En busca de tu calor, camina hacia tu lado de la cama. No estás. Nada arde.
No sé si te has ido, si alguna vez exististe o si mi mano torpe ya no te encuentra.
¿Recuerdas, aquella vez, cuando te dije que algún día nos volveríamos a encontrar?
« el día que te hablé »
El día que te hablé era viernes, el día que te hablé era febrero, el día que te hablé era joven, muy joven, casi una niña. Me acuerdo perfectamente el día en que te hablé. ¿Te acuerdas tú?
Eran nuestros primeros contactos con este extraño y nuevo mundo; “internet”. Hablábamos de nuestras cosas, mientras en nuestras casas, de la televisión salía una conocida y alegre música, la del Carnaval. Desde ese día, cada vez que llega febrero tengo dos motivos por los que sonreír; porque huele a carnaval y porque tengo un gran amigo con el que brindar.
Ha pasado tanto tiempo desde el día que en que te hablé, hemos vivido tantas cosas juntos desde ese día, tantas, que podríamos escribir un libro, porque desde ese día que me hablaste y te hablé, no nos hemos separado ni dejado de querer.
N.O.G.