Poca gente en el acto del cincuentenario del Monumento a la Bandera, inaugurado en 1957 por Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Francisco Rojas.
Debería decir en "los actos", porque en realidad fueron dos actos bastante distintos.
El primero fue el acto religioso-militar, presidido por la vice-gobernadora Bielsa y el intendente Lifschitz. Hubo una invocación religiosa del Arzobispo Mollaghan, juramento, desfile, y Bendini entregó a Lifschitz una réplica de la bandera del Ejército de Los Andes para la sala de las idem de América.
El segundo fue el acto cívico-popular, presidido por Kirchner, Cristina y el gobernador Obeid, con discursos, desfile de los ex-combatientes de Malvinas, de representantes de las colectividades extranjeras, la bandera kilométrica, y los gauchos de a caballo. Estaba previsto que K no se quedara al desfile, pero después que la locutora anunciara que se retiraba el pingüino decidió quedarse.
Eco-copamiento.
En un momento "entraron por colectora" los ambientalistas de Gualeguaychú con su reina (esta vez sin desnudeces lamentablemente" y se instalaron frente al palco, llegando a copar el acto ya que la locutora oficial terminó leyendo los reclamos de los antipasteros. Y K agitó demagógicamente una banderita anti-Botnia.
La interna del FPV santafesino.
Durante el primer acto Rafael Bielsa estuvo en posición de privilegio inmediatamente detrás del palco. Más precisamente entre el atril y este blogger.
Los flojos reflejos de este improvisado corresponsal impidieron retratar el preciso instante en que el leproso saludaba a su posible rival, el socialista Hermes Binner.
Durante el segundo acto Rafael, ex-caganciller, ahora dipugatado porteño y pre-cagandidato a gobernagasador de santa fe, desapareció, y dejó lugar al chivo Rossi, quien se acercó a saludar a los K y abrazarse para la foto. (El pingüino inflable fue para Rossi).
Las pancartas.
Amén de los ambientalistas hubo representantes varios de esos grupos de izquierda K que se ganan la vida movilizando claque para los actos K. Algún sindicato, una gran bandera verde a favor del aborto legal.
Impresiones.
Verlos de cerca es raro. No son los perros rabiosos que se ven desde el atril. Se divierten, disfrutan, se ríen, hacen jodas entre ellos (especialmente K).
Me llamó la atención que cuando llegaron al palco tanto K como CK saludaban al vacío (para las cámaras) sonriendo al espacio, hablándole al aire. Todo muy teatral.
Antes de bajar del palco para "darse un baño de pueblo" como escribió La Capital, pude ver algunas muestras de cariño de K para un nene que se le sentó en la falda (hijo de una asistente al acto), y para un chico sin brazos ni piernas que desde una silla de ruedas le gritaba "mi presidente!" (creo que ya había estado en otro acto).
La prensa bien lejos.
Por supuesto que Kirchner no habló del cincuentenario del Monumento en ningún momento. Pero al menos no lo nombró a Filmus tampoco.
Para el final la pingüina.
Sentada en el palco levanto su mano enguantada y sin mirar atrás llamó a un correveidile con su lánguido dedito índice. (El que usa para apuntar acusadoramente en sus discursos) Inmediatamente el lacayo se acercó, escuchó la orden y salió raudo a hacerla cumplir.