Diciembre 2015
"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li- ta : la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita" Este es un comienzo tan sugerente como pueda serlo un comienzo de novela; un comienzo musical, pictórico y de un estilismo literario que me hace imaginar al autor depurando la frase durante horas hasta sacarla al papel limpia de todo aditamento no imprescindible. Uno de esos comienzos en los que no hay una coma de más ni de menos. Todo el mundo conoce la historia, si no del libro, al menos de la excelente película que Stanley Kubrick realizó en 1962, apenas siete años después de publicada la novela en París e...