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sábado, 11 de noviembre de 2023

THE NEW RAEMON, DAVID CORDERO & MARC CLOS. "A los que nazcan más tarde" (2021)

 


Disco nacido de la pandemia, de la obligada estancia en el hogar de cada uno, "A los que nazcan más tarde" es otra pieza más de ese púzzle discográfico de Ramón Rodríguez, que es como pieza de un mecano de artificios sonoros para nuestro goce sensitivo. 

Acompañado por David Cordero de Úrsula, y Marc Clos, músico acompañante de correrías, "A los que nazcan más tarde" es como un poema tras otro que no se para, una catarata de palabras entre sonidos electrónicos y palabras que duelen ("La peor parte" y "Camara lenta"). 

Teclados que van y vienen y soportan penas ("Plata verdadera"), himnos casi ambient de noches oscuras y palabras que te mecen en la trinchera de la tristeza ("Desnudo frente a la maquina de escribir"), todo en este disco es frondoso y atrayente, como "Corre, caballo viejo" y esos sonidos de la naturaleza salvaje que te posee y te engulle. 

Ya en la cara dos del lp, "Una infancia", como inicio casi post punk de esta catarsis del retiro, o "Todos quieren un final tranquilo", con esa vena de intimidad radiante que te hechiza y que en "No haces de lo mi lo que no soy" se convierte en un hit de la desesperanza. 

Para terminar, "Lanzo piedras al mar", una ordalía de palabras que se pegan en la lírica del desarraigo. En definitiva un disco expansivo para el colapso emocional nacido en tiempos de retiro y miedo. Grande. 




jueves, 21 de enero de 2016

EFTERKLANG. "Piramida" (2012)


El cuarto disco de los daneses Efterklang fue un pasada. Cogieron el nombre de un pueblo abandonado minero del Artico, y se pusieron manos a la obra a trabajar en pos de la establecer conexiones entre la melancolía y las formaciones glaciares.

"Hollow mountain" es como volver a toparme con el recuerdo de The Blue Nile. Los del norte de Europa suenan envolventes, líricos, frenesí calmado mientras dejas de pasar la vida sin pensar demasiado. "Apples" es casi un hit de lo etéreo, grácil y resoplando combates de fuego amable.

El fichaje de la banda por el sello 4ad se nota. Hacen un recorrido por el frío, por lugares donde antes habia vida y ahora solo queda el silencio de la nieve, la cadencia de los pasos del tiempo por lo remoto, la agitación tranquila, el viento helado. "Sedna" es otro señuelo melancólico, otro boomerang de vidas perpetuas ajenas a las manchas de la incomodidad del progreso.

El grupo hasta realizó un documental "The ghost of Piramida", donde plasman el proceso del abandono, la grabacción de sonidos de la naturaleza, que se ven incorporado por la tecnología a un laberinto que te seduce y te hace presa. "Told to be fine" es electrónica de bajo consumo y "The ghost" es una arma arrojadiza de silencio. Cerrar los ojos y dormitar.

Si tengo que elegir una de este buen disco me quedo con "Black summer" y sus seis minutos de abrazos elocuentes, bajamar de saxos bajos y de truenos de juguete. Asi que sin ver el documental del grupo, te puedes imaginar la desolación y el silencio de esos pasajes lejanos, anónimos y distantes. Hasta el piano en "Dreams today" suena a nostalgia dulce, a rimel blanco enternecedor.

Para terminar "Monument". Pedazo de obelisco de calma, lucero inflamado, donde los componentes de Efterklang juran fidelidad al sello 4ad y a esas formas de hacer música tan caracteristica del label. Invierno y Efterklang, Y un buen vaso de un licor fuerte para entrar en calor.....


miércoles, 13 de abril de 2011

MARK HOLLIS. "Mark Hollis" (1998)


Quien le iba a decir al bueno de Mark Hollis, que pasaria de una estrella fulgurante del pop de los 80, con sus Talk Talk, a acabar la carrera con estos, con dos discos como "Spirit of Eden"(1988) y sobre todo "Laughing Stock" (1991), verdaderos puntales de un cambio de registo total, donde lo atmosférico se mezclaba con lo ambiental, en una suerte de postrock instrospectivo.

Si no los teneis, haceros, con esos dos largos, y con este disco que comentamos, y que bien pudiera ser uno más de los Talk Talk de su ultima etapa. Tras siete años sin publicar nada, Hollis nos regaló este pedazo de obra monumental, donde cabalgamos con su voz, con sus vientos, con su jazz relajado, ribetes animicos para el alma, dolores vencidos, tranquilidad musical.

Asi era Hollis. Su aliado, el silencio,se afiliaba con él para hipnotizarnos, para llevarnos de la mano por el valle de la melancolía, por lugares perdidos de la memoria, por el ayer hoy. Porque me pongo "The colour of spring", con las notas del piano volando entre el ruiseñor de Hollis, lenta letania triste y acariciadora, y me lleno de golpe de cataratas de paz. Para dejarse llevar.

La armónica aparece en "Wasterhed" para llenar los huecos, que dejan aqui un sonido más completo. La guitarra, las teclas livianas, la historias de siempre pero contadas con el corazón. Suena "Insine looking out", con su clasicismo barroco, con su pedales de piano rumiando hojas caidas sin parar, y ya me deja sin respuesta, sentado sobre la escucha, roto y feliz. Que gran compositor Mark Hollis. Como supo dejar atras los tiempos de las ventas y los estadios, para retirarse a una habitación desconocida para componer joyas imperecederas que resistirán los envites y contiendas de los años negros.

En "The gift" suena más orgánico, entrampado por un poso de jazz de luces apagadas, los instrumentos parece que suenan tenues, como si nadie les estuviera forzando, creando un climax envolvente, llenado por el tono vocal de Hollis, y acompañado aquí de una guitarra que se aventura por paisajes de ocres colores.

Y a vanguardia del alma suena "A life (1895-1915)" ocho minutos de purpuras recreaciones donde la introversión nos viene de la mano de un tour de force de postales de mares calmados. De nuevo el piano, un sonajero beduino, una carta en el olvido, la constatación de que los más grandes, aunque se sumergan en la no productividad, cuando aparecen, es como si hubieran estado siempre con nosotros.

"Mark Hollis", es un discazo, la trilogia que no se termino de Talk Talk, la manera más necesaria para recuperar a todo un titán, que convirtió a las sombras en orquestas de luz diafana para el disfrute de nuestra alma musical.