Podemos hablar de cirugías curativas o de cirugías de salvación (intentamos mejorar la calidad de vida de un paciente con malísimo pronóstico). Si queréis, hasta de cirugía reparadora. Todo ello lleva un complejo y laborioso camino que intenta saltear cualquier obstáculo. Estoy seguro que habéis vivido grandes temores mientras operaban a un amigo, un familiar, y os habéis alegrado o derrumbado ante la llamada del médico. Esto mismo se palpa en el ambiente de esas frías (sólo en temperatura, os lo puedo asegurar) y estériles habitaciones cuadradas. Cada operación puede ser un milagro; pero hoy os voy a hablar de un milagro bastante especial.
Actualmente estoy rotando por las prácticas de ORL y aunque podría añadirlo en los próximos resúmenes que haré de los rotatorios, me gustaría dedicarle una entrada.
Los factores de riesgo de la hipoacusia son muchos (antecedentes familiares, infecciones gestacioinales, prematuridad, drogas ototóxicas, necesidad de UCI neonatal y un largo etcétera), pero sin embargo entre un 60-80% son de causa idiopática, es decir, desconocida.
Como todo el mundo sabe, cuanto más precoz sea el diagnóstico de una enfermedad, mejor va a ser el pronóstico porque vas a tratarlo mucho antes. Sobre todo si hablamos de una enfermedad como esta. Un bebé que nace sordo no solo nunca oirá, sino que nunca desarrollará un lenguaje con el que expresarse porque nunca ha oído cómo es; será sordomudo. Sin embargo, y a modo de curiosidad (el final me ha quedado bonito y quería meterlo por algún lado), desarrollará intensamente los demás sentidos. Un sentido se desarrolla con el uso (de ahi que un niño tratado tardíamente quizás nunca aprendiense a hablar). Las neuronas necesitan actividad. Si no tienen, se atrofian. O eso se pensaba, aunque según investigaciones recientes las neuronas cambian su función hacia otro sentido más usado, preferentemente la vista. De ahí que personas con carencia de un sentido tengan mayor desarrollo del resto.
Gracias a las últimas tecnologías y la implantación de proyectos de Prevención y Atención Temprana, al menos en nuestra Comunidad, se cuenta con un plan de actuación de screening de esta enfermedad que comenzará antes de que el bebé se de de alta del Servicio de Neonatología o Maternidad. El pediatra aparte de realizar las exploraciones sitemáticas abrirá una ficha con un Conjunto Mínimo de Datos donde se consignarán los factores de riesgo y se realizará una exploración específica, denominada OEA (otoemisiones acústicas evocadas). A partir de ahi y en el caso de que haya ausencia de OEA se desarrollará un protocolo que no voy a citar aquí con el fin de que en CCAA con un plan de actuación se diagnostiquen casos de hipoacusia a los dos meses y medio de media mientras que en las demás el diagnóstico se realice a los 3-6 meses como pronto. Esta prontitud permite que el bebé pueda ser tratado precozmente (estimulación temprana, adaptación protésica e implantación coclear), evitando las secuelas del desarrollo del niño sin estímulo auditivo
Una vez introducidos en materia, os contaré la historia de un rubito de un añito que se encontraba echado en la camilla de quirófano, ocupando menos de la mitad. Calentito sobre su manta especial, con un minipulsi en el dedito y colocándole las enfermeras el manguito de la tensión arterial. Esa fue la imagen que nos encontramos al entrar por las puertas de quirófano. Sabíamos a lo que veníamos y no dudamos un segundo en querer hacerlo. Él, esa cosita que nos miraba con cariño, con una tranquilidad increíble mientras se dejaba hacer de todo, era sordo. No nos oía, sólo aprendía mirando.
Se le realizó un implante coclear. Ahora, los sonidos captados por un microfonito en la oreja tendrían un modo y luegar donde codificarse. Esta cirugía se realiza a través de la mastoides, hueso cubierto por dentro de epitelio respiratorio que permite por ejemplo dar resonancia a tu voz. Le cambiará el llanto, seguro. Pero creo que los padres ni lo notarán cuando se den cuenta de que puede oir su canto e incluso algún día, decir papá y mamá. Y aunque oiga sólo por un oído, sabrá decir cuál es su nombre.
Cuando nos explicaron este tema en clase, nuestro profesor dijo:
"Llevamos 400 implantes cocleares realizados.
Pero no son 400 cirugías sino 400 milagros"
Pero no son 400 cirugías sino 400 milagros"
Y el pequeño Ignacio ha sido el protagonista de uno de ellos.