Caminábamos una noche de verano
el viento movía tu pelo, como a los árboles
las nubes cubrían el cielo desde temprano
ya todas oscuras el rojo del atardecer no las teñía.
Las estrellas brillaban por su ausencia
te lo hice notar al querer verlas
recibí una sonrisa de consuelo
y una mirada que era ver el firmamento.
Me detuve y mire otra vez al cielo
y hay estaban todas cada una de ellas
mirándome las nubes no estaban
brillaban saludándome todas
pero ...se apagaron!...no...
eras tu que cerraste tus ojos
una alegría me inundo al ver la luna asomarse.
Nunca pensé ver en ti tanta belleza
tal era mi felicidad
que una lágrima de luz rodó por mi mejilla
Tu mano se adelanto y la recogió
la tome entre las mías
pero la luna seco mi lágrima
y las estrellas se apagaron nuevamente
y besé la luna en busca de mi lágrima
pero encontré las estrellas y la luna
que desde ese día brillan
para mi incluso de día.