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sábado, 23 de enero de 2016

TOMATES

Las mismas palabras que empleadas en otro momento resultan groseras, pueden ser caricias si las murmuramos al oído… y es que, el mejor afrodisíaco son las palabras.

También en la comida. Comentar los platos, sus sabores y perfumes es un acto sensual para el que disponemos de un amplio vocabulario.

Hasta los sonidos de la cocina son excitantes… El chispear del aceite esperando el tomate; el ritmo del cuchillo picando verduras; el borboteo del caldo hirviendo; las nueces al partirlas; la canción repetitiva y adormecedora del mortero; las notas líquidas del vino… y al final, el murmullo de la conversación y los suspiros de satisfacción.

Llego a pensar entonces que el punto G está en las orejas.

Hablando de comida… ¿Qué ha pasado con las sencillas ensaladas de antes? ¿Dónde están los tomates de color rojo exuberante?

Lo hemos derrotado a base de combinaciones basura o puede que estén escondidos en la nouvelle cuisine; entre trozos de mango, fideos, y daditos de quesos olorosos… o bajo salsas contundentes.

Las ensaladas de antes eran una composición formada por hojas frescas de lechuga y un limpio aliño de aceite y vinagre sobre el que se dejaban ver enormes trozos de tomate. El acompañamiento perfecto para cualquier plato.

Los tomates tienen más licopeno (un antioxidante) que la gran mayoría de los alimentos, esto los hace útiles para prevenir los daños causados por el sol en la piel. Hay estudios que demuestran que tomar 20 gramos de un concentrado de tomate reduce el riesgo de quemaduras solares hasta en un 33%.

Así que añadir tomates al menú diario, como ya hacemos con la dieta mediterránea, nos ayuda a contrarrestar los efectos del sol, es decir… previene la formación de arrugas, manchas, reduce la inflamación y disminuye el riesgo de cáncer de piel.

Aunque es importante saber que los licopenos se absorben mejor cuando el tomate está cocinado. Los licopenos que hay en los concentrados de tomate (salsas y pasta) tienen mayor biodisponibilidad, cuatro veces más, que cuando el tomate es crudo.


Y como los licopenos además son liposolubles, es decir, se absorben mejor junto con alguna grasa; los tomates hay que tomarlos cocinados y con un buen chorrito de aceite de oliva, para así conseguir la mayor cantidad de licopenos posible. También puedes disfrutar de ellos con un poco de aguacate.

Los tomates fritos y mejor rojos...


sábado, 9 de enero de 2016

COMER PARA PROTEGER TU PIEL: ANTIOXIDANTES

La mesa de la cocina es el lugar donde más me gusta estar. Me da igual de quién sea, ni cómo sea… disfruto en cualquier sitio donde se prepare comida. Me gustan las cocinas grandes y muy usadas, con ventanas amplias y azulejos brillantes. Me gusta ver los trozos de verduras esparcidos por la encimera y las ollas plateadas hirviendo como chimeneas…

Cuando estoy agotada o desconcentrada, suelo irme hacia la nevera y apoyarme en su puerta fría… imaginando qué puedo preparar con lo que contiene. El ronroneo que emite me relaja.

Sólo estamos la cocina y yo.

Allí me invade la rara habilidad de ver el mundo como algo nuevo. Experimento la vida directamente, sin filtro alguno. Sin haber pasado por el tamiz de los prejuicios, las expectativas o las creencias. La veo con otros ojos. En ocasiones hasta lo plasmo en forma de palabras o recetas para poder releerlas y saborearlas.

La vida está llena de cosas desconocidas, llena de maravillas y misterios.

En mi profesión he aprendido que limitarnos simplemente “informar” a la gente sobre salud, no es suficiente para motivarlos a llevar una vida saludable y prevenir enfermedades. Si así fuese, a estas alturas, nadie fumaría.

He aprendido que es más motivador dejarles compartir sus propias historias, sin el miedo a ser juzgados, criticados o abandonados.

Cuando trabajamos a este nivel, es más probable que la gente esté dispuesta a hacer cambios en su estilo de vida. A ser menos autodestructivos.

……..

Sabemos que regular los niveles de azúcar en sangre es importante a la hora de controlar brotes de acné, eczemas, y otros problemas de la piel, pero no es la única forma de ayudar a nuestro cuerpo a través de la alimentación.

Hay alimentos que aportan protección frente a procesos inflamatorios o incluso radiaciones UV y otros que provocan daños.

Los radicales libres son esas moléculas que hay en la contaminación, en toxinas o en el tabaco, etc… capaces de iniciar una cadena de reacciones que dañan el ADN de las células provocando entre otras cosas mutaciones. Los antioxidantes están ahí para neutralizarlos.

Los antioxidantes existen de forma natural en nuestro organismo, y están de moda (ya escribí sobre el tema aquí). Ahora todos los productos que compramos, sea en forma de cremas o alimentos, vienen con el letrero de: “ricos en antioxidantes”. Todos estos productos intentan vendernos el poder antienvejecimiento de estas moléculas milagro. Pero, cuidado, no todos los antioxidantes son tan buenos como dicen en los envases.

Como hemos visto, nuestro cuerpo ya produce sus propios antioxidantes (incluyendo vitaminas C y E). La epidermis (la capa más externa de la piel) tiene cinco veces más antioxidantes propios que la capa siguiente, la dermis. Aunque cuando estamos sobreexpuestos a los radicales libres, pueden no ser suficientes.

Un primer paso es aplicar antioxidantes tópicos que pueden ir en cremas hidratantes o en protectores solares. Aunque puede que no penetren lo suficiente en la piel y no lleguen a la dermis, que es dónde está el colágeno, y no evitan que se rompa, por lo que la piel pierde elasticidad, consistencia…

Es importante proteger la piel desde dentro también.

Un antioxidante es cualquier producto químico capaz de neutralizar a un radical libre, transformándolo… de una molécula inestable, capaz de dañar las células a otra estable e inocua. Si sólo comes alimentos con mínimas cantidades de antioxidantes (como lácteos, carne o alimentos procesados) tu cuerpo no podrá neutralizarlos a todos.

Los principales antioxidantes son:

Licopenos: en frutas y vegetales, como tomates, sandía, uvas… es el más potente antioxidante, es efectivo bloqueando el daño de las radiaciones UV sobre la piel, por lo que se considera un arma en la prevención del foto-envejecimiento y del cáncer de piel.

Beta-carotenos: en los vegetales que son de color naranja y verduras de hoja verde… zanahorias, boniatos, , espinacas, etc.

Flavonoides: están más concentrados en las cebollas, bayas, te (verde, negro o blanco) y en el chocolate negro.

Vitamina C: en naranjas, papaya, kiwi, fresas, coles de Bruselas, brocoli…

Vitamina E: en las nueces, huevos, vegetales de hoja verde, aguacates y cereales integrales.

.....
Os dejo un video interesante sobre nuevos hábitos alimenticios


martes, 5 de enero de 2016

LA RELACIÓN ENTRE LO QUE COMES Y TU PIEL. UNA HISTORÍA LLENA DE MITOS Y CONFUSIÓN

Seguro que habéis escuchado muchas veces que la comida grasa provoca granos, y lo más probable es que vuestra madre no os dejara comer chocolate ni frutos secos en cuanto veía el más mínima espinilla en la frente.

Durante muchos años ha existido la teoría de que comer grasas o fritos provocaba más grasa en la piel y este aumento de grasa, hacía que brotara el acné. Hasta los dermatólogos lo pensaban en los años 50 y 60.

Hoy en día, lo único que podemos decir es: “no existe evidencia” que confirme la relación entre lo que comemos y por ejemplo, tener acne. Esto no quiere decir que no exista relación entre dieta y dermatología.

El “problema” está en el concepto “evidencia científica”.

En los últimos 20 años en todo lo relacionado con la medicina se ha empezado a demandar que la eficacia de lo que hacemos o de los tratamientos que usamos sea probada mediante estudios clínicos que cumplan una serie de requisitos. Estos estudios deben estar hechos a gran escala (con cientos, a veces miles de individuos), y deben ser randomizados y controlados. Esto consiste en asignar aleatoriamente (al azar) a los participantes en ese estudio en dos o más grupos; grupo tratamiento y grupo control.

Como podéis imaginar, es tremendamente difícil hacer un estudio de estas características sobre nuestros hábitos alimenticios. Para que estos estudios sean válidos habría que “encerrar” a los participantes durante semanas y así poder controlarlos y evitar que le den un simple bocado a algo que no esté incluido en el estudio, ya que invalidaría sus resultados. Es decir, existen numerosos “factores de confusión” o variables que influyen en los estudios sobre la relación entre dieta y piel.

De hecho, hasta hace poco sólo había dos estudios serios sobre dieta y acné. En uno de 1969, intentaban comprobar si el chocolate provoca granos. Hicieron dos grupos de adolescentes, a uno le daban barritas de chocolate y al otro barritas que imitaban el chocolate (reemplazaban la grasa del cacao por otra grasa vegetal parcialmente hidrogenada). Y vieron que no había diferencias entre ellos a la hora de tener acné, así que llegaron a la conclusión que la dieta no influía en los brotes de acné. Y eso es lo que hemos creído todos hasta hace relativamente poco.

Lo que no vieron es que las dos clases de barritas tenían la misma cantidad de azúcar.

La dieta SÍ afecta a tu piel, aunque no de la forma en que tradicionalmente se ha pensado.

Así que nuestras madres y los dermatólogos de los años 50 y 60 estaban en los cierto, aunque no es la grasa de los fritos o el cacao lo que provocan los brotes de acné.

Cuando lo que comes hace que te salgan granos, eczemas o incluso arrugas, el culpable es el azúcar.

Casi todo lo que comemos, una vez dentro de nuestro cuerpo, se transforma en azúcar (glucosa) y los picos de glucosa en sangre hacen que el páncreas produzca insulina para controlarlos. Pero la glucosa no aumenta sólo cuando comemos azúcar, hay muchos otros alimentos que no son dulces (incluso salados) que se transforman en glucosa, por ejemplo los que contienen almidón.

El “índice glucémico” es una forma de medir la rapidez con la que un alimento se transforma en glucosa dentro de nuestro cuerpo. Los alimentos con índice alto son los ricos en azúcar, almidón o carbohidratos simples (dulces, pan blanco, etc). Los de índice bajo son los hidratos de carbono complejos, proteinas y las grasas (El pan integral, la carne magra, las nueces…)

Además de ser causa de diabetes por resistencia a la insulina, entre muchas otras cosas, los picos de glucosa aumentan la producción de grasa en los poros de la piel, provocan episodios de enrojecimiento en la cara, reaccionan con el colágeno y la elastina provocando arrugas por pérdida de firmeza y de elasticidad… o alimentan a los hongos que habitan en nuestra piel haciendo que empeore un eczema seborreico.

Incluso los azúcares que consideramos “naturales” como los de algunas frutas y verduras, pueden provocar aumentos de los niveles de glucosa en sangre, por ejemplo las uvas. Y un consejo: alejaros de las cajas de cereales para el desayuno.

Esto se va complicando. ¿A que sí?

El concepto de “Carga Glicémica” puede ayudarnos.

La carga glicémica de cada alimento es lo que compara la velocidad con la que se degrada a glucosa (índice glucémico), con la cantidad de azúcar que contiene y por tanto, su posible efecto en la piel.


Por ejemplo, comparamos una pieza de bollería con una rodaja de sandía. Ambos contienen carbohidratos que se degradan y aumentan los niveles de glucosa en sangre y ambos tienen un índice glicémico de 72). Pero una pieza de bollería tiene más cantidad de carbohidratos que una rodaja de sandía, por eso la carga glicémica de la primera es 25 y la de la rodaja de sandía es sólo 4. Así que, una eleva más la insulina que la otra y afecta más a tu piel.

Otro ejemplo: las zanahorias tienen un índice glicémico alto, 40 (casi como una barrita de esas que tomamos entre horas). Eso quiere decir que los carbohidratos que contiene la zanahoria se transforman en glucosa muy rápido, pero la carga glicémica de la zanahoria es baja, ya que contienen poca cantidad de carbohidratos.

No hay que dejar de comer estas frutas (uvas, manzanas, platanos, etc.), sino evitar comerlas en exceso y hacerlo junto con alimentos que contengan proteínas y grasas, ya que hace que liberen la glucosa más lentamente.


Todo esto parece complicar la forma en que deberíamos alimentarnos, pero son conceptos que podemos ir aprendiendo poco a poco.

domingo, 23 de noviembre de 2014

DIETA, VITAMINAS Y PIEL

En un antiguo episodio de la serie Star Trek, el capitán Kirk se encuentra con un viajero del espacio que transporta como carga a tres hermosas mujeres. De forma accidental, descubren que el secreto de su extraordinaria belleza es una píldora que toman a diario. Sin la píldora, las mujeres se sienten poco atractivas… envejecidas, están de mal humor…

El capitán, entonces, decide dar a las mujeres un placebo para demostrarles que la ilusión de sentirse más atractivas y jóvenes, está sólo en sus mentes. En la serie, ellas toman la pastilla placebo y se sienten jóvenes de nuevo.


¿Son los complementos alimenticios o las vitaminas contenidas en las cremas que nos ofrecen para mejorar el envejecimiento de la piel un placebo?

Sabemos bien que una alimentación deficiente puede provocar enfermedades de la piel. El escorbuto es una de ellas; producida por déficit de vitamina C, hace que la piel y el pelo sean más frágiles y que sangren las encías. O el déficit de ácidos grasos esenciales que provoca eczemas parecidos a los de los pacientes atópicos.

Lo que no sabemos con total certeza es si una persona que se alimenta correctamente y que, por lo tanto, está bien nutrida puede mejorar aún más su aspecto tomando un mayor aporte de nutrientes en forma de preparados comerciales.

Habría que precisar mejor cuales son las cantidades diarias necesarias para una correcta nutrición y comprobar si realmente alcanzamos esas cantidades con nuestra dieta habitual. Normalmente lo que vemos en lo envases de alimentos como CDR (Cantidad Diaria Recomendada), son las cantidades que se consideran mínimas y hay autores que consideran que estas no son suficientes. Además las necesidades cambian con la edad, el sexo, el embarazo, la situación personal de cada uno, etc.

Sí se sabe que tanto la glicación como la oxidación, son procesos que afectan y contribuyen al envejecimiento.

La glicación se produce cuando una molécula de azúcar (glucosa o fructosa) se une a proteinas o grasas. Es algo que ocurre con el envejecimiento y está implicado en enfermedades como cataratas, disminución de la contractilidad cardíaca, disminución de la elasticidad de la piel, diabetes, etc.

La glicación puede se externa o interna, es decir, podemos ingerir productos que ya han sufrido este proceso o puede ocurrir en nuestro organismo.

Cuando cocinamos a temperaturas elevadas, los azúcares se unen a proteinas y grasas originando lo que conocemos como productos de glicación avanzada AGE. Por ejemplo carnes a la brasa muy hechas, o el pan demasiado tostado, refrescos de colores obscuros, etc, etc.

Estos productos son proinflamatorios y se acumulan en nuestro organismo favoreciendo enfermedades neurodegenerativas, diabetes, fibrosis pulmonar, etc.

Los que conocemos como productos finales de glicación avanzada (AGE son las iniciales en inglés) son muy estables y difíciles de erradicar del cuerpo. La glicación afecta a la elastina y colágeno provocando un daño casi imposible de reparar. Esto empeora con la exposición a radiaciones ultravioletas.

Hay alimentos que contienen altos niveles de AGEs, pero también hay alimentos que inhiben la producción de AGE, como la canela, el clavo, orégano, pimienta de Jamaica, y otros.

Una dieta con bajo índice glucémico (baja en azúcares) puede reducir los niveles de glucosa en suero, inhibiendo la formación de AGE.

El resveratrol es una sustancia derivada de la fermentación de la uva roja, es un potente antioxidante y también se ha demostrado que tiene efecto antiaging al modular las sirtuinas.

Otras sustancias que puede inhibir la formación de AGE son aspirina, carnosina, metformina, y el ácido alfa-lipoico. Algunos cosméticos antienvejecimiento están incorporando carnosina y ácido alfa lipoico. No está claro si su aplicación tópica tiene efecto sobre la glicación ya existente o es sólo preventivo.

La protección solar sí que tiene efecto inhibidor sobre la glicación de la piel y debe ser utilizado diariamente por muchas razones, incluida la prevención del cáncer de piel.

El envejecimiento acelerado por glicación es un fenómeno relativamente nuevo, ya que el uso de agentes aromatizantes (como el jarabe de maíz de alto contenido en fructosa) y otros similares, existen en nuestra dieta desde hace sólo unos 50 años.

Oxidación.

El daño oxidativo es inevitable ya que vivimos en un entorno rico en oxigeno, necesario para la vida humana. Es paradójico que en cada respiración el oxigeno que nos da la vida va oxidando nuestros tejidos y conduciéndonos hacia la muerte.

Pero… tranquilos, hemos desarrollado mecanismos que retrasan este daño.

La radiación ultravioleta del sol también produce especies reactivas del oxígeno.

El antioxidante primario en la piel es la vitamina E, esto lo hace con ayuda de la vitamina C, que se considera un antioxidante secundario. Estas vitaminas, junto con la vitamina A que también contribuye, tienen que ser ingeridas con la dieta.

En cuanto a los productos que aplicamos sobre la piel, todos los principios activos contenidos en los cosméticos entran dentro de alguna de las siguientes categorías: Vitaminas, lipidos, hidratantes, productos botánicos, metales, exfoliantes, peptidos, antioxidantes, factores de crecimiento y fotoprotectores.

Las vitaminas más usadas en los cosméticos son: E, C y B. (No comentamos aquí el resto de principios activos como retinoides, etc)

La vitamina E (como hemos visto antes), es un potente antioxidante y tiene también acción fotoprotectora. No puede fabricarla nuestro cuerpo, así que tenemos que ingerirla a través de alimentos como verduras frescas, aceites vegetales, cereales y nueces.

La vitamina E es el mayor antioxidante celular y es uno de los principios activos más usados en cosmética. Se llama vitamina E por la palabra inglesa “Eight” (ocho) ya que la componen cuatro tocoferoles y cuatro tocotrienoles. En el ser humano, la forma más abundante y potente es el alfa-tocoferol. Se utiliza en cosmética por su efecto fotoprotector, y de forma oral en dermatitis atópica como tratamiento adyuvante. Junto con la vit C, se usa también, en preparados tópicos despigmentantes.

Tanto la vitamina E como la C son antioxidantes que evitan entre otras cosas el daño de las radiaciones solares sobre la piel, de ahí que se consideren “fotoprotectores”. Aplicada sobre la piel antes de la exposición a radiaciones ultravioletas, reduce las reacciones inflamatorias y los daños a largo plazo como fotoenvejecimiento y cáncer de piel.

No se ha demostrado que la suplementación de la dieta con más vitamina E aumente sus efectos fotoprotectores sobre la piel.

La mayoría de plantas y animales son capaces de sintetizar vitamina C, no así el ser humano que tiene que adquirirla a través de la dieta. Se encuentra principalmente en frutas (cítricos) y vegetales. Tomar suplementos de vitamina C, no hace que haya un gran aumento de esta en la piel, aplicarla sobre la piel en las concentraciones adecuadas si puede ser beneficioso.

La vitamina C también es necesaria para la síntesis de colágeno, por eso cuando se padece escorbuto ( un déficit de ingesta de vitamina C) la piel se hace más frágil con sangrados frecuentes, entre otros síntomas.

Se ha comprobado que aplicar cremas con vitamina C aumenta la producción de colágeno.

Las cremas fotoprotectoras sólo bloquean un 55% de radicales libres originados por las radiaciones UVA, que pueden provocar, entre otros, cáncer de piel. Por eso estas deben usarse junto con cremas que contengan vitaminas antioxidantes.

Las cremas con vitaminas deben usarse a diario y antes de la exposición al sol.

La vitamina B también se utiliza en dermatología en forma de vitamina B3 (niacinamida) y provitamina B5 (pantenol), por ejemplo en el tratamiento del acné. Sus usos cosméticos incluyen el tratamiento de la piel seca y fotoenvejecida, manchas, flacidez, etc.

El déficit de vitamina B3 (nicotinamida o vitamina PP) provoca una enfermedad conocida como pelagra, en la que son característicos los eczemas entre otro síntomas.
.......


En definitiva, lo que es cierto es lo que todos intuimos de una u otra forma, que la gente que no come bien, no tiene buen aspecto y que las cremas son una ayuda para vernos mejor.


Os dejo la lista de Spotify (Café, libros...) que ha esto sonando mientras escribía este post

miércoles, 11 de enero de 2012

VERDADES SOBRE LA DIETA Y LA DERMATITIS ATOPICA


La frase somos lo que comemos es cierta. El papel que juegan la dieta y la nutrición en muchas enfermedades y en el proceso de envejecimiento es bien reconocido.

Dieta y nutrición son términos que se confunden entre ellos, pero que tienen definiciones diferentes: Dieta es la comida que ingerimos. Nutrición sin embargo, representa la forma en que esa comida alimenta nuestro cuerpo. La dieta que seguimos, lo que comemos, nos define de muchas formas. Nos identifica, por ejemplo, como pertenecientes a un grupo étnico, a una religión o a ambas cosas.

La idea de que sólo con restricciones en la alimentación y añadiendo suplementos podemos manejar la Dermatitis Atópica es interesante y prometedora, pero la ciencia esta aún en pañales en este campo y se  necesitan muchos mas estudios.

La Dermatitis Atópica es una enfermedad crónica que no tiene cura y que la padecen uno de cada cinco personas en los países industrializados. Comienza durante la infancia en forma de brotes de eczemas y picor. No existe una causa clara, pero si una serie de factores hereditarios y ambientales que influyen a la hora de padecerla, entre ellos alergias alimentarias y defectos en la barrera digestiva.

¿Cómo afecta la dieta en la Dermatitis Atópica?

Mucho se ha hablado sobre hacer restricciones de proteínas de leche o huevo o de algunas frutas, para evitar la Dermatitis Atópica y se ha pensado que cuanto antes se intervenga mayor es el beneficio, pero no hay estudios que demuestren que evitar algunos de estos nutrientes en la madre durante el embarazo o la lactancia disminuyan la frecuencia de Dermatitis Atópica, incluso puede ser perjudicial para la salud de ella y de su hijo.

Otro tema controvertido es si es mejor la lactancia materna o las fórmulas artificiales. La leche materna, tiene beneficios sobre el sistema inmune del niño protegiéndolo frente a infecciones y en algunos casos disminuyendo la frecuencia de desarrollo de Dermatitis Atópica. Hay estudios que sugieren que la alimentación con leche materna durante un mínimo de cuatro meses, puede ser una forma de evitar el desarrollo de Dermatitis Atópica pero sólo en caso de tener historia familiar de esta enfermedad.

¿Qué pasa con la introducción de alimentos sólidos? Las asociaciones de Pediatría recomiendan que se introduzcan a partir de los 4 o 6 meses y la leche entera de vaca al año.

Aunque algunos niños atópicos pueden tener alergias a alimentos, ese no es motivo para dejar de darles esos alimentos a todos, salvo que exista una alergia demostrada con pruebas.

También están de moda los suplementos alimenticios tanto en niños como adultos: los acidos grasos omega 3 y 6 tienen algún beneficio disminuyendo la severidad de los brotes de eczema, pero no sirven para evitar la enfermedad.

Los probióticos (Lactobacilus y Bifidobacterias) sí han demostrado ser beneficiosos para prevenir la Dermatitis Atópica en niños de alto riesgo pero no tienen efecto sobre la enfermedad una vez establecida.

El dar suplementos con vitaminas A, C, E, etc tiene una utilidad  que esta aún por demostrar, al igual que el uso de prebióticos. Los prebióticos son sustancias no digeribles ( pej: Oligofructosa, etc) que estimulan el crecimiento de la flora probiótica.

Así que ningún estudio realizado hasta ahora apoya la eliminación de alimentos para controlar la enfermedad en la mayoría de niños con Dermatitis Atópica, salvo en ciertos casos, bajo supervisión y por periodos cortos de tiempo.

Eliminar ciertos alimentos de la dieta de los niños, sin justificación y sin supervisión puede ser perjudicial para la salud de estos niños.

Es aconsejable que los padres estén atentos y si la enfermedad empeora claramente al tomar algún alimento, hablarlo con su medico para decidir que hacer, nunca dejar de dárselo por su cuenta.

sábado, 10 de septiembre de 2011

CONSEJOS PARA EL ACNÉ Y LA VIDA. PRIMERA PARTE


“Si vas a bailar, baila con todo tu ser, o no bailes del todo.
Y si amas, ama totalmente o no ames para nada.
Si decides estar aquí, estate aquí; pero si te vas, márchate completamente.
No te quedes a medias, ni pretendas que cuando no estés, los otros te recuerden.” J. Bucay

Desde el primer día me gustó su cara sonriente, era como tomar el te por la tarde con una buena amiga. “Siempre he soñado con ser azafata, pero con esta cara…”

Asentía con la cabeza varias veces y hablaba con un tono que parecía un monologo. “Quiero tener otra piel, es lo único que de verdad necesito…”

Me reí, pero la sensación de impotencia que transmitía esa afirmación tomó forma de palabras. “Es que yo nunca he comprendido bien por qué me salen tantos granos…me parece que hasta ahora he estado mirando el mundo con un ojo cerrado…”

Era muy alta y si no estuviésemos sentadas, tendría que mirar hacia arriba. El pelo suelto hasta los hombros, los ojos almendrados y de un verde profundo, los labios bonitos pero lo mejor era que toda ella emanaba una luz muy viva.

Al ser la mayor de una familia numerosa desde su casa traía, sin darse cuenta, una alegría que nos reconfortaba, a la vez que una pesada carga sobre su espalda. Con el delantal puesto desde su más tierna infancia aprendió a cocinar y a responsabilizarse de sus hermanos menores mientras sus padres pasaban horas tras el mostrador de un comercio. Educada para no salir de ese ámbito por mucho que quisiera, destinada a enamorarse y casarse.

“Mi vida parece bonita y dulce, pero me repugna, en especial cuando estoy cansada, cuando me salen granos en la cara o me siento sola o cuando llamo a mis amigos y no están. He aprobado la selectividad y quiero irme lejos a estudiar. Creo que cada uno hemos nacido para vivir nuestra propia vida. Espero que mis padres lo entiendan.”

Empezó a hablar, había puesto la directa. “Por ejemplo, no se si puedo comer de todo. En mi casa no me dejan tomar chocolate. ¿El chocolate causa acné?”


Probablemente no, pero es un tema controvertido. Durante años nos han dicho que comer chocolate hace que nos salgan granos y en muchos casos es así.

Los primeros estudios que se hicieron en el siglo pasado que probaban que el chocolate no provoca acné, eran incorrectos, ya que tanto el chocolate como la barra sin chocolate utilizadas, contenían grasas trans y azucares, ingredientes que hoy en día se sabe que sí lo provocan.

No tenemos pruebas concluyentes, pero es probable que sean las grasas trans, el azúcar y la leche las que provoquen los brotes de acné y no el cacao.

Si te gusta mucho el chocolate, toma el que tiene más cacao y menos azúcares, del 60% o más, que estén hechas con la manteca del cacao y no con otras grasas hidrogenadas.

No tienes porque renunciar a él, además es una fuente de antioxidantes y nutrientes de calidad, contiene minerales, vitaminas y se ha visto que sustancias con ligero efecto antidepresivo.

“Entonces ¿Qué me aconsejas?”

Tómalo ocasionalmente, con moderación.

Elige los que son muy poco dulces para que no lleven muchos azúcares refinados. Los productos de alto índice glucémico empeoran el acné.

Mira que la grasa de la composición sea la del cacao, no vegetal ni de manteca de la leche.

Evita el chocolate con leche, ya que a algunas personas los lácteos si les empeoran el acné.

Y disfrutalo!


domingo, 3 de octubre de 2010

SOMOS LO QUE COMEMOS

Hace unos meses, leí un articulo sobre lo malas que son las grasas trans, los carbohidratos de alto índice glucemico y sobre los productos de glicación avanzada que se producen al cocinar grasas y carnes a altas temperaturas. Esa misma noche les preparé a mis hijos unas croquetas con patatas fritas con unos remordimientos… ¡que mala madre!

Las frases “eres lo que comes” y “lo importante esta en el interior” suelen desdeñarse como meros clichés; quizás haya más verdad de lo que parece. La nueva filosofía del cuidado en la piel y en medicina en general, es “crear belleza/salud desde el interior”

Cuando comemos algunos alimentos y rechazamos otros, reducimos el estrés físico y emocional. La clave en la Medicina Antiaging es actuar sobre los mecanismos del envejecimiento.

El material genético del ser humano, tiene su límite en 120-125 años. En esto influyen la herencia recibida y las interacciones con el medio ambiente por procesos metabólicos. Pero se trata no sólo de vivir más, sino también mejor.

Existen numerosas teorías sobre las causas y los procesos del envejecimiento, las más destacadas son:
            -Producción de radicales libres: moléculas muy inestables con gran poder reactivo.
            -Inflamación crónica: con esto no me refiero a la que tiene lugar cuando nos damos un golpe, sino a la que se produce a nivel celular.
            -Los productos de glicación avanzada o glicosilación no enzimática.
            -Otra es la teoría de “homeostasis adaptativa”: estar sometidos a exposiciones prolongadas a niveles elevados de cortisol, (por ejemplo en el estrés crónico), puede dar lugar a úlceras, cefaleas, Inmunosupresión, hiperglucemia, etc.

Los radicales libres, son moléculas que se originan durante el metabolismo normal, tienen capacidad de unirse a otras, por ejemplo al ADN y dañarlo. Esta demostrado que las especies animales más longevas poseen mayor protección frente a estos y que a mayor edad, vamos teniendo menos capacidad para defendernos de ellos.
El organismo se defiende frente a los radicales libres mediante antioxidantes (enzimáticos y no enzimáticos) como son las vitaminas, minerales, enzimas; y reparando las mutaciones en el ADN (apoptosis o muerte celular programada).

Las situaciones que dan lugar a la formación de radicales libres, son entre otras:
            -Dietas hipercalóricas.
            -Ejercicio físico extenuante.
            -Contaminación ambiental.
            -Radiaciones ultravioletas (UVA, UVB, etc.). Es uno de los máximos responsables del fotoenvejecimiento.
            -Tabaco.
Se ha visto que la administración a animales de laboratorio de antioxidantes, enlentece los procesos de envejecimiento.

Glicación o glicosilación no enzimática es la unión de proteínas (colágeno, hemoglobina, albúmina) con azúcares reductores, sin mediación de una enzima.
Originalmente el proceso de glicación, se uso en la industria alimentaria para mejorar el aspecto y el sabor de los alimentos.
El proceso de glicación tiene dos etapas, una rápida y reversible y la otra lenta e irreversible, es en esta última donde se producen los productos de glicación avanzada. Estos productos, originan radicales libres, aceleran la oxidación del colesterol (aumentando el riesgo de arterioesclerosis) y producen inflamación celular. Pueden venir también desde el exterior, ya sea ingeridos directamente o a través del humo del tabaco. Dañan la piel, los pulmones, los riñones, los músculos, los vasos.

Otra causa de envejecimiento es la Inflamación crónica derivada del consumo excesivo o desequilibrado de ciertos alimentos (hidratos de carbono y azúcares simples y las grasas trans).
Se puede evitar mediante cosas tan simples como rechazar ciertos alimentos y adoptar una dieta antiinflamatoria. Existe una gran diferencia entre la alimentación industrializada actual y la ancestral: el hombre del Paleolitico consumía casi el doble de ácidos grasos poliinsaturados que hoy día.
Alimentos proinflamatorios.
            -Ricos en acido araquidónico: yema de huevo, carnes rojas, lácteos
            -Precursores del acido araquidónico: grasas omega 6 e hidratos de carbono de alto índice glucemico.
El ejercicio físico (siempre que no sea extenuante) puede ser antiinflamatorio (aumenta IL-6 y disminuye PCR). Dormir suficiente también.

La dieta alta en nutrientes pero baja en calorías es el método más fiable y mejor estudiado para una vida mas larga y sana, estas personas, tienen menores niveles de glucemia (menor Glicación) y menor producción de radicales libres (menor daño cromosómico). Los anoréxicos mal nutridos, no son un ejemplo de esto.

DIETA “ANTIAGING”
Consumir: frutas, vegetales, pescados y carnes magras.
Evitar: azúcar, alcohol, tabaco, harinas y almidones. (comidas procesadas)

Lípidos: restringir solo los trans (Ej. margarina, pastelería, bollerías) y tomar no saturadas y ácidos grasos omega 3. Los trans tienen un papel en el desarrollo de arterioesclerosis y algunos cánceres.

Carbohidratos: tomar los de bajo índice glucémico (los de frutas y verduras)
Necesitamos tomar proteínas de alta calidad, con todos los aminoácidos esenciales, para que las células puedan repararse. (carnes magras de alta calidad)

El uso de aceites o grasas durante la cocción, al alcanzar temperaturas elevadas, hace que aparezcan más productos de glicación avanzada. Por ejemplo freír la carne. Al freír también se produce un aumento de ácidos grasos trans


Comer no es solo quitarse el hambre, cuando lo hacemos, se ponen en marcha reacciones químicas que nos llevan al equilibrio y la salud o a todo lo contrario.
Una alimentación adecuada y el ejercicio físico forman parte de nuestro plan para vivir más y mejor.