Mostrando entradas con la etiqueta Nordica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nordica. Mostrar todas las entradas

lunes, 1 de diciembre de 2025

Los pájaros. Tarjei Vesaas


      "Mattis se asomó para ver si aquella tarde el cielo estaba limpio y despejado, y en efecto, lo estaba. Entonces le dijo a Hege, a su hermana, para animarla:

     -Eres como un rayo -le dijo".

     Conocía el nombre del autor pero no su obra, y tenía ganas de acercarme a ella. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Los pájaros.

     Conocemos a Mattis, de 40 años. No termina de entender por qué lo llaman el Simplón. Su hermana lo llama así y también los vecinos. Y su hermana, Hege, que es quien siempre ha estado con él y lo ha cuidado, no parece feliz. Y ahora, por lo que él puede entender, las cosas van a cambiar.

     Pocas veces hice una sinopsis tan poco explicativa, pero es que en este caso cualquier cosa que diga va unida a los sentimientos que me ha generado, y prefería ponerlo por separado.  Los pájaros es una novela tremendamente triste y hermosa y Mattis, es a todas luces inolvidable. Él tiene problemas para comunicarse y eso lleva a todos a pensar que tiene algún tipo de discapacidad mental. Las pocas veces que se relaciona de forma directa con alguien se acaba sintiendo, con razón, insultado, por lo que vive mejor aislado, sin hablar. Y esto, a su vez, cimenta las opiniones del resto. Lo que sucede es que a Mattis realmente le gustaría que lo escucharan y contarle a alguien todo lo que piensa, pero nadie parece tener el tiempo ni la disposición necesarios para hacerlo. Por eso cualquier tipo de interacción es importante. Un pájaro que vuela es un cambio, un roce casual, una conversación a medias en la que confunde su nombre. Busca trabajos que salen mal, el prometido de su hermana (algo sí iba a cambiar) intenta enseñarlo a ser leñador, pero tampoco funciona. Nada parece funcionar para él. Y así sucede que Matti se queda aislado en un mundo sin mujeres, sin hombres y sin empleo en el que nadie tiene tiempo para pararse.

     Y ahora viene la segunda parte de la lectura, que no del libro. La grandeza de esta novela está en el punto de vista. El autor nos ha presentado a una persona con una clara discapacidad pero también con un don, el de la observación. Y por eso solo estamos abiertos al punto de vista de Matti en esta suerte de cuento, porque más allá de vivir sus frustraciones, también somos testigos de su maravilla. Observa el mundo con unos ojos que ya hemos perdido corriendo de un lado a otro, y lo que ve le maravilla, como por ejemplo los pájaros. Matti es testigo de la perfección de un mundo en el que a veces olvidamos que transitamos, solo que no hay nadie para escucharle todo lo que ve. Mattis se abre en el bosque, y deja que todas esas conexiones que se enmarañan en el mundo de las personas, se extienden para dejarlo relacionarse con su entorno. Y, donde nadie lo había escuchado, Vesaas le prestó su pluma, y Nórdica nos convirtió en sus "oyentes". 
 
      Vesaas era un hombre de pocas palabras, al menos en las entrevistas. Renunció a su herencia, una granja en un entorno que recuerda al de Matti, para ser escritor, y también a la residencia honoraria de artistas de su país. Y no fue a lo único. "No está en mi naturaleza", decía. Escribió un libro por año a lo largo de más de cuarenta, ya fueran poesía, cuentos o novelas, y se convirtió en un grande de las letras de su país, candidato al Nobel. 

     Los pájaros es una novela magnífica que trata sobre un hombre que anhela la interacción social pero tiene a su disposición la natural. No he hablado de los pájaros, pero solo es por un motivo que, si os acercáis a esta novela, comprenderéis justo al finalizarla.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 13 de mayo de 2024

Suisen, el gato de Gorô. Aki Shimazaki

 


     Tenía muchas ganas de leer este libro ya que me gusta como Shimazaki se adentra en la psicología de sus personajes. Hoy traigo a mi estantería virtual, Suisen, el gato de Gorô.

     Estamos ante la tercera entrega de una serie que, al contrario de lo que viene siendo habitual, no se trata de la continuidad lineal de un hilo argumental. Aquí el protagonista es Gorô, hasta ahora secundario. Es un hombre de mediana edad, con un buen cargo y una familia formada por su esposa y dos hijos. Su principal preocupación es la imagen que proyecta, el éxito en todos los sentidos que incluye el hecho de tener dos amantes además de una red de contactos.

     Lo primero que me ha sorprendido es la animadversión directa que sentí con Gorô desde las primeras páginas. Un hombre misógino, egocéntrico y terrible cuyas gafas nos ponemos de mano de la autora que, fiel a su costumbre, sintetiza todo lo posible aquello que quiere expresar. Esta tarea no ha tenido que ser fácil ya que no solo muestra lo que Gorô pretende ser y es en su vida, también muestra las partes ocultas que ni él mismo quiere mirar. Sin pretender justificarlo nos enseña su infancia en la que fue permanentemente comparado con su hermana, sus miedos a la soledad e incluso a la soledad del silencio que hace que uno se quede consigo mismo arriesgándose a mirar dentr, ver los complejos propios proyectados en el comportamiento y, por lo tanto, arriesgarse a reconocer los defectos. Esta es la parte principal de la novela, que va decapando al protagonista tras quitarle todo lo que le daba seguridad en un ejercicio obligado de quedarse consigo mismo sabiendo ya en este momento el lector, que lo pondrá ante su mayor infierno. 

     A partir de un hombre aborrecible la autora juega con el lector al hacer que se ponga bajo la piel del protagonista, y no para absolverlo, si no simplemente para comprender su forma de actuar. Cuando esto sucede y se trata de un personaje al que uno odiaba al comienzo, el libro se puede considerar un éxito ya que, si de algo trata la literatura, es de trasladar al lector a otros lugares y otras pieles. Y todo ello lo hace de una forma sencilla, basada en detalles, en lo cotidiano. No es la primera novela que leo de Shimazaki, de hecho es la tercera entrega de una pentalogía que, ya os aseguro, voy a completar.

     Suisen es una historia que sorprende y que, os aseguro, no deja a nadie indiferente.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

     PD: Disfrute usted del gato, señor Gorô.