Mi corazón
presintiendo
con terquedad
al tuyo.
Yo,
como una estúpida,
tratando de convercerlo
para que no arda...
inútilmente.
Él insiste.
Me confunde.
Entonces...
es cuando espero
tu mirada.
La ansían mis ojos...
La provoco,
y hasta le dedico mis plegarias...
Para finalmente,
renunciar(te).
(?)