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lunes, 24 de octubre de 2011

La Garganta de Samaria

Parque nacional Montañas Blancas o Samaria
Samaria cuenta con 50 picos por ecnima de 2.000 m. altitud.

Si me hubieran traído con los ojos vendados hasta el mirador de Kyloskalo, y al quitarme la venda me preguntaran dónde estoy, evocando algún paisaje familiar la respuesta sería: Pirineos.

Si la venda me la hubieran quitado durante el acceso en coche hubiera dicho la Sierra del Cadí o Picos de Europa, y es que la subida desde Laki hasta la meseta de Omalos recuerda a la subida a los Lagos de Covadonga sólo que al llegar arriba, en lugar de lagos encuentro una meseta rodeada de montañas y sin manchas lacustres. Desde Omalos (a 36 kilómetros de Chania), el pueblo de entrada a la Garganta de Samaria, una breve carretera conduce hasta el mirador de Kyloskalo, un auténtico balcón natural. Fin del asfalto e inicio de una de las rutas de montaña más impresionantes de cuantas se pueden realizar en Europa. No estoy en la Península Ibérica, ni en las montañas pirenaicas, estoy en una isla del Mediterráneo y rodeado de picos de 2.500 metros de altitud, las Montañas Blancas de Creta (Grecia). Solo Córcega (Francia) recuerda paisajes similares. El parque nacional de las Montañas Blancas o de Samaria es el único parque nacional de la mayor de las islas Griegas. Es territorio abrupto, calcáreo, de valles profundos y escarpados donde viven los dos animales más emblemáticos de la isla: el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), el más bello de los buitres europeos, y el agrimini o kri-kri (Capra aegagrus cretica), una especie endémica de cabra montés que cuenta con sus últimas poblaciones en este espacio natural protegido y en la isla de Dia, situada a escasa distancia de la costa de Heraklion, la capital de Creta.

Quebrantahuesos en el cielo de Samaria.
En compañía de uno de los guardas del parque en busca del kri kri.


Presumen en la isla de poseer la garganta más profunda y larga de Europa. No se si es la mayor pero sin duda si una de las más impresionantes. En cualquier caso sorprendente, entre más de 50 montañas que superan los 2.000 metros y espectaculares moles calizas horadadas por los procesos kársticos, con hoquedades, grutas, fisuras, canales y escarpes que quitan el hipo. En este mundo vertical se mueve a sus anchas el kri-kri, esquivo al ser humano por el acoso cinegético que históricamente ha pesado sobre la especie. Apostado en el mirador, los guardas del parque amablemente me muestran el primer ejemplar, una hembra que pasta tranquila en la ladera de enfrente sólo localizable a golpe de prismático. La escena la contempla desde el aire una pareja de quebrantahuesos que ciclea aprovechando una térmica sobre el calor que desprende la roca, la misma roca que utiliza como rompedero de huesos en su ritual alimenticio.

Mirador de Kyloskalo, balcón natural sobre la garganta de Samaria.


La Garganta de Samaria es el principal atractivo natural de Creta. La excursión se puede contratar en cualquier agencia de viajes de la isla y se realiza a diario entre 1 mayo y 15 octubre. Fuera de esta época el acceso a la garganta permanece cerrado. ¿Por qué? por lo angosto del terreno por el que se abre paso el único sendero que la recorre. La garganta llega a alcanzar apenas 3 metros entre una pared y otra, imposible de vadear con el río crecido. Se trata de una senda de 16 kilómetros (5,30 h. -7 h.) que salva un desnivel de casi 1.300 metros (la mayor parte en el primer tercio del recorrido), y baja entre escalones de piedra y barandillas de madera hasta el terreno más horizontal permitiendo recorrer el pico por su base hasta salir al mar. No hay camino de regreso, lo mejor es salir por barco desde la Playa de Agia Roumeli (fin de la ruta) hasta Hora Sfakion o Sougia.

El sendero se encuentra perfectamente acondicionado y con áreas de descanso.
Canales desde el pico Volakias.
Ciprés de Creta. Samaria es, sobre todo, un paraíso botánico.

El Mirador de Kyloskalo es el mejor enclave –y de más rápido acceso- desde el que observar el vuelo del quebrantahuesos e identificar algún kri kri o agrimini moviéndose entre los canales y canchales que se descuelgan a la derecha desde el pico Gingilos (2.080 m.) y los existentes entre el Gingilos y el Volakias (2.116 m.)

La garganta de Samaria es hogar del quebrantahuesos y el kri kri y conforma un paisaje espléndido pero sobre todo es, como toda Grecia, un paraíso botánico con los más altos parámetros de biodiversidad europea. En la garganta buena parte de las plantas son endemismos. Destacan las orquídeas. Entre los árboles encontramos arces, coscojas, espinos albares, pero especialmente el Zelkova abelicea, el pino de roca (Pinus brutia) y el ciprés de Creta (Cupressus sempervirens). La garganta de Samaria crecen más de 400 especies de plantas (el 25% de ellas endémicas). El 10% de los endemismos de Creta viven en el parque nacional de Samaria.
Inicio de la bajada a la garganta.


Entre las flores destacan Bupleurum kakiskalae y Cephalanthera cucullata que cuentan con microrreserva en Samaria para protegerlas como especies europeas de protección prioritaria. Otras interesantes son Tulipa bakeri, Arum idaeum, Dahne oleoides, Chionodoxa nana, Lamium garganicum, Origanum microphyllum, Centaurea idaea, Satureja alpina, Onobrychis sphaciotica, Delphinium staphisagria, etc.

martes, 18 de octubre de 2011

Elafonisi, plantas costeras de Creta

Androcymbium rechingeri, principal valor de la microreserva


Elafonisi rivaliza en belleza con la playa de Balos, al norte de la península de Gramvousa en el particular pulso que ambas mantienen por ser la playa más espectacular no sólo de Creta sino de toda Grecia y probablemente del Mediterráneo oriental. Este rincón de aguas cristalinas, desde el verde esmeralda al azul, poco profundas, que bañan playas de arena blanca y tonos rosados es lo más parecido a un arrecife coralino.


Vegetación de dunas y cercados para proteger especies.

Además de este paradisiaco rincón mediterráneo, Elafonisi es, sobre todo, una microreserva especial para la flora y fauna del litoral occidental de Creta. Especialmente para la especie Androcymbium rechingeri, endemismo floral local. Sólo crece en esta zona de la mayor de las islas Griegas. Para proteger esta planta considerada especie prioritaria para su conservación por parte de la UE, se creó en 2006 este espacio natural protegido.



Elafonisi es una pequeña península arenosa de aguas someras y una isla homónima en la que, a juzgar por la etimología, antaño vivían ciervos. Varias playas forman este solicitado enclave de sol y playa, a pesar de que las fotos se tomaron un día no especialmente soleado...

Planta bulbosa perenne de floración invernal.


Entre las arenas y dunas crece la bonita flor bulbosa perenne que se puede observar de cerca en varios puntos. Varias zonas acordonadas protegen la flora local y crean pasillos que comunican las zonas de playa con el istmo de arena que enlaza costa e isla. Se puede llegar caminando con el agua por el tobillo en esta piscina natural. Crecen también algarrobos y cipreses cretenses, etc.


Limícolas en las arenas de Elafonisi.

En Elafonisi habitan también un buen número de aves marinas y limícolas, además de ser parada habitual de aves en paso migratorio hacia África; pero si queréis ver pájaros, durante el acceso hasta las arenas de Elafonisi (por Elos) se atraviesan las montañas que crecen a su espalda. Se llaman. Superan los 1.000 metros de altitud (Tsounara) y son un enclave famoso por el vuelo de rapaces en torno al pico Agios Dikeos (desde Tzitzifia) como el águila real, el águila de Bonelli, águila imperial, el buitre leonado, el cernícalo d epatas rojas, el busardo europeo o el aguilucho lagunero. Un poco más arriba, tras estos montes, se encuentra el parque nacional de las Montañas Blancas, donde la estrella es el quebrantahuesos… en el próximo post os cuento dónde observarlo.