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lunes, 8 de noviembre de 2021

Billy Summers. Stephen King


     "Billy Summers, sentado en el vestíbulo del hotel, espera el coche que viene a recogerlo. Es viernes al mediodía. Aunque está leyendo un cómic en formato digest titulado Archie..."

     Un poco por la nostalgia de las horas pasadas juntos, otro por la de los años que tenía cuando disfrutaba de sus novelas, está claro que King es un fijo en mis estantes desde hace ya unos cuantos años. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Billy Summers.

     Conocemos a Billy, un exfrancotirador del ejército que se ha reciclado en asesino a sueldo. Billy acepta encargos siempre que le digan que la persona a la que tiene que abatir es una mala persona que ahora quiere retirarse, pero le llega un encargo cuyo montante puede dejarle la vida solucionada. Algo parece escamarle, es mucho dinero, inicialmente no suena demasiado complicado... pero acepta. Ahora Billy se hará pasar por un escritor pero ya se hacía pasar por un informático y es que Billy, David y Dalton son la misma persona y Dalton será quien oiga arrojar el cuerpo de una niña.

     Stephen King se despega poco a poco del terror en alguno de sus títulos y, pese a ello, el lector espera que algo suceda y sea inexplicable. Cuando uno leía Mr Mercedes y el coche se echaba encima de los peatones, el lector recordaba a Christine y ponía de su parte una ambientación que el autor no había colocado. Bien, pues en su última novela, King no incluye elementos sobrenaturales, monstruos o maldiciones. Aquí solo está Billy, un personaje al que King coloca una suerte de conciencia a lo Dexter unido a un carácter cercano, casi parece que habla al lector, para buscar su simpatía. Pese a que estamos, no vayamos a olvidarlo, ante un asesino a sueldo. Durante una buena parte del libro nos dedicamos a conocer a Billy y su vida y King realiza un ejercicio de ambientación que me ha recordado a aquel 22/11/63 (aunque como si lo hubiera escrito Richard Backman y tomara la voz el asesino, los lectores de King ya me entendéis). King realiza un relato de una época que se antoja casi un cuento empolvado de nostalgia incluso más antiguo de lo que nos está representando, y quizás por ello una gran parte de la cultura popular americana toma la pluma del maestro del terror para terminar de pintar su fresco del día a día de cualquier norteamericano medio. Y esto, seamos sinceros, siempre se le ha dado bien a King. El libro empieza lento, Billy llega, se presenta, recuerda, toma una cerveza en el porche junto a su vecino de color (escenas que una vez más parecen más de los años sesenta y por eso mi recuerdo de 22/11/63), piensa en qué va a dejar ver a su nueva y tranquila comunidad... y el lector discurre tranquilo por páginas en las que apenas se insinúa la molestia, la sospecha. Hemos superado la mitad de la novela y todo parece transcurrir plácidamente. Y entonces King introduce la anomalía, la variación, y la novela cambia y se adentra en el género negro. El ritmo se acelera y los personajes se afilan para llevarnos hacia el final.

     Comentaba antes que en la novela hay un juego de identidades y, como es de King de quien hablamos, hay que tener en cuenta que Billy, ahora David el escritor, comienza a escribir una novela, una suerte de biografía en la que Benji es el protagonista y de algún modo consigue enredar al lector también en su historia ya que autor y protagonista tienen una relación más que sólida. Y es en esta parte en la que King rinde un pequeño homenaje a su profesión, algo que viene siendo común en muchos de sus títulos. Porque de algún modo Billy siente que tiene más poder al crear su historia que al tener un arma entre sus manos y con ella el poder para decidir si una persona vive o muere.

     King nos ha regalado una historia llena de capas, de la que no os voy a rebelar el final. Ha sido excesivo en algunos puntos y se ha ceñido a clichés justo donde le beneficiaba y, que no se me olvide, Trump también aparece citado en la novela. Pero no una vez ni dos... ni tres. De hecho hago referencia a este punto porque temo que el autor se enfade si alguien no lo nombra, me ha quedado claro que para él es importante dejar su opinión sobre este hombre bien clarita.

     Billy Summers es una novela entretenida que se lee con facilidad, como viene siendo costumbre en el caso de King. Lejos de la novela de terror King sigue demostrando su alta capacidad como narrador en este juego de identidades en el que al final todo es lo que parece.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 16 de junio de 2021

Después. Stephen King

 


     "Los muertos están obligados a decir la verdad, algo que viene bien cuando quieres conocer la respuesta a una pregunta, pero, como he comentado, la verdad puede ser un auténtico asco".

     Libro de King que sale, libro que me compro. Es un vicio como otro cualquiera. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Después.

     Conocemos a Jamie en la veintena y llega dispuesto a contarnos su historia. Una historia que comenzó el día en que vio a su primer muerto o, mejor dicho, su primer espectro. Porque Jamie ve muertos, algo que puede ser útil siempre que los muertos no den miedo. En realidad todos los muertos pueden dar miedo, solo que los hay de dos tipos: los que dan miedo porque conservan el aspecto que tenían al morir y eso puede significar que lleven heridas atroces, y los que dan miedo de verdad, por dentro.

     Comenzaba diciendo que soy fan de King, lo que supone que comencé hace años a leerlo, en mi adolescencia, y que su terror era bastante efectivo. Con el paso de los años un lector pierde la inocencia y el terror, ayudado por películas y videojuegos, evoluciona. King en cambio permanece inmutable.

Cierto es que le gusta colocar a algún pobre hombre en las inmediaciones de Maine y dedicarse a putearlo de forma incansable hasta que el pobre hombre llega a su límite. Pero también lo es que a King le encantan sus niños en bicicleta. En esta ocasión al tratarse de un recuerdo de la infancia tenemos precisamente a un niño, con o sin bicicleta, que le toca ver espectros de muertos. Cambia de lugar pero no de piel y el niño nos cuenta su historia dejándonos averiguar lo que él quiere y cuando él quiere. Y nos anuncia ya en la primera página: estamos ante una historia de terror. El caso es que, cuando alguien muere, el niño es capaz de verlo (y tiende a saludarlo con la mano)  e incluso hablar con él si no ha muerto hace demasiado tiempo. Y vive entre el temor de ver a un accidentado terrible que le haga temblar y el de ser tratado como un loco si se descubre su gran secreto. Cuando iniciamos la historia, solo su madre lo sabe. Y ni siquiera habla de ello. Al menos hasta que le resulta útil. Y me diréis entonces que para qué puede resultar útil un muerto. Bien, desde encontrar un manuscrito hasta descubrir un culpable o un escondite no compartido en vida son algunas de las aplicaciones de este don que se amparan en que los muertos no mienten. Pero en esta vida todo tiene su riesgo y quizás alguno de estos muertos, sobre todo si se trata de una persona no demasiado recomendable, pueden albergar en su interior algo que asuste mucho más que una cara destrozada. Y luego están los vivos. Porque si algo aprende Jamie es que el mal existe en vida exactamente igual que tras la muerte, y le va a tocar experimentarlo muy de cerca. No diré de mano de quién puesto que se trata de un libro corto, pero lo cierto es que, tratándose de malvados, aquí la vida se lleva el premio gordo.

     Como he dicho la novela es corta y el lector asiste a ella más como una introducción a las novelas clásicas de King que como una historia completa y es que, una vez que lo terminas, te quedas preguntándote qué habrá pasado con un par de flecos bastante importantes que se suponía iban a asustarte y se quedaron, como mucho, en poco alegres. Ya sé que no soy la persona adolescente que alucinaba con payasos metidos en alcantarillas o con enfermeras que tenían a un cerdo de mascota y un escritor de rehén, pero también lo es que aquí falta profundidad en la historia como para lograr que realmente me importe lo que sucede o llegue a empatizar con el miedo del protagonista que no llega a trascender en ningún momento las páginas del libro. Toca una parte policiaca de forma importante al fijarse en la pareja de la madre de Jamie pero, ni con mucha imaginación alcanza la calidad de Mr Mercedes. Y es que, pese a mis buenos ojos y mi lectura nostálgica, tengo que reconocer que se ha quedado corto en más de un sentido.

     Después se anuncia, incluso por el propio narrador, como una novela de terror. Y ante eso tengo que decirle al señor King: lo siento querido, pero esto no es una novela de terror. Al menos no a la altura que sabemos que llega. Y tras esto solo añadir que por supuesto que voy a seguir leyendo al maestro, para qué fingir lo contrario.

     Y vosotros, ¿ qué libro tenéis entre manos esta semana?

     Gracias.

jueves, 16 de julio de 2020

La sangre manda. Stephen King


          "Si los fantasmas existen, seguro que no todos son santos".

     Los libros de Stephen King son como los cumpleaños: te gusten o no van a llegar una vez al año sin que puedas evitarlo. A mi me gustan, y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, "La sangre manda".

     Leer un libro de relatos es fácil. Contarlo ya... uno se debate entre la necesidad de hablar de cada relato, el cuidado de no contarlos todos, hablar solo de uno y dejar el resto para ser descubiertos o hacer una lista con una suerte de puntuación.

     En este caso hablaremos de los relatos y los voy a separar diferenciando aquellos que leeremos con nostalgia. Es el caso del primero de los relatos, El teléfono del señor Harrigan, en el que King se mueve en el terreno familiar del adolescente y lo paranormal. No faltan las alusiones a los problemas adolescentes y los enamoramientos, y tampoco la tutela y esa duda sobre si hay una puerta a otra realidad que aterroriza e intriga y que tan bien ha sabido el autor aprovechar a lo largo de los años. La rata, el último, es otro ejemplo de placer nostálgico ya que su protagonista, un escritor que no tiene el éxito ni los problemas de Paul Sheldon, pero si con manías y que habla con una rata que le plantea extraños dilemas. Tengo que decir que, si bien mi lengua acarició la palabra pastiche, también es cierto que lo leí con placer.
    "La vida de Chuck" es el que más disfruté y es que, cuando uno lleva tantos años leyendo la misma pluma, agradece las novedades. Y en este relato King nos plantea una suerte de juego en el que será el lector quien conecte lo que nos está contando. Y a mi siempre me han gustado este tipo de juegos, aunque no sé si al protagonista le gustaría, si es que alguien se hubiera tomado la molestia de preguntarle y es que no se priva de nada el hombre.
Me dejo para el final el tercero, que da nombre al libro y ocupa la sinopsis de la contracubierta, ya que King rescata a Holly Gibney, heredera de Hodges reconocible por los lectores de los últimos tiempos del llamado maestro del terror pero que ha mezclado con la novela negra a este grupo de personajes en varios títulos.

     Y, en resumen, eso es lo que nos vamos a encontrar en "La sangre manda", un libro de relatos para todos los públicos en el que, lejos de buscar la homogeneidad habitual en estos libros, el autor parece haberse decantado por un "a gusto de cada lector". Es cierto que hay un relato beneficiado claramente y que se posiciona en la línea de los últimos tiempos del autor, pero yo he disfrutado mucho de la extravagancia de Chuck. Quizás por eso me ha gustado este último libro de King, me hace estar segura de que las opiniones sobre el favorito van a ser absolutamente dispares. Y si algo no soporto en un libro, es que provoque indiferencia.

     Y vosotros, ¿os gustan los relatos?

     Gracias.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Elevacion. Stephen King


     "Scott Carey tocó a la puerta de los Ellis, y el doctor Bob (que era como los residentes de Highland Acres seguían llamando a Bob Ellis a pesar de que llevaba cinco años retirado) le invitó a entrar.
     - Bueno, Scott, pues aquí estás. A las diez en punto. Dime, ¿en qué puedo ayudarte?
     Scott era un hombre corpulento, de metro noventa y tres descalzo, que había empezado a echar barriga.
     - No estoy seguro. A lo mejor no es nada, pero... Tengo un problema. Espero que no sea grave, pero pudiera ser."

     Empecé hace años con aquellos formato en bolsillo rojo, luego seguí completando mi colección con aquellos horrendos de lomos dorados y ahora voy comprando las novedades. soy fan, es lo que hay. Hoy traigo a mi estantería virtual, Elevación.

     Conocemos a Scott, un hombre de mediana edad, divorciado y que pasa de los cien kilos. Al menos eso pesaba justo cuando le íbamos a conocer, porque una vez que va a visitar a su amigo médico, ya ha bajado los primeros kilos. En realidad ese es el motivo de su visita, Scott está perdiendo peso. Y lo hace de una forma poco común, ya que no adelgaza "por fuera". Ni siquiera le afecta el peso de aquellas cosas que tiene en sus manos si se sube a la báscula con ellas. Visto ese camino... lo más probable es que termine por desaparecer. Aunque tal vez logre congraciarse con sus vecinos antes de hacerlo.

     Todo es posible en Castle Rock. Eso es lo que nos ha enseñado Stephen King a los largo de los años y también que no es del todo raro que un personaje lea un libro de Paul Sheldon o que, como sucede en este caso, alguien recuerde que ya no existe la escalera del suicidio. Y dentro de estas rarezas, Castle Rock parece un lugar proclive a que la gente tenga problemas con su peso: ya sea por maleficios o caramelos, el peso parece algo importante para los habitantes del lugar. aunque ahora hay una diferencia: uno no se ve más delgado y no teme desaparecer a base de hacer agujeros al cinturón. Lo que le sucede a Scott es algo así como estar en marte. Su cuerpo diferencia entre peso y masa y, si bien mantiene su masa, solo el peso se verá afectado como si la tierra hubiera decidido rebajar la gravedad con la que le atrae.
     Así las cosas Scott no encuentra modo de ponerle freno a tan inusitado síntoma o enfermedad, a saber, y curiosamente, el dejar de preocuparse por él mismo le hace consciente de su entorno. Así es como comienza a fijarse en DeeDee y Missy más allá de sus perros. Este matrimonio que llegó al pueblo hace unos meses con la idea de abrir un restaurante, se ha chocado de bruces con unas mentalidades que van más allá del conservadurismo ya que, amparándose en el rechazo a su matrimonio entre mujeres, no dudan en ser groseros y evitar cualquier tipo de trato con ellas que no sea un comentario o broma de tintes crueles. Tengo que decir que en este caso, lo terrorífico no es el protagonista cuarentón que se encuentra de repente en una situación que lo convierte en pobre hombre (algo habitual en los libros del maestro del terror) sino en la indiferencia de quienes consideran que, por el simple hecho de no sentirse molestos por la homosexualidad, ya están siendo abiertos de mente. Y esa es la vía que toma Scott, la de dejar esa indiferencia que le proporcionaba oídos sordos, para encontrarse con una hostilidad autoprotectora frente a la que decide luchar. Y yo lo leo y supongo que, sobre todo en los entornos más pequeños, que pueden ser desde un pueblo hasta un bloque de vecinos, no es algo tan lejano lo que King nos plantea. Lo que hace es, como siempre, avanzar por este terreno de una forma rápida, para seguir con la historia del increíble hombre liviano, que busca donde agarrarse de forma literal y figurada hasta que llega un momento en el que ya sabe lo que tiene que hacer.
     Y ese es el final que me reservo. A fin de cuentas estamos ante un relato casi largo protagonizado por cinco personas, dos perros y un gato, que guarda un final que me ha hecho sonreír con mirada infantil.

     Me hubiera gustado un King sorprendente, aunque ya empiezo a no hacerme ilusiones al respecto y disfruto con lo que hay. King es King.

     Elevación es un cuento que trata sobre la tolerancia y la amistad. Aquí el terror se produce cuando no existen esas cosas.

     Y vosotros, ¿habéis leído al maestro del terror?

     Gracias.   

miércoles, 18 de septiembre de 2019

El instituto. Stephen King


     "Treinta minutos después de la hora prevista de despegue, el avión de la compañía Delta en que Tim Jamieson debería haber abandonado Tampa con destino a las luces brillantes y los latos edificios seguía estacionado ante la puerta de embarque de Nueva York. Cuando un empleado de Delta y una mujer rubia con una placa del servicio de seguridad entraron en la cabina, se oyeron premonitorios murmullos de insatisfacción entre los pasajeros hacinados en la clase turista."

     Tengo la mala costumbre de leer todos los libros de King, y digo mala porque de vez en cuando tengo la sensación de que se repite. Hoy traigo a mi estantería virtual, El instituto.

     Conocemos a Luke Ellis, un niño de 12 años dotado de una inteligencia extraordinaria que ha sido admitido ya en dos de las mejores universidades de Estados Unidos. Tras presentarse por trámite al examen selectivo Luke es secuestrado en su casa mientras duerme y sus padres son asesinados. Todo parece preparado para que la policía creo que él los mató y huyó después. Pero en realidad ha sido llevado a un lugar remoto llamado El instituto en el que llevan a niños con habilidades telepáticas o telequinéticas para someterles a una serie de pruebas antes de ser trasladados a lo que llaman la Mitad Trasera. Allí nadie sabe lo que sucede, pero como le dicen a Luke otros niños del instituto, nadie regresa. Y lo que les dice la directora del centro de volver a sus vidas como si nada hubiera pasado, tampoco parece demasiado probable.

     Si algo falta en la breve sinopsis que he dejado es hablar de Tim, que aparece citado en el párrrafo inicial. Tim es un policía caído en desgracia que quiere comenzar una nueva vida en Nueva York. sin embargo y siguiendo una serie de pálpitos, termina siendo sereno en una pequeña ciudad de DuPray. Un ambiente que todos sabemos que King domina: ciudades pequeñas, hombres que son nadie en particular y acaban empujados a una situación que jamás hubieran esperado.
     Y tras persentarlo, King se centra en el instituto y en esos niños con poderes. El lector habitual sonríe cuando no pocos personajes afirman que antes esos niños con poderes eran más normales. ¡Claro! solo hay que recordar El resplandor o Carry, pero eran otros tiempos, piensa el lector habitual de las novelas de King. Sin embargo aquí estamos otra vez ante unos niños que nos advierten no son superhéroes. Estos niños son elegidos por una suerte de organización que los vigila hasta el momento de ser llevados a este centro llamado instituto en el que un puñado de personas bastante mal encaradas se encargan de hacerles una serie de pruebas mientras les cuidan entre normas demasiado laxas. Sí, estaréis pensando, niños con poderes psíquicos y un instituto, ¿dónde está el riesgo para el autor? bueno, pues parece que no lo hay salvo el de aburrir al lector. Y ahí es cuando King tira de su narración habitual y fluida y se centra en el inteligentísimo Luke que se va fijando en cada detalle y se ve capaz de realizar la mayor proeza: escapar. Y, como no podía ser de otro modo, si escapa será para terminar dando con sus huesos en DuPray, consiguiendo así fundirse los dos escenarios favoritos del autor y un puñado de temas habituales ya que, por supuesto, Luke será perseguido.

     Llegados a este punto es evidente que no os voy a avanzar más datos relevantes sobre el libro pero si diré que me ha dejado satisfecha a un nivel bastante superior a su última novela. El instituto se disfruta con cierto aire nostálgico y sabiendo que la aparente superficialidad de los personajes y trama se ven completados por lo que ya sabemos del autor. Solo de este modo puede uno salir contento, en otro caso puede que esta novela se le quede corta.

     Y a vosotros, ¿os gusta King? Porque seamos serios... o se le adora, o se le odia. Sin puntos intermedios.

     Gracias.

lunes, 19 de noviembre de 2018

La caja de botones de Gwendy. Stephen King y Richard Chizmar


     "Existen tres vías para llegar a Castle View desde la pequeña ciudad de Castle Rock: por la carretera 117, por Pleasant Road y por las Escaleras de los Suicidios. Cada día de este verano —sí, incluso los domingos—, Gwendy Peterson, de doce años de edad, ha tomado el camino de las escaleras, que ascienden en zigzag la ladera rocosa, a la que están sujetas por fuertes (si bien oxidados por el tiempo) pernos de hierro. La niña sube andando los cien primeros escalones, al trote los cien siguientes y corriendo los últimos ciento cinco, empecinada y a tumba abierta —como diría su padre—. En lo alto se dobla por la cintura, resoplando como un viejo caballo de tiro, con la cara roja, las manos apoyadas en las rodillas y mechones de pelo sudorosos cayéndole sobre las mejillas (da igual lo mucho que se apriete la coleta, siempre se le suelta durante ese último esprint). Sin embargo, se aprecia cierta mejoría. Cuando se endereza y mira hacia abajo a lo largo de su cuerpo, alcanza a verse las puntas de las playeras, algo impensable en junio, el último día de colegio, que también coincidió con su último día en la Escuela Primaria de Castle Rock".

     Ya hemos hablado de King en este blog. Muchas veces. Así que no es de extrañar que hoy traiga a mi estantería virtual, La caja de botones de Gwendy.

     Conocemos a Wendy cuando está a punto de cambiar de cambiar al instituto de secundaria de Castle Rock. Es un cambio importante y una de las cosas que Gwendy quiere dejar atrás es su sobrepeso junto a ese estúpido mote que le puso un niño. Por eso cada día sube las escaleras de Castle Rock. Pero un día se encuentra a un hombre que parece saber mucho sobre ella. Y no solo eso, además dice que tiene algo que le pertenece: una caja. Una caja que puede cambiar la vida de Gwendy con sus palanquitas y botones, pero que también supone una responsabilidad. Y la preocupación constante por si alguien la encuentra.

     Esta vez King escribe a cuatro manos con el escritor y guinista Richard Chizmar. Juntos desarrollan esta historia corta en la que reconocemos perfectamente al maestro en la idea pero quizás no tanto en el desarrollo. Lejos de esos personajes de mediana edad que se ven sobrepasados por las circunstancias, en esta ocasión la protagonista es una niña en pleno paso a la adolescencia y la acompañamos durante unos cuantos años. Con un regusto a La tienda volvemos a Castle Rock, ese lugar conocido por todos los admiradores de King, al que por un lado iríamos encantados y por otro no no acercaríamos ni estando ebrios. La novelita juega con las inseguridades de una joven para proponerle colmar su mayor deseo mientras le deja la advertencia de la responsabilidad que eso puede su poner. Es decir, conocida la avaricia del ser humano, si le propone perder peso sin esfuerzo, ¿le tentará apretar uno de los botones de la caja para ve qué deseo le satisface o qué provoca? Porque, tal y como le dice el hombre a esta joven: ella es la custodia y también "tu ya sabes lo que pasará si pulsas uno de esos botones". Y ya tenemos el juego mental en marcha. Cualquier cosa en la vida de la joven, vaya bien o mal, será culpa de la caja. Y es que la mente humana es capaz de convencerse de casi cualquier cosa y Gwendy será testigo y víctima de ello. Seremos pues partícipes de su angustia y también de sus avances en la custodia de tan extraordinario artefacto que llegará a ser el centro de su vida y con el que mantendrá una lucha constante para evitar vivir bajo la obsesión de perderlo.

     King y Chizmar escriben por tanto una historia con un cierto regusto a aquellas que escribiera el maestro del terror hace años, pero lo hacen de una forma totalmente light, como si, de repente, el terror fuera algo de adultos y ahora estuviéramos ante una versión tolerada para todos los públicos. Es por eso que el lector no puede evitar tener la sensación de estar ante una oportunidad desaprovechada para volver a la senda de hace años que King parece haber abandonado definitivamente.

     La caja de botones de Gwendy es una novelita entretenida. Sin nada más que añadir al respecto.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

     PD. Motivos técnicos me obligan a no sacar reseña hasta el lunes, no quiero pillarme los dedos con los plazos que me han dado (en teoría, mañana).

lunes, 8 de octubre de 2018

El visitante. Stephen King


     "Era un coche sin distintivos, un sedán estadounidense cualquiera con unos cuantos años encima, pero los neumáticos totalmente negros y los tres hombres que iban dentro no dejaban lugar a dudas. Los dos de los asientos delanteros vestían uniforme azul. El de atrás, grande como una casa, llevaba traje. En la acera, un par de adolescentes negros, uno con un pie en un monopatín naranja muy gastado, el otro con su tabla de color lima bajo el brazo, observaron el automóvil mientras entraba en el aparcamiento del estadio Estelle Barga y luego cruzaron una mirada".

     A estas alturas no es ningún secreto que me gusta Stephen King, por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El visitante.

     Estamos en Flint City, una pequeña  tranquila ciudad en la que todo el mundo se conoce y los fines de semana se acude al partido de baseball y a la iglesia. Sin embargo, la detención en pleno partido del entrenador T acusado de asesinar brutalmente a un niño de la localidad acaba con esa tranquilidad. Esa detención pública ha sido como un huracán que ha barrido con la calma de Flint, y fue orquestado por el detective Ralph Anderson, quien contaba con pruebas más que suficientes para señalar al entrenador T como culpable, pero.. ¿y si no lo es?

     Hoy voy a comenzar aclarando un punto que me parece importante y es que, incluso en la promo de la novela, nos dicen que llega tras el éxito de la trilogía que el autor comenzara con Mr Mercedes. Bien, en este caso considero que tal vez debieran de avisar en alguna parte de que en este libro, no solo nos vamos a encontrar con alguno de los personajes de la trilogía, sino que durante su lectura nos van a desvelar datos importantes de ella. Particularmente de los dos últimos títulos. Es más, nos cuentan el final. Supongo que al no pertenecer a la serie (lo siento Holly Gibney) no lo han considerado importante, pero a cualquier lector le da rabia que en un libro le destripen otros. Añadiré y por terminar con este punto, que no es necesario haber leído la Trilogía de Hodges para sumergirse en esta lectura. Y, dicho esto, empecemos con la novela.

     King comienza la trama de una novela policíaca, fiel a sus últimos libros, con un narrador omnisciente y asentando las bases de un caso imposible. Nos propone un crimen, un hombre que es señalado como culpable con pruebas indiscutibles y... luego nos da pruebas indiscutibles de que tal vez no lo sea. De hecho las pruebas van apareciendo en uno y otro sentido para desdicha del protagonista Ralph. No contento con eso, King carga tintas sobre esta ciudad y la sombra del brutal asesinato es alargada y va destrozando familias y minando al pobre detective Anderson que necesita saber qué es lo que sucede realmente mientras el lector, que ha visto la cubierta del libro y el título de la novela, sonríe esperando que King se saque el conejo de la chistera. Y algo así sucede a partir de la segunda mitad del libro, en la que lo que parecía la novela negra imposible, va girando hacia lo paranormal (justo lo contrario que había hecho King en la Trilogía de Hodges), contentando de este modo a sus lectores más fieles. King se maneja bien en las distancias cortas de las pequeñas ciudades, aunque he echado de menos Maine, con personajes que muchas veces son totalmente arquetípicos para cubrir ciertas acciones necesarias, ya sean de camareros o de protagonistas, King salpica con ellos todas sus novelas evitando así describir demasiado o explicar sus motivaciones, ya que son concebidos como viejos conocidos de los que ya sabemos un poco. Por lo demás, la trama es entretenida con una primera mitad muy interesante y una segunda parte que a los lectores de novela negra le puede resultar tramposa y a los de terror incluso predecible a ratos, pero que cumple la función de entretener al lector. Y es que, si suelo defender la lectura como entretenimiento, ahí King es un maestro con legiones de seguidores que acuden a las librerías en busca de su último título para pasar unas cuentas horas ajenos al mundo. no son buenos libros, somos conscientes, pero dudo mucho que el autor se haya puesto como meta llegar a ser un gran literato, con el título ganado en los ochenta de "Rey del terror" creo que le vale.

     El visitante me ha parecido una novela entretenida que tiene algún eco de loq ue fue pero no es ni de lejos tanto como habían prometido. Lo he disfrutado sin prejuicio, solo por el simple placer de volver a leer a King.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.


viernes, 9 de febrero de 2018

Bellas Durmientes. Stephen King y Owen King


     "Evie ríe al ver la mariposa nocturna. Se posa en su antebrazo desnudo, y ella acaricia las ondas grises y marrones que colorean sus alas. «Hola, preciosa», la saluda. La mariposa emprende el vuelo. Sube, sube y sube, hasta que la engulle un haz de sol enredado entre las relucientes hojas verdes, a siete metros por encima de Evie, que se encuentra en el suelo, entre las raíces."

     Si Stephen King no es uno de los escritores más prolíficos del mercado, desconozco quien puede ganarle. Y más jugando en la misma liga que llena estantes de librerías (particularmente las situadas en estaciones y aeropuertos). El escribe y nosotros leemos, en realidad es así de simple. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Bellas Durmientes.

     Estamos en Dooling, una pequeña ciudad en la que, al igual que en el resto del mundo, las mujeres parecen quedarse dormidas y ser incapaces de despertar mientras una suerte de capullo sedoso recubre sus cabezas. Y si alguien, Dios no lo quiera, tiene la mala idea de retirar el capullo, que se prepare para las consecuencias. Los hombres quedan solos mientras algunas mujeres, como la sheriff luchan por no dormir. Y allí aparece Eve, Evie, una mujer capaz de dormir y despertar, de conocer y matar, de hablar con los animales y encarnar lo mejor y lo peor. El peso masculino recae en Clinton Norcrossm psiquiatra del penal de Dooling y marido de la sheriff.

     Ya conocíamos al hijo mayor de King, Joe Hill, quien ha escrito, no solo con su padre, sino que se ha formado ya un nombre propio en el panorama literario. Sin embargo ha sido el hijo menor esta vez quien ha tenido una idea y la ha compartido con su famoso padre que rápidamente se ha prestado a escribir una novela a cuatro manos con él. Y así es como nace Bellas Durmientes, un libro en el que nos encontramos muchos ecos de obras ya conocidas de King y en el que, esta vez, se decanta por la distopía con toques femeninos que tan de moda está en los últimos tiempos. Y posiblemente ese sea el gran defecto de esta novela; no aporta novedades al lector.
Nos circunscribe a un pueblo y sus habitantes y relaciones entre ellos, haciendo que recordemos La cúpula, cercando ese cerramiento a las cabezas de las mujeres que parecen huir así de un mundo masculino. Sin embargo podríamos retroceder mucho más, hasta Salem's Lot para descubrir que King es un experto en aumentar las tensiones entre los ciudadanos de las comunidades pequeñas, exactamente igual que ya se metió de lleno en las epidemias en su libro Apocalipsis. Todo nos suena en esta nueva novela. Incluso la cárcel, aunque ahora sea de mujeres y, al convertirse en uno de los escenarios centrales se acerque más a Orange is the new black que a La milla verde. Y es que supongo que cuando alguien tiene una obra tan dilatada como la del maestro del terror es inevitable no caer en algunas repeticiones.

     Bellas Durmientes es una novela extensa, en la que veremos como poco a poco las mujeres duermen por una enfermedad de nombre Aurora, como la Bella Durmiente de Disney, y pasaremos de la perplejidad al terror de los habitantes que no saben muy bien qué está sucediendo. Del mismo modo, los King se irán centrando en Norcrossm, un personaje típico en la obra del padre: un hombre de mediana edad, en este caso psiquiatra, que se ve en el centro de la acción cuando hasta ese momento ha tenido una vida sosegada más que feliz. Será el la voz masculina de una prisión en la que no faltan rencillas, afinidades o funcionarios con la mano demasiado larga y será allí al lugar al que lleven a Eve, esa mujer cuya entrada en la historia consiste en irrumpir en una caravana y asesinar a dos hombres que se dedican al tráfico de drogas de la forma más sangrienta posible.Eve es desconcertante, los King la cargan de simbolismos pero parecen no terminar de decidirse por el bando en el que van a colocarla. Es evidente que no es buena, pero tampoco es mala en realidad, reivindica muchos tipos de mujer en un libro que se carga de clichés básicos sobre la brutalidad masculina y el apego femenino, por ejemplo, a los hijos pequeños. Al final tenemos una extensa novela que se hace aburrida en su parte central, en la que no se percibe el terror ni la tensión de sus obras anteriores y de la que, lo mejor que puede decirse, es que su lectura no requiere mayor esfuerzo. Es cierto que al final parece que espabilan y nos llevan al punto al que queríamos llegar, pero lo que dudo es que sea necesario entretenerse tanto por el camino dejando una estela de personajes vacíos.

     Bellas Durmientes me ha parecido una historia fallida como novela, pero que posiblemente encuentre un hueco en una de las múltiples plataformas de series que existen hoy en día. La capacidad para coger elementos de distintos géneros es, cuanto menos, digna de mención y tal vez, y ya que se acerca a muchas de las modas actuales, la veamos convertida en un éxito. Personalmente, me ha decepcionado, le falta mucha fuerza.

     Y vosotros, ¿habéis leído algo de el Rey del Terror?

     Gracias.

     PD: Se que me dejo muchos detalles y que podría hablar de zombis, de animales que hablan y dar una dimensión aún más mágica a la epidemia Aurora. Incluso podría hablar del árbol y del lugar de las mujeres. Pero entendedme, son más de 750 páginas, les ha dado tiempo a contar demasiadas cosas.

lunes, 10 de abril de 2017

Después de medianoche. Stephen King


     "Bueno, fíjate bien en esto; aquí estamos todos. Lo hemos vuelto a hacer. Espero que te alegres de estar aquí al menos la mitad de lo que me alegro yo. Lo digo solo porque me acuerdo de una historia, y como contar historias es lo que hago para ganarme la vida  (y para conservar mi cordura), te transmitiré esta."

     Hace poco os mostraba El bazar de los malos sueños y afirmaba sin demasiado pudor que Stephen King no llegaba a escribir el mismo terror que le había conseguido millones de lectores. Por eso me he decidido a echar la vista atrás en su obra, y hoy traigo a mi estantería virtual, Después de medianoche.

     Después de medianoche es un recopilatorio formado por cuatro relatos, de esos que no alcanzan la suficiente extensión como para ser llamados novelas, pero sí que superan la habitual en este tipo de libros, dando lugar a historias completas y con bastante detalle. Se da además el caso de que en España se ha optado en muchas ediciones por separar estos cuentos en dos volúmenes, titulados Las dos después de medianoche y Las cuatro después de medianoche. Si me preguntáis a mi, prefiero esta edición, no ya por el precio, si no que además se ajusta a la publicación original del autor.

     Las historias que nos ofrece King, parten de puntos sencillos que, como suele ser habitual, están protagonizadas por una persona que se ve sorprendida y, en la mayor parte de los casos, aterrorizada, por las circunstancias. En Lagolieros será un piloto quien viajando como pasajero, despierte y se vea en una situación extrema, con personas desaparecidas y obligado a aterrizar, sin tener muy claro dónde... y no tener ni idea de lo que sucederá después. Mucho más efectiva, pese a que el componente fantástico se desvela en la primera página, es El perro de la Polaroid, que nos relata la historia de un joven y su cámara nueva. La particularidad de la cámara es que en todas las fotos aparece un perro, da igual lo que estés enfocando. Y además el perro parece mirar a la cámara, acercarse. Y el autor aumenta la tensión foto a foto mientras nos plantea la disyuntiva sobre loq ue haríamos nosotros, y juega con el miedo y la curiosidad. Posiblemente este sea el mejor de los cuatro relatos, pese a su aparente simplicidad.
     El policía de la biblioteca nos habla de esos guardianes de bibliotecas temidos por quienes no devolvían sus libros a tiempo, el temor a ser pillado y la capacidad infantil para magnificar este tipo de figuras autoritarias. Aunque, tal vez, no las hayan magnificado, y ahí está el protagonista del relato dirigiéndose sin saberlo a descubrir cuánto hay de cierto. Por último nos encontramos con Ventana secreta, jardín secreto un relato en el que un escritor se ve acusado por un particular de plagio, un hombre muy enfadado y blandiendo un viejo manuscrito le muestra que coincide palabra por palabra con una obra firmada por él. Y lo peor es que no se explica cuándo le pudo copiar. Lo que no sabe este hombre aún es que el relato firmado por el escritor, se publico antes de que él escribiera el suyo. ¿Qué sucede entonces cuando ninguno de los dos ha podido copiar al otro?¿O el portador del manuscrito lo sabe y tiene una importante tara mental? Es King, yo me pondría en lo peor.

     En este libro King se dirige rápido hacia el punto intranquilizador, que puede ser el objeto del terror, como es el caso del perro que aparece en la fotografía, o el ambiente previo a la resolución de la tama planteada, como en Ventana secreta, jardín secreto.Demuestra de este modo su manejo en las dos vías rápidas para ganarse a un lector que tendrá curiosidad por la resolución de la historia, máxima sabiendo que King nunca tuvo muchos problemas para matar a personajes en sus libros. Se ciñe además a las reflas más básicas que todo el mundo conoce, creando historias rápidas que bien podrían pertenecer a aquel cine de serie z que triunfó hace ya un par de décadas.
     El resultado es un libro entretenido muy válido para comenzar un acercamiento al llamado, maestro del terror.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 20 de marzo de 2017

El bazar de los malos sueños. Stephen King


      "Te he preparado unas cuantas cosas, Lector Constante; las expongo ante ti a la luz de la luna. Pero, antes de que contemples los pequeños tesoros artesanales que tengo en venta, hablemos un poco de ellos, si no te importa. No nos llevará mucho tiempo. Ven, siéntate a mi lado. Y acércate un poco más. No muerdo.
     Aunque... nos conocemos desde hace ya mucho tiempo, y sospecho que sabes que eso no es del todo cierto.
     ¿No es así?"

      Stephen King me gusta. Me divierte. Siempre ha sido así. Y eso hace que me sumerja en sus libros con una gran facilidad sabiendo que me dispongo a pasar unas horas de entretenimiento. Por eso tenía ganas de leerme estos cuentos. Hoy traigo a mi estantería virtual, El bazar de los malos sueños.

     Esta vez el llamado maestro del terror nos deja una colección de veinte relatos, algunos inéditos y otros no aunque sí mejorados, que vienen acompañados de una pequeña introducción en cada uno de los casos. En ellas el autor se dirige brevemente a su lector contante antes de comenzar su cuento, que irá desde los más clásicos en su estilo, como Área 81, hasta otros que intentarán sorprender al lector, como es el caso de Ur, e incluso poesía.

     No voy a hacer una enumeración de cada uno de los relatos contando su título y resumen porque considero que eso haría un flaco favor al lector. Lo que sí puedo decir es que Stephen King ha recuperado en este libro al escritor que muchos conocimos en nuestra adolescencia a través de aquél formato granate de bolsillo. Y lo encontramos, ahí está en cuentos con niños y bicicletas, con coches monstruosos, con mensajes en arena... y pensamos entonces que ha vuelto ese Stephen King que ahora parecía haber abandonado a su lector de toda la vida para pasarse a lo que llaman liteatura más seria abandonando el género. Tal vez por eso todo el libro vaya dirigido a su Lector Constante, al que habla en cada prólogo explicándole en un tono que recuerda al ya añejo Mientras escribo, en el que le dirá cómo surgen las ideas, hablará de ideas fugaces, de influencias... y que es, podría asegurar, la parte del libro que más me ha gustado. Y es que creo que podría afirmar sin temor a equivocarme, que todos los que leímos Mientras escribo, nos aficionamos a los prólogos de los libros de King escritos por el propio autor. Textos en los que se dirigía a nosotros relatando alguna anécdota que podía tratar desde un paseo para hacer un poco de ejercicio con su perro, hasta un desayuno a la mesa de su casa. Y aquí ha sido generoso con esa parte. Gracias.

      Comentaba que también se acerca al poema en algún relato, y eso hace que me pregunté por qué no poner a un libro media docena de páginas más y dar la opción bilingüe en estos casos. Para saber qué ganamos y perdemos, para ver la rima, las palabras, lo sonoro. En mi caso, me quedo con esa curiosidad. Los poemas me han gustado, no es la primera vez que leo a King metido en estas lides.

      El resultado de El bazar de los sueños es bastante uniforme y compacto, aunque sigue lejos de aquel escritor que conocí. No hay bajones en la calidad de los relatos, aunque es cierto que no los he disfrutado tanto como hice hace años, con sus ... después de media noche. Me hago mayor, supongo. Pero me ha gustado. Tal vez incluso con un poco de nostalgia del lector que fui. Comentaré además, y esto ya es pasión personal, que me he reído con un detalle y os comento porque las curiosidades me pirran, y... bueno, cualquiera que siga mi Instagram sabrá que los zapatos también. Hay un cuento, Fuegos artificiales, en el que se nombra a un zapato cordobés para hablar de un tono de bronceado. Os diré como anécdota que estaría por apostar a que el señor King no tiene ni idea de lo que es un zapato cordobés, al igual que me pasa a mi, en cambio si uno le preguntase por un cordovan shoe las cosas cambiarían. King podría entonces explicar que un zapato cordován se hacer con un tipo de piel muy determinado y que se suele teñir de un tono marrón oscuro. Me sonreí pensando en cuantos deslices habrá que no veamos en cada libro que leemos. No es importante, es... una simple curiosidad que no afecta en nada a la lectura.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.
     Firmado:
     Un Lector Constante.


lunes, 26 de septiembre de 2016

Quien pierde paga. Stephen King


     "Despierta, genio."

     Así comienza la nueva novela de Stephen King para deleite de sus fans. Y digo para deleite porque la frase la pronuncia un personaje con pasamontañas a un escritor que está durmiendo plácidamente en su casa. ¿Reconocible esa relación escritor/lector en la obra de King? Por supuesto. Hoy traigo a mi estantería virtual, Quien pierde paga.

     Tres hombres encapuchados llegan a casa de un anciano escritor llamado Rothstein con intención de asaltar al que fuera denominado genio literario. Sin embargo, uno de ellos, Morris, tiene una deuda con el escritor y su personaje más conocido: está cabreado con el anciano por la trayectoria que hizo tomar a su personaje y ha oído que tiene en casa manuscritos sin publicar. El asalto se salda con el robo de dinero y manuscritos y la muerte del viejo escritor. Conocido Morris vemos como decide esconder el botín tras finiquitar su relación con sus cómplices y como acaba pasando en prisión unos cuantos años. Y entonces viajamos en el tiempo para conocer a la familia Sauber, un matrimonio cuyo marido es una de las víctimas de la masacre de Mr Mercedes, su esposa y dos hijos que ven como su vida se va al traste por los problemas económicos. Eso hasta que Pete, el hijo mayor, encuentra un cofre en el bosque. A partir de aquí seguiremos las dos historias buscando la unión entre ambas.

     Quien pierde paga es la segunda parte de la Trilogía de Bill Hodges, una tentativa del autor de terror más conocido por varias generaciones, de adentrarse en la novela negra. Conocimos a Hodges, un policía retirado, y sus ayudantes, en la primera entrega, Mr Mercedes, y en esta segunda, King lejos de comenzar citando a su detective, nos hará revivir en el segundo capítulo aquella truculenta escena que marcaba la primera entrega de la trilogía en la que un coche arrollaba a una multitud que hacía cola esperando conseguir un empleo. Pero antes de eso, King recupera una de sus obsesiones: los fans malsanos de los escritores. Y nos presenta en las primeras páginas un asalto digno de Misery para dar comienzo a la acción determinante en este libro: la muerte de un Rothstein cuyo nombre nadie duda que es un homenaje a Roth a manos de un lector. Ahí está el King reconocible para todos sus lectores, el autor visual capaz de estremecer al lector al hacerle partícipe del terror de sus personajes. Y no contento con ello, repetirá en ese segundo capítulo al relatar la masacre desde otro punto de vista al conocido ya por quienes nos hicimos con aquella primera entrega.

     A partir de aquí y marcado por una narración ágil, King despliega sus dos historias separadas por treinta años. Por un lado, vamos conociendo el destino de los asaltantes de la casa de Rothstein (de uno de ellos en realidad), y también el botín robado. Por otro, y pasados treinta años, descubrimos siguiendo la historia de ese tesoro enterrado, a la familia Sauber cuyo hijo se convierte en descubridor de ese tesoro. Y comenzamos a temer el momento en que ambas historias se vayan a cruzar. Porque todos conocemos a King, y tememos y deseamos ese momento a partes iguales. Aunque tal vez no seamos los únicos preocupados, y ahí es donde King nos deja recuperar a Hodges, quizás una niña se haya fijado en el cambio operado en su hermano y acuda a un adulto pidiendo ayuda para saber por qué se ha producido dicho cambio. Sin embargo, y pese a pertenecer a la citada trilogía, Hodges dista mucho de ser el protagonista principal de esta novela que se articula en torno a Morris y Pete, dos personajes con más de un punto en común, como su pasión por la literatura, que serán los encargados de llevar el peso de la historia.

     A lo largo de aproximadamente 450 páginas, King hace gala de su facilidad narrativa que engancha al lector, obligándole casi a seguir leyendo sin notar apenas unos fallos que se hacen evidentes al finalizar el libro y que llevan el mismo nombre: Rothstein. Ese personaje que abre la acción al ser asesinado y cuya sombra planea de forma constante, el genio que guardaba un tesoro en manuscritos y del que nos faltaron datos que, sin ser determinantes para la historia, necesitamos saber gracias a que el propio autor nos lo recuerda en varias ocasiones. O tal vez tengamos que esperar a la tercera entrega para saber por qué Rothstein decidió guardarse una parte de esa historia que le dio la fama.

     En conjunto Quien pierde paga me ha parecido una novela francamente entretenida de un King que no parece terminar de encontrarse cómodo en este género. Perfecta para pasar unas cuantas tardes.

     Dicen que todo lector que ha superado los ciento cincuenta libros a sus espaldas ha leído algo de Stephen King, así que decidme, ¿habéis leído algún libro de King?

     Gracias.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Mr. Mercedes. Stephen King




     "Augie Odenkirk tenía un Datsun de 1997 que aún funcionaba bien pese a sus muchos kilómetros, pero el combustible salía caro, sobre todo para un hombre sin trabajo, y el Centro Cívico estaba en la otra punta de la ciudad; decidió, pues, tomar el último autobús del día. A las once y veinte de la noche se apeó con la mochila a la espalda y el saco de dormir enrollado bajo el brazo. Pensó que a eso de las tres de la madrugada agradecería ese saco de plumón. Era una noche fría y neblinosa.
     - Buena suerte, amigo -dijo el conductor cuando Augie se bajó del autobús-. Deberías conseguir algo solo por ser el primero."

     Si me pongo a contar, y esta vez no me sirven los dedos, Stephen King debe de andar por las casi sesenta novelas en el mercado, y millones de lectores repartidos por el mundo. Eso significa que, cada libro que saca, es valorado no sólo como libro, sino también como libro de Stephen King. Así que me procuro dar prisa y leerlo estando aún en blanco de opiniones. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Mr Mercedes.

     Conocemos a Hodges, un inspector retirado (ins. ret.) que pasa los días delante de la televisión sopesando si terminar con su vida. Eso hasta que recibe la carta de Brady Hartsfield confesando ser Mr Mercedes, el autor de la masacre del Centro Cívico que sigue aún en libertad. Esta carta, que inicialmente parece querer empujar al suicidio a Hodges, lo que hace es activarlo y dar comienzo a un juego de gato y ratón entre ambos mientras que Brady empieza a pensar en volver a matar de una forma mucho más terrible.

     El libro comienza con la matanza de Mr Mercedes, empujando de este modo al lector a la historia sin miramiento alguno. De hecho es una de las mejores escenas. Pasada esta escena, nos sitúa rápidamente en el presente para presentarnos a sus dos protagonistas; el policía y el asesino. Y nos recuerda una y otra vez que no estamos ante una novela de terror, sino que nos estamos leyendo una novela negra.
Para ello, King acumula tópicos; detective retirado que se ha quedado en una espantosa soledad, la recesión para reflejar una sociedad en un momento determinado, un pequeño grupo formado por personas marcadas para ayudar al policía y un asesino con una vida desestabilizada. Incluso se permite señalarnos un cliché con el dedo al proporcionar a Hodges un sombrero, porque todo detective debe tener un sombrero, dice. Pero por supuesto, es King, y siempre va a dejar su sello personal; no necesita tener una historia de terror entre manos para hacerlo. Y también demuestra que hay cosas que pueden dar más miedo que una novela de terror, porque aquí no hay elementos sobrenaturales, pero cuando Brady comienza a planear una segunda masacre, se me pusieron los pelos de punta.  Sobre todo porque King ha puesto un pie en el realismo más efectivo, el que permite que sus personajes cometan errores y les ciegue la ira o los tópicos y las primeras impresiones. Esto es lo que da realmente peso a esta novela, la credibilidad, la página web como forma de contacto entre los protagonistas, la tecnología, los conciertos y las nuevas llaves de los coches. Es nuestra vida y a saber quién es nuestro vecino.

     El ritmo, como acostumbra el autor, es creciente. De hecho, a medida que va introduciendo personajes y dando pequeños giros a la historia, es inevitable sentir la necesidad de saber cómo va a continuar. Y es inevitable sentir la tentación en este momento de hablar de un pequeño cambio que se produce en uno de los lados y que, a mi, me pareció además de una sorpresa, todo un acierto en la historia. Sin embargo, hay cosas que vale más ir descubriendo a medida que se avanza la lectura. Lo que sí es cierto, es que es muy fácil dejarse llevar por esta novela y terminar buscando esos pequeños ratos, para abrir sus páginas y avanzar un poquito más en la historia. No le faltan personajes bien dibujados, ni giros que, lejos de basarse en culpables sorpresa, puesto que sabemos quien es el asesino desde el comienzo de la historia, se basan en segundos planes que hay que intentar detener y en la mutua caza que parecen estar jugando ambas partes.

     Mr Mercedes me ha parecido una buena novela negra, totalmente recomendable. Y también me ha parecido un buen libro de King, en el que nos encontramos algunos de sus clásicos, ya sea alusiones a otras de sus obras o su sempiterno enfrentamiento entre el bien y el mal. En todo caso, una fantástica opción para quienes no se acercaron aún al autor porque no son afines a su género habitual.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias


jueves, 14 de agosto de 2014

Carrie. Stephen King




     "Carrie se hallaba en medio de ellas, impasible, una rana entre los cisnes. Era una muchacha fornida, con granos en el cuello, la espalda y las nalgas. Su cabello mojado no parecía tener color alguno: se pegaba a su rostro con una obstinación empapada y abatida.
     Estaba allí parada, con la cabeza ligeramente inclinada, dejando que el agua se precipitara sobre su cuerpo y cayera al suelo. Parecía la típica cabeza de turco, el perpetuo blanco de las bromas, la chica capaz de tragarse las historias más increíbles, el objeto de todas las malas jugadas. Y realmente lo era. 
De manera desesperada desearía que la Escuela Secundaria Ewen tuvieses duchas individuales -y por lo tanto privadas- como escuelas de Andover y Bosford. Porque se quedaban mirándola... Ellas siempre se quedaban mirándola..."

     De vez en cuando es una tentación acercarme a King y a su terror. No al narrador impecable en el que se ha convertido, sino al terror de sus comienzos, ese que hacía estremecer a cualquier lector. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Carrie.

     Conozcamos a Carrie, Carrieta. Su padre muere antes de que ella nazca así que ha sido criada por su madre, una fanática religiosa que llena su casa de imágenes y piensa que la tortura forma parte de su religión y, como tal, acerca al perdón y a Dios. En la escuela no le va mucho mejor, ya que no tiene amigos y sus compañeros le hacen la vida imposible, convirtiéndola en el bicho raro oficial. Sin embargo, el día que Carrie descubre que tiene telekinesis, las cosas parece que pueden cambiar. Si no puede llevar una vida normal, al menos puede vengarse.

     Carrie es el cuarto libro escrito por Stephen King y el primero que consiguió publicar, aunque para llegar a ello su mujer tuviera que convencerlo de rescatar este título de la basura. Pertenece a esa época en la que el terror empezaba a hablarnos de algo más que casas encantadas y nos mostraba a personas, un ejemplo perfecto es La semilla del diablo, así que Carrie pronto alcanzó un éxito notable entre el público.

    Lo primero que llama la atención de esta novela es su aparente caos estructural. La historia está formada por la visión de Carrie sobre lo que sucedió, sabemos de hecho que algo sucedió desde el principio, por entrevistas, fragmentos de noticias sobre el suceso... y todo ellos, en contra de lo que pudiera parecer, forma una historia fácil de seguir que se va cargando de dramatismo precisamente por su estructura. Consigue un halo de credibilidad que nos envuelve mientras nos debatimos entre distintos tipos de horror ante lo que nos cuentan. Es una historia terrible, un personaje que puede ser terrible, una madre que nos horroriza como trata a su hija amparándose en la religión, una sociedad que permite esos comportamientos a la fuerza ha de ser terrible, por lo tanto el instituto también lo es... y así podría seguir enumerando las cosas que una a una van cayendo como si fuera un dominó gigante de letras.

     Y la historia, bueno, la historia va un poquito más allá de lo que en un principio nos puede parecer. Para empezar es una historia dominada por mujeres, no sólo por Carrie sino por aquellas con las que se cruzó en la vida. Su madre, una mujer terrible capaz de estremecernos por la forma de tratar a su hija; Chris, la compañera de clase que disfruta en su papel de matón; Sue, la otra cara en el instituto, la de la niña que parece querer reformarse y expiar su crueldad... o mejor hacer que otro la expíe por ella; la profesora de gimnasia... Todas ellas ponen su granito de arena a la hora de formar, o deformar, a Carrie. Todas ellas cargan el ambiente hasta conseguir que al lector incluso le de pena de la pobre chica que no encaja y sufre permanentemente. Y mientras eso se nos pasa por la cabeza, seguimos con una alarma encendida por alguna parte, un aviso luminoso de que algo no va bien... y ¡zas! King nos lo muestra, nos lo pone delante de las narices para conseguir que demos un paso atrás horrorizados. Lo sabíamos, pero ahora no importa, es el gran golpe de efecto del autor y nos ha pillado con la guardia baja, entre dudas. Lo habíamos leído, pero da igual.

     Stephen King es uno de esos autores prolíficos que nos van dejando historias con una pasmosa regularidad. Cierto es que ha evolucionado mucho en formas y en tipos de novela, pero si nos dirigimos a estas primeras publicaciones nos topamos con aquello que le hizo ganar miles de lectores: la capacidad para hacer de cualquier pequeño lugar, un sitio de pesadilla. Y la de engancharnos a sus pesadillas.

     Y vosotros, ¿habéis leído algo de King?

     Gracias

     Pd. Con esta entrada me despido una semana, como ya avisé una en julio y una en agosto así que hasta el jueves y disfrutad mucho. Y, por cierto, seguid leyendo, así podréis contarme vuestras lecturas a mi regreso.


miércoles, 11 de junio de 2014

NOS4A2 (Nosferatu). Joe Hill




     "La enfermera Thornton se pasó por el pabellón de los enfermos de larga estancia un poco antes de las ocho con una bolsa de sangre caliente para Charlie Manx.
     Iba con el piloto automático puesto, con la cabeza en otra parte y no en su trabajo."

     No fue la impactante cubierta lo que primero me llamó la atención del título que traigo hoy, sino el ingenioso juego de palabras que supone esta mezcla de letras y números que le da título. Hoy traigo a mi estantería virtual, Nos4a2.

     Cuando conocemos a Vic McQueen es una niña con un talento especial. Cuando coge su bicicleta es capaz de atravesar un puente que la conecta con su deseo de encontrar cosas; ya sea una mascota o un brazalete ella llega. Lo que no sabe es el alcance que puede tener su don. Ahora es adulta y recuerda aquello como una suerte de juego imaginativo, hasta que no la queda más remedio que mirar de frente a todos esos detalles que había ido rechazando a lo largo de su vida.
     Conocemos también a Charlie Manx, un hombre que ha secuestrado a incontables niños usando su Rolls Royce Espectro para ello. Dice que los saca de hogares que los dañan para llevarlos a Christmasland, un parque de felicidad. No es así exactamente... como tampoco es exactamente un vampiro, aunque cuente con su sirviente.

     Este libro es la mayor de las novelas de Joe Hill hasta el momento y también en la que se ha dejado llevar más hacia la fantasía. Da la sensación de que, no sólo ha perdido miedo a ser comparado con su padre (Stephen King) sino que él mismo hará pequeñas referencias al mismo a lo largo de la obra. De este modo los amantes de las novelas de su padre se encontrarán con un mundo mágico, niños con poderes que les dan poder, un coche malvado, bicicletas para correr... y no podrán evitar pensar en La Torre oscura, Christine, It... y sonreírse mientras avanzan por la historia. Una historia que, pese a ser de terror, nos deja pequeños guiños a otras obras cargados de sentido del humor, como el hecho de que Vic cruce un puente lleno de murciélagos y llame a su hijo Bruce Wayne.

     Ya en las primeras páginas nos llama la atención el personaje de Vic, una niña que huye buscando cosas, y así la vemos: "huye". Porque su casa no es precisamente el paraíso aunque ella se empeñe en no notarlo en ese momento. La bicicleta es su vía de escape hacia ese otro mundo en el que se puede encontrar justo lo que se necesita y arreglar las cosas, pero también lo es hacia una extraña niña que le hablará de más personas como ellas, y mundos a los que llegar; y le hablará por primera vez del Espectro. Y recibirá sus consejos: No lo busques, ten cuidado que tu don tiene un precio también. Sin embargo ya sabemos nosotros a esas alturas, y aún estamos comenzando la historia, que el encuentro es inevitable. La historia trata precisamente de las consecuencias de ese encuentro y del futuro de ambas partes. Viajamos hasta el presente, un momento en el que Vic tiene que salvar a su propio hijo: la lucha se prevé encarnizada.

     Y todo esto lo hace Hill a ritmo de villancicos sin importar que sea pleno verano, tanto en su novela como en el momento que la leemos. Y consigue convertir esa época del año en algo asfixiante y terrorífico y también que tarareemos villancicos mientras vamos leyendo. Retuerce cada rasgo convirtiendo lo que podrían ser pistas de hielo en improvisados almacenes de espectros, el pan de jengibre en una trampa mortal y los árboles adornados en souvenirs. No deja nada al azar para engancharnos al hilo de una novela completa en la que no quiere dejar ningún resquicio, mil y un pequeños detalles van apareciendo para enseñarnos también una historia de amor, de familia, de búsqueda y de redención.

     Hoy traigo una novela que, pese a ser voluminosa, se lee con bastante rapidez. Una historia a la que hay que llegar evitando comparaciones con su padre para poder disfrutar de sus letras.

     Y vosotros, ¿os cuesta desvincular a determinados autores de sus parentescos, profesiones... a la hora de decidir si leer sus libros?

     Gracias

     PD. Recordad, no hay que montarse en el coche de personas que no conozcamos. Jamás:



miércoles, 9 de abril de 2014

El pasillo de la muerte. Stephen King




     "Todo ocurrió en 1932, cuando la penitenciaría del estado aún estaba en Cold Mountain. La silla eléctrica también estaba allí, por supuesto.
     Los internos hacían chistes sobre la silla; la gente siempre hace bromas acerca de las cosas que le asustan pero no puede controlar. La llamaban la Freidora o la Gran Licuadora. Bromeaban sobre la cuenta de la luz o la posiblididad de que el alcaide Moores preparase allí la comida del día de Acción de Gracias, ya que su esposa, Melinda, estaba demasiado enferma para cocinar."

     Muchos de vosotros conoceréis esta historia por la película La milla verde, pero yo la asocio inmediatamente a la primera vez (y única creo) que compré una novela por entregas y a la sensación casi nerviosa de espera que se me antojaba eterna para conseguir la entrega semanal. Hoy traigo a mi estantería virtual, El pasillo de la muerte.

     Conocemos a Paul Edgecombe, ex guardia de seguridad de la prisión Black Mountain. Su trabajo estaba concretamente en el bloque de los condenados a muerte. Paul recuerda como llega al penal un hombre de color enorme llamado John Coffey, un hombre que además de parecer tener algún tipo de discapacidad, demuestra una suerte de poderes sobrenaturales que cambia la vida en el bloque E.

     Recuerdo perfectamente cada uno de los personajes de este libro. Recuerdo la compasión que me hizo sentir Coffey, a quien no pude dejar de ver como un niño escondido tras un enorme disfraz deseoso de ayudar pese a ser un condenados más por unos asesinatos terribles, y recuerdo como esperaba página tras página creer en su inocencia; recuerdo a Paul y su acercamiento, su miedo en un trabajo tan atroz; y al alcaide con su mujer enferma y su desesperación. También a otros reclusos, no muchos, apenas dos o tres, y las miradas furtivas, los secretos, los gritos y los horribles crímenes; y recuerdo a Percy, el guardia que bien merecía ser preso por lo terrible de sus actos. Porque si algo tiene esta novela son personajes difíciles de olvidar. No uno ni dos, sino todos ellos. De hecho... creo que todo aquel que se acercó a esta historia recuerda incluso a un pequeño ratón.

     Stephen King se sitúa en un escenario terrible, la espera de una ejecución para regalarnos una magnífica historia llena de reflexiones sobre la vida y la muerte que consiguen intranquilizan a un lector que no puede evitar sentirse agobiado, enfadado o conmovido. No creo que se pueda catalogar directamente como terror, ya que no llega a producirnos esa sensación y las partes más sobrenaturales están tan perfectamente encajadas que son aceptadas sin extrañeza alguna. He comentado ya en varias ocasiones que King demuestra muchas veces una potencia narrativa magnífica, que de hecho parece ser el lado hacia el que se inclina últimamente dejando de lado el terror más explícito de sus primeras obras, y posiblemente El pasillo de la muerte sea la primera muestra de esto que os comento.

     Como siempre, contiene más el libro que la película así que os animo a leerlo en cualquier caso. Es una historia que no deja indiferente a nadie, con una trama sólida que va más allá de un simple desfile de buenos y malos.

     Y vosotros, ¿alguna vez habéis leído una novela por entregas?

     Gracias

lunes, 25 de noviembre de 2013

Doctor Sueño. Stephen King



     "El segundo día de diciembre de un año en el que un cultivador de cereales de Georgia hacía negocios en la Casa Blanca, uno de los hoteles de veraneo más importantes de Colorado ardió hasta los cimientos. El Overlook fue declarado siniestro total. Tras una investigación, el jefe de bomberos del condado de Jicarilla dictaminó que la causa había sido una caldera defectuosa. En el hotel, que permanecía cerrado en invierno, sólo se hallaban presentes cuatro personas cuando ocurrió el accidente. Sobrevivieron tres."

     Así comienza el libro que hoy os traigo, trasladándonos directamente a una historia que todos conocemos. Por eso muchos nos hemos lanzado en plancha a este libro nada más salir. Bueno, y porque King es de los autores más leídos de forma abierta o no. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Doctor Sueño.

     Conocemos a Dan. Y digo conocemos porque poco queda de Danny, el niño que tenía un curioso poder y un amigo imaginario en El resplandor salvo parte de ese poder y un montón de demonios que no sabe como acallar. Y lo hace bebiendo hasta que toca fondo y decide reconducir su vida. La mejor forma es usando su poder para ayudar a la gente y asistiendo a reuniones de Alcohólicos Anónimos. Poco supone Dan que una niña con un resplandor de una fuerza inusitada se pondrá en contacto con él y le llevará a descubrir que hay vampiros psíquicos contra los que luchar.

     Para los que leemos a King habitualmente empieza a ser algo obvio que su escritura ha cambiado. Lo conocimos como un hombre aterrador que nos cambió la idea sobre payasos y que nos quitaba el sueño por las noches y ahora lo vamos siguiendo en una escritura más sobria y quizás un tanto alejada de ese terror explícito. Poco a poco se ha convertido en un contador de historias. Y eso es lo que hace justamente en esta novela.
     Los que se acerquen a ella buscando una segunda parte del terror sentido en el Overlook rodeado de nieve posiblemente sufran una decepción, porque el libro no trata de eso ni tampoco lo pretende. King se viste de gala en esta edición para hablarnos de un Dan convertido en maestro y una niña, Abra, que está descubriendo su poder. Con una novela en la que no falta una secta de asesinos y peligros acechando nos internaremos en el universo de King a través de la puerta del desaparecido Overlook. Porque si bien comenzaba diciendo que no es una segunda parte, si que es un punto más de la historia que comenzó hace tantos años en El Resplandor. Un punto de vista más maduro, que no busca el susto sino añadir datos, completar lagunas, que conozcamos a ese niño que dejamos aterrorizado. Un niño que ha crecido marcado por lo sucedido hasta el punto de tener un trabajo cuanto menos inquietante y con el que acaba generando uno de esos protagonistas torturados que tanto le gustan a King y que son obligados a reaccionar por la vida. La protagonista femenina dota además a la novela de un tono juvenil que no le había visto antes al autor que, por lo demás, se mantiene fiel a sus ritmos y esta vez busca un final resolutivo acorde con el tono de la novela. Una novela que, pese a sus seiscientas páginas se hace ligera en su lectura y llegada su parte final nos cuesta dejarla posada sin saber el destino final de nuestros protagonistas.

     Para quienes no hayan leído a King, es una buena forma de acercarse. Sus incondicionales nos vamos acostumbrando a esta evolución del "maestro del terror", aunque echemos en falta esas primeras novelas que nos inquietaban hasta quitarnos el sueño.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

     "Y la gente cambia. El hombre que ha escrito Doctor Sueño es muy distinto del bienintencionado alcohólico que escribió El resplandor, pero ambos conservan su interés por lo mismo: contar una historia acojonante." 
Stephen King

jueves, 17 de octubre de 2013

La cúpula. Stephen King




     "A dos mil pies de altura, donde Claudette Sanders disfrutaba de su clase de vuelo, la pequeña localidad de Chester's Mill relucía bajo la luz de la mañana como algo recién hecho y servido. Los coches avanzaban lentamente a lo largo de Main Street entre destellos de sol. El campanario de la iglesia de la Congregación parecía lo bastante afilado para perforar el inmaculado cielo. El sol recorría la superficie del arroyo Prestile mientras el Seneca V lo sobrevolaba: avioneta y agua cruzando la ciudad a lo largo del mismo curso diagonal."

     Antes de empezar os diré que no os pienso destripar el libro... ni la serie. Porque ahora que hay una serie y que son dos temporadas, muchos correrán a comprar el libro para enterarse de lo que resta por suceder, estoy segura de ello. Bien, podéis respirar tranquilos. En todo caso, hoy traigo a mi estantería virtual, La cúpula.

     Conocemos Chester's Mill lo que parecía ser un día cualquiera de otoño. Hasta que queda aislado del resto del mundo por un campo de fuerza contra el que se estrellan coches y aviones. Las personas que quedan en el interior deambulan desesperadas desconociendo el origen y la duración de esta situación en un pueblo con dos partes: por un lado un veterano de guerra, una periodista y unos skaters buscarán descubrir el misterio, y por otro Jim Rennie intentará hacerse con el poder del pueblo junto a su terrible hijo. Pero todos comparten una premisa: ahora, el tiempo no es infinito.

     Géneros y lecturas habituales a un lado, podría decir que me ha acompañado King durante mi formación lectora y no tengo inconveniente en reconocerlo. Me gusta perderme en sus páginas y disfruto mucho con sus historias en las que suele coger un protagonista al que tortura en un pequeño pueblo hasta hacer sudar al lector. Luego llegan las adaptaciones y ahí tenemos para todos los gustos, las buenas como Misery o Verano de Corrupción, o las malas como El resplandor (serie, no la de Kubrick que estaría entre las buenas), así que acudía a ver La Cúpula con bastante incertidumbre. Os diré, y así dejo zanjado el asunto, que ni el protagonista es igual, ni los personajes son muchas veces los mismos, ni suceden necesariamente las mismas cosas. Supongo que ahora os diría que Dale es un héroe y que Julia, es una periodista soltera y que son los que investigan junto a los niños, mientras que los malos como el hijo de Jim, esconden secretos terribles en la despensa. Pero no es una comparativa.
     Pasemos al libro.

     En este libro, King hace lo que mejor se le da, colocarnos en un pueblo (por supuesto de Maine)  y agobiarnos con una situación insostenible que va apretando a todos sus personajes. Porque en esa situación, las tensiones salen a flote y los demonios interiores quedan tan libres como prisioneros están los humanos debajo de la cúpula. Es un libro extenso que consigue mantener la tensión a lo largo de toda la historia y que, tal vez, lo único que le puedo poner como "pero" es la forma de resolverlo. No porque no lo deje cerrado, sino porque mantenernos pegados tantas horas a un libro así nos acaba generando más expectativas que una buena crítica.Un libro dinámico que no permite levantar la vista de sus páginas y en el que caemos irremediablemente rendidos ante la gran pregunta: ¿qué es la cúpula y de dónde ha salido? no pudiendo dejarlo hasta no satisfacer nuestras dudas. Y todo ello salpicado, al más puro estilo de La tienda, de una convivencia vecinal nada habitual.

     Tengo que decir que me gustó, y que seáis o no seguidores de la serie, es una novela que se puede leer con total tranquilidad ya que cumple su propósito. Por cierto que desconozco si sois o no seguidores de dicha serie que parece haber monopolizado tanto esta entrada como muchos mandos a distancia el día de su emisión. en todo caso, ¿tenéis algún libro sea o no de King que os gustaría ver trasladado a la pantalla?
     Yo lo tengo claro, de King 11/22/63.

     Gracias

     PD. Como podéis ver, he cumplido mi palabra. Serie y libro mantienen todas y cada una de sus incógnitas. Lo que la gente llegue a contar en los comentarios si decide hablar de hechos concretos... bueno, vosotros sabréis si seguís leyendo.    

miércoles, 12 de junio de 2013

Joyland. Stephen King



     "Tenía coche, pero en aquel otoño de 1973 casi todos los días iba paseando hasta Joyland desde la Pensión Beachside de la señora Shoplaw en la ciudad de Heaven's Bay. Parecía lo más adecuado. La única opción, en realidad. A principios de septiembre la playa de Heaven estaba prácticamente desierta, lo cual encajaba con mi estado de ánimo. Puedo afirmar, aun cuarenta años después, que aquel otoño fue el más hermoso de mi vida.Aunque jamás me he sentido más desdichado que entonces; eso también lo aseguro."

     Hablar de el maestro del terror es tener su nombre en mente de forma casi directa. Aunque últimamente nos ha sorprendido con novelas policíacas seguimos uniéndolo al terrorífico payaso de It. Con esta última novela, la noticia ha saltado porque el antes impulsor de la publicación digital ha anunciado que esta novela sólo saldría en formato papel. Bien, ya se verá... En cualquier caso, hoy traigo a mi estantería virtual, Joyland.

     Conocemos a Devin Jones cuando cuenta con sesenta años. Sin embargo se remontará a 1973, momento en que contaba con 21 años y un trabajo en el parque de atracciones Joyland. Allí, mientras vive su primer desengaño amoroso y se sumerge en la feria, conocerá la historia de la Casa del Terror encantada por el espíritu de una mujer que fue asesinada allí y se embarcará en conocer mejor estos hechos, incluído al culpable.

     Aunque he puesto la portada de nuestro país, la que realmente me gusta es la original. No por nada, sino porque hablar de un libro ambientado en un parque de atracciones y siendo el autor Stephen King... es como decir que sucede en un lago o un campamento abandonado. Suena a película de finales de los 70. Irremediablemente. Y le pega la portada. Y es en este parque en el que conocemos a Devin sufriendo su primer desengaño y su primera lección de madurez. King nos los presenta a su ritmo, sin tener prisa para hablar del crimen ni embarcarlo en la tercera página en grandes aventuras. En lugar de eso compone un personaje al que conseguimos apreciar, nos interesa.Paseamos con él por la feria, conocemos a quienes pasan por ella y caemos en las redes del misterio. Donde pudiera pensarse que gira para convertirse en el terror más absoluto, (¿os recuerdo la Casa del Terror?), nos encontramos a King combinando el asesinato. Juega con el lector utilizando una narración más cercana a obras como 11/22/63 que a It, dando muestra de no necesitar caer en el terror directo para ganar el favor de sus lectores de siempre.
     Claro que... juega con una ventaja con estas novelas. Son perfectas para quienes no buscan el terror pero sí disfrutar de la narrativa de quien tiene millones de compradores. Intentar descubrir el secreto que hace que sus libros sean imposibles de abandonar a media lectura. Porque pese a las críticas que se vierten contra este tipo de autores, lo cierto es que muchas veces buscamos justo eso en un libro. Total evasión de cuanto nos rodea. Y eso es lo que nos ofrece Joyland. La posibilidad de pasearnos por el universo que tantos años lleva generando Stephen King. En cuanto al secreto que os comentaba hace un momento... si alguien lo descubre que me lo cuente. En otro caso me conformaré con desvelar algún misterio de Joyland.

     Y vosotros, ¿habéis leído algo de Stephen King? Yo tras terminar este.. estoy deseando ponerle las manos encima a Dr. Sleep

     Gracias

     PD. La otra portada:




jueves, 11 de abril de 2013

Maleficio. Stephen King




      "- Más delgado -susurró el viejo gitano de nariz malicenta a William Halleck, mientras éste y su esposa, Heidi, salían del juzgado.
     Sólo una palabra, emitida con su aliento dulzón y empalagoso.
     - Más delgado.
     Y antes de que Halleck pudiera apartarse, el viejo gitano alargó la mano y acarició su mejilla con un dedo contrahecho."

     Después de que ayer me tomara el pelo el ordenador y dejase de darme problemas hasta que me intenté sentar nuevamente a escribir, he decidido que hay que tomarse las cosas con una sonrisa, así que sí, el maleficio del pc ha pasado al de libro que hoy os traigo. Hoy traigo a mi estantería virtual una de mis primeras tomas de contacto con este prolífico autor. Hoy traigo Maleficio.

     William Halleck es un abogado de mediana edad con una vida tranquila. O lo era hasta que un día atropella a una anciana gitana que fallece. Utilizando contactos consigue quedar indemne, hasta que a la salida un viejo gitano le toca susurrando "Mas delgado". Esas dos palabras cambiarán su vida al ver que comienza a perder peso y se desesperará buscando una solución.

     Desde luego no es la mejor obra del autor. Pero tiene "algo".
     Tengo por costumbre decir que Stephen King se divierte buscando hombres normales y corrientes a los que jode la vida y los obliga a luchar para sobrevivir en el mejor de los casos. Hay muchos libros en los que sucede eso y este no iba a ser menos. Con una estética cercana a las películas de terror de los años 80, no en vano se publicó en esa época bajo el seudónimo de Richard Backman, el autor nos introduce en una historia angustiosa de carreras por la vida. Esta vez King no busca sobresaltos en el lector, sino la desazón. Nos lleva junto a su protagonista por un camino que comienza con la incredulidad y acaba en la pura desesperación, y no lo hace solo, ya que todos los que lo ayudaron a librarse de la culpa, jugarán un papel en esta historia.
     No puedo evitar acordarme de las historias que se cuentan por las noches cuando somos jóvenes, en las películas junto a una hoguera y en mi caso cuando se compartían noches de risa. Porque así empezamos, un maleficio... ¿todavía hay alguien que cree en algo así? Pues os aseguro que sí... aproximadamente a mitad del libro, incluso yo me planteaba creerlo. Poco importaba si era un maleficio real o simple sugestión, algo estaba pasando. Había que encontrar al gitano, y se encuentra, y la presión aumenta unos grados. Y aparecen más afectados, o algo tan simple como el reflejo en un cristal... y sigue aumentando la presión sobre el lector que busca una explicación a lo que está sucediendo mientras ve como a Halleck le cambia, no sólo el físico, sino también la percepción de su propia vida.
Y como siempre final cerrado, no diré sorprendente, pero si adecuado, tajante.

     Hoy traigo un libro entretenido, mucho. Escrito con la ligereza propia de quien lleva años conociendo a sus lectores y domina la fórmula de un éxito aceptado tanto por seguidores como por detractores. Y un título que bien puede usarse de toma de contacto con él. Os invito a comenzar un juego en el que incluso los maleficios pueden ser reales. En mi caso, el maleficio se materializó en forma de libros amontonados con cantos dorados, espantosos, ocupando un par de estantes. Todos ellos firmados por este autor.

     Y vosotros, ¿habéis leído algo de Stephen King?

     Gracias

miércoles, 1 de agosto de 2012

La tienda. Stephen King



     "Cosas necesarias."
     "Desconfía de tus vecinos."

     Hace siglos que no traigo una novela de terror y siempre que pienso en ello se me plantean las mismas dudas, actual o tipo Poe... mónstruos y zombies y mejor no... terror sueco tal vez.... Al final me he decidido por uno de los nombres más conocidos y un terror más cotidiano. Hoy traigo a mi estantería virtual, La tienda.

     Bienvenidos a Castle Rock, un pequeño pueblo turístico de Maine que, como tantos otros, se queda casi vacío cuando llega el invierno. Durante esos meses los vecinos no tienen mayor entretenimiento que mirarse a través de los visillos de las ventanas. Al menos hasta ahora, hasta este invierno en el que llega el señor Gaunt para abrir una tienda llamada Cosas Necesarias. Allí, como si fuera una tienda de moda, nada tiene precio, todo se negocia de viva voz con el propietario, y el precio... puede ser más alto de lo que pensábamos en un comienzo.

     Si lo que buscáis son mónstruos sanguinarios que destripen niños para ofrecerlos a la luz de la luna, este no es vuestro libro. Tampoco hay hombres lobo y brujas, ni asesinos cibernéticos o aliens, pero no hace falta. En este libro está Lealand Gaunt, uno de los personajes más carismáticos de King. Un hombre que bajo su apariencia de anciano esconde la maldad de aquel conocedor de los deseos ajenos, los bajos instintos que mueven a muchos en sus peores momentos. Por eso tiene que negociar la venta de forma personal, para pedir sus pagos en forma de pequeñas bromas que los vecinos irán lanzándose entre ellos.
     No busca el terror directo, no hay animales ni niños volviendo de cementerios indios. Lo que provoca esta vez es una situación límite en el entorno más insospechado. Va tensando la cuerda entre vecinos poco a poco bajo la atenta mirada de Gaunt. Casi percibimos su sonrisa ante cada nuevo acto, cada animadversión creada, cada recelo y cada deseo de venganza. Porque el terror habita muchas veces entre nosotros y cualquier lugar, llevado a sus extremos, puede ser un polvorín a punto de estallar. Sólo necesita un mechero cerca para prender la llama.

     Nos recrea perfectamente el cambio de lugar anodino a zona en combate a través de los personajes que van pasando por sus calles, hombres y mujeres que vamos conociendo casi íntimamente mientras van siendo ofensores y ofendidos. Calles polvorientas convertidas en campos de batalla y casas que pretender ser trincheras desde las que se lanzan armas arrojadizas cada vez más certeras, con menos moderación, tensando la cuerda mientras pasamos las páginas conocedores del final de una cuerda demasiado tensa. Consigue despertar sentimientos hacia sus habitantes, no en vano es el gran punto fuerte de este libro, los personajes. Vemos buenos y malos, o tal vez son sólo menos malos, y, sobre todo, sentimos el magnetismo de este extraño propietario de una tienda que sólo vende Cosas necesarias.

     Termina con la rúbrica habitual del autor en la que echa mano de su capacidad imaginativa para otorgarnos un final propio de cualquier alucinación de quien está sometido a los vapores de azufre que emanan de sus letras. Forma parte del sello personal de King, querido y odiado por ello, como lo son sus hombres de mediana edad que se encuentran, sin quererlo, metidos en una situación descabellada o sus niños, recurrentes en sus obras siempre verdugos o víctimas, pero pocas veces inocentes. Un libro con el que no pasaréis terror, pero si que tiene un imán para seguir entre sus páginas.

     Y a vosotros, cuando os lanzáis con novelas de terror... ¿preferís el terror sobrenatural o aquel que acecha en cualquier parte?

     Gracias