Mostrando entradas con la etiqueta 0.10 Oceanía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 0.10 Oceanía. Mostrar todas las entradas

lunes, 8 de agosto de 2011

Compartiendo baño con las ballenas Jorobadas

Un baño junto a estos gigantes de más de 15 metros.

La ballena jorobada o yubarta es probablemente el animal acuático que protagoniza la mayor migración anual del planeta, pudiéndose desplazar más de 25.000 kilómetros en sus movimientos entre las regiones polares y las ecuatoriales. La mayor población de este mamífero marino, que habita en todos los grandes océanos y mares del mundo, se encuentra en el Pacífico Sur. A sus aguas llegan cada año, procedentes de la Antártida, los grupos de yubartas que entre julio y finales de octubre-primeros de noviembre encuentran en la Polinesia todo cuanto necesitan. Probablemente el mejor enclave para contemplarlas sea la isla de Moorea, en el archipiélago de la Sociedad y a unos 10 minutos en vuelo desde Thaití (30 minutos en barco regular).

Las aletas pectorales alcanzan un tercio de la medida del cuerpo.

En Moorea no sólo se realiza whale watching desde los barcos sino que se ofrece la oportunidad irrechazable de ¡¡darse un baño con ellas!!
En efecto, el whale watching es una actividad que se realiza durante todo el año de la mano de los centros de buceo de la isla: Moorea Fun Dive, Top dive Moorea, Moorea Blue Diving Center o Ia Ora Diving, o de la mano también del experto biólogo norteamericano Michael Pole, que lleva desde 1992 realizando actividades de observación de cetáceos en aguas de Moorea y que es uno de los principales impulsores de la declaración de las aguas de esta paradisíaca isla (y de la Polinesia Francesa) como santuario de ballenas.

Snorkeling con ballenas jorobadas.

Durante todo el año Moorea cuenta con una población estable de delfines: los acrobáticos delfines de hocico largo (Stenella longirostris), los delfines de hocico estrecho o dientes rugosos (Steno bredanensis) o las ballenas piloto (Globicephala sp.) pero durante casi 5 meses, las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), hacen acto de presencia en las aguas para reproducirse y con ellas las excursiones de observación de cetáceos adquieren una connotación especial, ofreciendo la experiencia de poder nadar en compañía de estos cetáceos. Gafas, tubo, aletas… y ¡al agua! ¿Os podéis imaginar lo que se siente nadando al lado de un gigante de más de 15 metros de largo y 36.000 kilos de peso? Pues imaginad que además tenéis la suerte (frecuente en esta época del año) de escuchar los cantos que los machos emiten relacionados, probablemente, con el cortejo.
Una experiencia excitante y relajada a la vez, difícil de explicar.


Las aletas pectorales de estos rorcuales (en realidad no son ballenas sino cetáceos misticetos, como las también mal llamadas ballenas piloto, que son calderones –cetáceos odontocetos-.) llegan a medir 5 metros. Pero su nombre común de ballenas jorobadas se debe a su lomo y pequeña aleta dorsal. La etología de estas ballenas permite además interactuar con ellas de forma espectacular, pues se trata de la especie más acróbata entre los cetáceos de mayor tamaño. Una experiencia absolutamente inolvidable de la que podéis encontrar más información en español en Turismo de Tahití.


viernes, 5 de agosto de 2011

Por los mares del Sur


Cumplidos ahora diez años de mi visita a Tonga, sus aguas, sus gentes, y la naturaleza de este pequeño país me cautivaron para siempre. Para siempre marcó mi vida esos días a lo Robinson Crusoe navegando y viviendo en las islas deshabitadas de Tonga. Como comentaba en el post anterior sobre este país, estaba cubriendo para la revista Turismo & Aventura (que dirigía por aquella época) la que a la postre sería la última edición del Camel Trophy.


Tonga posee islas de origen volcánico y de origen coralino.


A diferencia de las 19 ediciones anteriores, el todo terreno había sido sustituido por una potente lancha neumática y los equipos se lanzaban a surcar los mares del sur durante semanas, siguiendo estrategias (o no), comiendo lo que la madre naturaleza podía proveerles o abasteciéndose en las escasas islas habitadas de este archipiélago con más de 176 islas diseminadas en una pequeña porción del Pacífico Sur. Sólo 36 cuentan con población permanente. Están divididas en tres grupos principales: Tongatapu (con la capital Nuku’alofa y los arrecifes Minerva), Vavaú (destaca la isla más alta: Toku, con 1.033 m.) y Ha’hapai.
Murciélagos durmiendo

Aquí estoy durante el Camel Trophy Tonga-Samoa.

He querido rescatar estas fotos (por entonces diapositivas, así que pido perdón por su calidad “digital”) y compartir con vosotros unas aguas sorprendentes. Es complicado encontrar más coloraciones en este paraíso. Qué deciros de la sensación de navegar sobre arrecifes de coral, de llegar a islas formadas por simples bancos de arena, de conocer islas calcáreas tapizadas por una selva impenetrable en la que vuelan cada noche miles de inmensos murciélagos del tamaño de aves rapaces, de ver humear volcanes, de la experiencia de compartir navegación con un buen número de cetáceos y escualos…


Para llegar lo mejor es desde Auckland, capital de Nueva Zelanda. En un vuelo de un par de horas estaréis en el paraíso, en plena Polinesia.
Y hablando de paraísos y cetáceos, el próximo día regresaré a aguas polinesias, a la isla de Moorea, donde se ofrece la experiencia de nadar…. ¡¡con ballenas jorobadas!!, rorcuales que también llegan a Tonga en el invierno austral.

domingo, 10 de abril de 2011

Volcán Lofia, lava en las antípodas


Al volcán Lofia, en el Pacífico sur, llegué por casualidad. Sin saberlo. Fue hace diez años, cuando estaba en las antípodas cubriendo como prensa el último Camel Trophy que se realizó. Esa edición fue en Tonga y Samoa. El paraíso. Cada semana había una jornada de descanso y durante uno de esos días de confraternización y reposo, la organización de la prueba preparó una visita al volcán Lofia.


Lofia es el nombre del volcán que ocupa la inmensa caldera de Tofua, de 569 metros de altitud. La isla se llama también Tofua, como el punto más elevado de la caldera. Se trata del cono emergente de un volcán submarino. El cráter principal está inundado por un lago de 4 kilómetros de diámetro y cuyo fondo está a sólo 20 metros de altitud (25ºC temperatura del agua). Una pequeña parte del cráter está fuera del agua y posee pequeños conos menores o cráteres secundarios en activo. Ese era el objetivo de aquella ruta a pie, subir hasta el borde de la caldera y luego descender hasta uno de los cráteres secundarios activos en los que la lava chapotea y las fumarolas de gran intensidad denotan la intensa actividad del volcán Lofia, que ya cuenta en su haber con erupciones en 1774, 1792, 1854, 1885, 1906 y 1958.
Al volcán se llega en barco y desde el pequeño atraque en la orilla es preciso remontar la ladera entre coladas de lava y un denso matorral en el que sobresale la presencia, de vez en cuando, de enormes helechos arbóreos.


Frente a la isla de Tofua, con 8 kilómetros cuadrados de diámetro y prácticamente ocupada en su totalidad por la caldera emergida, se sitúa la isla de Kao. Kao es un perfecto cono volcánico que duplica en altitud a su vecino Lofia.


Ambas islas emergen solitarias y despobladas (en Tofua hace 15 años vivían apenas 5 personas) a 155 kilómetros al norte de la capital de Tonga: Togatapu. Está dentro del grupo Ha’apai, uno de los tres grupos que conforma este archipiélago de 176 islas en la Polinesia.


Tofua tiene también un hueco reservado en la historia, descubierta por James Cook, y en la de la literatura de aventuras, pues en sus aguas tuvo lugar el motín de la Bounty.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Ser agente de viajes también ayuda a la conservación en Tahití y sus islas


Recientemente publiqué un post sobre la experiencia FlyOver y el buceo con tortugas verdes en la microreserva marina El Puertito de Adeje, en Tenerife, como novedosa medida de conservación.
Hoy quiero mostraros, a colación de los fondos marinos y de la conservación y recuperación de las tortugas -fundamentalmente las verdes-, otra buena idea pero en el otro extremo del Globo, en la Polinesia francesa. Se trata de una interesante iniciativa que ha puesto en marcha la oficina de turismo de Tahiti y sus islas con los agentes de viaje españoles. Ser agente de viaje puede ser desde ahora una profesión conservacionista. Os explico.

La loable iniciativa consiste en que todos los agentes de viaje apuntados al curso 2011 del programa de formación de la Oficina de Turismo de Tahití y sus islas, formarán parte de una iniciativa ecológica que destinará fondos a una asociación tahitiana de protección y salvamento de tortugas marinas. 
Los agentes, al inscribirse en este curso de formación Agente Tiare, demostrarán su apoyo y se unirán a este proyecto solidario en el que la oficina de turismo destinará fondos a Te Mana O Te Moana- que se traduce El Espíritu del Océano-, una ong tahitiana dedicada a la protección y salvamento de las tortugas marinas, animal emblemático de las islas.



Te Mana o Te Moana forma parte de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Realiza proyectos de ecoturismo, programas educativos, cambio climático, ecosistemas marinos, etc. y también gestiona una Clínica para Tortugas marinas. En las aguas de Tahití y sus islas viven diferentes especies de quelónidos como las tortugas verdes (igual que en el caso de Tenerife), tortugas carey y tortugas golfina.

Como veis otra forma de “viajar” que también es solidaria con la naturaleza. Que cunda el ejemplo.
Fotos: Te Mana o Te Moana