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lunes, 25 de abril de 2022

El peligro de estar cuerda. Rosa Montero

 


     "Siempre he sabido que algo no funcionaba bien dentro de mi cabeza".

     Ley universal en Entre montones de libros: "Si Rosa Montero saca un libro, se lee". Hoy traigo a mi estantería virtual, El peligro de estar cuerda.

     Rosa Montero tiene dos vertientes principales. Una es la ficción, allí domina Bruna, es la dueña del lugar y lo ha demostrado novela tras novela. La otra es la terrenal, la pura vida en la que la autora se desnuda para acercarse al lector y hablar de esas cosas cotidianas haciéndole sentirse cómodo. Hemos hablado, sí porque uno se siente casi como en un diálogo, del duelo, de la edad, de la vida en general... y con su último título, vamos a hablar de locura. Aunque no sea exactamente de locura. O, mejor dicho, vamos a hablar de esa locura asequible para cualquiera (esta frase estoy segura de que es de lo más incorrecta).

     Montero descubre sus excentricidades, sus manías, y las señala. No solo las suyas, también las de otros artistas; desfilan ristras de nombres marcados por eso que antes se llamaba peculiaridades y ahora quedan señaladas a velocidad de vértigo por la pluma de la autora. Señala, a medida que avanzamos, esa suerte de comunión entre la genialidad creativa y la locura y señala que "las personas etiquetadas como normales cometen más actos de violencia que los lunáticos" . Lo entendemos, es el peligro de estar cuerdo. Aunque no es ese el peligro que señala, más bien se refiere a la falta de creatividad. O a morir de tedio. El caso es que cuaja de referencias y anécdotas un texto por lo demás ameno independientemente de si uno comulga o no con la premisa que presenta. Personalmente, dudo mucho de ella y más bien creo que a todo el mundo le gusta tener un componente de unicidad y que romantizar la creación, sea del tipo que sea, muchas veces esconde el duro trabajo que supone para la mayor parte de los creadores el estar ahí. Además, ¿serán ellos excéntricos y por eso crean o simplemente sucede que llegado un nivel de fama sus vidas son miradas con lupa buscando una explicación a lo que posiblemente no la tiene?

     Bien, como podéis ver, Montero logra un diálogo ficticio con el lector que no puede evitar responder a las ideas que señala mientras se empapa de conceptos, de procesos creativos y de la magnifica capacidad que tiene la autora para resultar amena sea cual sea el tema que trate. Algo que, si os digo la verdad, es justamente lo que voy buscando cuando abro un libro suyo y también es lo que me encuentro título tras título.

     El peligro de estar cuerdo es un buen libro para quienes disfrutamos de la prosa de la autora.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 1 de febrero de 2021

La loca de la casa. Rosa Montero

 


      "Me he acostumbrado a ordenar los recuerdos de mi vida con un cómputo de novios y de libros. Las diversas parejas que he tenido y las obras que he publicado son los mojones que marcan mi memoria, convirtiendo el informe barullo del tiempo en algo organizado. «Ah, aquel viaje a Japón debió de ser en la época en la que estaba con J., poco después de escribir Te trataré como a una reina», me digo, e inmediatamente las reminiscencias de aquel periodo, las desgastadas pizcas del pasado, parecen colocarse en su lugar. Todos los humanos recurrimos a trucos semejantes; sé de personas que cuentan sus vidas por las casas en las que han residido, o por los hijos, o por los empleos, e incluso por los coches. Puede que esa obsesión que algunos muestran por cambiar de automóvil cada año no sea más que una estrategia desesperada para tener algo que recordar".


     Me gusta Rosa Montero, no solo sus novelas imaginativas, me gusta ella, la forma en que se expresa, sus gestos... y también sus novelas más privadas. Solo me faltaba un libro que abordara la literatura como tal. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La loca de la casa.

     Si Truman Capote hablaba de Plegarias atendidas citando a Santa Teresa, Rosa Montero hace lo propio con La loca de la casa aludiendo a la forma en que la santa se refería a la imaginación. Y es que en La loca de la casa Rosa Montero nos habla de ella misma, aunque no sea del todo cierto lo que nos cuenta o tal vez sí, y también de literatura. Nos habla de otros escritores, sentimientos, impresiones y uno tiene la sensación de estar ante un libro de propias anotaciones que destila amor por la literatura. Y eso, a los lectores empedernidos, nos encanta. Sabemos que la parte personal es engañosa, leemos experiencias que cambian cada vez que las cita y descubrimos una mezcla entre lo que fue y tal vez lo que deseo o lo que quiso o, por qué no, lo que pudo ser. Nos habla de sus lecturas y de sus autores, con sus partes buenas y malas en esa suerte de cotilleo en el que nos cuenta debilidades de nombres hoy consagrados y que yo desconocía. Esas que uno apunta tomando nota de que, a fin de cuentas, son personas y también se mete, porque por qué no hacerlo puestos ya, a hablar de las relaciones literarias modernas. Esas que incluyen a escritores y críticos y hablan de lealtad o de poder o a saber Dios qué.
A lo largo de la lectura de esta suerte de ensayo novelado o novela ensayada tuve muchas veces la sensación de una cierta complacencia con el lector al que deja frases colocadas para ser anotadas sobre la creación literaria, las inseguridades y el amor a la literatura, pero lejos de estorbarme parecía formar parte del juego de medias verdades que se avisa en la propia novela. Y es que cuando he dicho que Montero recuerda o imagina es porque ella misma lo advierte y el lector acepta el pacto de disfrutar los caminos elegidos sin plantearse demasiado hasta qué punto sucedió. 

     Lo cierto es que La loca de la casa es un libro de fácil lectura y mejor digestión que uno termina con una sonrisa y disfruta desde las primeras páginas. Quizás, y por ponerme puntillosa, no necesito que a ratos me hable con tanta confianza, pero también es cierto que la mitad de las cosas que cuenta serían propias de ser relatadas por un amigo de esos que uno sabe que exagera o con el que juegas a imaginas cómo te hubiera gustado que sucediera tal o cual noche. No me importa demasiado quién es M o si es uno o si son varios ni tampoco en qué encuentro me engaña o si estuvo o no tal o cual actor misterioso porque me quedo con la parte metaficticia, autoliteraria o como cada cual lo quiera definir. El caso es que, como ya me ha sucedido con otros libros, me quedo con Rosa Montero y su particular oda a la literatura que es este libro.

     Descubrir anécdotas literarias es uno de los placeres de La loca de la casa y por eso, aunque he hablado un poco de la parte más personal, no os he contado de Woolf, Goethe o Capote, por poner un ejemplo. Esa parte la dejo para que cada cual la descubra y disfrute mientras anota qué biografías le interesan, le convienen o le pueden interesar. Tampoco he puesto las citas que hablan de la literatura, la creación, la soledad del escritor, sentarse y no escribir o mil pequeños detalles que desgrana para deleite de cualquier aficionado a los libros y, tal vez, más aún de cualquier otro escritor. Eso también os lo dejo descubrir. Y digo que os lo dejo descubrir porque os recomiendo su lectura. 

     Lean, lean ustedes La loca de la casa. 

     Gracias.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Los tiempos del odio. Rosa Montero


     "—Sin amor no merece la pena vivir. 
     Ángela había pronunciado las palabras en voz alta, como el juez que dicta la sentencia definitiva sobre su propio destino. 
     Y a continuación se entregó al dolor de manera voluptuosa, casi suicida".

     Me gustó Bruna Husky desde la primera entrega, así que estaba claro que no tardaría en leer la última. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los tiempos del odio.

     Volvemos con la detective replicante Bruna Husky, una replicante de combate cuya memoria cargada le hace más consciente de lo que debería de sus sentimientos. Entre ellos están su amor por el detective Lizard y el sentimiento de un final inminente ya que conoce perfectamente el día en que será desactivada. Por si eso fuera poco, en un mundo en el que los atentados parecen haberse vuelto más virulentos, Lizard desaparece.

     Rosa Montero nos ha entregado en esta novela a una Bruna Husky más vulnerable que nunca. Siempre nos la mostró como una androide consciente de su existencia y del fin de la misma, pero ahora, con el amor en su vida, hay una lucha interior más humana que artificial que consigue acercarla aún más al lector. Uno durante la lectura no tiene más remedio que preguntarse si no está ante un personaje más humano de lo que cree exactamente igual que se pregunta si no son estos libros de aparente ciencia ficción lo que mejor reflejan la sociedad actual en la que estamos viviendo. Y es que Rosa ha decidido aprovechar la libertad de crear un mundo futuro para darnos buena cuenta de la realidad en la que vivimos. Rosa nos muestra que vivimos en un mundo de excesos en el que la muerte y el poder parecen ser más poderosos que nunca, el propio temor ante esa cuenta atrás para su propio final muestra a una Husky que se rebela furiosa buscando tal vez un sentido que haga que todo merezca la pena y, al mismo tiempo, teme la vulnerabilidad que supone reconocerse enamorada de otra persona. Quizás por eso el gran acierto de esta novela haya sido convertir a Lizard en una parte importante de la trama casi más que con su desaparición con su ausencia, que se convierte en una ventana hacia la mente de la replicante. Husky brilla de este modo más que nunca en esa última entrega de la saga, todo lo que había sido frío ahora se vuelve un torbellino de rebelión contra su propia existencia, una necesidad casi vital de aferrarse a la vida a través de sensaciones que le impidan pensar en su propio final. Y dentro del exceso, del poder y la corrupción se alza el amor como esperanza, tal vez como simple necesidad de sentir para sentirse vivo. Y Montero ya lo afirma en la primera frase, "Sin amor no merece la pena vivir". 
 
      En esta novela, no solo presenta un futuro posible, sino que podemos buscar paralelismos con situaciones reales, convirtiéndose así en una carta al lector en la que parece querer decirle lo que no va bien en el mundo y lo que debería de ser realmente importante. A fin de cuentas, no es Bruna Husky la única que teme a su propio final, a poco que uno se ponga a pensar en lo que sería una vida con una cuenta atrás ya marcada, podemos comprender perfectamente cada uno de sus movimientos. Con todos estos ingredientes y una trama sólida uno podría preguntarse si está ante la última entrega de la saga, y Montero parece jugar con ello en un final que seguramente generará opiniones encontradas al respecto. Si a mi me preguntan, tengo bastante claro que quiero una entrega más que satisfaga mi curiosidad en un par de puntos importantes. Pero para ello tendremos que esperar al criterio (o inspiración) de la propia autora.

     Los tiempos del odio es una novela realista disfrazada de ciencia ficción futurista que ha resultado no solo entretenida, sino también interesante por los puntos en los que obliga al lector a detenerse y reflexionar. Lo tengo bastante claro, la mejor Montero reside en Bruna Husky.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias..

sábado, 10 de septiembre de 2016

La carne. Rosa Montero


     "Carne traidora, enemiga íntima que te hacía prisionera de su derrota,"

     Si hay una mujer que ha sabido entrar y salir en distintos temas en la literatura actual de nuestro país, esa es Rosa Montero. Por eso la publicación de su nuevo título, me llamó tanto la atención. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La carne.

      Conocemos a Soledad, una galerista que recién cumplidos los sesenta, comienza a tambalearse en la inseguridad de determinadas edades que pasan del adjetivo "maduro". Terminada su última relación con un hombre casado y conocedora de la posibilidad de un encuentro, decide contratar los servicios de un scort, solo por si se encuentra con su anterior pareja. Sin embargo, un suceso del que serán testigos esa noche, empujará que Soledad y Adam, su compañía contratada, den un paso más de los planeados.

     Pocas veces un título fue elegido tan bien como en este caso: La carne. Porque es la esencia del libro, la carne que da placeres y disgustos y es jaula o paraíso de cada una de las almas encerradas en ella. Y pocas veces encontré en un libro, tanto símbolo expuesto entre las páginas, colocado de una forma no demasiado sutil pero sí efectiva, para empujar al lector en su relación con la historia. Soledad, se nombra a la protagonista como si ese nombre fuera definitorio de una mujer que ve en esa palabra un miedo. Adam para el scort, el hombre, el sexo, la carne una vez más. Una pareja de protagonistas curiosa separada por el abismo de los años que uno cree que no va a funcionar pero que encaja a la perfección. Y de fondo una exposición de escritores malditos, algún dato salpicando la novela, un acento en lo que ya nos contaba la historia, otro pequeño empujón dirigido al lector.

     Rosa Montero ha conseguido un libro que se lee en un suspiro con el que uno puede emocionarse pasando por sentimientos encontrados de ternura, tensión, incredulidad, entendimiento, tensión y sonrisa controlada. Escrito con la dificultad que conlleva que quien te lee crea que es fácil, Montero desnuda a sus personajes y también uno o dos de los miedos de, aseguraría, casi cualquier lector. La novela funciona desde las primeras páginas, y es mucho más de lo que podemos encontrar en la sinopsis pero que, por expreso derecho de la autora, no voy a extenderme en explicar. Porque ella lo dice en los agradecimientos; dejad que descubran la novela. Y de este modo finaliza una lectura que se antoja, a ratos íntima, y en la que no me ha costado nada imaginarme a Rosa con una sonrisa en el rostro pensando en la cara que pondrá el lector.
     Una novela que demuestra que a veces, parecer que no relatas nada si lo comparas con otros libros de sinopsis grandilocuentes, es la mejor manera de contar mucho, de encerrar sentimientos, de establecer un diálogo. Un libro que se disfruta y con el que se espera a otro lector para comentar detalles, pero, sobre todo, La carne es un bocado de realismo. Y una novela que no puedo dejar de recomendar.

      Y vosotros, ¿me recomendáis autora españolas?

     Gracias.

sábado, 23 de mayo de 2015

Entrevista a Rosa Montero


http://www.rosamontero.es/
     Rosa Montero nace en Madrid. Estudió periodismo y psicología y ha colaborado en grupos de teatro independiente. Desde finales de 1976 trabaja en El País y en 1978 ganó el Premio Manuel del Arco de Entrevistas, en 1980 el Premio Nacional de Periodismo para reportajes y artículos literarios y en 2005 el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid a toda una vida profesional. Es doctora Honoris Causa por la Universidad de Puerto rico.
     Ha publicado multitud de novelas obteniendo premios como el Premio Primavera de Novela en 1997, Premio Qué Leer 2004 y 2005 al mejor libro del año, el Premio Grinzane Cabour al mejor libro extranjero publicado en Italia en 2005, el Premio Roman Primeur en 2006, el Premio Mandarache 2007...
     Esta brillante trayectoria y una producción literaria traducida a más de veinte idiomas la han convertido en una de las mujeres más importantes del panorama periodístico y literario actual en nuestro país.

     - Bruna Husky nace justo después de atravesar el que ha tenido que ser uno de sus momentos más difíciles, ¿por qué en ese momento, hay relación entre ambas cosas?
     - En realidad Bruna Husky nació antes de eso. Ideé mi mundo futurista antes de saber que mi pareja estaba enfermo y por supuesto antes de su muerte. Lo asombroso es que la primera novela de Bruna Husky sobreviviera a ese mazado. Y no sólo sobrevivió, no sólo fui capaz de terminar el libro, sino que creo que mantuvo su esencia y su tono original, la alegría la fuerza, el sentido del humor, el punto de inocencia que mis dos novelas de Bruna tienen. Lo que demuestra la fuerza del personaje, que me obligó a seguir escribiendo sobre ella. Que me ayudó con su vitalidad.
     - ¿Quién es Bruna Husky para su autora?
     -Es el personaje que más me gusta de todos los que he creado. Pienso que es el más complejo, el más fuerte y a la vez más débil, el más humano, más hipnótico. Es una fiera. Es un tigre encerrado en la jaula demasiado estrecha de su existencia y se come la vida a bocados. La adoro. además creo que en el fondo, muy en el fondo, nos parecemos bastante. Ella infinitamente más exagerada, más formidable, más excesiva que yo, naturalmente.
     - ¿Qué te impulsó a adentrarte en el mundo de la ciencia ficción?
     - Ya hice una novela de ciencia ficción, Temblor, que publiqué en 1990; e incluso mi segunda novela, La Función Delta, de 1981, tiene algo futurista porque la acción sucede treinta años mas tarde de cuando se publicó. Para mi la ciencia ficción no es más que un recurso literario más como tantos otros; es una herramienta metafórica maravillosa para hablar de la condición humana, del aquí y del ahora. Yo no veo ninguna diferencia en escribir una novela contemporánea o una novela que sucede en el siglo XII, como mi Historia del Rey Transparente, o esas novelas de Bruna que son del año 2109. En todos los libros hablo de lo mismo, de las mismas obsesiones, de los mismos problemas. Y lo hago con idéntica ambición expresiva y literaria. No siento en absoluto que mis Brunas sean novelas de género, si por eso entendemos minimizar una historia para que encaje dentro de un troquel, dentro de una fórmula convencional.
     - Tanto en Lágrimas en la lluvia como en ésta tu última novela, la sensación del lector es que, tu mundo futurista, está justo aquí al lado: ¿cómo ves tu el futuro?
     - En general no pienso en el futuro. Por generación y por temperamento soy de vivir el presente. En cuanto al futuro de mis Brunas, he intentado que fuera lo más sensato y lógico posible. No es una distopía, no es un futuro catastrofista, y tampoco un futuro utópico. Es simplemente realista, muy semejante al actual, perfectamente comparable. Como antes dije, mi interés principal a la hora de escribir este libro no es contar cómo será el futuro, sino diseccionar la condición de hoy y de siempre. Creo que mis novelas de Bruna son las más realistas que he escrito.
     - Tras llevar años leyéndote, y sobre todo al terminar de leer El peso del corazón, no puedo evitar hacerte una pregunta, ¿le falta corazón a nuestro mundo?
     - Siempre falta, en el sentido de que el mundo tiene una cuota de horror indecible, una parte de crueldad tan espeluznante que de solo pensarla me parece me te vuelves loco. Pero por otro lado, también hay mucha luz en este mundo. Muchísima. De hecho, creo que hay más corazón que odio, pese a todo.
     - En función de cómo avanza la historia global de Bruna y su mundo, cabe esperar que siga avanzando la saga, con esa espada de Damocles que es la muerte. ¿Estamos realmente preocupados por la muerte?
     - ¿Cómo no vamos a estar preocupados por la muerte? Es la tragedia principal del ser humano... Venir a este mundo cargados de sueños y deseos y con un yo inmenso y, en dos parpadeos, estar abocados a la muerte y la desaparición y la nada... La muerte no nos cabe en la cabeza, es inhumana e impensable, y por eso la mayoría de las personas reaccionan olvidando que son mortales para protegerse de ese horror. Y sí, por supuesto, las historias de Bruna van a seguir... Ya tengo la idea de la tercera novela en la cabeza. Aunque, como sabes, todas son historias independientes. Es decir, los libros se pueden leer por sí mismos, sin necesidad de haber leído el anterior.
     - Y por Bruna... ¿Tenemos que preocuparnos sus lectores de ir a perderla?
     - (Risas) Noooooo... Ya lo dije en no sé qué radio... Bruna nunca morirá dentro de mis libros.
     - Me gustaría saber, por último y ya que escribo en un lugar en que se recomiendan libros, qué libro estás leyendo en este momento.
     - Acabo de terminar dos libros buenísimos: La habitación de Nona, una colección de relatos de Cristina Fernández Cubas, y Una suerte pequeña, la última novela de Claudia Piñeiro.
     - Muchísimas gracias, siempre es un placer poder acercarse a los escritores que uno admira.
     - Besos enormes.

     Y, por supuesto, gracias a todos vosotros, por pasar, por leer, por participar.

     Bibliografía:
     - El peso del corazón
     - Dictadoras
     - La ridícula idea de no volver a verte
     - El amor de mi vida
     - Lágrimas en la lluvia
     - Instrucciones para salvar el mundo
     - Historia del Rey Transparente
     - La loca de la casa
     - Estampas bostonianas y otros viajes
     - El corazón del tártaro
     - Las madres no lloran en Disneylandia
     - Pasiones. Amores y desamores que han cambiado la historia
     - Amantes y enemigos. Cuentos de parejas
     - Bárbara contra el Doctor Colmillos
     - El fantástico viaje de Bárbara
     - La hija del caníbal
     - Entrevistas
     - Las barbaridades de Bárbara
     - Historias de mujeres
     - La vida desnuda
     - Bella y oscura
     - El nido de los sueños
     - Temblor
     - Amado amo
     - Te trataré como a una reina
     - Cinco años de país
     - La función Delta
     - Crónica del desamor
     - España para ti para siempre

miércoles, 18 de marzo de 2015

El peso del corazón. Rosa Montero




     "Los humanos eran lentos y pesados paquidermos mientras que los replicantes eran rápido y desesperados tigres, pensó Bruna Husky, consumida por la impaciencia de tener que aguardar en la cola. Recordó una vez más aquella frase de un autor antigua que un día citó su amigo el archivero: El ininterrumpido ir y venir del tigre ante los barrotes de su jaula para que no se le escape el único y brevísimo instante de la salvación."

     Sí comienza la nueva novela de Rosa Montero en la que rescata a su heroína Bruna Husky, a quien conocimos hace cuatro años en Lágrimas de lluvia. Sin embargo, ya comienzo diciendo que no es necesario haber leído su anterior título para entregarse a este, aunque siempre es preferible hacerlo en orden.En mi caso así ha sido, y tras haber conocido a Bruna se me antojaba irresistible volver a saber de ella. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El peso del corazón.

      Conocemos a Bruna Husky, replicante, un androide con una vida limitada en el tiempo desde su fabricación que vive empeñada en no olvidar la fugacidad de su propia existencia, pisando una línea muy fina que dividiría el sentimiento humano de la programación de una máquina. Tras prestar su servicio obligatorio ahora es detective privada, y la contratan para investigar el robo de un diamante realizado con los restos de un importante hombre muerto en un accidente. Sin embargo, pronto se da cuenta de que nada es tan sencillo y que este caso puede ser algo mucho más importante de lo que pudiera parecer.

     Bruna aparece permanentemente dividida entre su naturaleza replicante y sus pensamientos y sentimientos humanos. Parece no poder discernir, o no ser capaz de resignarse a ser un producto creado por el ser humano. Y no me extraña, ya que al lector también le resultará imposible considerarla como un simple robot. Eso es precisamente lo que da fuerza al personaje, el hacernos partícipes de todas sus luchas interiores. Con ello, junto a su fuerte carácter y su tendencia a dejarse llevar por esos estallidos para los que está programada, y a reprimir aquellos que cree que no debería de tener, Bruna se convierte en una gran protagonista a la que seguimos sin pensar por este mundo del siglo XXII, un mundo que pese a estar mucho más avanzado, sigue teniendo sus miserias, en el que hay desfavorecidos, corruptos y asesinos exactamente igual que existen en el nuestro.

     Montero consigue en este libro, que el término distopía se diluya en su mundo del futuro, un mundo en el que viajaremos a zonas con fronteras que intentan ser asaltadas, periodistas que son directamente carroñeros e islas flotantes con sus propios sistemas de gobierno que miran desde su altura superior lo que sucede en la tierra. Este mundo se nos antoja cercano, real, y consigue que el lector disfrute de una historia llena de intrigas, con una niña como detonante que me ganó desde las primeras palabras (y os aseguro que no fueron nada amables, pero me ganó). La prosa huye de tecnicismos que ralenticen la historia y queda salpicada de descripciones, muchas veces aprovechando movimientos, que consiguen que pronto seamos capaces de imaginar cada uno de los lugares por los que vamos pasando, de hecho cuando habla de las culturas de una isla flotante que visita la protagonista junto a su improvisado acompañante, nuestros sentimientos se ven perfectamente reflejados en los pensamientos de Husky. Una trama perfectamente urdida en la que hay buenos y malos, pequeñas y grandes sorpresas que completan esta entretenidísima novela en la que no falta tampoco un toque romántico. A fin de cuentas, no hay nada más humano que las pasiones, y si nuestra Husky se encuentra justo en esa línea... era inevitable. Además de que este libro, pese a tener una protagonista solitaria, también trata de las relaciones entre las personas, quizás por eso he evitado hablaros del resto de personajes que completan la historia, merecen ser descubiertos por cada lector.

     Me gusta Rosa Montero, me gusta cuando escribe sobre lo privado y también cuando lo camufla en historias futuristas. Sus novelas son francamente entretenidas y siempre estoy segura de ir a pasar un buen rato con ellas, y Bruna Husky... bueno, espero volver a tener noticias suyas.

     Y vosotros, ¿ a qué género recurrís cuando queréis una historia que os entretenga y apostáis sobre seguro?

     Gracias

martes, 9 de abril de 2013

La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero




     "Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha pasado en la vida son mis muertos, y con ello me refiero a la muerte de mis seres queridos. ¿Te parece lúgubre, quizá incluso morboso? Yo no lo veo así, antes al contrario: me resulta tan natural, tan cierto. Solo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo: la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina. Cuando un niño nace o una persona muere, el presente se parte por la mitad y te deja atisbar por un instante la grieta de lo verdadero: monumental, ardiente e impasible."

     Me gusta como escribe Rosa Montero, ya lo dije hace tiempo. Me gusta su cercanía y esa capacidad que tiene para cambiar de tema y formas de un libro a otro sin perder un estilo propio. Por eso, cuando descubrí que sacaría un título nuevo, no pude esperar a saber más sobre él y a leerlo. Hoy traigo a mi estantería virtual su último título. Traigo, La ridícula idea de no volver a verte.

     Rosa Montero descubre una biografía de Madame Curie que incluye frases y pasajes de su diario y eso la lleva a interrumpir lo que estaba escribiendo para contarnos a la mujer que ha descubierto en el diario. Al hacerlo, no sólo nos habla de la señora Curie, sino también de ella misma.

     Posiblemente este sea uno de los libros más íntimos que me he tropezado. Tendemos a pensar que las biografías son libros privados e íntimos cuando muchas veces son simples enumeraciones de sucesos relevantes en la vida de alguna persona. Rosa hace justo lo contrario en este título. Nos da datos sobre Curie, por supuesto, pero cargados de apreciaciones personales sobre si la veía o no sonreír  sobre su temperamento, su empeño de joven, su vida dura, su esfuerzo por estudiar y sobresalir, el descubrimiento que la llevó a ser premiada y también a la muerte... y nos habla también de sus otras pasiones, el amor, su marido, su amante, la relación con sus hijas... Nos desnuda a la señora Curie para contarnos a media voz como era Marie. Y lo hace a media voz porque por el camino se encuentra a sí misma, unida a la protagonista de su historia por esos lazos invisibles e irrompibles de la solidaridad de quien comprende unos sentimientos. Por eso comienza hablando de pérdidas, la del amor, la de la persona amada, el nexo de unión entre estas dos mujeres y por extensión el de tantas otras que lean la historia.

     No es una novela al uso, ni siquiera es una novela, es una reflexión vestida de historia sobre la vida, los logros y las pérdidas. Y sobre cómo se avanza y hasta donde se llega: la muerte. Pero no nos dejemos engañar por el tema, ya nos lo advierte, no es lúgubre ni triste ni es un libro sobre duelos. Es un libro sobre hombres y mujeres, sobre amores, pasiones, esfuerzos, ciencia, sueños, dedicación, literatura, familias y tragedias. Un libro sobre la vida, porque no puede desligarse la vida de la muerte, y en el que nos habla de grandes mujeres y grandes personas. Hoy os dejo con una apuesta muy personal, en el sentido más literal de la palabra, un libro íntimo que comienza explicando que cuando se pierde a un ser querido, la propia mente nos implanta... La ridícula idea de no volver a verte.

     Los libros cargados de sentimientos son, posiblemente, los más difíciles de explicar a quien no los ha leído. Este es uno de esos libros que traslada sentimientos al lector y que nos deja una sensación de conocer al autor cuando se cierra. Personalmente me ha encantado la historia que nos deja Rosa Montero en este curioso título. Ha sido toda una sorpresa la historia que encerraba.

     Y vosotros, ¿os aventuráis alguna vez con historias más íntimas, biografías incluso?

     Gracias