y VI. Viaje por Navarra: OCHAGAVIA, IRATI Y RONCESVALLES.

Nuestro viaje por Navarra se extendió por tierras idílicas, donde el Pirineo ostenta ya aires de grandeza. En el valle de Salazar se ubica Ochagavía, una típica villa cruzada por el río Anduña e integrada por cuatro barrios, con calles estrechas, tortuosas, empinadas y empedradas, con casas de grandes aleros de madera y tejados con la característica teja plana. Domina la villa la iglesia-fortaleza de San Juan.

Para visitar la Selva de Irati, tuvimos que pasar por taquilla. Eso sí, las gentes del parque, muy amables, nos informaron de las rutas a seguir alrededor del embalse de Irabia. Y en el desplazamiento admiramos el colosal porte de esta mítica selva, al pie del Ori.  

Y para apreciar el renombre de esta selva, es aconsejable recorrer algunos de sus señalizados senderos, caminar bajo el apretado alhumajo de notables ejemplares de hayas y abetos.

Irati tiene su historia y leyendas. Y en sus praderas y bosques cazaron los reyes de Navarra y fue marco también de hechos de armas en no pocas guerras. 

Por conocer parte del Camino de Santiago como peregrino, me emocionó mucho llegar a Roncesvalles. Contemplamos toda la riqueza artística que atesora. 

Sus monumentos son de primer orden, destacando la iglesia de la colegiata del siglo XIII, del mejor gótico francés.

Punto de arranque de miles de peregrinos que quieren hacer completo el Camino de Santiago español. 

La presencia de peregrinos es constante en Roncesvalles. Los vimos en el albergue, recibiendo la religiosa penumbra de la colegiata y en el acondicionado camino por donde parten los peregrinos, con todo el ánimo, ilusión y pasión en las piernas. 

Y.... fin de la serie de nuestro viaje por Navarra. Espero que os haya gustado. Gracias...!!!!

V. Viaje por Navarra: EL BOSQUE DE ORGI

Antes de visitar la Selva de Irati, decidimos adentrarnos en el Bosque de Orgi. Como preludio, nos detuvimos a visitar el pueblo de Iraizotz. Un pueblo que es color en la mirada, que asoma con sus altivas balconadas de madera, decoradas bellamente por una sinfonía de color única, que se enreda por los ojos y crea emociones. Balconadas que son como banderas encendidas de color, ensambladas entre el canela de la madera, el rojo de las flores y el ocre claro de los sillares,  que forman un  armónico jambaje por las cantoneras y las portadas de medio punto.

Del pueblo al bosque. Orgi es una fantasía vegetal, un relumbre de sombras dulzonas, un acorde penetrante de aromas y una delicia de árboles de todos los tamaños y variedades, sobresaliendo el robledal, con  sus frondas y hojas, como bailando un minué alegremente.

Sendas y caminos que se entrelazan, silencio, alcurnia, ecología.... El columnario de troncos forman claustros naturales.... Y las sombras chinescas se dibujan en el suelo, como un vuelo inquieto...

IV. Viaje por Navarra: ESCAPADA ROMÁNTICA A BERTIZ

 

Tiene su bosque y sus jardines. Bertiz es una joya natural. Sientes el gozo en los brazos al contemplar su imagen por vez primera, en el corazón… Y se disparan los sentimientos románticos en paseos, en volandas por su augusta arboleda…. Todo el parque es un himno de paz, de hermosura… Hay quietud, templanza… Los colores forman abanicos de belleza desplegada… Todo el conjunto es una caricia, una emoción…. Una cobertura de amor crecida en su historia…

Sí, hablo del Parque Natural Señorío de Bertiz…

Aleluya en su estructura vegetal, solemne, luminosa con sus umbrías…. Es canción viva del  agua; tierra fecunda, vibrante, por donde pasa el Bidasoa con su imponente cortejo vegetal…. Y se inclina en Bertiz, donde asoman los recuerdos, donde su música templa el mirador de la emoción lírica, donde los epitalamios siguen forjando ventoleras de amor…

Pasear por Bertiz, encuadre de sueños, de vida vegetal, de remembranzas, de pureza… Es una señera que unge a sus visitantes… Y caigo en sus redes, en su testimonio, en su vida,  bajo los cielos limpios de Navarra…

La historia del Señorío de Bertiz se remonta al siglo XIV. En 1984 fue declarado parque natural. Su jardín tiene más de cien años de antigüedad.

Dispone de diversas instalaciones, ambientadas hacia el recreo de los visitantes, con nutrida información de todos sus aspectos artístico-culturales. Hay un centro de interpretación de la naturaleza, tiene su palacio, que alberga espacios para convenciones y salas de exposiciones, oficina de turismo….

En fin, Bertiz, siembra himnos de hermosura, de tranquilidad, devorando emociones con su fisonomía… Es una luz verde que sorprende, que inspira, que genera ilusiones potentes…

El parque está bien comunicado por la N-121. Dista de Pamplona 45 km. y se accede desde la localidad de Oronoz-Mugaire, cruzando un bello puente sobre el río Bidasoa…

El Bidasoa…. Estuve en sus fuentes, en los arroyos navarros de los Alduines, a 1300 m. de altitud.

III.Viaje por Navarra. La industria del licor en el valle de Baztan

Si el valle de Baztan se caracteriza por sus tesoros rurales, pueblos con mucho encanto, prados y bosques, por su historia, que arrancó con el rey Sancho Garces III, el Mayor, y su popular arquitectura, destaca, asimismo, este valle por su soberana gastronomía, entre un surtido selecto de platos típicos, además de  patés, cuajadas, quesos y licores. Platos que reconfortan, que se asientan en el cuerpo con delicia y plenitud.

La industria agroalimentaria del valle se centra en queserías, cárnicas, elaboración de mermeladas, de licores, etc.

Los licores con mayor gloria del valle son el patxaran y el patxaca.

“Camarero!!!

que??

Camarero!!!

que??

Una de pacharán!!!

Una de pacharán??

Pacharaaaan más de mil años, muchos máaaaas”.

En nuestra visita al valle, paramos en Arizkun, un precioso pueblo -como todos los del valle- formado por seis barrios, donde se fusionan arte y tradición.

Y tuvimos la feliz oportunidad de contactar con José Manuel Ibáñez, que regenta la industria Licores Baztan.

Naturalmente al visitar el valle íbamos con la decisión de adquirir algunas botellas de estos licores tradicionales de Navarra, elaborados a base de frutos silvestres, hierbas y raíces aromáticas. Toda una delicia genuina de estas tierras idílicas,  que apunta “cualidades aromáticas, vitamínicas y tónico-digestivas”.

José Manuel nos fue informando sobre la historia de esta destacada empresa licorera.

-Iniciamos nuestra andadura en 1995, en el barrio Ordoki de Arizkun, con el objetivo de elaborar licores naturales de alta calidad. Como no podía ser menos el patxaran como producto inicial, y rescatar la patxaka, tradicional de nuestra montaña, pero casi desconocida,  incluso en Navarra.

-¿Y que es la patxaca?

-Es un licor de manzana silvestre, ácida, de sabor suave y que tiene una graduación alcohólica de 25º. Se macera en anís durante más de seis meses, a temperatura ambiente, y su color es amarillo.

Y me habla del patxaran, el producto estrella, que es un anisado de arañones o endrinas, digestivo, de sabor afrutado y de un color rubí.

Los probamos. Y nos gustan. La gentileza de José Manuel es un atributo más de la amabilidad de las gentes del valle, acorde a la personalidad de su naturaleza, donde se obtienen los ingredientes naturales o la materia prima de estos famosos caldos, en cuyos productos también se incluyen otros licores, como los de moras, de regaliz, de feijoa, que es una fruta tropical oriunda de la Amazonía, orujos, etc.

Licores Baztan, donde se ofrece lo que la naturaleza brinda, entre parajes bucólicos y, en tiempos pasados, revuelos de brujas curanderas.

Amig@s, en vuestro viaje a este valle, no dejéis de visitar esta empresa. José Manuel os atenderá con su peculiar simpatía y profesionalidad. Y saldréis de la visita complacidos, y con licores de color rubí, oro, ocre… aromáticos y equilibrados. 

II. Viaje por Navarra: EL VALLE DE BAZTAN

Típicos balcones profusamente adornados de flores

Desde Pamplona tomamos  la N-121-A,  que nos conduciría al valle de Baztán, un enclave privilegiado desde el punto de vista ecológico y paisajístico. La N-121-B recorre el valle.

Nuestra visita por los pueblos del Valle de Baztan se inició en Elizondo, capital administrativa y cultural del valle. Siguieron Erratzu, Arraioz, Oronoz y  Ziga, entre otros. La arquitectura popular es una maravilla. Se caracteriza por casas de fachadas blancas y sillares rojizos en los vanos y esquinas. Los balcones son de madera, adornados ricamente de geranios, murcianas, hortensias… que magnifican sus acusados tonos rojos, formando un conjunto cromático-ambiental de enorme belleza.

No hay pueblo en este precioso  valle  que no atesore casas señoriales y palacios. Crecieron fruto de la fortuna que muchos vecinos amasaron en sus emigraciones a América.

Baztan es la Suiza navarra. Todo un mundo verde entre destacados tesoros naturales, con  sus prados, colinas, bosques de hayas, arroyos y cascadas cristalinas… Y vallecitos de arrogantes verdes, como los de Aritzakun y Urrizate.

El pueblo de las brujas. Llegamos a Zugarramurdi, que es famoso por los hechos que sucedieron en el territorio de Xareta hace unos 400 años, entre 1609 y 1614. En el folleto turístico se lee: “En sus cuevas tuvieron lugar los supuestos akelarres,  que dieron pie a los acontecimientos que marcaron un hito decisivo para la historia de la brujería y de la Inquisición”. Durante esos años, mujeres, hombres y niños se vieron acusados y condenados por el gran número de casos de brujería. Con el tiempo,  el Santo Oficio tuvo que cambiar sus severas normas, pero ya el nombre de Zugarramurdi “quedó ligado a la brujería para la posteridad”.

Entre los regalos que hay en las tiendas de este pueblo destacan naturalmente las brujas. Un  recuerdo muy aceptado por los turistas, que se acercan a la cueva, que se caracteriza por un impresionante y grandioso túnel kárstico,  donde tuvieron lugar los akelarres.

A Francia. Francia estaba a un  tiro de piedra. Así que decidimos cruzar la frontera. El primer pueblo que visitamos fue Ainhoa. Es una localidad vasca-francesa, que se halla en las riberas del río Nivelle. Nos gustó su patrimonio civil y la iglesia, rodeada por el cementerio viejo con enormes lápidas.

Otro pueblo que nos detuvimos fue Sare, que tiene bellas casonas, entremezcladas por abundantes arboledas ornamentales.

De Sare regresamos a España por el puerto de Lizarietta. Vaya carreterita que tomamos. La D-306 es estrechísima, con más curvas que una apolínea mujer. Pero el marco que recorre es ricamente frondoso, poblado de un hermosísimo bosque, entre hayas y abetos, con hierbales y helechos muy crecidos.

Paramos en el alto del puerto. Nos refrescamos en su venta e hicimos fotos desde esta muga, por donde pasa la HRP, o Alta Ruta Pirenaica, que recorre todo el Pirineo,  desde el Cantábrico al Mediterráneo.

Nuevamente entre un bello bosque y más curvas cerradas, llegamos a Etxalar y al valle del Bidasoa. Seguimos por la N-121 hacia Oronoz. La idea era visitar el Parque Natural Señorío de Bertiz. Pero esta visita la comentaré en la siguiente etapa de nuestro fantástico viaje.

Elizondo

Elizondo. Iglesia de Santiago

Zugarramurdi

Bellas vistas. Valle de Xareta

Hermosas casonas y prados llenos de verdor

Cueva de Zugarramurdi

Cueva de Zugarramurdi 

Zugarramurdi

Ainhoa (Francia)

Puerto de Lizarietta con su venta

Casona de Mugairi

Por Navarra y sus Valles

Si hace unos días nos subyugó el Aneto, con su glaciar como hábito tectónico, con el clan a sus faldas de rocas, pinos y brotadas de abetos, ahora vamos en busca de las tierras ascéticas del gran hayedo.

Navarra se nos va a abrir como una entrada al paraíso verde de sus valles, de sus menhires, coronas, palacios, portalones, blasones y ruralías.

Vamos en busca del Camino, de sus pueblos, acariciando ábsides, templos y cruces. De Jaca a Pamplona. Espacios agrandados donde se ensilla el románico, altos santuarios y una nutrida congregación de arquitecturas, de claustros y de perfiles rurales, endulzados por el sobresalto mágico del verdor en mayúsculas, jardines apacibles que invocan al sentimiento, a la turbadora sensualidad.

Desde el cosmopolita valle de Baztán a Roncesvalles; la Navarra húmeda, las cuencas pirenaicas, sus rojizas escarpaduras..... Paisajes inmutables, memorables, bucólicos, cargados de historia y altas hierbas que perfuman el aire fresco y encumbrado de los montes.

Cuevas de Zugarramundi, con la leyenda de sus brujas, la selva de Irati, Belagua con la Peña de San Martín,  Roncal....

Los valles y sus mitologías. Viajar y detenerse, respondiendo a la tentación de ver, de  andar, de escuchar.... Y en los  descansos gastronómicos aclarar el gañote con una fluyente rociada de tinto....