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lunes, 15 de mayo de 2017

Star Wars: The Clone Wars

En plena fiebre con la franquicia de Star Wars, opté por enfrentarme a la eterna serie animada The Clone Wars, con sus 6 temporadas (129 capítulos en total) más la película, que cuentan el devenir de las guerras clon (entre los episodios II y III del canon). Por si su extensión no fuese suficiente como para desmoralizar a cualquiera, tomé la decisión sabiendo que al menos las primeras temporadas (ni siquiera capítulos) no eran precisamente para echar cohetes. Pero claro, hacia el final la trama (se supone que) se ponía interesante y servía de vínculo hacia la nueva serie animada Rebels. Después de haber visto la serie en su totalidad, ¿os recomiendo su visionado?


Respuesta extremadamente corta: NO (excepto en el caso de que seáis extremadamente fans de la saga y tengáis un poquitín de TOC, pero me imagino que la habréis visto ya si cumplís esos requisitos)


Respuesta corta: No. A pesar de que no creo que, por temática, sea una serie dirigida a menores, es evidente que el equipo creativo ha optado por una representación bastante simplista y censurada de lo que debería ser una guerra cruenta y encarnizada. La violencia se maquilla continuamente, en el sentido de que nunca aparecen heridas, ni sangre, ni tortura explícita (se "electrocuta" a mucha gente, eso sí).

Aunque, desde mi punto de vista, el principal punto flaco de la serie es la caricaturización tanto de los personajes, muy en especial de Anakin, como de las situaciones a las que se enfrentan. La complejidad emocional de los personajes brilla por su ausencia, en especial en las primeras temporadas. Me mosquea particularmente su relación con Padmé, totalmente superficial en las primeras temporadas para convertirse más tarde en una sucesión infinita de peleas en las que Anakin hace gala de una combinación espantosa de celos y mal carácter. Y ni siquiera me he querido meter en un análisis exhaustivo de la trama, que hace aguas por todas partes.


Se busca el humor, la carcajada fácil y ni siquiera eso consigue. Las situaciones son absurdas y más aún las reacciones a las mismas. Los personajes principales están a punto de morir decenas de veces sin que eso suscite ninguna emoción por parte del espectador, y no es sólo porque todos ellos aparezcan en el episodio III y la intriga en ese sentido sea inexistente.

De hecho, casi toda la serie es relleno, con múltiples capítulos autoconclusivos que no enlazan absolutamente con nada y, encima, los guionistas aprovechan para rescatar a Jar Jar como constante """alivio cómico""" cada vez que aparece. En caso de que os animarais, además, id preparados para referencias repetidas hasta el hartazgo de algunas de las citas más famosas de los episodios* como el "we are doomed" de C3PO o el "you are our only hope". Por supuesto, aparecen tanto C3PO como R2D2 en múltiples capítulos, que rivalizan en mediocridad con aquellos protagonizados por Jar Jar.


Respuesta larga: No la veáis entera pero  ciertas sagas o capítulos aislados en los que los guionistas denotan una ambición inusitada. Estos intentos por consolidar una trama firme, interesante y enriquecedora para el fan empiezan a partir de la tercera temporada alcanzando su punto culminante en la quinta temporada. Desgraciadamente, no puedo decir eso de la sexta y última, que ni siquiera está completa ya que, llegados a este punto, se canceló la serie. De ahí que a esta última temporada la titularan The Lost Missions... De hecho, por la información disponible en la red, los capítulos que no se llegaron siquiera a producir hubiesen dado protagonismo de nuevo a Ahsoka y se hubieran solapado temporalmente con los acontecimientos del episodio III (no sabéis la frustración que me genera tener que utilizar el subjuntivo en esta frase)

Precisamente, es a partir de la tercera temporada cuando Ahsoka crece y empieza a comprender cómo funcionan en realidad el Senado y la República o por qué podría haber gente sensata aliada con los separatistas. Por mucho que, en sus batallas, los jedi y el ejército clon siempre derroten a droides o a siths, existen mundos enteros bajo la alianza separatista que honestamente creen que es necesaria su existencia para acabar con la corrupción que mancha a gran parte del senado. Los debates en el senado reflejan a su vez las desavenencias internas dentro de la República, y cuáles son los motivos que llevan a los representantes de cada mundo a tomar según qué decisiones.


Por si esto fuera poco, se presentan también mundos neutros que se resisten a tomar partido en la guerra, pero que terminan viéndose afectados por el fuego cruzado entre ambos bandos. Y, por supuesto, existen individuos independientes que se venden al mejor postor, no importa su bando: los caza-recompensas. Cuanto mejor comprende Ahsoka cómo funciona la política galáctica, menos claro tiene su rol como jedi. No sólo eso sino que muchos de los preceptos de la orden ya no resultan tan fáciles de cumplir como hubiera podido parecer cuando era una niña; la prohibición explícita a formar vínculos con otras personas pesa más que nunca.

Algo que me ha gustado especialmente de Clone Wars es que entran en juego personajes del universo Star Wars que no aparecen en ninguno de los episodios* como son Ventress, Satine (la duquesa de Mandalore) y, evidentemente, Ahsoka Tano, la padawan de Anakin. Además, se recupera a personajes poco desarrollados en sus respectivas trilogías como Darth Maul o Tarkin. También se da mucha visibilidad a especies no humanas (en parte, gracias a la facilidad con la que pueden representarse en una serie animada) como son twi'leks, rodianos, togrutas, mon calamari, quarren y un larguí(iiii)simo etcétera.


E, igual que aparecen nuevas especies, también sirven estos capítulos para desentrañar algunos entresijos de la Orden Jedi como, por ejemplo, en qué consiste el entrenamiento de los younglings (jóvenes), de dónde proviene la energía de los sables láser o, mejor aún, cómo se construyen. Otro objeto que aparece es el holocrón jedi, que se puede utilizar para codificar mensajes y que sólo puede ser abierto por el uso de la Fuerza.

Otra de mis partes favoritas de la serie ha sido el desarrollo de fondo de los clones como seres pensantes y paradójicamente individuales e independientes. En los episodios* nunca se llega a ahondar demasiado en la humanidad de los clones (porque antes que soldados de asalto, son humanos) por lo que la serie tiene muchos aspectos a explorar sobre lo mismo incluyendo: afinidades, sentimientos, fidelidad, ambiciones, objetivos, traiciones... ¡e incluso la orden 66! Se discute mucho la individualidad de cada clon ya que, a pesar de compartir código genético y de haber sido "creados" con el único fin de luchar (y morir) en las guerras clon, cada uno de ellos tiene su propia personalidad, que le hace ganarse su apodo más allá de su código numérico.


Si en algún momento habéis tenido curiosidad por personajes como Darth MaulBoba Fett, el conde Dooku, Grievous u Obi-Wan Kenobi, disfrutaréis con sus respectivas sagas. Se aprecian mucho mejor que en los episodios* las maquinaciones de Palpatine durante la guerra para salirse con la suya a base de recrudecer las condiciones para ambos bandos; se aborda la parte económica, se presenta con más enjundia al clan bancario y su relación teóricamente imparcial con ambos bandos; incluso se fraguan los inicios de la rebelión que intentaría derrocar al imperio años más tarde.

No os llevéis a engaño, aunque pueda parecer lo contrario, no es esta una serie protagonizada por Anakin y Obi-Wan Kenobi, ni siquiera por Ahsoka, los protagonistas van fluctuando de uno a otro capítulo, o de una a  otra saga y, por mucho que haya algunos que aparecen más a menudo que otros, hay muchísima diversidad en ese aspecto. Si no fuese así, sería imposible desarrollar tantísimas tramas y ahondar hasta tal punto en el universo expandido.

Si Rogue One sirvió para arreglar todos los agujeros de guión de la trilogía original, Clone Wars sirve para profundizar el conocimiento del universo Star Wars pero a la vez no revela ninguna pieza de información clave ya que la franquicia no se puede permitir que sea imprescindible ver la serie. Eso sí, sirve de puente a la (otra) serie animada, Rebels, que tiene lugar unos quince años más tarde, en pleno auge del imperio, poco antes del episodio IV (¡que espero reseñar pronto!). Han sido más de cuarenta horas de mi vida consagradas a ver esta serie así que, como podréis imaginar, no creo que haya sido capaz de sintetizar todo lo que tiene (o no) esta serie por ofrecer en una entrada que se leerá en unos minutos pero espero que os sirva para haceros una idea aproximada!

*Episodios: siempre que utilizo la palabra "episodio" hago referencia a las películas, no a los "capítulos" de Clone Wars.

jueves, 3 de marzo de 2016

Sons of Anarchy (1st season)

Sí sí, pensaréis que qué hago con mi vida empezando SoA a estas alturas de mi vida pero es una serie que siempre me había llamado mucho la atención y, por mucho que fuese avisada de que empeoraba mucho hacia el final, el caso es que las primeras temporadas siguen siendo aclamadas por las redes y tiene buena nota en IMDb así que me tiré a la piscina sin apenas sentimiento de culpa (y peor que Heroes no iba a ser).


Los Sons of Anarchy, una banda de motoristas, controlan todo lo que ocurre en el pueblo de Charming. Tienen comprada a la policía y tras un negocio legal de reparación de coches, esconden todo un negocio de contrabando de armas de fuego, que venden a bandas de traficantes con las que tienen tratos de lo más inestables. Cuando una de sus bandas rivales elimine su principal fuente de ingresos, deberán apañárselas para conseguir los miles de dólares que deben a su proveedor a la par que se defienden de negros, mexicanos, neonazis, la policía local, los federales y algún ex acosador, que quieren aprovechar este momento de debilidad de los sons.

Si os digo la verdad los dos o tres primeros capítulos me dejaron bastante fría pero, sin darme cuenta, me fui enganchando a la violencia, a la locura y la avalancha de testosterona que supone cada capítulo. Ya en el piloto hay una cantidad de muerte y destrucción gratuitas que creo que jamás había visto en el primer capítulo de una serie (no, ni siquiera en Fargo). Quizá lo que más choca al principio es la normalidad con la que se trata toda esa violencia desmedida en la que todos los protagonistas son criminales socialmente aceptados. Al fin y al cabo, te acaban cayendo bien asesinos y maleantes de los que tanto se muestra su vena más violenta y sádica como su cara más amable y dulce.


De forma paralela a la odisea a la que se ve expuesta SAMCRO (Sons of Anarchy Motorcycle Club Redwood Original), se desarrollan las distintas relaciones personales de cada uno de sus miembros. Gemma, la matriarca de la banda, mujer de Clay, afronta la menopausia y cuida del presidente de los sons, que es todo impasibilidad y crueldad de cara a sus subordinados pero que se muestra vulnerable y frágil ante su compañera; Tara, la primera ex-novia de Jax, que acaba de volver al pueblo después de diez años, sufre una dura lucha interna entre sentimientos y razón sin saber si salvaguardar su carrera o abandonarse a los brazos ensangrentados de su primer amor; Wendy, la ex-mujer drogadicta de Jax, lucha por desintoxicarse y así poder recuperar a la familia que nunca ha tenido; Donna, mujer de Opie, no puede aceptar que su marido pasase cinco años en la cárcel por culpa de la maldita banda de motoristas y sólo quiere que tenga un trabajo legal y cuide de sus hijos.

De hecho, una de las cosas que más estoy disfrutando de esta serie es a las mujeres que, a pesar de adoptar sus roles como madres, compañeras y cuidadoras, son las que realmente sustentan la comunidad y mantienen la salud mental de los motoristas enloquecidos. Y, además, son mujeres de armas tomar, en especial Gemma, que creo que es el personaje más complejo y mejor construido de toda la serie. Y una sorpresa inesperada, aparece mi queridísima Taryn Manning.



Aunque mientras la estás viendo no resulta tan obvio, una vez continuas con la siguiente temporada resulta evidente que esta primera no es más que una mera presentación de personajes, de bandas y de líos, que sienta los precedentes de, como mínimo, lo que será toda la segunda temporada. Tan compleja es la situación y tantos son los personajes involucrados que realmente hacen falta trece capítulos para que nos metamos en la historia y comprendamos la situación (de hecho, confieso que yo tardé varios capítulos en ubicarme al 100% porque los guionistas te tiran a la trama sin preámbulo ninguno). Podrían haber hecho un primer capítulo introductorio explicándolo todo para tontos pero eso hubiese sido mucho más aburrido. Y si no fuese por esa larga introducción, la finale no podría impactar de la forma en que lo hace ni podríamos empatizar de tal manera con casi todos los personajes ni podríamos entender lo que realmente significa pertenecer a los Sons of Anarchy.

Tal y como estoy enfocando la reseña quizá os penséis que SoA es una serie muy hardcore en la que no deja de correr la sangre (y el semen) y, aunque eso no deje de ser verdad, os aseguro que hay muchísimo humor y que las bromas están muy bien traídas. Y, por supuesto, hay un buen espacio para las temáticas puramente amorosas así que hay escenas para todos los gustos con personajes de lo más variopintos.


Por mucho que digan que empeore... yo me alegro de haberle dado una oportunidad.

viernes, 8 de enero de 2016

Fargo (1st season)

Después de haberla tenido en la recámara durante meses y meses, hemos acabado sucumbiendo ante Fargo y nos hemos visto los diez capítulos de la primera temporada en una semana. Después de habernos torturado con Heroes durante meses (serie que hemos abandonado a mitad de la tercera temporada), Fargo ha sido como un bálsamo. 


This is a true story. The events depicted took place in Minnesota in 2006. At the request of the survivors, the names have been changed. Out of the respect for the dead, the rest has been told exactly as it occurred.

La serie empieza con este mensaje inquietante. Teniendo en cuenta las coincidencias sobre las que se construye la serie y las verdaderas atrocidades que se suceden a cada capítulo, sería fácil olvidar este mensaje a los pocos capítulos y dejarse llevar por una serie trepidante. Pero no solo aparece en el primer capítulo sino que estas frases aparecen en pantalla en la introducción de cada uno de los diez episodios de esta temporada por lo que es imposible ignorar esta información mientras se te ponen los pelos de punta.


La acción nos lleva al pueblo de Bemidji, en Minnesota, en el que aparece el cadáver congelado de un hombre desnudo cerca de un accidente de coche. Mientras tanto, Lester Nygaard se enfrenta a sus antiguos demonios al encontrarse por la calle con un ex-compañero de clase, que le acosaba cuando iban al colegio. Debido al encontronazo, acaba en la sala de urgencias, donde conoce a un tipo de lo más extraño que habla de la vida y la muerte como si nada y que le hace una proposición de lo más peligrosa.

Puede que no viera una serie tan buena desde que terminé Breaking Bad. Los paralelismos entre una y otra son tan evidentes que no puedo evitar comentarlos. Ambas series comparten un equilibrio perfecto entre escenas de acción con cruentos asesinatos a sangre fría con conversaciones insustanciales y filosóficas sobre arañas que pueden poner el nido en el cuello de un hombre mientras está follando hasta hombres que, con tal de llegar a un altruismo utópico, se acaban suicidando. Pero, por supuesto, si algo tienen en común es la transformación malévola de sus protagonistas, gradual en el caso de Breaking Bad, radical en el de Fargo.


Para mí, una de las claves de esta primera temporada han sido los personajes, tan patosos, cobardes, egoístas, ingenuos, chismosos y presuntuosos que solo podría calificarlos de humanos. Como decía, hay un equilibrio en Fargo y ni puedo decir que me guste por ser una serie costumbrista en la que cada uno de los diálogos harto banales es oro puro ni tampoco por las brillantes estratagemas psicópatas que se suceden capítulo tras capítulo. Fargo me ha encantado precisamente porque ambas caras de la moneda se van alternando y es imposible aburrirse ni esperar qué va a ocurrir a continuación.

El mero hecho de que no se valga del recurso fácil, el cliffhanger al final de cada episodio, ya dice mucho a su favor. Los guionistas consiguen con una simple sonrisa o una expresión de absoluta desesperación que el espectador no pueda esperar a catar el siguiente capítulo.


Y en medio de tanta mezquindad e inutilidad, el personaje de Molly Solverson es como un rayo de sol. Una mujer policía, corpulenta y soltera es el personaje más capaz en su trabajo, audaz y valiente, perseverante y, por si todo esto fuese poco, amable y optimista. Con esto rompe con todos los estereotipos que puedan existir sobre el género femenino en la pequeña pantalla.

Aunque, por supuesto, la serie no se sostendría si no fuese por el misterioso Lorne Malvo, una persona marcadamente asocial, con rasgos casi autistas, cuya vida gira en torno a un solo leitmotiv: hacer todo el daño posible a todos los que se crucen en su camino, de forma totalmente indiscriminada.


Fargo es una serie dantesca, con reminiscencias a las películas de Tarantino, personajes verdaderamente maquiavélicos para los que el fin justifica los medios y un sinfín de escenas o tramas que, aparentemente, no llevan a ninguna parte pero que, al final, son la esencia de la serie.

PD: Antes de terminar la reseña solo quería hacer un breve apunte para los que ya habéis visto la serie (o los que no pensáis verla claro). Evidentemente lo primero que hice al terminar el último episodio fue ir corriendo a buscar si era cierto o no que la serie estaba basada en hechos reales y, como sospechaba desde el primer capítulo, no, no lo está. Ese mensaje inicial aparece también en la película original de los hermanos Coen con lo es una especie de guiño a la original (que tampoco está basada en hechos reales aunque así lo haga constar).

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Tops 2015

Si la memoria no me falla, desde que abrí el blog hace más de cuatro años nunca he hecho un top de "mejores mangas/series/películas/lo-que-sea del año". Pero como es un tipo de entrada que no requiere especial esfuerzo y me sabe muy mal tener el blog tan abandonado últimamente, me he decidido a acabar el año con un poco de movimiento y esto de los tops me parece muy buena opción. Para ser un poco coherente solo incluiré en los tops aquellos títulos que se hayan editado o emitido a lo largo del año independientemente de que haya leído o visto tanto cómics como series de años anteriores.

Top 5 Manga

#5 Shonen Note


Solo han salido dos tomos de este manga pero ya me tiene enamorada. No conocía este título hasta que anunció su licencia Tomodomo pero ha sido una grata sorpresa. Últimamente parece que los manga sobre música estén de moda y nunca deja de sorprenderme que una versión en papel y, por lo tanto, sin soporte sonoro, pueda transmitir tan bien lo que escuchan y cantan los personajes. Aunque el punto fuerte de Shonen Note son sus personajes, encantadores, empezando por el propio Aoi pero sin dejar de lado a un buen plantel de personajes secundarios que prometen ser desarrollados más adelante.

#4 Suiiki


Suiiki consta de tan solo dos tomos y, aún así, es uno de los mejores manga que he leído este año, con un desarrollo coherente y redondo, sin grandes sorpresas pero muy gratificante. Es una lectura tranquila con una visión muy íntima y próxima de las relaciones interpersonales, en especial de las familiares.

#3 Buenas noches Punpun


Se cuela en el top uno de los lanzamientos estrella del último Salón del Manga, tantos años pedido y esperado. Teniendo en cuenta el hype y el desconocimiento por Buenas noches Punpun, tenía todos los números para haber sido la decepción del año pero no, Inio Asano divaga como nunca pero con la genialidad que le caracteriza. Me escama el rumbo que toma en el segundo volumen pero es pronto para hacer ningún juicio de la obra más longeva del autor hasta la fecha. 

#2 Silver Spoon


No podía faltar el que probablemente sea mi manga en curso predilecto. Silver Spoon es, de hecho, el cómic que me ha devuelto el placer por leer manga en una época en la que empezaba a dudar de si se trata de un género que no podía ofrecerme ya nada más. Hiromu Arakawa ya me robó el corazón con las aventuras de los hermanos Elric y en Silver Spoon, un manga tan y tan alejado de su obra magna, se ha superado a sí misma. Todos los tomos me han hecho reír y llorar, me cuesta pensar en algún otro título que me haya calado tanto. Y eso por no hablar todo lo que he aprendido sobre ganadería...!

#1 En la misma clase


Corona la lista En la misma clase gracias a su inmejorable triada de dibujo, guión y traducción. Asumiko Nakamura ya me fascinó con Utsubora pero nunca pensé que me haría disfrutar tanto con un BL, un género del que me había mantenido apartada, hasta ahora. Tanto es así que incluso me planteo darle oportunidades a otras obras del género, como Senpai; aunque eso sí, siempre que vengan marcadas con el sello de calidad de Tomodomo. Tenéis a vuestra disposición reseñas exhaustivas sobre cada uno de los tomos por separado (1, 2 y 3) y creo que allí ya me explayé suficiente sobre la obra. Pero vamos, que si colocarlo en esta posición es un mensaje demasiado subliminal para vosotros... os lo diré más claro: ¡¡Ya tardáis en comprarlo!! 

Mención de honor a Bride Stories, que no me cabía en el top pero que, junto con Silver Spoon es uno de los mangas cuyos tomos espero con más ganas y devoro en menos tiempo. Lástima de periodicidad (en ambos casos aunque Bride Stories es incluso peor). Lo mismo puedo decir de Dead Dead Demons Dededede Destruction que si no se ha colado es por el escaso material que nos ha llegado y porque debía rivalizar con Punpun.

Top 5 webcómics



Este webcómic entra en el top muy por los pelos. Con casi cien tiras subidas, podría haceros un resumen del argumento pero no reflejaría en absoluto lo que encontraréis entre sus páginas si le dais una oportunidad. Me atrajo por su dibujo resultón pero a estas alturas sigo sin discernir por dónde van los tiros, es un cómic raruno como poco, con una trama muy dispersa pero que, aún así, me gustará seguir y ver cómo evoluciona.



Es muy posible que Bratsvo haya sido LA sorpresa de este año ya que empecé a leerlo sin mucho entusiasmo, pensando que me encallaría con las primeras páginas y nada más lejos de la realidad. Spenceroth (guión) y Paw (dibujo) nos traen una ficción ambientada durante la segunda guerra mundial, desde el punto de vista del ejército ruso. En realidad hay muy poco material disponible pero sienta las bases del que podría ser uno de mis webcómics favoritos de todos los tiempos. Espero que tenga una vida saludable durante el 2016.


Con más de cien actualizaciones desde que empezaron el proyecto hace dos años, Sintaxis es otro de los webcómics que leo con más ganas. Sus tiras que, en muchos casos, se limitan a viñetas aisladas, se leen en un suspiro por lo que a pesar de la magnitud de páginas subidas, la trama no ha avanzado demasiado desde su inicio. Quizá a algunos sorprenda la presentación abocetada de las viñetas, cuyo estilo, por cierto, es muy variable. Teniendo todo eso en cuenta, Sintaxis presenta una serie de adolescentes en plena ESO, es decir, con las hormonas revoloteando sin parar. Sus autoras han dedicado mucho tiempo a documentarse sobre jerga y ropa actuales que le dan un aire de lo más dinámico al cómic. Entre otros temas, se trata la homosexualidad y las distintas formas de vivirla durante un periodo tan complicado de la vida. Tengo intención de hacer una reseña en condiciones de la obra el año que viene.

#2 Patata


De Patata ya os hablé hace unos meses así que supongo que no sorprenderá a nadie que esté por aquí. Si a finales de agosto os decía que contaba con más de 80 tiras, ahora mismo roza las 140 y la trama avanza a muy buen ritmo. No pierde ese cariz intimista, con una combinación de frases lapidarias y viñetas mudas que transmiten los sentimientos y anhelos de las protagonistas con una claridad digna de elogio. 



Por último, un título del que nunca antes os he hablado pero que es sin duda mi webcómic favorito, y desde hace mucho tiempo. No consigo recordar cuántos años hace que empecé a leerlo pero desde que lo descubrí que no he dejado de seguirlo pacientemente semana a semana (actualiza los martes, jueves y sábados). Namesake es una reinterpretación de muchos cuentos clásicos, con especial énfasis en El mago de Oz y Alicia en el país de las maravillas aunque hay menciones a otras historias que podrían desarrollarse en el futuro. Hay material suficiente en la red como para ser recopilado en cuatro gruesos volúmenes de los que ya se han imprimido dos, financiados vía crowdfunding. Tanto el dibujo como el guión como los personajes, todo es sublime en esta historia trepidante que sus autoras desarrollan con tranquilidad, sin precipitarse nunca por las limitaciones del formato digital.


No puedo hacer top de series porque a lo largo de este año básicamente he visto House y Heroes. Temporadas emitidas durante el 2015 propiamente dicho creo que sólo he visto la primera de Mr Robot, la segunda de True Detective y la tercera de Orange is the New Black y con eso no me da para un top.


En cuanto a las películas, he visto muchísima morralla durante este año, tanta como para hacer un top de peores películas del 2015... Pero aun así hay un puñado de peliculones que compensan con creces las decepciones, encabezado por Mad Max Fury Road y Star Wars Episode VII The Force Awakens. En un segundo lugar estarían gratísimas sorpresas como Inside Out y Whiplash, seguidas de cerca por Ex Machina.

sábado, 17 de octubre de 2015

Orange is the new black (2nd season)

Escribo esta entrada cuando hace ya una semana que terminé de ver la tercera (y última hasta el momento) temporada de la serie y creo que eso por sí solo dice mucho de lo que me está gustando Orange is the new black (y de por qué he actualizado tan poco últimamente). Pero, como siempre, tengo ganas de contaros con un poquito más de detalle por qué deberías empezar a ver esta serie:


Dejando de lado ese primer episodio en el que la trama principal de la serie da un gran salto hacia delante y en el que casi nos olvidamos de que estamos viendo una comedia, a partir del segundo empieza a desarrollarse la que será la línea argumental de la temporada con un gran punto de inflexión: la llegada de nuevas reclusas a Litchfield. Si la segregación racial ya era alarmante desde el principio, con la puesta en escena de Vee, empieza una verdadera guerra étnica que no dejará a títere con cabeza.

Se mantiene la estructura en la que cada capítulo cuenta con flashbacks de una de las reclusas y, en este caso, la mayoría están dedicados a las reclusas negras: Taystee, Suzanne, Poussey, Cindy... y por supuesto, Vee, ya que jugarán un papel clave a lo largo de la temporada. Son a cada cual más impactante explorando de nuevo temas polémicos como la homosexualidad, la maternidad, la discapacidad y, por supuesto, la discriminación, que ya se habían introducido en la primera temporada.


Mientras se desarrolla la guerra entre blancas y negras (y las latinas procuran mantenerse al margen), Piper está demasiado preocupada por sí misma (¡sorpresa!) como para darse cuenta de lo que la rodea con lo que acaba buscándose el rencor de las otras reclusas, para no perder la costumbre. En su defensa hay que reconocer que motivos no le faltan porque su vida personal tanto dentro como fuera de la cárcel está bastante agitada. Después del incidente con Pennsatucky y de lo ocurrido con Alex y Larry, se va endureciendo poco a poco, mostrando más carácter y más frialdad.

Otra de las tramas con más protagonismo es la del evidente desfalco que se lleva cometiendo en Litchfield desde hace años. Aunque Piper es absolutamente reacia a indagar sobre el asunto para evitar volver a aislamiento, las condiciones a veces inhumanas en las que viven y el trato que reciben de los guardias acaban por conducirla a una suerte de batalla personal. De forma simultánea, la activista, charlatana y repelente Brook Soso acaba liderando una pequeña pandilla reivindicando los derechos de las reclusas.


Como siempre, hay muchos temas sociales que se tratan de fondo como la violencia doméstica (que no aparecía en la primera temporada) y, especialmente, la vejez y la enfermedad. Me han encantado las golden girls, el único grupo de toda la cárcel en el que no se prejuzga a nadie, no se discrimina ni por etnia ni por creencia religiosa, a pesar de que todas las demás les den de lado por su edad, tienen muchísima energía y no se dejan intimidar con facilidad. Como siempre en esta serie, a pesar de la situación decadente, se enfoca todo con una mezcla entre comedia y optimismo que resulta de lo más refrescante en temas como la senilidad o el cáncer.

Ante la ausencia de Mendez, Healy se convierte en el personaje más odioso de la temporada, con sus fobias y sus accesos de ira sumados a una prepotencia y un complejo de superioridad muy peligrosos para alguien con su cargo y responsabilidad. Si no fuera por lo perturbado que está Pornstache, de veras diría que Healy es el personaje que más me aterra, por su absoluta incapacidad para darse cuenta de lo equivocada que está su visión del mundo y de sí mismo. Pensar que exista gente como él me revuelve el estómago.


Y ya para ir acabando solo quería decir que el desarrollo del personaje de Morello es canela en rama. Aunque desde el principio era evidente que algo no encajaba en su subtrama, no esperaba ni el pasado que se muestra en su flashback ni tampoco que ocurriese lo que ocurre ni que ella reaccionase de esa forma. Es tremendo y da pie a una de las subtramas más hilarante de la tercera temporada.

En resumen, aunque la serie sigue manteniendo su humor y siguen sonando las carcajadas durante su visionado, la violencia escala considerablemente respecto a la temporada anterior. Parecía imposible que Orange is the new black pudiera superarse a sí misma de una temporada a la siguiente pero en este caso, la mejoría es indiscutible. Recomendable al cien por cien.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Orange is the new black (1st season)

Hace un par de años que el nombre de esta serie resuena en todas las redes sociales y, tras el vacío que me dejó Mr.Robot (que algún día reseñaré, o no), acabé optando por esta serie tan... particular. Orange is the new black juega con todos los prejuicios que hayáis podido tener alguna vez sobre la vida en la cárcel con tres detalles que la hacen imprescindible: primero, tiene lugar en una prisión femenina; segundo, la protagonista es una chica "afortunada" con un prometido, un título universitario, una casa, un negocio... lo que la hace contrastar radicalmente con el resto de reclusas; tercero y más importante, las historias de las presas están contadas en clave de humor.


Desde el primer capítulo los guionistas ya empiezan a parodiar prejuicios brindándonos diálogos de lo más cómicos. Piper, rebautizada con su apellido Chapman, se encuentra con una tremenda segregación racial, aparentemente solo debe interaccionar con mujeres blancas si no quiere buscarse problemas. Aunque, evidentemente, se los busca igualmente nada más entrar. Su aspecto, su carácter, su indiscreción y su evidente debilidad la ponen en el punto de mira de toda la prisión en menos de veinticuatro horas con lo que deberá aprender a base de palos cómo debe una comportarse si espera sobrevivir y, sobre todo, evitar el aislamiento.

Pero, evidentemente, nada más comenzar, todos los espectadores se preguntan qué demonios pudo hacer una chica que parece tan inofensiva como Pipes para acabar en la cárcel. Los guionistas no se hacen de rogar introduciéndonos la "fase rebelde" de la protagonista en la que tomó una o dos malas decisiones... como todas la reclusas en Litchfield. Que también tienen su protagonismo episódico, con cada uno de los capítulos mostrándonos flashbacks que revelan cómo acabó cada una de ellas en la cárcel.


Una de las cosas que más me ha sorprendido de esta serie es lo perturbados que están los personajes masculinos que aparecen en ella, en especial, el personal de la cárcel. Ni siquiera me había planteado que los trabajadores de una prisión femenina pudiesen ser hombres... entre los que, en esta serie, se cuentan un pervertido perturbado y mezquino, un homófobo impotente y un príncipe azul egoísta y ridículamente ingenuo, aunque a veces parece que la administradora de la prisión se lleve la palma con sus tejemanejes.

Al estar ambientada en una penitenciaría es inevitable que se traten temas como las drogas, la pobreza, el abuso, la homosexualidad o incluso los trastornos psiquiátricos pero, mucho más allá de eso, la serie abarca también la transexualidad, la religión, la (in)fidelidad y la maternidad. Aunque, como decía al principio, para mí lo mejor de Orange is the new black es su humor, que te hace soltar al menos una carcajada en cada episodio, la serie no está exenta de drama humano y es imposible no empatizar con algunas de las reclusas en más de una ocasión, salvando las distancias. Piper en especial es todo un rompecabezas con sus debates internos, su indecisión, su hipocresía, su introspección... y su arrepentimiento. A ratos la admiras, a ratos la compadeces, a ratos la odias y, en ese sentido, me parece un personaje muy bien construido.


Evidentemente, otro de los puntos fuertes de la serie es que no se centra exclusivamente en la cárcel sino que nos ofrece el día a día de los que han quedado fuera de ella, en especial del prometido y la mejor amiga de Piper, que deben seguir con sus vidas a pesar de que la de ella vaya a estar en stand by durante más de un año. Y ahí reside uno de los puntos claves de Orange is the new black, en que mientras entendemos lo crucial que es haber visto una gallina en el patio de la cárcel, también comprendemos que para Larry lo más importante sea celebrar su logro laboral personal. Nuestra felicidad es siempre relativa y solemos construirla a base de compararnos con los demás por lo que comprender el entorno de alguien es vital si aspiramos a comprenderlo como individuo. Y esto no siempre es fácil.

No recuerdo ninguna otra serie con tal cantidad de personajes entrañables y de escenas para enmarcar. El elenco se escogió con muchísimo acierto, con unas actuaciones soberbias encabezadas por la expresividad infinita de Piper seguida de cerca por Nicky, Pennsatucky, Taystee o Crazy Eyes.

jueves, 6 de agosto de 2015

Better Call Saul (1st season)

Breaking Bad dejó un gran vacío que quizá ninguna otra serie pueda llenar en muchos años. Para algunos, Better Call Saul es, en esencia, una precuela a este hito televisivo. Evidentemente, limitarse a comparar ambas series resultará perjudicial para la nueva, algo que veo innecesario e injusto. Así que voy a tratar de no mencionar más Breaking Bad a lo largo de esta entrada, creo que Better Call Saul se defiende muy bien solita, sin necesidad de enmarcarse en la sombra de nadie.


James McGill es un abogado de poca monta que lleva años intentando hacerse un nombre propio a la par que se ve obligado a trabajar como abogado de oficio para criminales de poca monta para poder pagar el alquiler de una oficina cochambrosa en la trastienda de un local de belleza vietnamita. Se encarga paralelamente de cuidar de su hermano mayor que, debido a un extraño síndrome, es hipersensible a cualquier tipo de radiación electromagnética por lo que no puede salir de casa y sobrevive sin electricidad gracias a la gasolina, hielo y comida que le proporciona Jimmy a diario. Ante esta situación, Jimmy está dispuesto a cualquier cosa con tal de tener éxito pero, al final, no consigue deshacerse de la mala suerte que siempre le ha perseguido.

Si algo tengo que elogiar de esta primera temporada es que me ha sorprendido. Para mí siempre es gratificante que se me presenten cosas que no me espero y, desde luego, lo último que esperaría del protagonista es que fuera un trozo de pan. Jimmy se desvive por su hermano mayor, Chuck, que depende absolutamente de él debido a su extraña enfermedad. Además, es de lo más honesto y se muestra empático con los demás personajes de la serie, siempre dispuesto a ayudar. Es por eso que es inevitable sentir pena por él cuando se ilustra su más bien desdichada existencia defendiendo a adolescentes que se cuelan borrachos en la morgue y batallando todos los días para no tener que pagar el párking.


Evidentemente, esta no es una serie de blancos y negros sino más bien de distintas modalidades de gris. A Jimmy se le daba muy bien estafar. Y, durante muchos años, se "ganó la vida" a base de engaños y trampas. Pero al final, la situación se le fue de las manos y acabó en prisión. Fue entonces cuando se replanteó su vida entera y decidió cambiar a mejor, estudiar, trabajar, mantenerse en la legalidad. El problema es que, inconscientemente, avanza a base de imitar a los que le rodean. Ya que su hermano es un abogado de éxito, decide estudiar derecho. Ya que a su amiga le gustaría especializarse en leyes para la tercera edad, decide especializarse en leyes para la tercera edad. Este comportamiento errático le hace dar tumbos de una opción a otra y no es hasta el final de la temporada que parece darse cuenta de quién quiere ser de verdad.

El súmmum de la imitación patológica (aunque este fue premeditado)
Si hay algo que caracterizaba Breaking Bad y que se ha mantenido en esta secuela (al final he acabado cayendo con las referencias) es el patetismo que se desprende de las vidas normales y corrientes de los personajes que desfilan por ambas series. Jimmy es el paradigma de la miseria humana pero son sus clientes los que nos ofrecen escenas tan surrealistas que uno no sabe si reír o llorar. Personajes estúpidos, ególatras, inconscientes, desgraciados... encabezados por la familia Kettleman pero seguidos de cerca por diseñadores de inodoros y perturbados con mucho dinero.

En mi defensa diré que los guionistas se esfuerzan deliberadamente en que pensemos en la predecesora de Better Call Saul re-introduciendo personajes como Mike o Tuco desde el mismo principio. De hecho, son precisamente las apariciones estelares de Mike de mis momentos favoritos de esta primera temporada en las que, con muy pocos minutos de metraje, se nos revelan muchísimas piezas del rompecabezas que nos hacen entender al fin cómo acabó el ex-policía en Albuquerque.

domingo, 26 de julio de 2015

New Girl (2nd season)

Con mucha más lentitud que con la primera, he acabado viendo la segunda temporada de New Girl. No sé si es por el tiempo que dejé pasar entre ambas temporadas, por el distinto ritmo con el que he visto esta o por mi estado anímico pero la verdad es que para mí ha perdido una gran parte de la gracia que le encontré en un principio.


Tras las diversas rupturas (tanto físicas como emocionales) que se dieron al final de la primera temporada, los inquilinos del piso compartido andan un poco revolucionados. Schmidt está desesperado por acostarse con quien sea después de meses de castidad involuntaria, Nick y Winston andan bastante perdido y Jess acaba totalmente desequilibrada tras su despido en la escuela.

En general, creo que todos los personajes están un poco demasiado pasados de vueltas. Los chicos invierten una cantidad desmedida de tiempo en hacerse bromas macabras o en intentar ligar a toda costa incluyendo un mapache en un conducto de ventilación y una maratón por toda la ciudad en busca de un condón. Las chicas, ni mucho menos más sensatas que los chicos, se embarcan en relaciones sentimentales de forma totalmente impulsiva, tomando decisiones muy precipitadas que acaban en muy mal puerto. Aun así, reconozco que me lo he pasado muy bien con algunos capítulos, soltando alguna que otra carcajada ante el ordenador.


Pero en general toda la temporada gira en torno a clichés muy explotados en este tipo de series como son la introducción de los padres de los personajes, una boda y un funeral. Todo lo demás oscila entre los escarceos sexuales de... todos los personajes y las situaciones surrealistas con vagabundos, modelos, plazas de garaje y psicópatas que le van añadiendo relleno a la temporada para postergar el máximo posible lo que habría sido la continuación natural tras el final de la primera que, en cierta forma, liga con el de esta.

Eso sí, después de dos largas temporadas, los guionistas por fin se han decidido a hacer realidad algo que los fans anhelábamos con ganas. También me ha gustado mucho que aparezcan personajes gordos que no solo no están acomplejados por su físico sino que, de hecho, resultan más atractivos que otros personajes que quizá encajen mejor en el supuesto canon de belleza actual pero que están más solos que la una debido a sus horribles y superficiales personalidades. Tendría muchas ganas de empezar con la tercera temporada si no fuese por lo reacios que fuisteis a que la viese...

miércoles, 20 de mayo de 2015

American Horror Story: Coven

Con muchas reservas, acabé por ver también la tercera temporada de AHS, a pesar de las múltiples críticas negativas que ha cosechado por la red. Pero no adelantemos acontecimientos.


En 1830, Madame LaLaurie se recrea torturando a sus esclavos negros para después utilizar su sangre a modo de rejuvenecedor para la piel. De vuelta al siglo XXI, Fiona lidera el aquelarre de brujas de Nueva Orleans; ha ostentado el cargo de "suprema", bruja de mayor rango, durante décadas pero, lentamente, su poder empieza a desvanecerse y su deterioro físico es cada vez más patente. Paralelamente, el reducido alumnado de la academia Robichaux para jovencitas excepcionales recibe con los brazos abiertos a Zoe, una joven bruja que acaba de descubrir sus poderes al matar a su novio accidentalmente mientras perdía la virginidad.

A pesar de los comentarios negativos, empecé la tercera temporada con bastantes ganas, máxime cuando me di cuenta de que no era tan escalofriante y desagradable como la segunda (escenas de madame LaLaurie a parte claro). Nada más comenzar, se nos presenta un tropel nada despreciable de personajes, a cada cual más intrigante.


Fiona es vanidosa y engreída en exceso y vive por y para sí misma, desprecia a su hija, y se obsesiona con su aspecto físico hasta el punto de estar dispuesta a dialogar con su rival declarada, Marie Laveau, una hechicera inmortal que ajustó cuentas con madame LaLaurie casi dos siglos atrás, por haber mancillado a su amante. Cordelia, la única hija de Fiona, es diametralmente opuesta a su madre: cándida y bondadosa, no hace otra cosa que velar por el bienestar de sus alumnas, a las que considera sus protegidas, a la par que mantiene viva la llama de su matrimonio.


En cuanto a esas protegidas, son a cada cual más particular. Empecemos por la princesa del lugar, Madison, explotada como actriz durante su niñez, mimada hasta decir basta, drogadicta en recuperación y mala malísima. La recién llegada Zoe será su contraparte, ingenua e inocente, lejos de comprender el nuevo mundo en el que mueve, aprenderá a base de golpes. Queenie es una adolescente obesa con muy mala leche que, además, es una muñeca de vudú gigante que desaprueba todo lo que dice Madison. Cierra el cuarteto Nan, la clarividente, algo atormentada por la falta de paz y de silencio en su cabeza pero, sin duda, la más angelical de todo el aquelarre.


Pero el elenco no acaba ni muchísimo menos aquí, aparecen otras brujas como la excéntrica Myrtle Snow o la desequilibrada Misty Day; sin olvidarme de la sádica Delphine, personaje indispensable para dar aun más contraste. Y, aunque su rol sea bastante accesorio, también aparecen personajes masculinos como el mudo e inquietante mayordomo Spalding, enamorado de Fiona desde siempre y el desafortunado Kyle, que fue a ligar con la chica menos indicada.

Los dos personajes más odiosos, sin duda
No voy a negaros que esta temporada tiene algunas escenas memorables y que, realmente, disfruté con ciertos capítulos pero, si hago balance, Coven es un despropósito. Desde el primer capítulo, la trama es absolutamente predecible en todas sus líneas argumentales. Desde un romance cursi con Frankestein y problemas matrimoniales de esos que incluyen aburridos secretos, infidelidades e infertilidades hasta rivalidades ancestrales, adolescentes cabreadas y hormonadas y desequilibrados mentales en todos los bandos (que sí, son más de dos).


Si hay algo que salva la temporada son las idas y venidas de los personajes formando alianzas para después traicionarlas. Porque llega un punto que, cuando le ocurre algo malo a uno de los personajes, ya no puedes estar seguro de quién ha sido porque se están clavando cuchillos en la espalda constantemente. Y, ciertamente, conforme avanzan los capítulos, cada vez aparecen más subgrupos, más enemigos independientes, más opiniones enfrentadas y es solo la confluencia entre todos estos partidos la que anima la temporada y le da cierta continuidad.

Los estilistas se lo tuvieron que pasar tan bien esta temporada
El problema es que todo adquiere tal punto de surrealismo que la temporada pierde la gracia a marchas forzadas. Prácticamente todos los personajes mueren (algunos varias veces) para ser resucitados más adelante con lo que llega un punto en que nada tiene sentido. Reconozco que esta locura generalizada puede tener su encanto pero uno se cansa rápido y solo disfruta de este caos en escenas muy puntuales de los últimos capítulos aisladas entre largos y aburridos minutos de diálogos inútiles de los que no puede extraerse ningún jugo.

Detente, ¡no la veas!
Conclusión: una temporada más bien floja con varios momentos muy desagradables (tortura, zombies y demás) pero que, en general, no da demasiado miedo salvo escenas puntuales. Adolescentes indecisas bajo el mando de una tirana venida a menos, algún amorío insustancial y una lucha incansable a la par que confusa por la supremacía. No os la recomiendo.