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viernes, 12 de octubre de 2012

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Todos mis sentimientos quedaron plasmados
a traves de aquella vieja maquina,
el tic tac de sus teclas dejaban paso
a los sentimientos de mi corazon,
Quedaban reflejados en aquel amarillento folio
tan viejo como mis recuerdos,
tan viejo como mis sueños,
Y solo quiero dejarlos marchar con el tic tac
de las teclas, ellas son sus alas para hacerlos
volar...tic tac, tic tac suenan una y otra vez
Y me siento cansado, y dejo mis gafas...
y vuelvo a soñar..

Autora: Mar          Título: Tic Tac.





Sueños de un emigrante...

Y allí estábamos Tom y yo, ante la inmensidad del mar.
Mirando al infinito intentándote recordar.

Detrás de aquella línea del horizonte, una noche quedó mi mujer y mi
familia, ocupando una patera su lugar.

Aquí me prometieron trabajo y una vida mejor,¿donde están aquellas promesas?
¿quien se las quedó?

Quizás quedaron ahogadas aquella misma noche entre mis pequeños ahorros, aquella patera y yo,
Siendo la luna, testigo de excepción.

 y ahora, aquí me tienes sentado en este muelle,
sin dinero, sin familia, sin tu amor, anhelando un futuro prometido, que
que nunca, nunca llegó...

Autora: Mar         Título: Sueños de un emigrante

Hoy el rinconcito de los relatos se llena de vida, sueños, amor, sentimientos; guiados y traídos de la mano de nuestra gran amiga, o como nosotros la llamamos una de nuestras madrinas en el mundo del blogeo. Ella es una impertérrita soñadora, una amante de las palbras, de los relatos, y de que a todos nos quede una pequeña moraleja. Mar, gracias por compartir esto con nosotros, a pesar que últimamente estás poco por la blogosfera por el tema de la creación de tus maravillosas joyas^^, y gracias por crear un pequeño eclipse en Por Fin GoBri...

lunes, 1 de octubre de 2012

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Pleno mes de marzo y el Sol parecía escupir su fuego sobre Almería con sus 38º casi imposibles de soportar al mediodía. La humedad ambiental de la zona tampoco ayudaba demasiado y Jóse, en lugar de irse a la playa o al instituto, se encontraba sentado en soledad, esperando el autobús en la parada. Aquel chico moreno de complexión delgada, pero atlética, tenía la mirada perdida hacia el frente. Parecía observar los vehículos que afluenciaban el tráfico de la Avenida del Mediterráneo. Quizás miraba a esa madre que paseaba dirigiendo con la mano derecha un cochecito de bebé y con la izquierda a un niño de unos tres o cuatro años que no dejaba de llorar.

Cualquiera de esas suposiciones era errónea. Su mente de diecisiete años la ocupaba una desazón y tristeza desoladora, al haber recibido la llamada a horas intempestivas para el. Cuando el teléfono suena tan temprano en una casa, el corazón comienza a palpitar a mil pulsaciones porque no suelen traer buenas noticias. En este caso fue cierto y vaya si le derrumbó aquella voz que le decía que su mejor amigo, Andrés, había tenido un accidente de tráfico junto a su novia Carmen. Maldijo después la hora en que se levantó de la cama para atender el teléfono. Podía haber esperado a que alguno de sus padres lo hubiera hecho antes, pero eso ya no lo podía cambiar.

La voz de la hermana de Andrés le contó, entre sollozos, que su hermano había fallecido en el acto y que Carmen estaba ingresada de gravedad en Torrecárdenas. Apenas comprendió las palabras que siguieron a la información primera, que le describían como ocurrieron los hechos de aquella fatalidad.

“Iba llevando a Carmen a su casa de Huércal y justo en el semáforo antes de la primera rotonda del barrio, un borracho se los llevó por delante con su 4×4. Ya sabes que mi hermano es tonto, bueno, era…y no siempre se ponía el casco, con tal de no despeinarse su “pelo pincho”. La policía nos ha dicho que no sufrió, pero yo estoy que me quiero morir. Por favor, en cuanto puedas vete al hospital para decirme como sigue Carmen. Su madre no me coge el teléfono y lo entiendo. Ya te puedes imaginar como están mis padres. Mi madre se desmayó y casi se nos desnuca en el pasillo, pero los reflejos de mi padre pudieron evitarlo. Dime que lo harás. Siento mucho haberte despertado así, pero eso ha pasado a las dos y media de la madrugada  y no nos enteramos hasta casi las cuatro. El cabrón hijo de puta, se largó de allí sin avisar a nadie, pero se arrepintió después e informó de lo que había pasado. Estoy que no me lo creo. Mi hermanito del alma, muerto.¡Ay, Dios mío! ¿Por qué?”

Jóse, en ese momento solo consiguió balbucear un leve “sí”. Le temblaban los pies, se había puesto pálido y se asustó cuando su madre lo abrazó desde atrás. Tanto que se le cayó el teléfono y se hizo añicos contra el suelo. Se hinchó de llorar, dejándose consolar por su madre que lo cogía con fuerza y se había enterado solo a medias de lo que había pasado. Andrés estaba muerto y era algo que no podía modificarse de forma alguna. La ansiedad no le dejó relajarse hasta horas más tarde y ahí estaba, esperando el autobús porque sus padres tenían que cumplir con su trabajo y el no tenía otra manera de llegar a ver a Carmen.

Recordaba haber discutido con Andrés, por una tontería, hace dos días y ahora esos remordimientos le carcomían por dentro. La idea de no poder volver a verlo nunca más era difícil de poder asimilar. Demasiado pronto, demasiado real. Mataría usando sus propias manos desnudas a ese borracho con aires de Fernando Alonso en ese mismo instante. No podía creerlo. Pero tampoco conseguía engañarse a sí mismo.


- ¿Qué haces aquí, Jóse? ¿Otra vez vas a hacer peyas en el insti?- El se sobresaltó y luego vio que se trataba de Ángela, una amiga del barrio de Cortijo Grande, además de compañera del IES Maestro Padilla. La conocía desde que eran unos enanos, pero ahí sentado, no quería saber nada de nadie.

- ¿Y a tí que te importa?

- ¡Uy! ¿Qué te pasa? ¿Has estado llorando?¡Estás blanco como el papel!- Ángela hizo ademán de sentarse junto a el, soltando su carpeta sobre el banco y quitándose la mochila verde de Reebook.

- ¡Déjame en paz, tía! ¡Qué asco!- Ángela detuvo todas sus buenas intenciones al pretender preocuparse por su amigo.

- ¡Qué borde!¡Qué mal te has levantado hoy!

- Lárgate.- le espetó Jóse sin mirarla siquiera a la cara y con un tono de repugnancia tal, que a ella no le hicieron faltas más señales de que molestaba, aún sin haber hecho nada para merecer ese vil trato. Puso pies en polvorosa, cogiendo sus pertenencias en dirección al instituto, no sin antes dedicarle una mirada de odio y una frase para el recuerdo a la que Jóse no prestó ni la más mínima atención.

Su mente volvió a divagar mientras miraba su reloj Swatch y no dejaba de menear su pierna derecha del nerviosismo que le corroía. Miró hacia adelante y ahí estaba. ¡Maldita sea! El autobús para llegar al hospital estaba en la parada de enfrente y no en esa. ¡Qué tonto! Sin pensarlo un segundo se levantó y cruzó la carretera agitando las manos en alto mientras gritaba para intentar ser escuchado por el conductor.

Pero a quien no le dio tiempo de reaccionar fue al conductor del taxi 158. El coche hizo que Jóse volase por los aires tras un impacto contra el cristal delantero. El frenazo se escuchó en todo el barrio, pero no todo el mundo se enteraría hasta más tarde de lo que había pasado. Un golpe seco contra el asfalto reventó el interior de Jóse. Sus huesos crujieron al unísono y el dolor para el se convirtió en un pitido sordo en los oídos.

Consiguió escuchar gritos y vio figuras borrosas que se aproximaban. Las miraba desde el suelo, pero solo consiguió distinguir a Ángela por los gritos de desesperación y terror que profería. La sangre que le brotaba del cráneo lo rodeaba velozmente. Ya nada importaba.

- Perdóname. Dile a mis padres que les quiero.

- ¡No nos dejes!- gritaba Ángela y esta miró a su alrededor.-¡Que alguien llame a una ambulancia!¡Ayuda!

Ángela lloraba, pero el cerró sus ojos.

Entonces vió como su mejor amigo le extendía las manos para ayudarle a levantarse. Una sonrisa se dibujó en su rostro y se dejó ayudar. Luego, la oscuridad más absoluta lo envolvió.



Autor: Luismi. Título: Cosas que Pasan.

Un relato maravilloso que nos ha obsequiado nuestro querido Luismi, pensemos y reflexionemos no tanto en lo que perdimos sino en lo que tenemos. Recordaros que si tenéis un blog y os gustaría que os publicáramos un relato, no tenéis más que contactarnos(mail: blogobri@gmail.com ; face: porfingobri).

viernes, 27 de abril de 2012

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Jorge y Andrés quedarán esta noche como cada sábado. No saben que lo que sucederá les cambiará las vidas para siempre. Un día más, les espera una noche de sábado donde el alcohol y las drogas no faltarán. ¿Y quién sabe? Quizá acaben en la cama de alguna chica que conozcan en la noche.
Son dos buenos amigos a los que les unen su forma particular de ver la vida. Para ellos la mujer solo es un objeto sexual que debe dedicar su vida al mantenimiento de la casa y los hijos. Odian a los inmigrantes y dan de lado a toda persona que sienta algo por otra de su mismo sexo.
Aún no saben que su racismo y el abuso de drogas y alcohol harán que un pobre inmigrante quede malherido en una cuneta. Tampoco que tendrán un accidente con el coche de Jorge que les llevará directamente al hospital.
Pero mucho menos saben, que ese inmigrante al que agredirán fue un médico de gran prestigio en Senegal, y será él quien acabe salvándoles la vida. 

No. Aún no lo saben. Todavía no.



Autora: Karen_Smith


Un relato apasionante que nos trae nuestra colaboradora Karen, para nosotros siempre es un placer que colaboréis en este proyecto de relatos. No os olvidéis de que si sois bloggers y os gustaría ver vuestro relato publicado solo tenéis que mandarnos un mail
 Un saludo enorme y gracias por colaborar.


domingo, 8 de abril de 2012

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Distingo su cama entre dudas. Me asaltan preguntas como: ¿Tanto ha crecido mi hijo?, ¿Mi pequeño es ya todo un hombre?
Siempre supe que era gay pero mi miedo a preguntar y su miedo a decir nunca ayudó. Y ahora que observo esa revista pornográfica escondida, como si de un tesoro se tratara, me avergüenzo pero no de el.
Criarlo fue difícil, una tarea ardua para una madre no solo primeriza, sino joven, inexperta y sola. Muchos esfuerzos realicé, muchas noches en vela estudiando y cuidándole, no podía perder mi vida pero tampoco podía perder la vida que había creado. Esa vida que ahora observa hombres semi desnudos con aspecto de dios griego.
No puedo imaginar a mi pequeño, a mi chiquitín entre los brazos fibrosos de un hombre; uno como el de al lado. Siento un regusto semi desagradable al imaginarme al de al lado dándole esa revista.
De repente siento una necesidad de saber, de gritar, de entender; me encamino a la puerta del de al lado y, entre dudas, toco el timbre. Me abre un muchacho apuesto, alto, fuerte, y con una cara muy interesante. Carraspeo y le digo:
-Hola, ¿podemos hablar?- asiente con la cabeza y me deja pasar.
-Soy Santiado- se presenta y se nota la tensión.
-Sandra- le digo mientras observo los libros y el orden del lugar.
-¿Fede te dijo que estamos saliendo?- las palabras parecían ser el resultado de un filtro minucioso.
-No, ultimamente no me dice nada-
Inexplicablemente antes de poder seguir hablando siento como las lágrimas pelean por salir, y antes de llorar le pregunto dónde está el baño. Una vez dentro pienso en toda la situación, en mi juventud, en mis novios. Miro atrás nose si buscando una explicación para el o para mi. De repente siento el timbre y siento como Santiago abre la puerta y mi pequeño le dice:
-¿No me das un beso?- y tras un silencio- ¿qué pasa...?
Salgo del baño y ahí veo a mi hijo, que mide igual que Santiago, y en ese instante veo como los ojos de Fede se dilatan en una expresión de horror y sorpresa. Yo con una sensación de estar callendo desde un avión le miro y con una leve sonrisa le digo que todo está bien.


Este microrrelato es un trabajo derivado, realizado por Go, de un relato cuya autoría es de nuestra apreciada colaboradora Nimphie Knox. El relato original recientemente publicado por la revista: Transformación 
(Entrada de Nimphie) (Web de la revista)
Este microrrelato ha condensado dicho relato debido a la limitación de espacio conforme a una entrada de blog. El relato original pueden leerlo en la revista(gratuita).

Recordar a todos los bloggers que quieran colaborar con esta sección de relatos(sección colaborativa) solo tienen que comunicarnoslo a nuestro mail: blogobri@gmail.com

Muchas gracias Nimphie, por colaborar, permitirnos la realización de este microrrelato y por ser un entusiasmo perpetuo como blogger.  

domingo, 22 de enero de 2012

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   Alberto acababa de salir del bar.  Había ido a distraerse y tal vez encontrar a alguien para pasar la noche.  Hacía ya mucho que su novio se había ido, y la soledad de su apartamento se hacía más pesada con los días.  Sin embargo, en el bar no encontró nada que le llamara la atención. 
   Esperando un taxi, fumaba en la acera.  El muchacho se acercó a pedirle un cigarrillo. Inmaculadamente hermoso, le ofreció su sonrisa y conversaron.  El muchacho quiere acompañarlo a su apartamento.  Al entrar, lo besa ansiosamente.  El muchacho se resiste un poco, le dice que deberían tomarse unos tragos primero.  No le escucha.  Con manos ágiles lo desnuda y lo acaricia. 
   Pronto, el muchacho corresponde a sus caricias y pasan las siguientes horas en el vórtice del sexo apasionado.  Alberto al fin duerme, extenuado.  El muchacho vigila su sueño.  Este ha sido diferente.  No busca a los maricones porque le atraigan. Los busca porque son presas fáciles.  Sabe que su sonrisa siempre los desarma. Siempre le abren las puertas de sus casas. Entonces, un par de tragos, pedir algo de hielo, aprovechar un descuido para colocar en el trago el polvillo de escopolamina que lleva en su bolsillo, hacerles entregar el dinero y las cosas de valor, obtener las claves de las tarjetas. 
   No, no le gustan los maricones en absoluto.  Le asquean.  Es un trabajo.  Lo que le gustan son las muchachas, como aquella del barrio que embarazó el mes pasado.  Entonces, porqué habia llegado a este punto.
    Recordaba nítidamente lo mucho que había disfrutado penetrar su carne caliente, y que había disfrutado incluso más aún cuando el hombre se subió sobre el y lo penetró con suavidad hasta llevarlo al orgasmo más intenso de su vida. 
   Tiene que ser él.  El lo obligó de algún modo a hacerlo.  La furia oscurece su rostro.  Del bolsillo de su pantalón, extrae su navaja, y montado sobre él la encaja en todas las partes de su anatomía.  En algún momento, nota que al cortar el rostro, la herida no sangra.  Ya no se queja. Ya no respira.  Lleva ya buen rato apuñalando un cadáver, sin haber notado que ya había muerto. 
   En la ducha, se lava de toda la sangre.  Busca la ropa del muerto, dispersa por el suelo.  Registra sus bolsillos.  Un reloj de moda. Algo de dinero.  las tarjetas son inútiles, ni siquiera recordó a tiempo obligarlo a darle las claves.  El computador portátil de sobre la mesa.  No tiene mucho tiempo para registrar todo  por más cosas de valor. Alguien pudo haber escuchado algo.

Autor: Blackmount


Un nuevo relato de nuestro colaborador Blackmount... Nos muestra una situación donde un egocéntrico psicópata, muestra como existe esa repulsa hacia lo gay dentro de el; una lucha convulsa que da forma a su existencia y a sus actos.
Agradecemos tu colaboración, y darle forma a esta segunda entrega de nuestra sección de relatos.

domingo, 1 de enero de 2012

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   Era de noche, cuando tus ojos de desprecio se posaron en mi rostro como si vieran a un desconocido, como si me vieras por primera vez en tu vida. Recuerdo ese acto porque paralizó el tiempo y me hizo sentir tan mal que hasta desee no haber nacido.

  Los demás hablan de traición, de puñaladas, pero lo que sí es una traición es que tu mismo no te aceptes que yo mismo no me entienda; por qué quiero ser otro, por qué tengo que ser otro...

   El desprecio mutó en tristeza y a partir de ahí en adios, paulatinamente se abrió entre nosotros una distancia imaginaria de kilómetros que nos separó para nunca más volver a juntarnos. Y ahora que yo tengo tu mismo papel, y que estoy viendo tu lápida me arrepiento de que el destino nos haya tratado así, que tu no hayas podido sobreponerte y que yo no haya tenido padre desde que decidiera tener valor y fuerza para decir quien era y lo que era.
Relato de Go




   Este pequeño relato encabeza y compone nuestra nueva sección(Nuevo Año/Nueva Sección). Este nuevo espacio en GoBri comparte un relato, una situación, una idea, una ilusión...

   Busquemos la empatía, el amor y cualquier sentimiento que nos haga sentir vivos, porque no hay que esperar a el lamento, porque no tenemos que mirar atras y arrepentirnos. La vida es más efimera que el suspiro de recordarla, aprovechémosla.

   Sostengamos la balanza en una mano para comprender y equiparar como la vida es dura, difícil y triste, pero que solo nosotros somos capaces de añadir en la balanza para que también sea feliz, hermosa y vivible.