como sé que muchos de los que todavía me leéis os vais a acercar a Barcelona la semana que viene para ir al Salón del Manga y que, probablemente, hagáis algo de turismo por la ciudad, he querido hablaros de dos de sus museos, que he descubierto a lo largo de este año. Es muy posible que os estéis preguntando a qué viene ese "(II)" del título de la entrada pero lo cierto es que hace unos años publiqué la primera parte de lo que entonces pretendía haber convertido en una sección más o menos regular del blog (sin mucho éxito).


Empiezo por el Museu de Cultures del Món (Museo de Culturas del Mundo), inaugurado hace menos de un año justo enfrente del más conocido Museo Picasso. Si alguien recuerda mis entradas sobre París, sabrá lo contenta que me puse cuando Barcelona empezó a llenarse de publicidad sobre la apertura de este nuevo museo con arte de África, Oceanía, Asia y de la América precolombina. En el museo no solo podréis observar todo tipo de objetos de culturas y épocas de lo más diversas sino que, además, podréis disfrutar de las breves pero clarificadoras explicaciones (que si no recuerdo mal estaban en catalán, castellano e inglés) que ayudan a comprender la utilidad de ciertos objetos o cómo pueblos enteros han entendido la vida y la sociedad durante siglos. Me maravilló especialmente la planta baja, dedicada exclusivamente a las manifestaciones artísticas de diversas tribus africanas. Nada más entrar en la primera sala del museo, el visitante se encuentra con estatuillas de lo más arcaicas que, si comparamos con la escultura europea, nos transportan milenios atrás. Sin embargo, las obras expuestas apenas tienen uno o dos siglos de antigüedad y pertenecen a tribus que se han mantenido totalmente alejadas de la globalización que afecta al resto del mundo. Especialmente atractiva es la colección de máscaras, que pertenecen a rituales y celebraciones típicas de varios pueblos. En este sentido, me llamó la atención que incluso aquellas máscaras que representaban personajes femeninos estaban destinadas a ser llevadas por hombres, por lo que supongo que las mujeres no toman parte de las celebraciones.


Al subir a la primera planta nos recibe una exposición de canoas y proas de lo más sofisticadas y, en algunos casos, hasta escalofriantes fruto de las tribus de Nueva Guinea, en Oceanía. De nuevo, una se encuentra ante una civilización marcadamente machista, donde la mayor parte de los objetos expuestos pertenecen a la "casa de los hombres" a la que, como su nombre indica, no se permite la entrada a mujeres. Lo que más me sorprendió fue una especie de construcción vertical, formada a partir de un tronco, en la que se representan varias figuras humanas una encima de la otra. Os transcribo la información que acompañaba a dicha representación porque me pareció de lo más interesante:

Entre el pueblo asmat de Nueva Guinea, las ceremonias funerarias adquirieron una gran importancia. Algunas de sus tallas más características eran los palos bisj, erigidos en ceremonias funerarias periódicas para conducir al mundo ancestral el alma de los muertos que habían sido vengados con las cacerías de cabezas. Cada bisj estaba elaborado con un único tronco y del mismo modo que los árboles se identificaban con los seres humanos, los palos se despellejaban como si de víctimas de las batidas de las cacerías de cabeza se tratara. Una vez invertido el tronco, una de las raíces del árbol se utilizaba para esculpir el ala del extremo superior del bisj. Así, los bisj acostumbran a estar formados por tres partes: una sección inferior para clavarlos en el suelo, otra sección central con figuras de ancestros, y la superior, donde se talla una figura a menudo representada con un gran falo, símbolo de fertilidad y vitalidad.

La sección destinada al continente oceánico se caracteriza por una marcada belicosidad, contándose entre los ejemplares expuestos colgadores de cráneos (de los enemigos derrotados claro) y, de hecho, los propios cráneos decorados.


Pero la mayoría de la planta está dedicada al continente asiático con una gran abundancia de obras indias y tibetanas, donde predominan estatuas de los iracundos y lujuriosos dioses hindúes a la par que varios bodhisattva. Fue aquí donde encontré una de mis secciones favoritas, la de las piezas talladas en hueso entre las que se encontraba un fémur-flauta y un tambor hecho con la parte superior de dos cráneos humanos aunque quizá el ejemplar más impresionante era el de un collar gigantesco con cientos de detalles minúsculos que, por la dimensión y aspecto de las piezas parecía tallado con docenas de esternones.


Al subir a la segunda planta nos encontramos ante la que probablemente sea la sección del museo que visitéis con más ganas: Japón. Sin ánimo de desmotivaros, debo ser honesta y decir que el espacio dedicado al arte nipón es muy reducido y que posiblemente os sepa a poco. Aunque para mí fue algo decepcionante, no me pesó en absoluto después de haber disfrutado de las dos plantas anteriores pero no está de más que os advierta.


Para acabar con la visita, queda el espacio dedicado a América del que no puedo deciros gran cosa porque no le dediqué demasiada atención ni me atrajo tanto como el resto. Hay varias vasijas de las civilizaciones maya e inca, entre otras piezas.

En cuanto al horario y tarifas, el museo está abierto de martes a sábado de 10 a 19h y los domingos (y festivos) de 10 a 20h. La entrada general, que incluye también la entrada al Museo Etnológico (que justo se ha inaugurado este mes y al que todavía no he tenido ocasión de ir), cuesta 5€. Si tenéis de 16 a 29 años, podéis adquirir la reducida por 3,50€. Y, lo mejor de todo, el primer domingo de cada mes (como lo es el que viene), la entrada es gratuita.


El Museu Europeu d'Art Modern (Museo Europeo de Arte Moderno) o MEAM abrió sus puertas en 2011 pero no fue hasta hace unos meses que entré por primera vez, con ocasión de la Nit dels Museus (Noche de los Museos). ¿Sabéis esa concepción del arte actual que evoca una mezcla entre las manchas azarosas de Pollock, los colores planos de Rothko y el inodoro de Duchamp? Pues resulta que a pesar de estas controvertidas corrientes artísticas con tantos adeptos como detractores, hay un porcentaje de artistas del siglo XXI que han querido seguir representando el mundo tal y como es, sin aspirar a romper con lo establecido, en lo que se conoce como arte figurativo.


En contraposición al arte abstracto, el arte figurativo se entiende como aquel que busca representar la realidad de forma que esta sea reconocible. Tan reconocible que yo me pasé toda la visita al MEAM acercándome a un milímetro del lienzo para buscar dónde estaba el trazo porque estuve convencida de estar viendo fotografías a cada nueva sala. Aunque, por supuesto, pintar de forma realista no implica que lo que se represente sea real sino más bien que puedes representar cualquier fantasía de forma que lo parezca.

El MEAM está abierto de martes a domingo de 10 a 20h. La entrada general cuesta 9€ y la reducida 7€. En cuanto a la localización está a apenas unos metros del Museo de culturas del mundo.


Aprovecho la ocasión para recordaros también la existencia del CaixaForum que, además, se encuentra a apenas unos metros de la Fira de Monjuïc (donde se celebra el Salón del Manga). Si sois clientes de la Caixa la entrada es gratuita y, si no, son solo 4€. Ahora mismo se exhibe una exposición temporal titulada Animales y Faraones a la que todavía no he podido asistir pero que me han recomendado encarecidamente.

¡Espero que a los que pensabais aprovechar el viaje hasta Barcelona os sea útil esta entrada!

domingo, 12 de enero de 2014

Museos en Barcelona (I)

Estas navidades (y también antes y espero que después) he visitado varios museos barceloneses y he pensado que ya era hora de hacerles un hueco por aquí. Al fin y al cabo, he hablado de los de Madrid, París, Praga y Londres así que no se me ocurre ningún motivo para no incluir los de Barcelona a la colección de entradas eternas que nunca os leéis. Y, para empezar, inauguro la "sección" con dos clásicos: el MNAC y el MACBA.


El Museo Nacional de Arte de Cataluña o MNAC recoge arte de todas las épocas desde el románico hasta el arte moderno, dejándose el contemporáneo para el MACBA, que para algo está. Así pues empezamos la visita por la sección dedicada al arte románico que, en sí, no me llama especialmente la atención porque no salió nada demasiado bueno de la Edad Media pero resultó más interesante de lo que esperaba. Obviamente, todas las pinturas expuestas son de iglesias/monasterios y de temática religiosa y en el MNAC se las han ingeniado para colocarlas recreando los ábsides y recovecos de las iglesias donde fueron pintados originalmente. La gracia de esta parte del museo es que muchas de las obras tienen un milenio de antigüedad y te hace pensar en cómo podían ser las cosas hace tanto tiempo y en la maravilla de que el arte aún se preserve.

Las torturas son chachis (no)
Tras el románico viene el gótico, que incorporó algo de técnica, con más variedad de colores, fondos y un mejor dominio de la anatomía aunque aún faltaba para llegar a la perspectiva. Eso sí, la temática seguía siendo exclusivamente religiosa con muchos martirios que pintar (y qué cosas más bonitas que se hacían, estilo arrancar ojos, cortar tetas y lapidar).


Siguiendo el orden cronológico del museo, después del gótico viene el barroco pero de este estilo apenas vimos nada porque el museo estaba a punto de cerrar y yo prefería saltarme este ala para pasar al arte moderno (mi favorito). No vayáis el domingo a media mañana porque cierran antes y no da tiempo a verlo u.u


Y del arte moderno lo primero que tengo que decir es que Fortuny mola. El cuadro famoso que debería haber estado en el Prado y que no vi (misteriosamente) en el CaixaForum es suyo. Y la verdad es que en el MNAC tienen una colección muy considerable de cuadros suyos, entre ellos, La odalisca, La vicaría, La batalla de Tetuán y La matanza de los Abencerrajes. Y por aquí se ha colado también un cuadro de Ricardo de Madrazo en el que retrata el taller de Fortuny en Roma (que me volví un poco loca buscando en la web del MNAC porque me pensaba que era de Fortuny OTL).


Pero no todo es Fortuny. En esta última sección del MNAC había multitud de lienzos y esculturas de Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Joaquim Vayreda, Ramon Martí i Alsina, Josep Llimona y, en general, una barbaridad de artistas catalanes que, en su mayoría, no conocía. Hay obras hasta de Antoni Gaudí (mobiliario).

Me encanta Josep Llimona ♥
Todo para acabar con las vanguardias con los indispensables Picasso y Dalí y varias muestras de surrealismo y cubismo. Una de las cosas que más me gustó del MNAC es que está muy bien organizado con las obras expuestas en un orden cronológico ideal para seguir las colecciones con algo de coherencia. Además, es casi como si hubiera un recorrido marcado que te impide saltarte una parte una vez has entrado en una de las colecciones. Resumiendo, es imposible perderse (cosa que no puedo decir del Prado que es un laberinto).

El vestíbulo del museo, terroríficamente blanco
Por su parte, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona o MACBA está dedicado exclusivamente al arte del siglo XX, como indica su nombre. Por lo que me reencontré con autores como Lucio Fontana (el "sucedáneo de Lobezno" que descubrí en el Pompidou), Eduardo Chillida, Antoni Tàpies y Joan Miró (viejos conocidos de historia del arte), Antonio Saura o Manolo Millares (descubiertos recientemente en el Reina Sofía).

Black Flower VII, de José María Sicilia
Y hablando de Tàpies, tiene toda una sala para él solito. Y una cama colgando de una pared (mi obra favorita). Algo que me "molesta" de los cuadros de Tàpies es que era extremadamente poco creativo con los títulos de sus obras. Y con poco creativo quiero decir que uno de ellos es "dues creus negres" (dos cruces negras) y adivinad lo que había en el lienzo.

Rinzen: despertar sobtat (despertar repentino)
Conforme vas subiendo de planta te vas encontrando cosas cada vez más actuales y me atrevería a decir que raras. Personalmente me atraen mucho los cuadros abstractos y, en general, irreales e ilógicos pero ni la fotografía ni el vídeo me llaman demasiado la atención por lo que me quedo con los lienzos de la planta baja.

Traducción libre: El miedo es el arma más elegante, tus manos nunca llegan a ensuciarse. Las amenazas contra la integridad física son toscas. En su lugar, trabaja sobre las mentes y creencias, toca las inseguridades como si se tratara de las teclas de un piano. Sé creativo con la estrategia. Fuerza la ansiedad hasta niveles atroces o mina la confianza pública de forma cuidadosa. Las manadas humanas se precipitan al abismo conducidas por el pánico; una alternativa es la inmovilización que produce el terror. Pon este proceso tan eficiente en marcha. La manipulación no se limita a la gente. Se sacudirán los cimientos de instituciones económicas, sociales y democráticas. Se demostrará que nada es seguro, sagrado o sano. No hay descanso del horror. Lo absoluto es impredecible. Los resultados son espectaculares.
Aun así, quedé gratamente sorprendida con un mural de Jenny Holzer, una artista poco convencional que intenta llegar a su público con textos en lugar de imágenes. Como veis en la foto de aquí arriba, Jenny se dedicó a redactar 9 párrafos tan crípticos como ese e imprimirlos sobre colores muy llamativos (azul, verde, amarillo, rosa...) y a formar un collage gigantesco con ellos. Desde luego, consiguió atrapar mi atención.

Eso sí, qué dolor leerlo todo en mayúsculas y sobre colores tan vivos
Y, quizá, una de las obras que más me sorprendió fue el Ulises de William Kentridge: al final de la segunda planta había una sala semi oculta en la semi penumbra con tres vídeos... excéntricos. Kentridge decidió convertir el clásico viaje de Ulises en una especie de desplazamiento por el interior del cuerpo y, para ello, se sirvió de imágenes de ecografía y rayos X junto con grabados de anatomía del siglo XVI que, en conjunto, conforman una cinta perturbadora.

Además, me hizo mucha gracia que en la planta baja, en el vestíbulo, había una sección de "toca el arte" donde había reproducciones bastante fieles de varias obras expuestas en el museo para que todo el mundo las pueda tocar y experimentar con las texturas. Os parecerá una tontería pero teniendo en cuenta la cantidad de cuadros en los que había arena o piezas de tela (por poner dos ejemplos) y, en general, cosas sobresaliendo del lienzo, daban muchas ganas de toquetearlo todo.

En fin, los que tengáis carnet jove aprovechad que en el pack jove de 2014 hay entradas gratuitas para ambos museos. ¡Tenéis todo el año para darles una oportunidad!

jueves, 17 de octubre de 2013

El impresionismo

Hoy vengo a hacer un poco de mezcla entre aquellas crónicas desorganizadas (que dejé estancadas) sobre mi último viaje a París y una exposición temporal sobre Pissarro que se inauguró ayer en el CaixaForum (Barcelona).

Observad el gran dominio del español que tienen los franceses
Empiezo con el Musée d'Orsay, una de las joyas de la corona del viaje que me estaba dejando para el final. Me moría de ganas de ver Orsay porque es uno de los lugares que no nos dio tiempo a ver en nuestro primer viaje a París. Nos plantamos allí a primerísima hora, antes de que abrieran y ya había una pequeña cola apreciable. La verdad es que el museo vale totalmente la pena y, para no variar, ¡nos salió gratis de nuevo!


Uno de los atractivos del museo de Orsay es que para su construcción se reutilizó el edificio de una antigua estación de tren con lo que la disposición de espacios es curiosa y distinta a lo habitual. Por supuesto, es un museo que alberga infinidad de obras de arte pero en esta entrada me centraré solo en las de la última planta, dedicada exclusivamente al movimiento impresionista.

En realidad, y para no variar otra vez, en el museo no se podía hacer fotos (no me quejo porque no pagué por entrar pero...) pero hicimos un par o tres siguiendo en nuestra línea de rebeldes sin causa. Aquí tenéis un clásico óleo de bailarinas de Degas:


Había de todo: Degas, Manet, Monet, Cézanne, Renoir... Y redescubrí el neoimpresionismo con cuadros puntillistas de Seurat. En momentos como ese sí que maldecí no poder hacer fotos porque el puntillismo me parece de los movimientos artísticos más impresionantes que se han dado nunca. Ya sabéis por mi entrada sobre el Pompidou que disfruto mucho del arte moderno, extraño y sin mucho sentido aparente porque me parece muy original pero es que el impresionismo me parece inimitable, inigualable y casi irrealizable. No he estudiado Bellas Artes ni nada parecido pero me da la sensación de que hay que tener una técnica impecable para poder dibujar un cuadro como este:


Y así hago mi transición a Pissarro, pintor que constituyó uno de los padres del impresionismo y del que apenas me sonaba su nombre. Descubrí con sorpresa al ir a la exposición del CaixaForum que fue uno de los máximos exponentes de esta corriente pero, a la vez, de los que menos reconocimiento se llevó.


La exposición reúne 67 óleos ordenados (más o menos) cronológicamente y cuenta con una pequeña biografía del pintor (tuvo nada más y nada menos que 8 hijos, y se casó después de haber tenido los 3 o 4 primeros con la madre de ellos - que no era otra que una de las asistentas, qué bonito es el amor).

Salí totalmente maravillada después de pegar la nariz a los cuadros y ver como sobresalían pegotes de pintura por todos lados. Luego solo hay que alejarse progresivamente del lienzo hasta que se obre la magia y todas esas pinceladas desordenadas de colores diferentes se conviertan en una pintura más real que una foto.

martes, 25 de junio de 2013

Gaudí

Anoche, cuando vi el nuevo doodle que nos tenía preparado Google para el 25 de Junio no me pude resistir a escribir esta entrada.


Antoni Gaudí fue un arquitecto catalán famoso por sus múltiples obras de arte, exponentes máximos del modernismo. Barcelona está repleta de edificios que él mismo diseñó siendo el más famoso la inacabada Sagrada Familia pero no hay que olvidar La Pedrera, la Casa Batlló o el Parc Güell (entre muchos otros).

Foto desde la Sagrada Familia
Si alguna vez pasáis por Barcelona os recomiendo encarecidamente que vayáis a visitarlos aunque solo sea por fuera (la entrada al Parc Güell, de momento, es gratuita así que no podéis dejar pasar la oportunidad de pasear por allí).

Foto en el Parc Güell
Realmente, dudo que os sorprenda en exceso ver esta entrada por aquí después de haber leído (o no xD) mis extensas crónicas sobre mis viajes a Venecia, Londres, Praga y París pero si solo os pasáis por Morphallaxis para leer sobre manga (que espero que no sea el caso o.ò) seguro que me dais la razón en que los japoneses sienten cierta fascinación por este arquitecto que han sabido reflejar muy bien en sus obras. El propio Marc Bernabé hizo hace poco un compendio de escenas de mangas de Naoki Urasawa en que aparecía la Sagrada Familia de fondo. Y no solo este manga-ka sino que en títulos como Marmalade Boy, Instituto Ouran Host Club y Trinity Blood (entre muchos otros) también se menciona a Gaudí o a alguno de sus edificios.

De izquierda a derecha: Pluto, Yawara! y Master Keaton
Por otro lado, hace apenas un mes que salió a la venta en España Pepita, Takehiko Inoue tras los pasos de Antoni Gaudí, libro que aun no he tenido el placer de degustar pero que quería aprovechar la ocasión para presentároslo puesto que su lanzamiento no tuvo demasiada repercusión mediática y apenas he visto a nadie hablando sobre él y, mucho menos, comprándolo. Si tú si lo has podido hojear/leer te agradecería que escribieras en los comentarios qué te ha parecido ya que estoy en busca de opiniones sobre el libro =)


Para acabar con la entrada, hoy hace 161 años que nació Gaudí pero yo, de lo que os quiero hablar siguiendo con mi vena macabra, es de su muerte. Porque Gaudí murió porque mientras iba a la Iglesia (era un hombre muy religioso) le atropelló un tranvía. Lo maravilloso del asunto es que no le mató en el acto pero por las pintas que llevaba la gente lo tomo por un mendigo y tardaron tanto en llevarlo al hospital (porque los mendigos no necesitan atención médica claro) que no pudieron hacer nada por él y murió tres días después del accidente. Si no fuera por esa suma de errores quizá hoy día la Sagrada Familia no sería una mezcla tan caótica de estilos arquitectónicos diferentes.