Tierno y delicado como un bebé

Cria de ciervo.

Naturaleza salvaje.

Salvaje, libre y puro como el aire que respira.

Palpita la vida

Cría de ciervo común esperando convenientemente camuflada a que regrese su madre para darla de mamar.

Quizás este fin de semana pasado, no hubiera  tenido nada de extraordinario, anímica, emocional  y fotográficamente hablando, si la casualidad no hubiera puesto en mi camino en los montes de Granadilla (Cáceres) a esta simpática criatura, que sin duda al verme experimentó exactamente todo lo contrario que yo al reparar en ella. Pese a hacerla varias fotografías con tres objetivos diferentes y otras tantas cámaras, he de confesar  que lo hice con la máxima diligencia posible, sin mover ni una sola brizna del decorado original y en todo momento inquieto por si mi presencia en aquel lugar, pudiera llamar la atención de algún otro oculto observador, humano o no, peor intencionado que yo. Por otro lado no dejaba de preguntarme a que extraño mecanismo obedecía el indefenso y tierno animal, para permanecer completamente inmóvil, casi sin pestañear,  ante mí agitada presencia, que pese a intentar dulcificar hasta el último de mis movimientos, no dejaba de ser una potencial amenaza para el pobre animal. Pronto caí en la cuenta de que muy posiblemente la madre me estuviera observando no muy lejos de allí, esperando que me alejara de su desvalida descendiente lo antes posible, cosa que no tardé en hacer, aunque pasadas aproximadamente cuatro horas regresé por el mismo lugar para cerciorarme de que esta ya la hubiera puesto a buen recaudo en algún otro lugar más seguro e inaccesible a la vista.

!Que tiempo¡.

Menudo aguacero.

Montes de Granadilla. Extremadura.

Nikon D4, 200-400. f4

La otra cara de la moneda

El celo de los ciervos.

De hace casi dos meses son también estas imágenes que hablan por si solas de las consecuencias del frenesí reproductivo del que son victimas estos bellos y poderosos animales en época de apareamientos, que no dudan en entregarse hasta el agotamiento mas absoluto a sus pendencieros y espectaculares amoríos. No es de extrañar, que varios días sin apenas comer, la tensión constante de mantener libre de rivales y potenciales competidores sus dominios y el desmesurado celo por cubrir el máximo de hembras posible en tan reducido periodo de tiempo, les acabe por consumir hasta el último soplo de energía. 

Nikon D4. 600mm. TC17

Savia nueva para nuestros agostados montes.

Jóvenes cervatillos de este año.

Buscando la sombra.

Entre encinas, sombras y berridos.

Crónica de un dia de "BERREA" (Septiembre 2011)

Muy temprano este joven ciervo toma posesión de un pequeño territorio en el que pastan despreocupadas unas pocas ciervas junto a sus jóvenes retoños de este año.

Pero los competidores de mayor tamaño y fortaleza física, no tardan en hacer acto de presencia dispuestos a disputarle las hembras con objeto de transmitir y perpetuar su herencia genética, enfrentándose en incruentos duelos, que en ocasiones se dirimen en persecuciones mas o menos ritualizadas.

Como suele ser natural y lógico, el mas fuerte derroca y expulsa al mas débil. Haciéndose dueño del lugar y ganandose el derecho a cubrir al mayor número de hembras.

Consciente de ello, no se corta el vencedor en clamarlo a los cuatro vientos, dando lugar a lo que se ha dado en llamar "la berrea", que acontece todos los años sobre estas fechas.

Una vez dejado bien claro sus intencienes, nuestro aguerrido gladiador no dejará ni un solo momento de hacer patente su sonora y conspícua presencia.

Todo este alarde no tiene otro objeto que la perpetuación de la especie con los que genéticamente estén mejor dotados. Por lo que en mucho tiempo todo su interés y esfuerzo estará centrado en cubrir al mayor número de hembras.

Gracias a su finísima y extraordinaria sensibilidad, este fornido macho es capaz de percibir y determinar analizando el aire cual de las hembras se encuentra en estado de mayor receptividad sexual.

Y salvo escasísimas excepciones en que es rechazado, no se suele equivocar.

Suele ser frecuente, cuando percibe la presencia olfativa o visual de otro macho, que se arranque en una impresionante e intimidatoria carrera, sin duda con el ánimo de amedrentarlo, cosa que habitualmente consigue, provocando la inmediata huida del asustado animal, sin que tengan necesariamente que llegar al enfrentamiento físico.

Una vez alejado el peligro, vuelve a sus tareas reproductivas, generalmente sin perder tiempo ni para comer o descansar.

Pero no ha resuelto una pequeña batalla, que ya se ve implicado en otra. Viéndose continuamente obligado a dividir sus fuerzas, y demostrando una vez más que es el mejor dotado para transmitir y perpetuar su herencia genética.

No tarda el intruso en comprender quien domina en aquel lugar, y todo se rasuelve con un pequeño forcejeo y una honrosa huida.

Aunque un poco exhausto, no ceja en su empeño de dejar bien claro de quien manda en el fortín que se ha apropiado y defiende tan eficaz y honorablemente.

Insiste una y otra vez en proclamar su presencia. Quiere su poderosa voz, tal vez servir de advertencia para unos, y de invitación y reclamo para otras. Pero sea cual fuere su verdadero propósito, lo cierto es que llena el espacio con una intensidad, que a nadie deja indiferente.

En un instante de absoluta calma, algo nuevo e inesperado alerta sus finísimos sentidos, hasta ahora comprometidos por completo en la ciega, sagrada e inmutable apuesta por perpetuar y mejorar la especie. Y dirige su atención hacia el vacío, que no casualmente ocupo yo, dentro de un informe amasijo de ramas, que no logran amortiguar el escandaloso sonido del obturador, aunque sí, disimular mi presencia.

Se aproxima, y se me paraliza el Alma, pero mientras busca, con la mirada dirigida hacia otro lugar, no puedo evitar disparar una vez más, y tragar saliva, y cruzar los dedos, y que se yo?.

Pero el tiempo apremia y pronto todo vuelve a la normalidad. La normalidad que se puede esperar. No olvidemos que estamos viviendo la berrea desde dentro, desde su más absoluta e impactante intimidad.

Y precisamente esa intimidad que con tanta frecuencia escapa a la atenta mirada del abnegado y paciente observador naturalista, tan ávido de imágenes que reflejen con autenticidad y dinamismo la interesante vida natural, es la que buscamos y nos ofrecen con generosidad, estos bellos y espectaculares animales.

Llega un momento en que se hace necesario intentar incrementar el número de hembras y se ve obligado a explorar territorios próximos.

Llegado este momento, empieza a realizar pequeñas escapadas a zonas colindantes, sin por ello descuidar o perder de vista su pequeño feudo afianzado y cohesionado con tanto esfuerzo.

Aunque tras las breves ausencias, siempre vuelve liderando su pequeño grupo de hembras, que pese a lo que se podría pensar, son totalmente libres de permanecer en el lugar, o abandonarlo en el momento que las apetezca.

Patrulla inquieto por el pequeño encinar, afectado quizás por el desden que al de tiempo empiezan a manifestarle sus compañeras, cansadas sin duda del continuo acoso sexual al que son sometidas por su celoso e incansable compañero.

Nuevamente es atraído por el sonido de la cámara fotográfica, y nuevamente cual si de un reptil se tratara aletargo todo mi metabolismo, al extremo que si fuera posible detener el pensamiento, lo haría, por si pudiera su descontrolada actividad emitir algún ruido.

 

Permanece atento a cuantas oportunidades se le puedan presentar, y a la mínima que acierte a aproximársele un grupito de nuevas ciervas, no duda en acercarse a ellas con objeto de entablar relaciones serias, aunque eso sí, no creo yo que muy estables y duraderas.

NIKON D3. AF-S NIKKOR 500 f/4D IF-ED + TC14.

 RAW-NEF ISO-800 1:350 a 1200s a f 5,6

HIDE, TRIPODE Y CABEZA FLUIDA SACHTLER.

Tan cerca de mi.

Cervatillo con su madre.

NIKON D3
AF-S NIKKOR 500 f/4D IF-ED RAW-NEF ISO-800 1:800s a f 9

HIDE, TRIPODE Y CABEZA FLUIDA GITZO

Armándose para el Otoño.

Ciervo común (Cervus elaphus).

NIKON D3. AF-S NIKKOR 500 f/4D IF-ED + TC14.
 RAW-NEF ISO-400 1:160s a f 5,6
HIDE, TRIPODE Y CABEZA FLUIDA GITZO

Fortaleza, vigor y libertad.

Ciervo común (Cervus elaphus)

Bien avenidos.

Ciervo común (Cervus elaphus) y rabilargo (Cyanopica cyanus). En perfecta armonía.

Un spa natural

Ciervo común (Cervus elaphus)

Afortunadamente no es víctima de un disparo como se podría llegar a temer o pensar, a juzgar por su postura yacente y aparentemente convulsa, sino de los parásitos que asedian, y les traen mártir a estos bellos ungulados, por lo que cuando encuentran un revolcadero, de tierra o barro, no dudan en utilizarlo durante largo tiempo con claras muestras de alivio y satisfacción. Estos revolcaderos o bañeras frecuentemente son utilizados indistintamente por ciervos, jabalíes, e incluso corzos allá donde sus áreas de distribución coinciden o se solapan.

Yo y mi séquito.

Hembra de ciervo común (Cervus elaphus)

Que triste y solitaria seria la existencia sin la afable compañía de estas pequeñas y gráciles criaturillas aladas que revolotean a mi rededor y  no me dejan ni a sol ni a sombra. Si supieran que ganas tengo que llegue el invierno para librarme de ellas.

Ciervo común (Cervus elaphus)

En el mes de septiembre, cuando los intensos calores del estío van cediendo su lugar, al refrescante ambiente que nos traen las primeras lluvias otoñales. En las altas soledades de los Cotos de Abadía. En los charcos ganaderos mas apartados y escondidos, apagan su sed los enfebrecidos machos de venado, que ocupados en ser los mas fuetes y mejor dotados de la berrea, agotan asta la última de sus energías en el cíclico e inquebrantable proceso reproductivo.

                                                                                             

Mis queridos amigos Johnni y José Luís, me vais a permitir que conteste a vuestras cariñosas palabras de “bienvenida” desde aquí, aunque luego lo haga de forma mas personalizada, a cada uno en vuestros respectivos “blogs”, y ojala que también, no tardando mucho, en persona.

Como ya habréis podido deducir, soy totalmente nuevo en este maravilloso y pujante mundo de las redes sociales, y no conozco su protocolo en profundidad, por lo que sin duda apreciareis muchas deficiencias de forma y de fondo, que espero sepáis disculpar y que me ayudéis a subsanar.

Soy yo quien os está enormemente agradecido por permitirme actuar de embajador del maravilloso legado natural que habéis tenido la fortuna de heredar. Oficialmente, cuando en el 2008, con motivo de la Expo de Zaragoza, me invitasteis a que os acompañara al pabellón de Extremadura en representación de la mancomunidad de Trasierra Tierras de Granadilla, en calidad de fotógrafo naturalista, junto a  su presidente el Sr. Miguel Angel Paniagua; a mi buen amigo y extraordinario pintor Juan Luís Campos, y al no menos extraordinario investigador, historiador y escritor, Sebastián. Y extraoficialmente, siempre que encuentro a alguien  dispuesto a escucharme, y tengo ocasión de describir en profundidad la enorme riqueza natural con la que aún cuenta toda la basta geografía extremeña .

Comentaros también que la luz de las fotografías, no es producto de Photoshop. Que más quisiera esta extraordinaria herramienta que poderse atribuir el mérito. La luz es “regalo de Extremadura” o como diría nuestro querido y admirado decano de la Naturaleza Joaquín Araujo “…es contagio por vivir en Extremadura”.

Añadir también, que pronto se hará más evidente y adquirirá mayor coherencia, el doble sentido del título del blog, mostrando su vertiente mas humana y profunda. Ya que a fin de cuentas el ser humano, "el hombre" sintetiza en si mismo todos los reinos de la Naturaleza. Y hay es precisamente donde quiero llegar.

Madre solícita, paciente y abnegada.

Nunca me han defraudado los ciervos; no importa cuanto haya tenido que esperarles, ni bajo qué condiciones.  Aunque lo auténticamente cierto es que ningún animal lo a hecho. En todo caso, en aquellas circunstancias en que después de muchas horas, e incluso días de paciente espera;  después de incontables y muy estudiados preparativos, y después de haber soportado todo tipo de incomodidades y muy penosas condiciones meteorológicas, alguno no ha acudido a la cita. Pero esto es algo que, aunque relativamente frecuente, pronto se olvida y surge una nueva, esperanzadora y más inquietante empresa que abordar.

Ciervo común en los montes de Granadilla 2008.

Todos los que en alguna medida dedicamos gran parte de nuestro tiempo a la observación de los animales, somos concientes de que hay momentos de profunda emotividad, que nos gustaría compartir con los demás sin recortes, o como se diría ahora en términos fotográficos, sin compresión, sin pérdida de datos, en una palabra, con toda su intensidad. Pues bien, para mi uno de esos mágicos momentos fue cuando fotografié este precioso e inconfundible macho de venado  en montes estremeños este mismo año, después de que lo hiciera por primera vez hace dos años, en Septiembre del 2008; lo que significa que ha sobrevivido por lo menos a dos de las frecuentes monterías que se celebran en esa zona todos los años. Ojala que aquí se cumpla el dicho de que “no hay dos sin tres”.

Hembra de ciervo con su cría

Teniendo en cuenta que este “blog” nace con la sana intención de llamar la atención sobre temas íntimamente relacionados con la Naturaleza en todas sus manifestaciones posibles, utilizando la práctica de la fotografía de animales como excusa, o medido de dar a conocer toda su belleza y maravilloso encanto, y ante la posibilidad de que pudiera suscitar dudas, de cómo se han obtenido. Convendría que antes de seguir adelante, aclarara que todas las fotografías que expongo, y las que no, también; han sido realizadas a animales salvajes, en plena libertad y en su medido ambiente natural, lejos de cualquier circuito "antropomorfizado", y respetando en todo momento su tranquilidad y costumbres, excepción hecha de las de algunos insectos y anfibios retratados en alta velocidad, que se han realizado en condiciones controladas, dado su cariz esquivo e imprevisible, amén de las técnicas de macro que se han de utilizar debido a su pequeño tamaño. A modo ilustrativo mencionar tan solo, que en el caso de la ardilla, pese a acostumbrarla a visitar regularmente un comedero perfectamente integrado en su hábitat, sin prácticamente modificar nada, fue necesario casi un año de fallidos intentos de fin de semana, hasta lograr fotografiarla saltando de una rama a otra con la naturalidad que irradia la imagen finalmente conseguida. Otras han requerido menos tiempo y menos preparativos, pero todas tienen un denominador común. “Amor”, amor por lo genuino, amor por lo autentico, amor por lo natural, amor por lo vivo y representativo del mas elemental sentido de libertad. Como el agua fresca y pura que brota a través de la roca en la alta montaña dando nacimiento a un río, y que discurre incontrolada por el cauce que ella misma se va labrando al pasar en busca de su propio destino.

Mencionar también, que las entradas no van a corresponder a un orden estrictamente cronológico, ni van a ser de la más rabiosa actualidad, como las páginas de un diario. Sino que van a reflejar un mosaico selectivo de imágenes, que se agregan a una exposición a la que le van creciendo las paredes sin solución de continuidad. Y en todo caso, tiempo habrá de modificar la formula, para lo que lógicamente cuento con las sugerencias de cuantos queráis acercaros a este rincón, donde todos seréis bien recibidos.

Grupo de ciervas a última hora de la tarde.

No resulta nada infrecuente en esta época del año ver pequeños grupos de hembras de ciervo común, pastando en cotas relativamente bajas, quizás para evitar en lo posible los rigores del invierno de las zonas más altas y frías.