El rico potencial de una charca ganadera.
Creo que nadie duda a estas alturas, de que las charcas, en primavera y sobre todo en pleno estío, son uno los lugares más prolíficos en oportunidades zoofotográficas de cuantos podemos encontrar en
la naturaleza. En esta mini serie de fotografías, intentaré ofrecer una pequeña muestra del enorme potencial faunístico que se puede esperar de las charcas ganaderas en un periodo de tiempo relativamente corto y que curiosamente, he podido constatar, que año tras año son frecuentadas por los mismos individuos. Fácilmente identificables algunos de ellos por sus característicos rasgos distintivos que les confieren claras señas de identidad, y que no cambian con el paso del tiempo.
Buitre negro (
Aegypius monachus). En pleno baño.
Empezaremos con una singularidad, pocas veces documentada fotográficamente. Un buitre negro en pleno baño, que en esta ocasión después de un primer remojón, tras de salir y secarse un poco, debió de no estar muy satisfecho con los resultados obtenidos y volvió a introducirse en el agua para profundizar en una limpieza mas exhaustiva y minuciosa.
Liebre común (Lepus europaeus) acercándose a un abrevadero.
Liebres y conejos también son asiduos visitantes de estos auténticos e imprescindibles depósitos de vida, sin los cuales les seria muy difícil a estos animales sobrevivir a los tórridos y largos días veraniegos.
Joven cervatillo aliviando su sed en una calurosa tarde de verano.
Y desde luego no podía faltar el benjamín de los señores del monte. Este joven cervatillo, posiblemente en una de sus primeras incursiones en solitario tras de independizarse de forma esporádica y temporal de la madre, ya que en esta ocasión no estaba acompañado por ella.
Cazador acechando a su presa.
Otro de los incondicionales de estas vivificantes charcas, es el inquieto andarrios chico (Actitis hypoleucos). Que con su habitual dinamismo recorre incansable, una y otra vez, sus márgenes, en busca de algún insecto que llevarse al pico.