La media hostia ahora es Scientia Futura

La muerte según Neil deGrasse Tyson (VIDEO)

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.



La elección de un hombre a la altura de Tyson debería resultar obvia. ¿Por qué ser incinerado, cuando enterrado y consumido por gusanos y bacterias, tu cuerpo va a volver a la tierra y a servir para ser carne de un nuevo ser vivo joven? Una deliciosa forma racionalista de romanticismo. Feliz fin de semana.

Por fin ¡un epitafio 2.0!

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.


Gracias, Ana Aldea.

La crisis mató la pena de muerte

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Un sistema limita el uso del fármaco de la pena de muerte. El laboratorio fabricante cambia su sistema de distribución para evitar que llegue a las cárceles.

Ainhoa Iriberri

La pena de muerte en EEUU podría estar en peligro no por las presiones de los activistas o por una decisión política, sino por algo mucho más básico: que no haya fármacos para elaborar la inyección letal que utilizan muchos estados para ajusticiar a sus reos.

El laboratorio danés Lund-beck anunció el viernes que va a cambiar el sistema de distribución de su fármaco pentobarbital para evitar que llegue a las cárceles estadounidenses. La compañía lleva meses soportando las presiones de grupos contrarios a la pena capital, que solicitaban que retirara el fármaco, indicado para la epilepsia pero que forma parte del cóctel mortal que reciben los condenados a muerte en EEUU. Hasta ahora, la farmacéutica se había negado, aduciendo que el medicamento era necesario para los pacientes.

Pero Lundbeck ha encontrado una solución intermedia que, según su director ejecutivo, Ulf Wiinberg, "jugará un papel fundamental en la restricción del acceso al medicamento por parte de las prisiones". A partir de ahora, los compradores de Nembutal, nombre comercial del pentobarbital, deberán firmar un impreso que diga que es "para su propios uso" y que no será redistribuido sin el consentimiento expreso del fabricante.

El rotativo The Wall Street Journal apunta a la posibilidad de que la decisión del laboratorio danés anime a los fabricantes de los otros dos componentes que forman parte de la inyección letal a efectuar acciones similares. Los fármacos de la muerte cobraron especial actualidad en enero, cuando el laboratorio Hospira, único fabricante en el mundo del tiopental sódico, el utilizado habitualmente como sedante en la inyección letal, decidió rebajar su producción a la mitad tras la presión de los activistas. Fue entonces cuando las prisiones usaron como alternativa el fármaco de Lundbeck, al que a partir de ahora tendrán mucho más difícil acceder.

La inyección letal tiene tres componentes: un sedante, otro que paraliza el cuerpo y uno que hace que el corazón deje de latir.

Visto en Diario Público.

La media hostia está en Ateorizar

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Que el fin del mundo está cerca lo demuestra el hecho de que el humilde autor de este blog haya sido invitado a participar en el insigne podcast Ateorizar, la grabación de cuya última entrega está prevista para esta tarde a las 13:00 hora central de Chicago (sí, es un podcast internacional, y son así de chulos). Si quieres disfrutar de la entrega sólo tienes que suscribirte al podcast (también en iTunes) y pasar así a ser un escucha más del probablemente único podcast ateo tan divertido como informativo.

La entrega de esta noche estará dedicada a Jack Kevorkian y al complejo tema de la "muerte digna". El fallecimiento del famoso Dr. Muerte coincide con la actualidad del nuevo proyecto de ley impulsado en España por Leire Pajín y que ha provocado opiniones inusualmente encontradas en la propia Iglesia Católica española.


¡Os esperamos en Ateorizar! Gracias a César Sandes por la viñeta.

Los obispos llaman a desobedecer la ley de muerte digna porque permitirá "homicidios"

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

La Conferencia Episcopal cree que "legaliza" la eutanasia. Ejercerá una "intolerable presión social" sobre ancianos, argumentan. José Antonio Martínez Camino contradice la opinión inicial de Antonio María Rouco Varela sobre la nueva ley. Se avecinan tiempos interesantes.

Agencias

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha asegurado este lunes que el proyecto de ley de "muerte digna" podría suponer "una legalización encubierta de prácticas eutanásicas" y que además "no tutela bien el derecho constitucional de libertad religiosa".

Por ello, no debe ser obedecida, a juicio de los obispos, porque llevará "verdaderos homicidios" y aboga por que se modifique o no se apruebe directamente.

La reunión de la Comisión Permanente de la CEE ha emitido una declaración sobre "el proyecto de ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida", en el que advierte de que la legalización "expresa o encubierta" es inaceptable y crearía una "intolerable presión social" sobre ancianos, discapacitados o incapacitados y conduciría "a verdaderos homicidios".

En el documento, los obispos advierten de que "las leyes que toleran e incluso regulan las violaciones del derecho a la vida son gravemente injustas y no deben ser obedecidas", ya que ponen en cuestión la legitimidad de los poderes públicos que las elaboran y aprueban.

El documento también subraya que con este análisis la CEE no está tratando de "imponer una concepción moral privada al conjunto de la vida social", y que lo que advierte es de que "las leyes no son justas por el mero hecho de haber sido aprobadas", sino por su adecuación a la dignidad de la persona humana.

El secretario general y portavoz de la CEE, José Antonio Martínez Camino, ha señalado en rueda de prensa que la norma no es una "ley justa" y que, por tanto, "no obligaría a su cumplimiento si no se modifica".

En este sentido, ha asegurado que esto no quiere decir que la Iglesia Católica rechace la democracia sino que "justamente" la "está ejerciendo de manera fundamental". Además, ha advertido de que no debería haber prisa en regular un asunto de "tal trascendencia".

Foto de InfoCatólica. Visto en RTVE.

Hace tres años

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.


Nunca le echaremos de menos lo suficiente. Nunca.

Más del 90% de las personas creen en algo antes de morir

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Para Javier Rocafort, presidente de la Sociedad, «se asume mejor el final de la vida cuando uno tiene la expectativa de que esto no se acaba aquí». Para un ateo, «no acabarse aquí» tiene otro significado.

S. Carbonell

«Más de 90 % de los ciudadanos que son atendidos en unidades de cuidados paliativos tienen algún tipo de creencia religiosa fuerte cuando están próximos al final de la vida, lo que les ayuda a aceptar mejorar la llegada de la muerte» afirmó ayer Javier Rocafort, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos.

«La experiencia y la ciencia nos dice que se asume mejor el final de la vida cuando uno tiene la expectativa de que esto no se acaba aquí, que continúa en otro lado», añadió Rocafort en el acto de presentación de la IX Jornada Nacional de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos que se celebra ayer y hoy en Palma con la participación de más de 700 expertos, con el lema central de la espiritualidad en la clínica.

El encuentro que ha sido promovido en estrecha colaboración con la Obra Social La Caixa, una institución que impulsa la atención integral y espiritual a los enfermos avanzados y que ya ha atendido a 2.000 enfermos y familiares en Balears.

Por otra parte el director general de Planificació i Financiació de la Conselleria de Salut, Juli Fuster, explicó que desde hace cuatro años se impulsa en las Islas la estrategia de cuidados paliativos, que ha permitido, entre otras cosas, la formación específica de más de 200 profesionales de Balears. En 2010 un total de 618 personas estuvieron hospitalizadas en las unidades de paliativos del IB-Salut y 283 en el Hospital Sant Joan de Déu.

Visto en Religión en Libertad.

George Carlin y la muerte

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.



George Carlin no sólo fue el más grande cómico stand up jamás nacido, era también el estandarte de ese tipo de humor que agradecemos quienes nos tomamos las cosas realmente en serio. Nadie como él para arrancarte una sonrisa hablando de un tema tan delicado para todos.

También mueren las estrellas

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

La primera imagen de los lazos gigantes de gas que genera una estrella cuando muere. La imagen inspiradora del día.

Redacción

El telescopio del Observatorio La Silla —Chile— de la Organización Europea para la Investigación Astronómica —ESO— ha captado la primera imagen de los lazos gigantes de gas que son expulsados por las estrellas moribundas y que, según han apuntado los expertos, tienen una «sorprendente» semejanza con las protuberancias solares.

La imagen procede de la nebulosa NGC 3582 que, según los investigadores, forma parte de una gran región de formación estelar en la Vía Láctea, llamada RCW 57. Los científicos han apuntado que algunas de las estrellas que se forman en esta región son mucho más pesadas que el sol por lo que, aunque emiten mucha energía, su vida es muy corta.

Es durante su muerte cuando el material que expulsa crea burbujas en el gas circundante y el polvo, formando los lazos visibles en la imagen captada desde La Silla.

La ESO ha explicado que esta imagen fue tomada a través de varios filtros y posteriormente procesada con los datos observacionales identificados por el científico estadounidense Joe DePasquale.

Foto de ESO. A su tamaño original aquí. Visto en Europa Press.

Christopher Hitchens y la muerte

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.



Fragmento del discurso de clausura de Christopher Hitchens al debate celebrado el 18 de noviembre de 2010 en la Prestonwood Christian Academy titulado "¿Existe un Dios bueno?" entre el gran azotador de la religión y William Dembski. Mostrando las secuelas de la quimioterapia con la que combate su cáncer de estómago, Hitchens nos deja un conmovedor discurso sobre la muerte. Un arrebatador paseo por las cumbres del intelecto humano.

Si Hitchens no estaba ya entre tus ateos favoritos, lo va a estar a partir de ahora.

Gadafi es un gran cliente

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.


Viñeta de Sansón para Norte de Castilla.

La imposible definición de muerte

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Cuanto más sabe la ciencia, cuanto más poderosa es la medicina, más difícil es en cambio determinar en qué momento exacto un cuerpo deja de estar vivo, si es que es posible realmente exactitud alguna. Una fascinante contradicción.

Descarga o escucha el fichero MP3 o suscríbete al podcast, también en iTunes.

Brandon Keim


En respuesta a una creciente controversia moral sobre si la mayor parte de los órganos vitales utilizados en transplantes técnicamente son tomados de personas vivas, el President's Council on Bioethics ha emitido un informe en el que definen la muerte cerebral como el momento en el que cesa el compromiso con el mundo.

El informe le da la vuelta al actual estándar neurológico para la muerte que depende de una desactualizada noción de cómo el cerebro es centro de control del cuerpo para los procesos fisiológicos.

La definición de vida del Council habla de un proceso de compromiso, lo que puede sonar a parrafada metafísica, pero que ayuda a que el número de transplantes de órganos no caiga en picado.

«Uno se enfrenta a la elección de decir que la noción actual de muerte cerebral no funciona, y dado que no estás autorizado a tomar órganos de un donante que aún no ha muerto, nos hemos visto obligados a no hacer muchos transplantes, hasta que seamos capaces de explicar por qué el fallo total cerebral constituye la muerte de un organismo» dice Gilbert Meilaender, bioético de la Universidad de Valparaiso y miembro del Council. «Así que ofrecemos una explicación filosófica mejor».

Que la línea entre vida y muerte se vea tan difusa ahora es un fenómeno únicamente moderno. Hasta mediados del siglo pasado estaba claro; cuando el corazón deja de latir, ha muerto. Pero los avances en tecnología médica han permitido a la gente ser sostenida en máquinas que mantenían sus pulmones en funcionamiento y su corazón latiendo, a pesar de que las funciones cerebrales necesarias ya habían cesado.

Médicos y bioéticos proponen un nuevo estándar. Si tanto las funciones de alto nivel como de bajo nivel del cerebro de una persona han cesado y no pueden ser recuperadas, ha muerto, aunque las máquinas puedan preservar la apariencia de una vida. Un cuerpo en esta condición es, en el argot médico, un «cadáver ventilado con latidos». Estos cadáveres son la fuente principal de los órganos vitales utilizados en los transplantes.

En años recientes, sin embargo, algunos científicos han demostrado que cuerpos con muerte cerebral mantienen una temperatura estable, siendo incluso capaces de defecar. Más sorprendentemente, sus heridas duelen, y hay niños mantenidos en máquinas ventiladoras que alcanzan la madurez sexual.

Estas averiguaciones socavan los estándares neurológicos actuales para la muerte, que tratan al cerebro como la clave para integrar y sostener los procesos físicos básicos. Dado que esos procesos continúan tras el cese de la función cerebral, los médicos se enfrentan a tres elecciones; sacar órganos de personas aún técnicamente vivas, aliviar los estándares de muerte cerebral, o volver al viejo estándar de la muerte cardíaca.

Ninguna de estas opciones parece razonable. Tomar órganos de una persona viva es éticamente inaceptable. Aflojar los estándares, atendiendo únicamente a las funciones cerebrales de alto nivel, y declarando como muertas a personas que aún respiran por sí mismas, también lo parece. Volver al estándar de la muerte cardíaca llegaría a requerir a que los médicos tengan que esperar a que un corazón deje de latir para poder transplantarlo.

Y es que la interrupción del flujo sanguíneo durante sólo unos minutos causa daños que hacen que los órganos sean inutilizables en otro cuerpo. Medir la muerte por el cese de actividad cardíaca sería un drástico menoscabo de la donación de órganos tal y como se entiende hoy en día.

«Si estás en lo cierto, y sigue habiendo un argumento persuasivo para mantener el estándar neurológico, entonces el transplante de órganos a la escala a la que hoy en día lo hacemos sigue siendo algo legítimo.»

Atendiendo a la redefinición del Council, el cerebro es importante no sólo porque controla los procesos fisiológicos, sino por lo que esos procesos representan; el compromiso con el mundo.

«Intentamos pensar en organismos comprometidos en su propia preservación. Estar vivo es estar comprometido en ese trabajo. Morir es dejar de estarlo» dice Meilaender.

El compromiso, explica el Council, toma tres formas, apertura al mundo, habilidad para actuar en el mundo, y necesidad de hacerlo. Estos requisitos abstractos pueden cubrirse por algo tan básico como respirar, pero no pueden ser cubiertos por funciones fisiológicas que continúan en personas que han perdido ya su función neurológica.

El informe del Council conscientemente navega sobre terrenos pantanosos éticos y científicos, dice el bioético de la Universidad de Pennsylvania Art Caplan. «Se reafirma la muerte cerebral como un estándar aceptable, y creo que con éxito».

Caplan reconoce que gente en estados de mínima consciencia y vegetativos persistentes, como Terry Schiavo, cuya petición de morir catalizó a la oposición pública en contra de extender la definición de muerte; seguirán siendo considerados vivos.

«A la gente le pone nerviosa que intentemos modificar el estándar de la muerte para conseguir órganos. Tienen miedo de que cirujanos en busca de transplantes se salten la definición de muerte para conseguirlos» dice Caplan. «El informe deja la línea donde debe estar».

«Hay quien discute que deberíamos definir la muerte a partir de las capacidades cerebrales de alto nivel, como que si pierdes la consciencia definitivamente podemos considerarte muerto aunque respires sin ayuda» dice Meilaender. «Pero imagina que tenemos un cuerpo como ese. Yo no lo enterraría. Ha perdido funciones humanas, pero aún no ha dejado de ser un ser vivo».

Es un artículo de Brandon Keim visto en Wired Science. Foto de Ignacio Sanz.

Comer menos carne salva vidas si es eso lo que queremos

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Reducir el consumo de carne ahorraría a las naciones occidentales actuales decenas de miles de muertes, con el gasto médico asociado, y ayudaría también a combatir el cambio climático. Pero la obsesión por alargar la vida entra en demasiadas ocasiones en conflicto con mejorar la calidad de la misma.

Descarga o escucha el fichero MP3 o suscríbete al podcast, también en iTunes.

Reducir el consumo de carne, hasta no sobrepasar los 200 gramos de la misma a la semana, podría reducir las muertes tanto por cáncer como por enfermedades coronarias. Son las conclusiones de un estudio publicado hoy por Friends of the Earth —Amigos de la Tierra— y del cual nos informa el suplemento Science News de The Guardian. Lo firma Mike Rayner, experto en salud pública.

Las cifras se corresponden al Reino Unido. En total calculan que si los ciudadanos británicos no consumiesen carne más de dos o tres veces a la semana, se salvarían 45.000 vidas al año. Más de la mitad por causa de dolencias cardíacas e infartos, y hasta casi 10.000 por cáncer. Esto ahorraría más de un millón de libras a las arcas británicas, pero también ayudaría a combatir el cambio climático y la deforestación en Sudamerica. En este continente, se están echando a perder bosques enteros para alimentar ganado vacuno cuya carne es después exportada a Europa. Merece la pena recordar aquí también el descomunal gasto de agua potable necesario para la cría de este tipo de ganado.

Sabemos ya, desde luego, y sin necesidad de este informe, que un exceso de carne, en particular de carne procesada, es inconveniente para la salud, por su exceso en sal y en grasas saturadas. No es que se esté recomendando pasar a una dieta por completo vegetariana, pero sí a no exceder los 200 gramos a la semana, el equivalente a media salchicha al día. Se calcula que la ingesta semanal de carne en Europa sobrepasa el kilogramo por persona.

«No tenemos que hacernos vegetarianos para cuidarnos a nosotros mismos y a nuestro planeta, pero tenemos que empezar a prescindir de la carne» dice Craig Bennett, director de campañas de Friends of the Earth. «Los gobiernos ignoran el impacto ambiental del consumo de carne tan elevado, pero no pueden ignorar las vidas que podrían salvarse comiendo menos y mejor carne».

El profesor Steve Field, responsable de Medicina General en el Royal College, está de acuerdo en que «la gente no debería dejar de comer carne, pero sí debería comer menos, especialmente carne procesada, por su contenido en sal y en grasas saturadas, y comer más fruta y verduras».

Rachel Thompson gobierna la Fundación Mundial para la Investigación del Cáncer. La organización ya hubo publicado sobre el riesgo asociado al consumo excesivo de carne. Dice que «las cifras le dan importancia a lo que ya decíamos sobre la carne roja y procesada, que existen evidencias de que aumentan el riesgo de sufrir cáncer intestinal, el tercer tipo de cáncer más común en el Reino Unido. Recomendamos no comer más de 500 gramos de carne roja cocinada a la semana, y evitar en todo lo posible la carne procesada como el bacon o los embutidos».

Los productores de carne ya han criticado el informe. «La mayor parte de los consumidores ya siguen esas recomendaciones en cuanto al consumo de carne roja» dice Chris Lamb, representante de los productores de carne de cerdo en el Reino Unido. «Es demasiado simplista decir que cambiar sólo un elemento de nuestra dieta va a tener resultados tan dramáticos. La carne roja juega un papel muy valioso como parte de una dieta saludable y equilibrada».

Tiene por supuesto razón en esto. Cualquier biólogo identificará de inmediato al hombre como especie carnívora. Sus ojos están situados bajo la frente, y no en los laterales de la cara, como sucede en todos los hervíboros. Existen numerosos y buenos motivos para adoptar una dieta vegetariana, y no falta quien se siente más humano prescindiendo de alimentos cuya producción haya implicado en algún punto el sufrimiento de un animal. Me identifico con sentimientos así. Pero también es cierto que, cuanto más restringida es una dieta vegetariana, más suplementos artificiosos, por no decir artificiales, son necesarios para que resulte completamente equilibrada.

El problema cuando se intentan combatir los negacionismos aparece cuando surgen los afirmacionismos, igualmente poco rigurosos y generalmente igual de peligrosos. Jen Elford, de la Sociedad Vegetariana, reprocha a Friends of the Earth. «Para tratarse de una organización tan valiente, no entiendo por qué no han recomendado una dieta vegetariana. Por supuesto menos carne es mejor que más, pero no podremos manejar los problemas de salud y ambientales de nuestra sociedad actual sin prescindir por completo de las proteínas animales».

¿Querían sugerencias valientes? A mí se me ocurren algunas. Por ejemplo, la calidad de vida es tanto o más importante que la duración de la misma. ¿Qué tal si permitimos comer la carne que desee a quien disfruta de hacerlo y está dispuesto a vivir veinte años menos, con tal de que los que le queden en el planeta pueda consumir los alimentos que le hace feliz consumir? ¿Qué tal si legislamos de una vez la muerte asistida, para que nuestro estilo de vida no quede marcado por la previsión de sufrir debido al mismo una muerte más o menos dolorosa?

Foto de Procsilas Moscas.

El que deja el Islam debe morir

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.



Motivo suficiente como para no haberlo tomado nunca. Lástima que los niños nacidos de una pareja religiosa no tengan la elección.

Kurt Perry y el derecho a una muerte digna

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.



Kurt Perry tiene 26 años, padece un desorden neuropático llamado enfermedad de Charcot-Marie-Tooth. Le causa problemas de movilidad hasta el punto de que su diafragma tiene problemas para empujar el oxígeno desde sus pulmones al resto de su cuerpo. Perry va a morir pronto, pero quiere dedicar el tiempo que le queda a defender el derecho de la gente a hacerlo con dignidad. Perry es todo lo contrario a una bolsa de basura. ¿Quién quiere que muera como tal? Yo puedo darte unos cuantos nombres.

La muerte digna es un derecho por Cristina Rad

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.



Cristina tiene belleza e inteligencia. Por si alguien no está de acuerdo con ella, también tiene datos sobre la imperiosa necesidad de legalizar no sólo la eutanasia sino incluso el suicidio asistido.

Michael Caine a favor de la Eutanasia

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Michael Caine, o esa rara especie de seres humanos capaces de ser el mejor del mundo en más de una cosa.

Maruxa Ruiz del Árbol

El actor londinense Michael Caine reveló el pasado sábado en una entrevista radiofónica con Classic FM que en 1955 pidió a un médico que ayudara a su padre a morir. A Maurice Micklewhite, que era porteador en un mercado de pescado, le habían dado cuatro días de vida a causa de un cáncer de hígado.

«Estaba tan angustiado de ver a mi padre en tal estado de dolor que le dije al doctor: "Si no hay nada más que pueda hacer, aplíquele una sobredosis y termine con esto"». En un principio el médico se negó, pues la asistencia al suicidio era un crimen entonces y lo sigue siendo hoy. «Nosotros no podemos hacer eso», respondió el doctor. Sin embargo, cuando Caine iba a salir de la habitación el doctor se dirigió a él: «Vuelva a medianoche». «Hice lo que me dijo y a las 12.05 mi padre murió. Había llevado a cabo mi petición». Maurice tenía 56 años cuando murió y su hijo 22.

Hoy Caine tiene 77 años y dice que su madre, Ellen, murió en 1989 sin saber toda la verdad sobre la muerte de su marido. La eutanasia y el suicidio asistido son un debate candente en Reino Unido. Aunque formalmente el suicidio asistido está penado con 14 años de cárcel por una ley de 1961, en febrero de este año la fiscalía matizó esas directrices y añadió una cláusula por la cual no se procesará a quien ayude a morir de buena fe a un enfermo incurable que haya tomado la decisión sin presiones.

Cuando el sábado el presentador del programa preguntó al ganador de dos oscars si estaba de acuerdo con la eutanasia voluntaria, Caine respondió: «Sí, estoy de acuerdo si uno se encuentra en un estado en que la vida ya no es soportable y se quiere ir. No estoy diciendo que cualquier otra persona pueda tomar esa decisión por ti, yo lo hice cuando mi padre estaba semiinconsciente».

Una portavoz de la ONG Dignity in Dying —Dignidad en la Muerte— celebró la confesión de sir Michael Caine y pidió que se pongan en marcha medidas para permitir aplicar la eutanasia a pacientes terminales si es su voluntad. También se ha pronunciado sobre el caso de Caine una ONG contraria a la eutanasia: Care, Not Killing.

Visto en El País.

Ateísmo y muerte en la historia

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.



Dinesh D. Souza recupera uno de sus argumentos favoritos. Por supuesto, el régimen comunista y ateo de Stalin mataba en un día lo que la Inquisición Española en toda su historia. Recuérdalo cuando quieras hacer sangre fácil de los argumentos de un creyente.

Reprocha Souza de los nuevos ateos su desconocimiento de la historia. Por una parte, en mi opinión, no es tal desconocimiento sino más bien desinterés. Pregúntate mentalmente: en un momento en el que los problemas de Occidente son Al Qaeda y el cambio climático, ¿qué lecciones históricas nos sirven? Por otra parte, el mismo desinterés histórico achacable al humanista moderno cabe reprochárselo a Souza en el tema ético. La cuenta de cuerpos nunca fue un argumento apreciable. Stalin, Hitler, Pol Pot o el mismísimo Ratzinger son en efecto personajes nefastos, pero cada uno a una altura y por motivos muy distintos.

A qué sabe la carne humana

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Martin Robbins

Recientes noticias sugieren que un restaurante alemán está buscando clientes dispuestos a donar partes de su cuerpo para transformarlos en comidas gourmet. Ese dedo o testículo de más al que llevas años deseando darle utilidad, por ejemplo. Aún siendo un burdo truco publicitario, mucha gente —vale, al menos yo— tiene curiosidad por saber a qué sabe realmente la carne humana. Así que, con espíritu de servicio público, he intentado averiguarlo.

Una compañía empezó a vender en 2005 una «Saludable Alternativa a la Carne Humana» basada en Tofu y Hufu. Describían el sabor de su dudoso producto así:

«Si nunca has probado antes la carne humana, piensa en el sabor y la textura de la carne de vaca, sólo que un poco más dulce al gusto y un poco más blanda al masticar. Al contrario de lo que muchos creen, la gente no sabe a cerdo ni a pollo.»

Desafortunadamente resultó ser un bulo, eso del «vaca dulce y blando» es como mucho una afirmación dudosa, y ciertamente se da de cara con el abrumador consenso del sabor a cerdo que aparece si buscas el tema en Google. Así que si queremos conocer la auténtica esencia del canibalismo, necesitamos conocerla de gente que realmente haya probado carne humana.

Por supuesto, hay una forma de carne humana que se considera aceptable comer. Se trata de la placenta después del nacimiento, una práctica conocida como placentofagia. Para prepararla, tienes que tomar el cordón umbilical y su membrana, y tratarlo de forma similar al hígado, lo que de acuerdo con Hugh Fearnley-Whittingstall es aproximadamente a lo que sabe. Puedes cortarlo y freirlo, o molerlo para hacer una especie de rica boloñesa. Todo encantador, tal y como puedes verlo en los vídeos que circulan en YouTube. Pero el hígado o la placenta probablemente no son representativos de a lo que sabe en general la carne humana.



También de poca ayuda es la opinión de un lindo pequeño robot desarrollado por NEC System Technologies para la Universidad de Mie. Este sommelier electromecánico es «capaz de identificar vinos, quesos, carnes y otras finuras». Al olisquear las manos de reporteros humanos, una fue identificada como bacon y la otra como prosciutto. Volvemos al tema del cerdo. Pero, claro, desafortunadamente esos reporteros no pelaron y cocinaron sus manos antes de colocarlas en las fauces del robot.

Lo que necesitamos son auténticos caníbales, y con quién mejor empezar que con uno de los ciudadanos alemanes más infames, el caníbal Armin Meiwes. Después de haberse comido unos 20 kg. estimados de una de sus víctimas, Meiwes es algo parecido a un experto en el tema. Y en una entrevista en prisión estuvo feliz de explicar el sabor. «La carne sabe como la de cerdo, un poco más amarga, y más fuerte. La verdad, sabe muy bien».

¿Es la misma opinión que la de otros caníbales de Occidente? Despues de seguir buscando llegué al caso de William Buehler Seabrook, un periodista del New York Times que viajó extensivamente por África Occidental hace casi un siglo. Fascinado con el concepto de canibalismo, consiguió convencer a un médico interno en la Universidad de la Sorbona en París para darle un poco de carne humana del cuerpo de un hombre saludable fallecido en un accidente, la cual cocinó y se comió, describiéndola como sigue:

«Estuvo bien, como una ternera crecidita, no joven, pero no llegando a vaca. Definitivamente se parecía a eso, y no a cualquier otra carne que haya probado antes. Se parecía tanto a una buena pieza de ternera desarrollada que creo que nadie con un paladar de una sensibilidad ordinaria pudiera distinguirlo de la ternera. Era suave, buena carne, sin ninguna otra característica distintiva o característica como la que tienen la carne de cabra, de gamo o de cerdo.»

Así que cerdo y ternera empatan a uno. Claramente una muestra de dos no es suficiente, necesitamos más gente. Y aquí llegamos a la parte truculenta. Resulta que mucha gente ha probado la carne humana inintencionadamente.

Comenzaré con el infame Pole Karl Denke, «un devoto, pacífico y respetado ciudadano de Ziębice» quien «resultó ser un caníbal que mató a 40 personas antes de su arresto e inmediato suicidio en 1924. Guardaba su carne en jarras y la vendía en el mercado de Wrocław como "cerdo"».

La misma táctica fue presuntamente empleada por Fritz Haarmann, un alemán que mató al menos a 24 personas en Hanover, generalmente prostitutos cuyas gargantas mordía mietras los sodomizaba —sí, también he estado pensando cómo se hace eso—. Los rumores sugieren que también vendía su carne como cerdo en el mercado negro antes de ser decapitado en 1925.

Otro asesino en serie alemán, Karl Grossman, fue arrestado en 1921, habiendo asesinado entusiastamente durante la Primera Guerra Mundial. Grossman vendió la carne de las más de 50 mujeres que se supone que mató en el mercado negro, e incluso llevaba un puesto de perritos calientes donde utilizaba esa carne, arrojando el resto de los cuerpos a un río cercano.

Definitivamente, sin realmente comer algo de eso nosotros mismos, todo lo que tenemos son evaluaciones subjetivas de una panda de asesinos que probablemente no son la fuente más fiable. Pero hay cierto consenso aquí. Ciertamente, los propios caníbales parecen considerarla generalmente cercana al cerdo, de hecho lo suficiente como para etiquetarla como tal y vendérsela a ciudadanos desafortunados en mercados de carne o puestos de perritos calientes en la Alemania y la Polonia de los pasados años 20.

Así que hasta que alguien tenga más evidencias, la opinión oficial de este blog es que la carne humana sabe un poco a cerdo. Por supuesto, parafraseando a Eddie Izzard, eso más bien significa que el cerdo sabe a humano.

Si alguien leyendo o escuchando esto ha comido carne humana recientemente, que deje un comentario.

Visto en The Lay Scientist. Escúchalo en el podcast.

Los médicos ateos no acabarán con tu vida

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Evan Harris

Siendo leído fuera de contexto, el titular de ese informe publicado por The Guardian sobre un nuevo estudio en las actitudes y comportamiento de los médicos y que sugería que «los doctores ateos podrían acelerar tu muerte» puede hacerte pensar que hay ahí fuera una pandilla de titulados humanistas con jeringuillas llenas de cloruro de potasio a la vera de las camas de los pacientes enfermos. Sin embargo, el artículo en sí mismo informaba de que no parecía haber un problema con el médico ateo medio sino más bien con el aún más extendido médico demasiado religioso.


El profesor Clive Seale, a quien la sociedad le debe gratitud por sus prolíficas investigaciones en este área de estudio tan difícil, publicó un estudio en el Journal of Medical Ethics que requirió informarse por parte de un gran número de médicos sobre sus puntos de vista y sus comportamientos en casos terminales.

Muchos de los datos ya hyubieron sido publicados el pasado año en un informe titulado Adelantar la muerte cuando terminan los cuidados: una encuesta a los médicos. Una de las conclusiones era:

«Los doctores que se afirmaron religiosos o simplemente opuestos a la legalización de la muerte asistida reportaron con menos frecuencia las decisiones necesarias para acelerar el fin de la vida. Podría ser porque la intocabilidad de la vida es un argumento más presionante para estos doctores que la calidad de la vida en sí misma y esto podría ser un problema cuando pacientes con necesidades similares acaban recibiendo tratamientos distintos.»

Lo nuevo en el informe era el análisis de la religiosidad de los médicos contra distintas consecuencias. Algunas averiguaciones significativas:

Primero, en qué momento los médicos asumen medidas que aceleran la muerte de un paciente enfermo en estado terminal, poniéndose el acento en que prácticas como la retirada de tratamientos especialmente caros que ya no resultan útiles para mantener la vida —cuando ya no es posible tomar la decisión del paciente de rechazarlos— o la aplicación de altas dosis de opiáceos para aliviar el dolor son tanto legales como éticas. Resulta haber aquí casi un empate entre médicos muy religiosos y los que no lo son en absoluto.

Segundo, si hay discusiones de naturaleza médica sobre el proceso de la muerte de pacientes enfermos en estado terminal con sus familiares. El estudio sugiere que es hasta cuatro veces menos probable que un médico muy religioso —comparando tanto con los no religiosos como con incluso los tímidamente relidiosos— tenga este tipo de discusiones.

Asumiendo que los datos son fiables y adecuadamente ajustados al ritmo de respuesta y a otras posibles polarizaciones, tal y como parecen serlo, las averiguaciones son muy interesantes. No sólo porque tanto pacientes y médicos como políticos le están dando últimamente gran importancia a este tema. De hecho el General Medical Council británico, sobre el tratamiento del fin de la vida, establece las decisiones a ser tomadas para mantener o terminar con la vida, tratamientos de alargamiento de la misma, sedación contínua de los pacientes terminales o control del dolor mediante derivados de la morfina; y es muy claro sobre que los pacientes que conservan la capacidad mental, o sus familiares si es necesario, deberían estar profundamente implicados en la toma de decisiones.

Estas averiguaciones tienen muchas implicaciones sensibles, y unas pocas un tanto idiotas. Recientemente en la radio británica Seale afirmó que los pacientes deberían estar interesados en la religiosidad de sus médicos, y llegó tan lejos como para afirmar que deberían preguntar de antemano a esos médicos qué tipo de decisiones llegarían a tomar cuando ellos como pacientes ya no pudieran tomarlas.

Sin embargo, probablemente hay consenso entre los estudiosos de la ética médica en muchas cuestiones. De momento, aún aceptándose la objeción de conciencia —que debe ser declarada y explícita— se supone que un médico no debe permitir que sus puntos de vista religiosos tengan influencia en el cuidado que prestan a los pacientes. Segundo, los doctores no deberían revelar esa religión a sus pacientes ni mucho menos entrar en ese tipo de discusiones con ellos aún si son invitados a hacerlo.

A partir de lo que el estudio realmente revela, un titular más apropiado para la historia sería «Los médicos religiosos probablemente no te preguntarán qué tratamiento prefieres cuando estás en estado terminal». Lo que debe ocurrir es que haya un esfuerco adicional en la profesión médica y sus reguladores para asegurarnos de que los médicos consultan adecuadamente a los pacientes sus deseos y sus puntos de vista y no permiten, ni aún subconscientemente, que sus premisas religiosas —o para este tema, también las políticas» no distorsionan su práctica médica.

Visto en The Guardian. Foto de Sir Sabbhat.