Entonces...
Entonces cerró los ojos... Jugaba a saltar de nube en nube, en alguna se tumbaba boca abajo y observaba la tierra... que hermosa se veía desde allí arriba. Otras veces, cuando una nube lloraba, se sentaba en ella y la consolaba hasta que no le quedaba ni una lágrima. Cuando tenía frío, llamaba al sol, ... él la abrazaba y sentía su calor. En ocasiones algún ave sobrevolaba el cielo azul, ella con alegría viajaba a lomos suyo y podía sentir... la libertad. Una noche, mientras se acunaba en el regazo de la luna a observar las estrellas, cuando vio la suya, sonrió, la cogió con sus manos, la atrajo hasta su pecho y el astro brilló mas que nunca.