Mucho tiempo ha pasado desde que dejé mis últimas palabras por el mundo magnífico de la blogosfera anunciando mi ansiada liberación. Pero si hasta entonces pisar la calle era una situación más que esporádica, estos días-semanas mi casa se ha fusionado con el más estricto significado de la palabra "dormitorio".
Tendría mucho que contar, pero me faltan las horas. Creo, que al fin y al cabo, el descanso lo necesitábamos todos, y es que hasta estos días en los que me encuentro con sonido del mar de fondo, no he sentido que haya descansado. Acabar tarde y empalmar una cosa con otro puede llegar a agotar a cualquiera, y la carga de las Duracell durante el verano debe ser imprescindible.
Pisé la tierra de Wagner, Einsten o Schumacher, aunque centrándonos en toda la historia que contempla su magnífica capital y alrededores. Días en los que uno se impregna de aquello que hace cuatro días aterrorizó al mundo, aquello de lo que aún quedan gotitas de desesperación. Pero también uno conoce la cultura, la forma de ser, de vivir, los sistemas políticos e incluso los horarios de cierre de los centros comerciales de otro país. Y es que ya dicen que "viajar es pararse al borde de un mundo y ahí ver más al siguiente".
Mientras tanto hemos aprendido en las prácticas voluntarias de verano durante un año más. Sintiéndonos parte de una familia ya conocida y disfrutando de aquello que las prácticas durante el curso te privan, la comunicación, libertad, aprendizaje continuo. Siempre agradecimiento.
Y ahora me encuentro en la playa, al relax de las olas, de los libros y el ambiente costeño. Dispuesto a volver, a seguir, en algún momento, más tarde o más temprano, con la otra parte de mí. Espero que me perdonéis, y más cuando se acerca el segundo cumpleblog, al que espero una vez más que aceptéis mi invitación. Sois siempre bienvenidos, aunque antes deba ponerme al día con los acontecimientos de vuestra vida.
Nos vemos pronto. Mientras tanto, FELIZ VERANO.
| Mis deberes de verano (que no sé por qué no deja darle la vuelta xD) |