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viernes, 14 de marzo de 2014

Retales de un hombre

Cuando la trémula luz del alba se filtró en su dormitorio esa mañana lo desato de una aterradora pesadilla escondida tras su insomnio. Con ese lastre permanente en su pecho y las eternas ojeras deambulo por la casa hasta encontrarse en la ducha rodeado por el vapor y las voces con sus estridentes ecos. “Es otro de esos”, pensó,  días donde su mente es incapaz de seguir el ritmo de la realidad, y antes de darse cuenta se ve frente a sí mismo, con la piel erizada por el frío mientras las gotas recorren su rostro con lentitud como la hacen las gotas de rocío en las flores del jardín. Entre ausencias y regresos, voces y silencios, tristezas y más tristezas llega momento de una  buena taza de café.

Le gusta mirar a la taza y perderse en su profundo negror mientras ese aroma a café recién hecho asciende hacia él, despertando poco a poco lo escaso que queda de su humanidad. Con un poco de azúcar para sentir como la dulzura se esfuma dejando tras de sí el fuerte amargor, “como la vida misma” piensa para sí. Una voz que destaca sobre las demás lo saca de su ensoñación… “huye, vete lejos de aquí”…

“¿Y esta voz?…me es familiar pero no es ninguna de las de siempre. ¿Me estoy volviendo más loco? ” La jauría se desata, murmullos y gemidos, gritos y alaridos, voces furiosas y clamores lastimosos… Pero sigue centrado en esa voz, la única que no recuerda, y sin ser consciente hace caso a su suplica.

El sol brilla en lo alto como un globo que se escapó de las manos, el olor a mar parece haber callado en incesante rugido de su espíritu.  Se descalza y camina en silencio, en el profundo y deseado silencio de su interior. Aprieta sus dedos mientras siente como se hunden en la tibia arena, se acerca a la orilla atraído por el magnetismo del mar. El paso de la arena seca a la húmeda parece un cambio de realidad, dos mundos diferentes compartiendo un mismo lugar. 

La marea esta baja y el agua turbia, mete sus pies en el agua mientras pequeños trozos de algas rozan sus pies. Se le va el tiempo caminando por el agua con la mirada fija en las islas  del fondo, tan cercanas y tan distantes, ensimismado en sueños de escapar, de perderse en ellas y no regresar jamás.

De pronto el sol parece haberse cansado, y empieza a escapar. Desciende tan rápido como regresan a él las voces y los recuerdos, los miedos y los errores. Se asoma a un mar de luces y sombras, el atisbo de paz pasajero que como una marea pronto crece  y trae de vuelta aquello que no quiere recuperar. Es un instante tan efímero que impide dejarse llevar, los últimos rayos de un sol que se escapa como la alegría en su corazón. El día llega a su final y la luz del ocaso se lleva consigo el sueño dejando la realidad de la que no puede escapar.


En el coche a 200 por hora, intentando dejarlo todo atrás, buscando un camino hacia la tranquilidad, intentando fugarse hacia la vida… o quizás de ella...Pero como siempre la pesadilla sigue al fondo, escondida tras el insomnio.

domingo, 26 de enero de 2014

Un solitario Adam...

Orden en el desorden...Aunque todo pareciera un galimatías había ciertas pautas en ello, algunas reglas casi imperceptibles que descartaban el puro caos, que denotaban un sentido en el sinsentido. Prestando la suficiente atención descubrías que todo surgía de unos preparativos…Las provisiones acumuladas eran para una cercana batalla, algunos alimentos sanos en un sinfín de comidas precocinadas, barritas energéticas escondidas y desperdigadas. Garrafas y botellas de agua, bebidas isotónicas en el salón, energéticas en la habitación. Por lo demás un portátil con mucha música y alguna que otra película para ojear. Este era el ambiente al que nos gustaba viajar, en el que encerrarnos un viernes y no regresar hasta que la semana siguiente nos viniera a llamar, ese mundo donde resurgía junto a tu rostro cambiante en distintos cuerpos. En ese rincón apartábamos las preocupaciones, los dilemas, los agobios, el estrés, las prisas, los conflictos,… todo eso quedaba al otro lado de la puerta. Creamos un mundo lleno de posibilidades, donde desconectar, donde pasar las horas ajenos, tu mi Eva y yo tu Adam, disfrutando de los pecados hasta no poder más. Sexo apasionado hasta no poder más, ver una película y antes de llegar a la mitad ya tenerte sentada encima… quemarse la comida por revolcarnos encima de la mesa, salir más sucios de la ducha que antes de entrar,…

En días invernales como este, en los que el mal tiempo agobia, sin saber qué hacer, quisiera encerrarme con alguna Eva en algún lugar, olvidar lo demás, revivir esas experiencias. Solo amor, sonrisas, pasión, complicidad,... que al menos durante 48 horas seamos dos esencias de un mismo pecado, dos ecos de un beso, dos rostros de la misma sonrisa que jamás se borrará.

miércoles, 22 de enero de 2014

Sino me hiciera dudar...

Otra mañana fría, en la que el sol, aunque presente, parece no funcionar. Una vez más me toca hacer de chófer, de acompañante y criado, y en general no está mal, salvo por los ratos enormes de espera en los que nunca sabes cuánto tiempo tendrás que estar ahí esperando. De modo que tras el primer alto en la jornada, me dispongo a buscar una cafetería para tomar mi segunda dosis de energía líquida. Cuando por fin encuentro una cafetería me invade la alegría, al menos hasta cruzar el umbral. La densa atmósfera me aplasta nada más entrar, aire cargado de olores a bollería y decenas de colonias que se mezclan volviéndolo una sustancia desagradable para respirar, y un bullicio que despierta mi fobia social. Mientras me planteo si salir de nuevo una pareja mayor se levantan de una mesa, y por fortuna para mí, está en la parte más recóndita del local. Inspiro profundamente y me lanzó a la aventura, me siento cuál Indiana Jones urbanita, sorteando obstáculos y peligros mientras recorro apresuradamente los pocos metros que me separaban de la mesa.  Ahora a esperar a que el ajetreado camarero disponga de un momento y consiga llegar sorteando la marabunta de personas que abarrotan el lugar, al menos hoy no tengo prisa.

Entonces el día mejora en un parpadeo, cuando la descubro en la otra punta del local como una flor brillante sobre la nieve invernal, una mota intrigante en un cuadro plomizo y tedioso. Intercambios de miradas, sonrisas tentadoras que me hacen olvidar la peste del lugar…me sonrojo cuando el camarero me toca en el hombro para sacarme del sueño. Un poco avergonzado pido mi  café y lo pago por adelantado…no vaya a pasar por más vergüenzas…luego te levantas, y cruzas la puerta del local, una última mirada furtiva que me acaba de hacer temblar… lastima no haberme levantado e irte a buscar, tal vez lo que después se me paso por la mente se hubiese vuelto real, podríamos haber sido dos luces sin nombre creando una sola sombra.

domingo, 5 de enero de 2014

La sombra del que vivió en mí.

 La verdad es que estas conversaciones son como ciclos imposibles de evitar, catástrofes no naturales en las que te vuelves huracán y arrasas tu propia serenidad. Siempre te doy la razón en esto, no te la voy a negar, nunca lo he hecho. Puede que lo oculte todo y no muestre mucho que sea verdad, pero tan sólo no se encuentra lo que nadie quiere buscar. Poco de lo que escondo es algo que nadie sepa ya, y si lo hago es por cortesía de no molestar. Me he vuelto un cobarde que prefiere no arriesgarse a ganar, dar las batallas por perdido antes de siquiera empezar, renunciar a todo por no perder nada. Vivo una vida cautiva de mi mismo, de mis temores y miedos, victima de mis errores e incapaz de perdonárselos… Sé que soy la perfección…de la imperfección, sólo una sombra de quien fui, pero seguiré siendo tan sólo esto porque el pasado no se puede cambiar, porque cada vez que abro los ojos descubro una realidad diferente, cada pestañeo es un viaje sideral a un universo lejano y extraño. Vago confuso mientras alterno entre diferentes existencias en una eterna condena a no comprender ni ser comprendido, a no conocer ni ser reconocido. A mi alrededor todo se vuelven dibujos de siluetas, bocetos no acabados ni definidos, líneas a veces rectas y otras curvas, conceptos desconocidos y formas imposibles. Puedo sentir que me difumino, lentamente, que mi ser se diluye como una gota de sangre en el mar. Me vuelvo una ecuación sin constante, una asíntota a mi esencia, perdida hace tiempo en algún lugar.

jueves, 2 de enero de 2014

Primeras palabras

Palabras de un necio buscando quien las vuelva sabias, esencia perdida entre pesadillas y desesperanzas, desazón que alimenta ecos de murmullos mudos que no se pueden pronunciar. Pasos y más pasos, lejanos y cercanos, errando en busca de un acierto que no llegas a encontrar. Al fin eso soy, sombra bañada en luz, que nadie consigue observar, el que grita en el silencio de una mirada de falsa felicidad, el que se muestra cuando nadie ve,… tan sólo inane esencia encarnada sin ánimo ni finalidad.