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miércoles, 16 de noviembre de 2022

ONEIDA. "The wedding" (2005)


 Después de ese enorme espectáculo que fue enfrentarse al que fuera el último disco de Oneida, "Success" (2022), uno andaba con ganas de más fiesta, y me he decidido por la escucha de este otro boomerang sónico llamado "The wedding". 

Hacía el disco número 7 de una carrera que empezó a finales de los 90 y que sigue dando buenos frutos. Porque este cd, como todos los de Oneida, cumplen con la función de edificar al oyente. Desde el inicio en plan de himno indie lento, "The eiger", pasando por ese pasote de kraut llamado "Lavender", los de Brooklyn elaboran una sinfonía de estridencias para que hacerte siempre sonreír. 

Se enroscan en la psicodelia ("Spirits"), y hasta hacen boutades que rozan el folk lisérgico como esa cafrada llamada "Run through my hair". Puro solomillo vuelta y vuelta. Pero cuando más me impresionan es cuando son más concretos, como en ese hit llamado "High life" donde parecen un combo indie. 

Canciones de combate ("You're drifting" parecen a The Clash última época), ruidos dispersos que son como olas que poco a poco te hipnotizan ("Charlemagne"), junto a esos festivales de disgresiones instrumentales como "Heavenly choir" o ese meteorito llamado "The Beginning is nigh". 

Lo dicho, con Oneida es uno incapaz de aburrirse. Aquí queda pues este artefacto de digestión ácida. 


miércoles, 23 de diciembre de 2020

THE OLIVIA TREMOR CONTROL. "Dusk and cubist castle" (1996)

 


Con este disco empezó la andadura esta banda neopsicodélica con un sonido tan cautivador, repleto de colores y de viajes en túneles donde es imposible ver la salida ("The opera house"). En este extenso doble disco que se grabó con sonido cuadrofénico, existen pinceladas que van y vienen de poco más de un minuto como "Frosted ambassador" y "Jumping fences", junto a otra buena colección de trances lisérgicos. 

The Olivia Tremor Control, integrantes junto a The Apples in Stereo y Neutral Milk Hotel, del colectivo llamado Elephant 6 Record Company, sabían moverse a universos paralelos ("Define a transparent dream"), o volcarse en tonadas de un extraño pop sintético ("No growing (exegesis))". 

Sonidos de los setenta en vaciladas como "Holiday surprise 1,2,3", o rayaduras folk como "Courtyard", se pasean por un disco de esos que hay que escuchar bastante veces para que te quedes con lo fundamental: su sustrato de espeología astral ("Memories of Jacqueline 1906").

"Marking time" es envolvente y adictiva  y a partir de hay comienza la ralladura, con un montón de piezas bajo el nombre de "Green typewriters", todo un delirio. Así que "Dusk and cubist castle" hara las delicias a los que les guste embarcase en trayectos sin dirección conocida. Puro dislate. 



jueves, 19 de julio de 2018

BLACK HEARTED BROTHER. "Stars are our home" (2013)


Pedazo de disco que entregó Neil Halstead (Slowdive y Mojave 3). Y es que si la primera canción del album ya nos introduce a lo que nos espera, es en la segunda, "(I don't mean to) wonder", donde se desgarran las tormentas de shoegazing explosivo, distorsión y arreones que no cejan.

Black Hearted Brother fue el nombre que Neil, Mark Van Hoen (Seefeel) y Nick Holton dieron a una banda que como la portada del cd, es una explosión de colores, de texturas, que a los seguidores de Slowdive nos hace aplaudir a rabiar.

También hay sitio para la psicodelia amable vinculada al pop, como la triunfal "This is how it feels", o instrumentaciones de ciencia ficción difusa que diambula entre soflamas de electrónica sideral ("Got your love).

La verdad es que para los que siempre deseabamos la vuelta de Slowdive, este "Strars are our home" es un buen placebo con letanías soberbias de melodías infecciosas ("UFO"), o pequeños experimentos donde la tecnología es una excusa para seguir buceando en los confines ("Time in the machine").

Continua la psicodelia con "Oh crust", para en "My baby just sailed away" componer algo parecido al tecno pop. La parte final del disco se relaja bastante, para terminar con la sesentera "Look out here they come". Para los amantes de la psicodelia y del shoegazing, un lp disfrutable.


domingo, 8 de mayo de 2016

WHITE MAGIC. "Dat rosa mel apibus" (2006)


Hay veces que trasteando en el almacén sonoro que servidor posee se encuentra con rarezas de esas que hay que sacar del imperio del mundo del polvo. Allí donde reside el olvido y la quietud, a veces la mano que semanalmente busca discos, encuentra joyas como la de este grupo.

White Magic es una banda de New York, que les dió por la psicodelia y el folk, aunando estilos, agrupando referencias y gustos añejos, para componer extraños salmos, que para mi tiene en este "Dat rosa mel apibus", como su obra cumbre.

Me pongo "The light" o "Childhood" y no paro de pensar en los 70, en un mundo de excesos de lsd, de vitaminas para el cerebro. Mira Billotte, la cantante de la banda, tiene culpa de esa radiación sonora que se expande por cada surco de este disco.

A veces es el medioevo lo que se rastrea en temas como "What i see", otras es la India quien se presenta en forma de enigma en "All the world wept", sitar y pianos a la par nerviosos y reptantes. La que titula el disco es todo un ánfora de juegos deliciosos, de prisiones para liberar sueños y sarcófagos.

En "Sun song" encuentro ramalazos de la parte épica de Swans y en "Hold your hand in the dark" construyen un juguete folk dotado de movilidad para tus arterias cerebrales. Después de comer hoy domingo, te pones a White Magic, y parece que la lluvia que no para de gritar, tiene voluntad de triunfo hasta el final de los días.

"Katie cruel" parece un pócima de magia que se expande por los aires para que hipnóticamente caigas en el sopor de la calma más extrema. Si, es bueno esto de restregar los dedos en la bodega de los discos por oír. Aparece este magia blanca para expandir suspiros y olores extremos. Una buena forma de pasar el domingo antes de ponerme a dialogar con la plancha que ya me espera con sus suspiros de vapor.....


viernes, 26 de junio de 2015

POND. "Man it feels like space again" (2015)



A estos australianos liderados por ex-Tame Impala, Nick Allbrook, les gusta fabricar perdigones de psicodelia desde ramales de lo más variado. El  no impacta ni nos da la pista para continuar con la singladura de Pond. Sólo mantiene el tipo con canciones como "Elvi's flaming star" donde se parecen a Bowie, o la inicial "Waiting aroung for grace" más en la onda Flaming Lips.

"Holding out for you" es arrastrada y setentera, en "Zond", juegan al funk con despite, y "Heroic shart" es una amalgama de turbulencia de baja intensidad para que todos los colores de la portada, se extiendan por los pabellones auditivos de tu inquietud.

Luego vienen los recuerdos a Beach Boys, con "Sitting up on our crane", las diabluras siderales de "Outside is the right side", y el pop de "Medicine Hat". Todo demasiado deslabazado, todo sin un hilo de conexión para decir que estamos ante un disfrutable cd.

Me da la sensación que se las ha ido la mano con el rollo de beber de muchos brevajes distinto. Así les ha ido.  Salvo una o dos tracks, las demás no merecen la pena sentarse sobre ellas para fabricar calor. Hasta la que titula el cd no va mas allá de una boutade para hacer sonreír a algún insensato. Solo para amantes de los ecos de Flaming Lips y compañía.


miércoles, 7 de mayo de 2014

DARKSTAR. "News from nowhere" (2013)



Hasta el colorido de la portada de su disco nos hace recordar a Animal Collective. James Young y Aiden Walley no juegan al despiste, ni quieren que nos perdamos por vericuetos que hagan perder de vista sus coordenadas psicodélicas.

Bajo el cobijo del sello Warp los británicos empiezan desde el inicio con "Light body clock start"  a evaporarnos con sonidos de indietrónica pajarera. "Timeaway" esta repleta de clicks y suaves atardeceres donde priman los esfuerzos por la delicadeza y el comfort del espíritu.

"Armónica" es quizás donde se les ven más los costurones del hocico de los Animal. Densos, algo esquizofrénicos, pedantes tecnológicos que viven arrimados a su particular confeti de fin de fiesta. Agradables.

Agradables pero no más. "A days pay for a days word" no termina de funcionar y "Young heart" empieza con un doliente piano que introduce casi cuatro minutos de destemplanza vacua.

Con su sugerente nombre de estrella oscura esperaba otra cosa. "Amplified ease" es un batiburrillo de techo esquelético que no va a ninguna parte, y "You don't need a weatherman" es un simple señuelo para los que disfrutan con la música de club bajo cero.

Darkstar pues no emocionan ni atraen. Son lineales, vuelven sobre sus pasos para continuar girando en una circunferencia de hechos ya demasiadas veces relatados. Estrella caída sin más, un astro errante, las flor de la decepción.


viernes, 10 de enero de 2014

ANIMAL COLLECTIVE. "Strawberry jam" (2007)


Después del disgusto de la anterior crítica (Vampire Weekend), me doy el gusto de ponerme en un plato un montón de frutas tropicales, caramelos y otras naderías, regadas con un trotón peyote, un poco de ayahuasca, y un montón de torbellino de pop lisérgico.

Animal Collective lo bordó con la edición de este disco, (para muchos el mejor disco del 2007), donde dan rienda suelta a sus locuras más intrincadas, como unos Mercury Rev de primera época salidos de un colegio de chavales con problemas de adaptación.

"Peacebone" nos da una idea de lo que se avecina con la escucha de "Strawberry jam". Ruidos que se comen a las voces, rayos que se someten a la voluntad de la tecnología y una afilada perversión de los cánones de la psicodelia. En "Unsolved mysteries" van de tranquis, pero cuando suena la marcianada de "Chores", con sus voces alocadas,solo queda volar en un tránsito sideral de sustancias bellamente ilícitas.

"Centipede Hz" (2012)  no me convenció mucho. Pero este lp es otra cosa.El griterío de "For reverend green" me tiene loco y "=1" con los teclados amaneciendo catarsis, son dos maneras bien distintas de atrapar el viento, de llamar a los espíritus mediante ese atávico remedio que se llama música, y que se ha utilizado desde el principio de los tiempos para buscar vórtices rallados de dulce insania.

Y hasta su lado más "normal", "Winter wonderland", es una acelerada conjunción de ondas cerebrales que van a su bola por el orbe de la imprudencia. Volvemos pues a los discos del pasado para encontrar nuevas pistas de apaciguamiento del oído. Buen festín pues de setas venenosas este "Strawberry jam". A disfrutar.


miércoles, 28 de diciembre de 2011

BABA ZULA & MAD PROFESSOR. "Duble oryantal" (2005)


Estos monstruos turcos llevan desde el 1996 haciendo que eso que se dice de Turquia de puente entre Occidente y Oriente, no sea un mero slogan fabricado por algun productor para vender niebla. Baba Zula, de Estambul, han creado según ellos, el Dub Oriental, mezclando y utilizando intrumentos de lo más variopintos: darbukas, cucharas, saz...

Reseñar tambien que en su larga trayectoria han sido acompañados de gente tan "poco" conocida como Fred Frith, John Zorn o Alexander Hacke (quien aparece en "Duble oryantal") es sólo un detalle de la importancia de Baba Zula, y de que ese documental que casi nadie nos perdimos "Crossing the bridge" (Fatih Akin) nos pusiera sobre la pista de todo un plantel de musicos que en nada envidia a lo que tenemos por aki, en esta Europa tan dada a dejar de lado todo lo que no venga  de sus pauperrimas fronteras mazmoras.

Mad Professor se encarga de los mandos, y Levent Akman y Murat Ertel explosionando la dinamita de ritmos que es este "Duble oryantal", se bastan para que con la audicción de su musica nos entre el gusanillo de escarbar en las bandas que salieron en el interesante documental ya mencionado de Akin.

Y yo me pongo las pilas oyendo "Gerekly seyler", o lo más próximo que se ha confeccionado al sonido de Clash cuando estos estaban drogados por el dub. La leche tio. "Sipa", es electronica con theremines y osciladores para que la danza del vientre sea como una llamada a todas las serpientes venenosas del orbe para que yazcan moribundas por este frenetico baila sin fin.

"Ozgur ruh" es de nuevo dub oriental lisergico y arenisco, que nos da pie en "Zaniye oyun havasi" a un hit casi de discoteca de zíngaros. "Pirasa" es otro cruzar de puentes, cerca y lejos, lejos y cerca, lo autóctono junto a la necesidad de volar libres sin ataduras estructurales.

Baba Zulu en Turquia son todo un clásico. Una formación que auna la musica, con el teatro, la danza, y donde hacen de la perfomance toda una excusa para esta radiación sónica que estoy seguro que servirá como una buena banda sonora para estos ultimos dias de este año ya agrietado, en formol, difunto y en visperas del que se avecina.

Penultima critica pues del año de Discos Pensados, que estoy seguro que hará replantearse a más de uno eso del egocentrismo musical que sufrimos, sentimos, pensamos y padecemos.

viernes, 23 de septiembre de 2011

MUSICA DISPERSA. "Musica dispersa" (1970)


Ellos fueron una rara avis en el panorama tan deprimente de la musica estatal en los años 70. Musica Dispersa, formación catalán comandada por el  Jose Manuel Bravo, acompañado por un joven Jaume Sisa, que ya empezó a despuntar con este experimento sonoro abierto a deliciosas extrañezas.

El jazz, la psicodelia, las canciones sin sentido, copan todo un inolvidable disco, de esos que por la importancia del año en el que se editó,  y los registros sonoros que encontramos, le hace ser uno de esos lanzamientos escondidos que está bien recuperar.

"Dialogo" es una pequeña introducción construida por rugosidadades vocales que da paso a "Hanillo" donde se perciben aires de psicodelia rural. Total. "Cromo" es un charleston rallante y divertido  y en "Gilda" nos topamos con folk que bien pudiera venir de alguna aldea perdida de ninguna parte.

"Eco" es una elaborada y suculenta ración de de hippismo bien entendido que da paso en "Cefalea" a un explosión imaginativa con la flauta como batuta y que da paso en "Arcano", a otro torrente de psicodelia muy particular. Vamos,que un flipe.

Musica Dispersa no tuvo continuidad. no hubo segundo disco. Sus componentes se disolvieron pacificamente, en silencio, como vinieron, dejándonos un montón de razones para recuperar del poder criminal del hombre del polvo, este artefacto extraño, peculiar, que tan buen efecto produce a nuestra salud musical.