Había una vez un niña muy risueña y cariñosa que venía a visitarnos cada día a la oficina después de salir del colegio. Pasó un tiempo y esa niña fue creciendo y creciendo hasta convertirse en una gran jovenzuela que, a pesar de entrar en una edad más despegada del afecto familiar y más independiente seguía viniendo cada día a visitarnos y a regalarnos una sonrisa.
Además de sonrisas también nos regala cada día alguna historia de su juventud y sus aficiones. Nos cuenta el libro que se acaba de terminar, el que desea comprar, el que se está leyendo a la vez que el que terminó... Nos habla de sus primos, de sus amigas... Nos enseña sus buenísimos y emocionantes dibujos. Nos lee sus pequeños relatos. Nos anima a escuchar las canciones que toca en el piano.
Nos habla de sus sueños. De sus autores favoritos. Nos habla de sus viajes, de sus inquietudes. De dudas propias de su edad.
Nos habla de su familia. De lo que le gusta salir con su tía a tomar algunas tapas. De lo que le gusta jugar con su pequeña prima.
Comparte con nosotras sus preocupaciones del cole. Y también sus alegrías cuando tiene alguna buenísima nota.
Nos cuenta cómo le han ido los partidos y los entrenamientos de volley. Nos habla sobre sus canciones favoritas y cómo le gusta escucharlas durante horas y horas.
Nos habla de lo que le gusta ir a visitar a sus abuelos. De lo que disfruta cuando su abuelo la lleva a su librería preferida de Cádiz.
Nos habla sobre sus sueños en los estudios. Nos habla sobre su sueño. Y ese sueño está a punto de hacerse realidad.
Y es que la pequeña gran Julia el año que viene se nos va a Estados Unidos a estudiar. Ahora su madre diría "se va si las notas son buenas". Se va, porque estoy segura de que Julia va a conseguir ese mínimo de notas que le exigen los colegios americanos para poder estudiar allí, se va a esforzar mucho y podrá conseguir su sueño.
El papeleo, como es obvio, ya ha comenzado porque hay mucho que hacer. Uno de ellos era mandar #palabrastextuales un mini álbum de entre 6 y 10 fotos. En cuanto su madre (y mi compañera) leyó ese requisito saltó la scrapera de mi interior y dije "eso te lo hago yo". Y aquí está. Aquí os lo muestro.
El mini está hecho con un único papel, que le viene como anillo al dedo porque son estados de Estados Unidos. Para protegerlo le hice a juego una cajita (gracias Ana y Laura), que adorné con otro papel con países del mundo.
Los adornos son unos chipboard gentileza de Violeta y también unos restos del kit de agosto de kds.
En cuanto Julia lo vio dijo: "mamá yo esto no se lo quiero mandar a la coordinadora, me lo quiero quedar para mí". Y yo, como podréis imaginar, me quedé más ancha que larga con esa frase.
Así que Julia se lo queda para ella de recuerdo. En él aparecen sus padres, sus primos, sus abuelos, sus tíos, sus amigas, su familia, las personas importantes para ella, así que será un buen recuerdo que cruzará el charco con ella. Espero que le dé fuerzas y que le haga compañía cuando lo abra estando tan lejos de casa.
Te echaremos de menos querida Julia.
Besos mil.
#cuchi