Mostrando entradas con la etiqueta Soul. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Soul. Mostrar todas las entradas

sábado, 1 de abril de 2023

DAVID BOWIE. "Black tie white noise" (1993)


 Cuánto añoramos a Bowie. Cuánta falta nos hace el rechinar de sus canciones, la enjundia de su arte, la destreza de sus discos. "Black tie white noise", trabajo que celebra sobre todo, el buen momento de forma que vivía el artista, por su boda con la modelo Iman (el disco se abre y se cierra con "The Wedding", campanas al aire y felicidad sin contener), y fue la última colaboración con su antiguo compinche Mick Ronson, quien falleció 24 días después de la salida del disco. 

"Black tie white noise" es un compendio de sonidos soul, ("You've been around") donde la presencia del ex-Chic Nile Rodgers se hace notar a cada nota musical de un lp, que quizás no es de lo más recordado del camaleón, pero como toda su obra, siempre es altamente disfrutable.

"I feel free", es una versión funk de un tema de Cream, una batidora de ritmo, donde el saxo, tocado por el propio Bowie, es la pieza fundamental de un rutilante sonido que da paso al tema que titula el lp, nacido de las revueltas que se vivió en el Los Angeles contra la comunidad de color. 

La bailona "Jump they say", está dedicada a su hermano, que se suicidó en la década de los 80. Después nos adentramos en "Nite flights", otro de los puntales de un disco que viene a remontar una carrera que tuvo punto más bajo, con la poca repercusión que tuvo su anterior largo "Never let me down" del año 1987.

No puedes dejar de moverte cuando suena la exuberante "Miracle goodnight", o cuando hace suya una canción de Morrissey, "I known it's gonna happen someday". En resumen, "Black tie white noise", otra certera acumulación de canciones para no olvidar del más grande artista de todos los tiempos. 




martes, 24 de mayo de 2022

THE DIRTBOMBS. "Ultraglide in black" (2001)

 


Un disco de versiones soul. Así se planteó la banda del ex-The Gories, Mike Collins, la aventura en el que fuera su segundo trabajo, un excitante viaje a través de un montón de sonidos repletos de calor y sensaciones fuertes. 

Desde el inicio con la revisión de Melvin Davis de "Chains of love", pasando por "If you can't want" de W.Robinson, puro feedback setentero, la banda no deja de ser esa coctelera de rugidos de estilos, donde cabe el garaje, el rock, o el punk, pero aquí todo supeditado a ese espíritu soul de los artistas que influyeron a Collins y a sus chicos. 

"Underdog" es una auténtica salvajada y en "Your belongs under a rock" , la única de cosecha propia, la electricidad navega entre coros repletos de aristas y sedición. Luego nos topamos con "I'll wait", cover de G.Clinton, donde lo que prima es la sensualidad y el arrobo. 

Flipamos con lo que hacen con "Livin' for the city" de Stevie Wonder, insuflando al tema aires hard, para en "Kung Fu" de Curtis Mayfield confeccionar toda una amalgama de sonoridades repletas de latidos y pasión. 

"Ultraglide in black" es un disco disfrutable donde te topas con rubores del tipo de "Go to give it up" de Marvin Gaye, o veleidades repletas de toda la semilla original, como en "I'm qualified to satisfy you" del gran  Barry White.

En resumen, para noches de mucho movimiento, para festejos y recuerdos de otros tiempos. The Dirtbombs, un buen medicamento para la depresión.


jueves, 28 de enero de 2021

MICHAEL KIWANUWA. "Love & hate" (2016)

 

Que podemos decir de Michael Kiwanuka que no se halla dicho ya antes. Su "Kiwanuka", fue quizás uno de los mejores discos del año 2019, y este "Love & hate" , el segundo disco de este cantante británico, se consagró como el punto de lanzamiento para hacer de él una de las figuras más importantes del panorama soul. 

Y es que te derrites escuchando "Cold little heart", y ese pedazo de aperitivo vitalista que es "Black man in a white world", donde batalla para reclamar derechos, gritando entre palmas y caligrafía de revuelta. Lo que más prima en "Love & hate" son los tiempos calmados, las baladas que te revuelven ("Falling"), el sueño que llega a lomos de la levedad. Brutal. 

 Se te pone la carne de gallina cuando escuchas "Place i belong" , y sobre todo con la que titula el lp, un montón de razones que dar al cantante para que naufragues con él en medio de islas imposibles, de ternura que siempre apacigua. 

Te pones ciego de funk tranqui en la espectacular "One more night", y en "I'll never love" Kiwanuka canta al desamor, te desarbola con esa capacidad que tiene para llegar el éxtasis con una garganta que mora en ríos de solemne pasión. Vaya puntazo. 

Si te sientes triste, ponte "Rule the world". No, no cambiará tu estado de ánimo, pero notarás como el viento viaje hacia tus mejillas, como los párpados se cansan sin moverse. Así es este portento de disco, una delicia de principio a fin, un filo que no se agota, una fuente de sabor a buen rollo, las cosas bien hechas. Puro disfrute que nadie debe de perder.


martes, 7 de abril de 2020

MICHAEL KIWANUKA. "Kiwanuka" (2019)


Refugiados, el Mediterráneo como un féretro de agua, esclavos en Libia, peste y malaria, hambre, mucha hambre. Vallas con cristales y pinchos para desgarrar la piel del que quiere un mundo mejor para él y los suyos. Muerte, muerte, muerte.... Así es el mundo para millones de personas que no han tenido la suerte de vivir en Occidente. Noticias que se difuminan en la televisión mientras acabamos el filete del día. Ojala no olvidemos jamás con todo lo que nos está pasando la situación real de los mas desfavorecidos. Ojala esto sirva para que tomemos conciencia de que todos debemos de poner de nuestra parte para arreglar las desigualdades existentes. Ahora sufrimos una epidemia. Nosotros tenemos hospitales, casas donde refugiarnos, mercados donde comprar. Ellos tienen la calle y la guadaña rozando con el metal las piedras, haciendo el ruido que anuncia que la Muerte es la que gana....

Michael Kiwanuka es un genio. Tras el bombazo que supuso "Love & Hate", nos regaló el año pasado este "Kiwanuka", donde las características y la potencia soul sigue siendo el motor de un músico que nos tiene prendados. "You ain't the problem" es una bomba rítmica, y "Rolling" con ese aire setentero que te deja queriendo más es otra de las gemas que nos encontramos en "Kiwanuka".

También se atreve con letanías gospel como la maravillosa "I've been dazed", y te sobrecoge de principio a fin con "Piano joint (this kind of love), donde el piano y la voz de Kiwanuka te arrullan y te sedan sin más. Vaya gozada. Luego viene "Living in denial" con ese aire de easy leasing, para en "Hero" construir un himno de esos que se escuchará seguro hasta el final de los tiempos.

La más larga del disco con sus siete minutos es "Hard to say goddbye", sinuosa, atmosférica, con voces espectrales entre una danza de cuerdas. Sin palabras. En "Final days" y "Solid ground" hacen su aparición la electrónica, para en "Light" volver a pensar en Marvin Gaye cuando suena la garganta de ese pedazo de músico que ha puesto el Reino Unido patas arriba.

Un pedazo de disco que viene para quedarse, que acompaña los ratos de aislamiento, que te mece y te calienta, que es un valor añadido en esta época convulsa. Uno de los discos preferidos del confinamiento, sin duda.



lunes, 25 de septiembre de 2017

MESHELL NDEGEOCELLO. "Pour una âme souveraine (A dedication to Nina Simone)" (2012)


El décimo disco en estudio de la cantante y bajista norteamericana (nació en Berlín pero que se crió en Washington),fue una dedicatoria al repertorio de la gran Nina Simone. El nacimiento del lp vino de un concierto que dió Meshell junto a su banda, versioneando el legado de Nina. Les gustó tanto lo que estaban haciendo, que al poco se fueron a grabar esta colección de pinceladas donde el disfrute es máximo.

Desde que se inicia el álbum con "Please don't let me misundestood", pasando por la colosal "Suzanne", todo rezuma soul, candor, blues de voces apagadas. Por aquí se dejan caer Cody Chesnutt, Sidney O'Connor o Valerie June, para apoyar la serigrafía del alma de un cancionero que por más que pase el tiempo, perduran sones, melodías, que no se apagan, que cristalizan en gospel arrulador, "Real life", o la soul vitamínica "House of the rising sun".

Luego tenemos esas baladas que te rompen el alma, como la soflama infecciosa de "Turn me on", y clásicos eternos de esos por los que no pasa el tiempo, "Feelin´god". En "Nobody's fault but mine", cuenta con la ayuda de Lizz  Wright para que el desgarro sea aun mayor.

A titulo personal, me sigo quedado con las canciones de Nina, pero "Pour une âme...", contienen un buen montón de razones para actualizar el legado de una artista insuperable. "By my husband" escarba de nuevo en la tradicción junto a Valerie June, y la emocionante "Black is the color of my true love's hair", es todo un delicado y puro rubor infinito.

Asi pues no queda otra cosa que aplaudir estos covers llenos de vida, de lugares donde tranquilizar la tristeza y revivir a la gran Nina, con estos temas tan imperecederos.


lunes, 11 de abril de 2011

JAMES BLAKE. "James Blake" (2011)


Me deberé estar haciendo viejo, o lo mismo es que no entiendo todos los parabienes que he leeido por todas las partes, de este musico ingles de 22 años que según todos, es lo no va más, y a mi, quitando algún tem,me ha dejado tan frio, como su música.

Ningua mala critica para este puber que ha cogido elementos del dubsteps para eleborar una especie de soul post moderno, que la verdad, después de más de siete escuchas, no sé realmente la razón por la que todos se han movido para vanagloriar a este jovenzuelo londinense.

Y eso que la cosa no empieza mal, con "Unluck", algo espectral, con las notas de un piano de fondo, mientras suenan glitch que se entremezclan a la voz tratada de Blake. Lenta, sinuosa, misteriosa, no esta mal. Lástima que la cosa no siga esta senda.

"I never leanrt to share", es un soul futurista, algo ruidoso, metálico, pero sin chispa, como falto de alma. Alma que tampoco encuentro en "Lindisfarne I", robotizada, secuenziada, preparada para mandarla en un cohete al espacio sideral. Quizás alli encuentren las arterias emocionales que no veo por ninguna parte.

En "The Wilhelm scream" levanta el vuelo. Balando tristeza me lo creo más que especulando con el exceso tecnológico que rodea todo este homónimo disco. Más clásico parece con "Limit to your love". Piano, su voz, y después algo de su abusica porción de voz tergirversada.

Lo siento, pero por más que lo intento, no noto que la piel se convierta en volcán, mis oidos siguen esperando un momento de crack, un subidón para cambiar la opinión de un cd que la verdad, con todo lo leido, me ha supuesto una gran decepción.

"To care (like you)" sigue por las directrices soul conjugado en un organillo sideral. Quizás estas canciones casen a la perfección en el ambiente de un club dedicado a muestreos futuristas de las emociones, o a una discoteca de disecados latidos vencidos por la programación del fin.

Lo dicho, será cuestión de los años, pero cada vez que escucho escesivos halagos a un artista nuevo, el recelo aparece junto a la cautela. Frio. Excesivo frio.