Pongámonos por unos momentos en el lugar de tantas madres, padres, hermanos, familiares... de personas afectas de graves e irreversibles enfermedades mentales. Y, veremos que, sin duda, todos -o prácticamente todos- decidimos, consternados, ayudar, contribuir, procurar que sea la prioridad de la acción social asistencial.
Presidente y miembros del Gobierno, Presidentes y miembros de las Comunidades Autónomas: imaginen por un momento que ustedes son los progenitores de estos hermanos nuestros... Pasen velozmente por su mente un año con sus 365 días y noches en estas condiciones... Y verán como deciden ayudar sin cortapisas, y situar como prioridad suprema la atención a quienes padecen tan inmensa adversidad.