Bajo ese título se conoce a las víctimas de una masacre
ocurrida el 9 de junio de 1956 en el barrio en que me crié y que viví casi treinta años. La
historia fue investigada, escrita y denunciada por Rodolfo Walsh en su libro
Operación Masacre, que considero el más importante en la historia de la
literatura periodística argentina. Suele compararse el estilo y la investigación de este libro con “A Sangre Fría” de Truman Capote, con una diferencia: Walsh lo realizó
nueve años antes. Recomiendo profundamente su lectura.
El libro se divide en tres partes, y cuenta con un prólogo donde
Walsh cuenta cómo se enteró de estos hechos (alguien se le presentó como “un
fusilado que vive”).
En la primera parte da una descripción de cada una de las
personas que esa noche serían fusiladas, y una crónica de cómo fue que cada uno
llegó a ese lugar (en realidad a reunirse antes en una casa del barrio de
Florida) y el por qué de cada uno. Algunos
con fines políticos (un contra-golpe militar de inspiración peronista contra
los militares de facto), otros para escuchar una pelea de boxeo por radio, y
otros por casualidad o tan sólo para jugar a las barajas o al dominó.
En la segunda parte, la que más me interesa hoy, se relatan
los hechos desde que las personas son detenidas en la casa de Florida, trasladados
hasta una comisaría de San Martín, y luego fusilados en José León Suárez; y lo
más interesante, cómo algunos logran sobrevivir, escapar y luego contar la
historia.
La tercera parte es el cierre de la investigación de Walsh, con
los juicios, confesiones, expedientes y las evidencias.
La mejor investigación que existe en internet es
la web Proyecto Walsh, una investigación de Álvaro Liuzzi y Vanina Berghella. Ahí se encuentra toda la información digital necesaria para
comprender mejor la investigación de Rodolfo. La idea de los creadores fue
plantearse
¿Qué hubiese sucedido si al
momento de realizar la investigación de los fusilamientos, Rodolfo hubiese
tenido a su alcance las herramientas digitales de publicación que tenemos hoy
los periodistas?
Lo interesante es ver cómo mientras Walsh investigaba y se adentraba en la historia se iba enterando de que existían cada vez más sobrevivientes, algunos presos
(recapturados por los militares), otros exiliados, y otros tan sólo escondidos como Juan Carlos Livraga, aquel con quien arranca la investigación, “el fusilado que
vive”. Igual de interesante es ver cómo va desenredando el ovillo para llegar a la conclusión de que los detenidos
habían sido capturados en forma ilegal y fusilados por capricho militar, con la
excusa de un falso intento de fuga.
Le doy un tiempo a quién le interese para que lea el libro,
ya que luego me meteré con los pormenores de la historia, y ahí ya no habrá
excusas si cuento algo revelador. Hoy tan solo hablaremos de el lugar de los
hechos.
Hace un tiempo (y después de leer el libro)
mi amigo El Matado me pidió que lo lleve de excursión por el barrio. Antes pasamos por la
casa de Florida, luego hicimos el
recorrido de los detenidos hasta el lugar de los fusilamientos y por último los lugares por dónde se fugaron.
Acá las fotos, del año 2012.
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| Monumento a los Fusilados |
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| Placa de 2012 |
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| Mural en la actual Sociedad Alemana de Villa Ballester |
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| Los últimos cinco, los fusilados en JLS |
Para ver cómo era el basural en 1968, existe una filmación
de Pino Solanas junto a Troxler (uno de los sobrevivientes, luego muerto por la triple A en 1974) para la película La hora de los hornos. Es un poco raro ver cómo era en ese entonces el cruce de la Avenida Márquez y la 9 de Julio... un basural.
Para los que les interese, hay una película, se encuentran fragmentos del libro relatados por el propio Rodolfo Walsh, muchos documentales, y hasta una historieta
acerca de Operación Masacre. En algún momento los traeré por estas páginas.
El próximo 9 de junio de 2016 se cumplirán sesenta años de estos hechos.
No nos olvidemos de nosotros, recordémonos.