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ÁNGEL PETISME



POEMAIL 303


Es una piedra interesante mi puto corazón.
Cuando la miras se ilumina,
cuando la tocas, apenas
diez segundos, se pone dura
como un caleidoscopio.

A veces se cree Dios,
el corazón negro del mundo,
con su sonrisa de Sidney Poitier
o Denzel Washington.
Otras un pobre diablo reflejado
en los escaparates de LSD,
quiere crucificarse a sí mismo.

Anda, no me lleves a Urgencias. Acaríciame.
Tápame con tu piel.
Enciende una vela, amor,  
sobre el agua que flota en mis ojos.


(Ángel Petisme, Poemails, Amargord ediciones, 2011)

JOSÉ ÁNGEL BARRUECO


DOS CAPÍTULOS DE LA NOVELA VIVIR Y MORIR EN LAVAPIÉS :


MARCO PARECE PENSATIVO


-¿Estás bien? Ya pedí la comida.
-Estaba pensando... ¿Has visto Dos hombres y un destino? Newman y Redford.
- Newman y Redford, sí. Hace muchos años, en la tele. No la recuerdo muy bien. Lo mío es el fútbol.
-¿Recuerdas cuando mueren? La imagen se congela y no queda claro. Que mueran, digo. Pero es evidente que los acribillan a balazos. Pues así me gustaría palmar a mí, Antonio. Despedirme luchando. No sirvo para morir en una cama de hospital.




YA LO DIJO CASIMIRO PARKER


Carlos Salem, poeta y escritor, perilla, gafas de montura fina, indumentaria negra, pañuelo pirata en la cabeza, camisa de manga larga, pantalón de cuero, botas, mochila, cigarro, sube por Ave María, gira a la derecha por la Travesía de la Primavera, desde donde ve por los cristales a la gente del Barbieri, y entra en la Asociación Cultural Pipo, "El Pipo". Allí se reúne con otros poetas: Gsús Bonilla, Marcus Versus & Isabel García Mellado, Esteban Gutiérrez Gómez, Bolo, Mayte Barrera, Ángel Petisme, El Kebran, Javier Belinchón, etcétera. Es hora del recital colectivo. Todos buscan la luz de la poesía.

(José Ángel Barrueco, Vivir y morir en Lavapiés, Ediciones Escalera, 2011)

ÁNGEL PETISME


HOSTAL TOKIO
.
Morir en sueños
para vivir la vida.
Soñar despierto
para morir sin prisas.
Vivir sonámbulo
para amarte sin plazos.
.
(Ángel Petisme,Cinta transportadora, Madrid, Hiperión, 2009)

ÁNGEL PETISME

AMOR Y CARTOGRAFÍA


A Ulises, a Simbad, a Marco Polo
he preguntado desesperadamente;
a los dioses errantes, a todos los vagabundos del amor.
A Cyrano, a Stephen Dedalus, a Gulliver
he preguntado desesperadamente.
a los cíclopes, lestrígones y lotófagos,
a todos los cautivos de los vientos solares.
A Sinuhé, al Barón de Münchausen, a John el Largo,
a replicantes, soñadores y malditos,
he preguntado desesperadamente
por el camino de vuelta
del País de los Muertos,
pues en vida se me olvidó decirte,
con las prisas y los atropellos,
que tú eres la más preciosa de la tierra,
el más bello animal –y no Ava Gadner-,
la piedra alucinada y el séptimo sentido.
.
Ni el vellocino de oro, ni el Grial, ni los filtros de Circe,
ni todos los Paraísos Prometidos,
te llegan a la altura del botín,
y -¡tiemblo al recordarlo!-
si volviera a la Vida, si cruzara el espejo,
(siquiera unos minutos),
no me demoraría en zambullirme por tu respiración,
y en buscar por tu piel todas las latitudes,
las benéficas olas, los mapas de la memoria.
.
Se me olvidó decirte
con las prisas y la fugacidad,
que no hay más viaje, ni más camino, ni más sol
que tú, tu juventud, tu compromiso, tu sinceridad.
.
(Ángel Petisme, Amor y cartografía, Lola Editorial, 1992)

ÁNGEL PETISME

BUDAPEST

Tú eres la dueña de las palabras, amor mío,
la que vierte en los labios el vino de Tokaj
y la lluvia harapienta
en las cajas de música
de la calle Dohány.
La que respira en los puentes
bajo el Danubio rojo,
la que construye nidos
en los huecos de las palabras,
la que ahuyenta los miedos
en los desfiladeros del Ejército Rojo.
La que trae vida insólita
y brisa cálida de silencios.
Tú eres Buda y yo Pest,
en la orilla derecha de la melancolía.

Cuando regrese de la niebla, cariño,
dame un beso de tornillo
en la Iglesia de San Matías
y veintinueve más en el Funicular.
¿Me harás olvidar que no soy inmortal?
¿Me enseñarás de nuevo a beber de tus labios
y ante tanta belleza
dejar de llorar como un pájaro de opio?

-El invierno es frío pero corto en Budapest,
pronto podremos alquilar dos bicicletas
en la isla de Csepel- me dijiste.

(Ángel Petisme, Cinta transportadora, Madrid, Hiperión, 2009)
.