domingo, 2 de junio de 2013
Volveré...
miércoles, 30 de enero de 2013
Mis lecturas, ahora
miércoles, 24 de marzo de 2010
Seamos dichosos con los libros
Siempre salgo de la tienda con una bolsita en la mano, llevando en su interior el tesoro de algún libro.
Los libros han sido siempre los compañeros inseparables de mi vida, desde que empecé a coleccionarlos cuando era muy joven. Novelas, biografías, relatos, poemas… Pero desde hace ya unos años son los libros de viaje los que me apasionan. Sigo al autor en su periplo como un compañero fiel, complacido de la lectura de cada página, recreando su viaje con sus descubrimientos, sus anécdotas, sintonizando con su descripción, con su crónica, con su emblema creativo.
En España ha habido y los hay muy buenos escritores viajeros. Y comentan nuestras tierras, todo lo que les sale al paso. Que es lo que me gusta. Y muchas veces en mis viajes asoma el viajero escritor, y recuerdo sus vivencias, sus impresiones, y me facilita con su relato el conocimiento que necesito de cada lugar para comprender su historia, la cultura, la vida de los pueblos.
Gracias a mi afición viajera, he tenido felices encuentros con los lugareños, con los habitantes mayores de los pueblos, que saben mucho y tienen una filosofía de la vida que me encanta. He charlado al borde del camino con el campesino, con el pastor. Y hemos fumado sentados al sol, y he bebido de la bota de vino que me ofrecieron, enalteciendo el sabor de un buen trozo de cecina.
Cuando me hallo en horas bajas, es decir, cuando mi espíritu está un poco hostigado por el decaimiento, releo estas obras, que me devuelven la vitalidad que tengo casi siempre, pero especialmente cuando recorro los caminos de la luz y de las brisas, del silencio y de la belleza natural.