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viernes, 29 de mayo de 2015

Pinsapar de Grazalema, uno de los bosques más interesantes de Europa

 
Entrando al pinsapar de Grazalema, con el pico Torreón al fondo.
Fruto del aislamiento que ha sufrido la especie tras la última glaciación (hace unos 15.000 años), los pinsapos han podido sobrevivir a la extinción formando pequeños bosques o rodales en algunos enclaves concretos del sur de Andalucía, en las provincias de Cádiz y Málaga, donde se levantan poderosas las sierras Occidentales de la Cordillera Bética: la Sierra de Grazalema, la Sierra de Ronda y la Sierra Bermeja, ofreciendo características ecológicas muy parecidas a las que había en el pasado en buena parte de Andalucía. 

La presencia de pinsapos es uno de los recursos naturales más importantes a la hora de proteger estas montañas como Reserva de la Biosfera Sierra de Grazalema (Cádiz-Málaga), Reserva de la Biosfera Sierra de las Nieves (Málaga) y el Paraje Natural Los Reales de Sierra Bermeja (Málaga).

Existen varias especies de abetos que presentan su área de distribución en la región Mediterránea. Muchas de ellas, constituyen en la actualidad bosques relictos de lo que hace miles de años era sin duda un área de distribución mediterránea mayor. La península Ibérica presenta la particularidad de poseer dos de estas especies de abetos: el abeto blanco y el abeto pinsapo, que son por cierto contrapunto en cuanto a requerimientos naturales para estas coníferas. El abeto blanco (Abies alba) crece en Pirineos, mientras que el abeto pinsapo (Abies pinsapo) crece exclusivamente en el sur de Andalucía. Tienen en común, eso sí, que ambas especies presentan unas necesidades de humedad notables, creciendo en zonas con marcada diferencia de temperaturas entre el verano y el invierno.  En el caso del pinsapo, árbol piramidal qe alcanza los 25 metros de altura, se caracteriza por vivir en un clima con marcada aridez estival, con poblaciones residuales, aisladas y dispersas. Si bien la verdadera explicación de su presencia en determinadas zonas de las mencionadas sierras andaluzas es la elevada pluviosidad del clima mediterráneo en el que viven, por encima de 2.000 mm anuales. Crecen sobre todo en las vertientes norte de las sierras, donde llegan a formar bosques como el que hoy quiero mostraros. Se trata del Pinsapar de Grazalema, donde este esbelto abeto se extiende a lo largo de 400 hectáreas. 
Acículas de disposición helicoidal. Las piñas estarán formadas en otoño.

Para llegar hasta este denso bosque de pinsapos es preciso caminar. Se hace a través de la conocida como Ruta del Pinsapar, entre Grazalema y Benamahoma. Una ruta senderista que parte de la zona de Los Arenales, a un par de kilómetros de Grazalema por la carretera a Zahara de la Sierra en dirección al puerto de las Palomas, permite recorrer los 10,5 kilómetros (ida; 4 h. 30 min.) del trazado que separan el punto de partida del final en el pueblo de Benamahoma. 

La ruta ofrece una buena muestra de vegetación mediterránea (sobre todo en zonas de solana) con abundantes quejigos y encinas, y se adentra en el pinsapar que crece en la vertiente norte de la sierra de las Cumbres y la sierra del Pinar, al pie del Torreón (1.654 m.) –techo de la provincia de Cádiz, al resguardo que proporciona la sierra y donde las condiciones de evaporación de la humedad son menores (aspecto muy importante sobre todo en verano). Las panorámicas están garantizadas sobre estos paisajes de dolomías y calizas desde varios puntos del recorrido (como el Puerto de las Cumbres). Lo más recomendable es dormir en Grazalema y hacer la ruta en sentido Benamahoma.
Entre la vegetación mediterránea del puerto de las Cumbres, camino del pinsapar.

Un dato muy importante a tener en cuenta es que para realizar la ruta, que transcurre por zona de Reserva, es preciso obtener el permiso correspondiente en la oficina del Parque Natural (a través de la web) y hacerlo en la época habilitada para recorrerlo.
El Pinsapo alcanza los 25 m. altura y tiene forma piramidal


La presencia del pinsapo y el carácter amenazado del árbol, tanto como especie en Andalucía como cuando forma bosques (es hábitat de interés comunitario para la Directiva Hábitat). 
Lagartija colilarga occidental,  endemismo ibérico.

La buena noticia para despedir el post es que, gracias a la reducción de sus principales amenazadas (ligadas a la actividad humana fundamentalmente), las masas de pinsapo andaluzas están en ligero aumento.

lunes, 9 de marzo de 2015

El bosque de Bialowieza, el gran bosque primario europeo

En el año 1932 once bisontes europeos eran reintroducidos en el bosque polaco de Bialowieza como primer paso para salvaguardar el negro futuro de una especie que había desaparecido en libertad. Se declaró este espacio natural,  catalogado como Reserva Forestal desde 1921, como parque nacional (1947), se acondicionó un recinto para su adaptación, estudio y reproducción del mayor mamífero europeo en un retazo de bosque y en 1954 se soltaron en el bosque. El centro de reproducción y cría en cautividad hoy alberga, además del bisonte, otras especies autóctonas como el lobo gris, el lince boreal, el alce, el ciervo, el gato montés, el corzo, o el jabalí, entre otras especies que moran esta espectacular extensión forestal. También caballos tarpanes, los robustos caballos locales que antes vivían libres en la región y que ahora traen en carromatos a los visitantes que se acercan al centro o que quieren dar un paseo por el bosque.

Desde el punto de vita botánico el parque contiene 809 especies vasculares, más de 3.000 especies de criptógamas y hongos, casi 200 especies de musgos y 283 especies de líquenes. En el apartado faunístico, Bialowieza viven más de 8.000 especies de invertebrados, crían 120 especies de aves y 52 especies de mamíferos. Casi nada.


El parque nacional Bialowieza alberga 10.517 hectáreas del bosque fronterizo con Bielorrusia, uno de las mejores representaciones forestales del continente europeo y probablemente uno de sus últimos retazos virginales. De hecho, la mitad es reserva integral con la máxima protección, donde nadie puede entrar y probablemente nadie hay pisada nunca. Otra pequeña porción del bosque es también reserva pero admite visitas a pie con el único sendero que permite adentrarse en la penumbra de este manto verde. Sendero que, por otra parte, sólo puede recorrerse con permiso previo y la compañía de un guía del parque. El resto del bosque alberga el centro de cría del bisonte y otras rutas para bicicleta y senderismo, como por ejemplo la senda de los Robles Reales, con ejemplares centenarios.
Hay otras zonas de gran interés que tienen que ver con el águila pomerana, que encuentra en las zonas abiertas y encharcadas de Bialowieza, un hábitat idóneo. Existen diferentes torres de observación ornitológica dirigidas especialmente a observar esta rapaz.


Por el interior del bosque primario
La ruta que se adentra en la reserva lo hace mediante una senda que se abre paso por terreno absolutamente plano que recorre una parte de bosque caducifolio y con la presencia de alguna conífera. Magnífica representación de este bosque con especies caducas y perennes. También atraviesa zonas encharcadas con la ayuda de pasarelas de madera. La ruta se adentra a través de pistas abiertas hace siglos por la realeza y también alguna senda. El paseo guiado suele comenzar en realidad en los jardines del palacio (en el pueblo de Bialowieza) donde se encuentra también el centro de visitantes, y va metiendo al visitante en harina mientras recorre estos fabulosos jardines camino de la puerta de madera que da paso al paraíso forestal de Bialowieza. En total son visitas de alrededor  de 4 horas, de las que la mitad transcurre en el bosque primario.



Es la mejor forma de conocer cómo funciona el bosque, su ciclo biológico. Aquí nada se toca, sólo actúa la naturaleza. Si un árbol cae se deja como está para que los descomponedores hagan su trabajo y el ciclo comience. Caminar en completo silencio por este bosque primario, sabedores de que somos muy pocos los que ese día están viviendo semejante experiencia, es un privilegio que reconforta aún más. El silencio permite además poder tener algún avistamiento de fauna inolvidable, como puede el bisonte, el lobo o el lince boreal. Todo es posible en un terreno que ellos saben es su hogar y los humanos somos un pequeño grupito de afortunados invitados a su casa.

domingo, 29 de junio de 2014

Un recorrido por la variedad de flora en Cataluña

Hayedo.


A gran escala, la distribución de la vegetación mundial se rige principalmente por la latitud y diferencia seis grandes reinos florales que a su vez se dividen en varias regiones florales. En la península Ibérica y Baleares existen tres grandes regiones presentes en la (Mediterránea, Eurosiberiana y Boreoalpina), a la que se añadiría la región Macaronésica en Canarias. En Cataluña se tocan las tres regiones peninsulares.

Abetal de Gerdar, en Les Valls d'Àneu.

A pequeña escala, entran en juego parámetros como el clima, la altitud, el tipo de sustrato, la orientación del sustrato (solas, umbrías), los vientos dominantes, la pluviosidad, etc. para marcar la existencia de unas u otras especies y el crecimiento de éstas en unos u otros pisos de vegetación –que son las franjas altitudinales de las diferentes regiones-.
Acebo.


La vegetación de la región Mediterránea se caracteriza por especies de hoja perenne,  resistentes al calor, al clima seco y a los cambios bruscos de temperatura entre el invierno y el verano. Plantas típicas son la encina, el alcornoque, el pino y el quejigo en cuanto a árboles y la presencia de madroños, lentiscos, enebros, retamas, coscojas, romeros, jaras, tomillos, plantas aromáticas, etc.

 
Enebro.
La vegetación eurosiberiana se caracteriza por los bosques caducifolios, adaptados a climas más húmedos y templados, sin grandes oscilaciones de temperatura entre el invierno y el verano. Están formados sobre todo por robledales, hayedos y bosques mixtos con árboles como el avellano, el pino silvestre, abetos, helechos, acebos, brezos, musgos, etc.

Hayas en un bosque mixto del Pirineo.

La vegetación borealpina tiene que ver con la altitud; es la vegetación de alta montaña, está bien adaptada a las duras condiciones climáticas que en ellas se dan, sobre todo en invierno. Está formada por los bosques de coníferas como el pino silvestre, el abeto y el pino negro. Crecen otras especies como el rododendro, la gayuba, arándanos, piornos, etc. En la alta montaña, a partir de 2.100-2.200 metros de altitud los árboles (pino negro) dejan paso a los pastos y pequeñas hierbas. Por encima de los 3.000 metros de altitud, líquenes y musgos son la representación vegetal.

Bosque de abetos.
Bosque de pino silvestre con alfombra de gayuba.


Las condiciones continentales que imperan en el centro peninsular y que influyen en el clima de la parte sur y occidental contrastan con el menor contraste de temperaturas entre inviernos y veranos, y la mayor humedad gracias a la existencia del mar Mediterráneo.


A nivel general, la provincia de Tarragona, las partes sur y centro de Lleida y Barcelona, y el centro u este de Girona poseen un claro clima mediterráneo mientras que en el norte de las provincias de Lleida, Barcelona y Girona, la influencia Atlántica marca el paisaje vegetal. Como ya os habréis dado cuenta, allí se encuentra la Cordillera Pirenaica y el Prepirineo. Son precisamente las montañas prepirenaicas las que marcan la transición entre la flora mediterránea y la flora eurosiberiana.
A nivel local, otras sierras más meridionales, como pueden ser algunas de las montañas más elevadas de las sierras litorales catalanas, también marcan la transición de vegetación.


¿En qué se traduce todo esto? En la existencia de una gran variedad de flora, con presencia de especies típicas del centro y sur de la península, de la región atlántica y de la alta montaña europea. En cuanto a los pisos de vegetación la representación es mayúscula, ya que en Cataluña existe una diferencia actitudinal que va desde el nivel del mar hasta los 3.143 metros de altura de la Pica d’Estats, el punto más elevado del territorio catalán.


Pica d'Estats, máxima altitud de Cataluña.


Ladera de solana pirenaica, donde crecen encinas.
Sierra del Montseny.



A grandes pinceladas desde el punto de vista botánico destacan las sierras de Montsant y las montañas de Prades como representantes típicos mediterráneos, bosques caducifolios como los de la Garrotxa entre la vegetación eurosiberiana, y los Pirineos como representantes de la región eurosiberiana y alta montaña. Mención especial merecen montañas como El Montseny, muy próxima al mar y con altitudes por encima de los 2.000 metros, los hayedos de Els Ports -los más meridionales de Cataluña-, o los hayedos de La Albera, los más orientales de la península Ibérica.
Acercarse a conocer la flora de Cataluña permite darse un paseo por las tres regiones biogeográficas presentes en la península Ibérica.
Retama y romero.

jueves, 10 de octubre de 2013

Ordesa en otoño



El valle de Ordesa se vuelve mágico siempre que llega la estación de los colores. Este valle oscense, uno de los cuatro que forman el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, es sin duda uno de los iconos de la naturaleza española, no sólo por su carácter pionero junto a la Montaña de Covadonga en esto de la protección de espacios naturales, sino por ser probablemente (esto es opinión mía) el valle más bello del país. Ordesa fue el segundo parque nacional creado en España en 1918, y lo fue principalmente por la espectacularidad de este valle, al que rindió pleitesía Lucien Briet promoviendo su conservación.




Seguramente buena culpa del amor del francés por este valle pirenaico se forjara en otoño, cuando la gama de colores que van adquiriendo sus laderas hacen que los adjetivos para describirlo sean en vano. Sólo estando allí y caminando entre sus hayas, avellanos, abedules, serbales, arces… es posible comprender la definición colorista de la palabra “Otoño”.


Existen más, pero dos son las formas que os recomiendo para recorrerlo. Para los buenos caminantes y con toda la jornada por delante (aunque siempre se puede hacer noche en el refugio de Góriz), desde la pradera de Ordesa tomar la empinada senda de los Cazadores y recorred la faja de Pelay hasta el circo de Soaso para regresar después por el fondo del valle hasta el punto de partida. Pocas rutas senderistas en España se pueden comparar con ésta.


La segunda opción, apta para todas las formas físicas, es comenzar a caminar valle arriba por la larga pista que va junto al río Arazas. En el límite de cada uno está el decidir el momento para darse la vuelta. Los más animados llegarán hasta las cascadas de las Gradas de Soaso o la Cola de Caballo, por encima ya de bosques multicolores y coníferas. Antes de las Gradas de Soaso, bajo la frondosidad forestal, la senda ofrece mil y un motivos para pararse: miradores, cascadas, panorámicas del valle, etc.



Es una ruta para disfrutar con mayúsculas, para hacer en familia, para apreciar cada detalle del hayedo, del bosque atlántico y, de paso, de pinos y abetos que crecen en el valle de Ordesa. Para acercarse hasta las frías aguas del Arazas y quedarse ensimismado con saltos de agua como el de la cascada de la Cueva, la cascada del Estrecho… no despertéis de este sueño de colores.


jueves, 15 de agosto de 2013

3 Bosques monumentales asturianos


Alcornocal de Boxu
 

Tres son los bosques asturianos que por su singularidad e importancia han sido declarados como Monumento Natural. Uno de robles carballos, otro de sauces y otro de alcornoques. Tres joyas que sobresalen por diversos motivos en medio de un territorio generoso en cuanto a vegetación y con enormes extensiones forestales. Gracias a su posición geográfica, con dominancia de flora eurosiberiana, la propia del continente europeo y características atlánticas, y convivencia, en las partes meridionales de la provincia, con especies de flora continental -más propias de la España central y mediterránea-, cuya orientación geográfica permite la penetración de las características climáticas más xéricas que posibilitan el crecimiento de árboles como encinas, alcornoques o madroños, por citar sólo algunos ejemplos. Entre los bosques atlánticos destacan hayedos, robledales, abedulares, bosques mixtos caducifolios, etc.

 

La variedad de tipos de bosques asturianos es magnífica y entre ellos un trío de lujo copa el podium de los monumentos naturales asturianos en lo que a bosques se refiere. El puesto de cada uno, si quieres, puedes ponerlo tú:

 
 

Carbayera l´Tragamón

Al sur de la ciudad de Gijón, en Cefontes, crece esta carbayera con robles centenarios. La especie dominante es el roble común (Quercus robur) aunque existen otras como el rebollo (Quercus pyrenaica), castaños (Castanea sativa) y en la parte norte de este bosque de 4 hectáreas –dentro del Jardín Botánico Atlántico- también fresnos (Fraxinus excelsior), laureles (Laurus nobilis) y arces (Acer pseudoplatanus).

 

El mayor de los árboles de la Carbayera l´Tragamón es un roble de 16 m. de altura, 5,2 m. de perímetro, 13 m. diámetro de copa. En este bosque podemos encontrar pájaros carpinteros como el pico menor y escarabajos como el ciervo volante.

 


Saucedas de Buelles

Hay un tramo del río Deva, curso fluvial que marca el límite oriental de Asturias con la provincia de Cantabria, que es especial. Un tramo en el que las orillas están tapizadas de un bosque de alisos y sauces de gran importancia. Es el tramo de río entre Panes y el linde con Cantabria hacia el mar, entre las localidades asturianas de El Mazo, Narganes y Buelles (Peñamellera Baja).

 

La N-621 sirve de eje vertebral para acceder a estas riberas donde se pueden encontrar diferentes especies de sauces, los de tipo arbustivo: sarga de hoja estrecha (Salix eleagnos subsp. angustifolia), mimbrera (Salix fragilis), sarga (Salix triandra subsp. discolor) y los de porte arbóreo como el sauce blanco (Salix alba).

 

En las orillas o en las playas de cantos podemos encontrar, entre otros habitantes, a la nutria (Lutra lutra). Destacan las colonias reproductoras avión zapador (Riparia riparia).

 


Alcornocal de Boxu

La representación de las condiciones xéricas que permiten el crecimiento de flora mediterránea tiene un magnífico ejemplo en los alcornoques (Quercus suber) que forman el bosque de Boxu (Allande), en el Occidente asturiano. En una ladera con cierta pendiente, suelos profundos de pizarra negras y orientación de solana crece el mayor alcornocal del Principado. También el mejor conservado.

 

En las cercanías crecen otros bosques de alcornoque, ensalzando aún más la belleza y naturaleza del Paisaje Protegido de las Sierras de Carondio y Valledor. Este monumento natural, creado en el 2002 como las saucedas de Buelles (un año antes que la carbayera l´Tragamón), está incluido en el Lugar de Importancia Comunitaria de los Alcornocales del Navia.

jueves, 1 de agosto de 2013

10 Árboles monumentales asturianos


 
La segunda de las propuestas sobre mi viaje asturiano para conocer los 41 Monumentos Naturales tiene que ver con los árboles. Más concretamente con los 10 árboles catalogados como Monumento Natural en la Red Regional de Espacios Naturales Protegidos de Asturias. Son árboles centenarios, magníficos, de enorme porte y con dimensiones que quitan el hipo. Se da la circunstancia de que todos ellos se concentran en la parte central y, sobre todo, occidental de la provincia. Allí se erigen desde tiempos pretéritos estos gigantes vegetales, ya contemplados por muchas generaciones, testigos mudos de cuanto aconteció y acontece en los bosques o en las aldeas en las que crecen. Seis tejos (Taxus baccata), dos robles comunes (Quercus robur), un roble rebollo (Quercus pyrenaica) y un haya (Fagus sylvatica), componen la privilegiada lista.


Media docena de ellos son tejos. El tejo (texu) es un árbol mitológico, sagrado para astures y celtas. Sus poderes se atribuyen especialmente a la toxicidad del taxol, la baccatina y especialmente la mortal taxina. Fruto de estos rituales, suele aparecer frente a la portada de ermitas o iglesias.


Los robles también eran apreciados por los druidas celtas para sus ceremonias junto al muérdago. Los astures empleaban las bellotas para la obtención de harina con la que confeccionaban pan. También se celebraban bajo sus ramas reuniones de carácter social.

 

Tejo de Salas
1. Tejo de Salas
Crece frente a la iglesia prerrománica de San Martín (monumento nacional), en la localidad de Salas. Sus dimensiones son altura: 15,5 m., perímetro tronco de 6 m. y diámetro copa de 16 metros. Junto a él crece otro tejo de grandes dimensiones.

 

Tejo de Pastur
2. Tejo de Pastur
En el concejo de Illano, en el Parque histórico del Navia, crece este árbol frente al pequeño y aislado santuario de Pastur. Altura de 17,5 m. y perímetro tronco de 4,25 m.

 

Tejo de Santa Coloma
3. Tejo de Santa Coloma
Al pie de la iglesia de Santa Coloma (Allande), con una altura de 14,5 m. y un perímetro de tronco de 6 m. Sólo el acceso y la ubicación de la aldea ya valen la pena.

 

Tejo de Lago
4. Tejo de Lago
A la derecha de la iglesia románica de Santa María, en la aldea de Lago (Allande). Si realizas el Camino Primitivo a Santiago, pasarás junto a él en la sexta etapa. Visto como peregrino, el árbol todavía es más mágico. Diámetro copa: 9 m. con una altura de 16 m. y un perímetro de 5,5 m.

Existe una ruta senderista de 15 kilómetros de longitud llamada Ruta de los Teixos (PR-AS-255) que enlaza los tejos de Lago y Santa Coloma por paisajes realmente bellos del occidente asturiano.

 

Tejo de Santibáñez de la Fuente
5. Tejo de Santibáñez de la Fuente
En el concejo de Aller crece este espectacular pie de tejo frente a la iglesia románica de San Juan de Río Mera, en Santibáñez de la Fuente. Lo que más llama la atención es su altura de 20 metros. Posee además un perímetro de tronco de 3,5 m. y un diámetro de copa de 15 m.

 

Tejo de Bermiego
6. Tejo de Bermiego
Ubicado en una pradera en las inmediaciones de la aldea de Bermiego, en un balcón natural sobre el valle de Quirós. Este tejo sobresale especialmente por su diámetro de tronco, de casi 7 m., y una altura de 13 m. con diámetro de copa de 15 m. Se sitúa frente a la iglesia de Santa María.

 

Rebollu de Bermiego
7. Rebollu de Bermiego
De camino al tejo o texu de Bermiego, unos quinientos metros antes de llegar, pasarás bajo las ramas de este gran roble. Crece cerca de la capilla de San Antonio, también en Bermiego (Quirós). Altura: 9,5 m. Perímetro: 5,9 m. Diámetro copa: 19 m.

 

Fayona de Eiros
8. Fayona de Eiros
Lamentablemente este haya cayó hace unos tres años. No obstante su descomunal porte se puede apreciar en los restos de tronco y ramas que quedan en el lugar donde vivió cientos de años, en la aldea de Eiros (Tineo). Poseía 28 m. de altura, un diámetro de copa de 30 metros y un diámetro normal de 4,5 m.

 

Carbayón de Valentín
9. Carbayón de Valentín
Este enorme carbayu da sombra (literalmente) a toda la capilla de San Pedro, en Valentín (Tineo), muy cerca de Gera. Frente al carbayón existe un banco de madera que invita asentarse e imaginar durante horas lo que sus ramas habrán “contemplado” a través de los siglos. Estás probablemente ante el mayor carbayón de Asturias. Perímetro del tronco: 10,5 m. Diámetro copa 20 m. y altura de 16 m.

 

Carbayón de Lavandera
10. Carbayón de Lavandera
Muy cerca de Gijón, en Lavandera, frente al llagar Trabanco y la iglesia de San Julián, crece este gran roble de 21 m. de altura, 6,7 m de perímetro y 25 m. de copa.

 

Pero en Asturias no sólo hay árboles monumentales, también bosques enteros que son monumentos naturales. En el próximo post os acercaré hasta ellos.

jueves, 9 de mayo de 2013

10 Bosques imprescindibles


Los bosques son uno de los bienes naturales que debemos legar a nuestras próximas generaciones. Como tal hay que luchar porque así sea. Me encantaría que mi hijo conociera esta selección que de bosques que hoy muestro, al menos, tal y como están conservados ahora. He querido dedicar esta entrada a aquellos espacios forestales que más me han cautivado, por diversas razones, a lo largo y ancho de mis paseos por el mundo. Hay muchos más, claro está, pero he tratado de seleccionar  diferentes comunidades vegetales, con características distintas y en diferentes parámetros de biodiversidad. Los que figuran en esta lista están de una u otra manera reconocidos a nivel internacional por su importancia; todos dentro de parques nacionales y declarados Patrimonio de la Humanidad como Bien Natural por la UNESCO. Que sigan siendo eso, patrimonio de toda la humanidad durante muchas generaciones… Como siempre, no se trata de un ranking sino que su ordenación responde únicamente al orden alfabético. Espero os gusten.

 

Amazonas (Brasil, Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia y las Guayanas)
Joya entre las joyas. El bosque del Amazonas, entendido como una gran cuenca, es no sólo el mayor bosque del planeta sino que encierra los más altos patrones de biodiversidad terrestre. Esta selva tropical se extiende a lo largo de 6 millones de kilómetros cuadrados que contienen el 20% de las especies de flora y fauna del mundo.
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Bialowieza (Polonia)
El último bosque virgen de Europa es también el más extenso en el centro del Viejo Continente. Esta gran mancha verde dominada por coníferas y también frondosas se extiende por el este de Polonia y oeste de Bielorrusia. Además del patrimonio vegetal, alberga la última población de bisontes europeos. La pena es que todavía existan vallas que impidan el libre movimiento de la fauna por sus más de 10.500 hectáreas.

 

 
Bwindi (Uganda)
El célebre Bosque Impenetrable alberga la mayor población de gorilas de montaña y es un paraíso ornitológico. Se trata de un bosque tropical húmedo en el que crecen infinidad de especies de orquídeas y vuelas un buen número de mariposas. El bosque de Bwindi, en la región montañosa de Uganda, es además hogar de más de una decena de primates, entre ellos los chimpancés, colobos o monos dorados. Bwindi significa oscuridad, así que os podéis hacer una idea de la frondosidad de este ecosistema africano, uno de los más interesantes del continente.
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Chitwan (Nepal)
En el país con mayor diferencia altitudinal del planeta, desde los 200 metros sobre el nivel del mar hasta los 8.850 metros del techo del mundo, me quedo en sus tierras más bajas, que están dominadas por una selva húmeda en la que habitan tigres y rinocerontes de un cuerno para mostraros un entorno forestal envidiable. La mejor forma de recorrerlo es a lomos de un elefante asiático. Dicen que aquí se inspiró R. Kipling para escribir el Libro de la Selva. No es para menos.
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Garajonay (España)
La laurisilva es un bosque relicto, un tipo de bosque que hace mucho tiempo (Terciario) se extendía por la cuenca Mediterránea y que hoy está fragmentado en manchas que crecen en algunas islas de la región Macaronésica, en los archipiélagos de Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde. La laurisilva canaria crece algunos puntos de La Palma, La Gomera, El Hierro y Tenerife. El bosque más extenso y mejor conservado de laurisilva canaria es el que forma el corazón del parque nacional de Garajonay (La Gomera). Infinidad de endemismos en esta selva de laureles, desde un buen número de vegetales hasta las palomas de laurisilva (rabiche y turqué).
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Jiuzhaigou (China)
Cuando estuve en este parque nacional chino, el escenario de bosques, montañas, cascadas y lagos más impresionante de cuantos conozco, me llamó rápidamente la atención una zona indicada en el mapa como “The virgin forest”. Corresponde al extremo del valle de Rize y se mantiene prístino, tal y como era. Una pasarela permite recorrer una ínfima porción de este bosque de coníferas de alta montaña.
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Mai (Seychelles)
Lo sorprendente del bosque que crece en el valle de Mai es que se trata de palmeras de la especie Coco de mer. Lo de las palmeras no es raro, pues es la vegetación característica de zonas bajas en islas tropicales, lo curioso es el fruto de esas palmas. Los gigantescos cocos (el femenino llega a pesar más de 25 kilos) y sobre todo la erótica morfología del que se ha convertido en el símbolo de este país del Índico.
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Onelli (Argentina)
De este bosque andino patagónico me encantó todo, especialmente en otoño. Crece en la bahía de Onelli, al pie del Lago Argentino. En este mundo de glaciares el bosque de Onelli puede recorrerse entre el muelle en el que atraca el barco que realiza la travesía por el lago y la laguna de Onelli. Es un trayecto corto, pero resulta absolutamente mágico. Lengas, ñiras, notros, calafates… especies que tiñen de color esta mancha caducifolia del parque nacional Los Glaciares en la Patagonia argentina.
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Oulanka (Finlandia)
En esta selección de mis bosques predilectos no podía faltar una representación de taiga, que forma parte de los ecosistemas árticos. Taiga es un término siberiano que significa “bosque entre lagos”, nada mejor para definir lo que ofrece este parque nacional finlandés de casi 300 kilómetros cuadrados, junto al Círculo Polar Ártico, que se continúa por tierra rusa con el nombre de Paanajarvi. Un vasto mar de coníferas que forman una de las mejores representaciones del bosque boreal.
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Tsitsikama (Sudáfrica)
Es el verdadero pulmón de la Ruta Jardín sudafricana. En origen era uno de los tres parques nacionales situados a lo largo del tramo costero entre Mossel Bay y la desembocadura del río Storm, en la provincia del Cabo, que se recorrían a través de la principal ruta turística del extremo de África. Hoy todo el territorio se engloba dentro del parque nacional de la Ruta Jardín (Garden Route). Se trata de la mayor y mejor representación de bosque afrotemplado. Destacan los podocarpos de Outeniqua, olivo del Cabo, ocoteas y helechos arborescentes. No os perdáis un paseo alrededor del Big Tree de Titsikama.