Ayer, con los pastores, pernocté en la majada,
la testa reclinada en paja del almiar.
Dormía con sosiego escuchando el arrullo
y el muy suave murmullo de un plácido rumiar.
Llegaba a mis sentidos del tomillo el aroma,
con el de la borona guardada en amplio arcón..
Después de haber cenado con el aloque vino
entrañas de porcino por toda colación.
Juraban los gañanes de aquella quintería,
pues ninguno quería quedarse en el lugar.
Comentaban solemnes la esperanza perdida
de encontrar otra vida y hablaban de emigrar
Algunos discrepaban con voces radicales,
con mas recios modales, exigían acción.
Eran los luchadores, que aún esperan la hora,
de saludar la aurora de la revolución.
Mostrando entradas con la etiqueta aloque. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta aloque. Mostrar todas las entradas
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)