Solsticio de invierno es una exposición de mis discos favoritos de las Nuevas Músicas, un término paradójico (¿cómo llamar "nuevo" a algo que puede llevar compuesto siglos?) que engloba mercadotécnicamente tendencias musicales con puntos en común. New age, sinfónica, contemporánea, celta, folk, músicas del mundo, bandas sonoras, minimalismo... términos que no deben confundir nuestros sentimientos hacia una música que, a mí particularmente, hace mucho que me cautivó.
17.4.25
TANGERINE DREAM:
"Le Parc"
20.3.25
STEPHAN MICUS:
"To the Rising Moon"
3.7.24
MANUEL GOTTSCHING:
"E2-E4"
5.7.23
TANGERINE DREAM:
"Green Desert"
15.1.23
ROBERT SCHROEDER:
"Brain Voyager"
El primer disco publicado en ese sello por Robert Schroeder en 1979 se tituló "Harmonic Ascendant", un álbum de buena aceptación, muy aconsejable, con el que comenzó a forjarse un nombre. Más éxito incluso tuvo con "Floating Music" (1980), y con "Mosaique" (1981), algo más experimental. "Galaxie Cygnus-A" (1982) se entrenó como un show multimedia en el festival austriaco Ars-Electronica. En "Paradise" (1983), su música adquiere nuevos desarrollos, o al menos es lo que él dijo sobre ese trabajo que finalizó su aventura en Innovative Communication, al menos en solitario, ya que su dúo Double Fantasy con C. Buechel (que aquí se hacía llamar Charly McLion, mientras que Robert era Dreamstar), publicó un par de discos en dicho sello a partir de entonces, "Universal Ave." (1986) y "Food for Fantasy" (1994). Su paso a Racket Records atrajo malas críticas en su primera referencia, una deriva hacia el pop electrónico pero experimental titulado "Computer Voice" (1984). Fue en este momento cuando llegó el disco clave de la carrera de Robert Schroeder, "Brain Voyager": grabado en julio y agosto de 1985 y publicado por Racket Records ese mismo año, se trata de la banda sonora de la película alemana con efecto 3D 'Glücksgedanken' ('Life's Abundance'), basada en la novela de ciencia-ficción de Ludwig Tieck 'Des Lebens Überfluss'. Es el primer CD mundial grabado con la tecnología de cabeza muda (o de cabeza artificial), desarrollada por el doctor Genuit, de la Universidad Técnica de Aquisgrán. Lo electrónico y lo clásico comulgan y navegan por estas nuevas autopistas tecnológicas, marcando uno de sus hitos como compositor y uno de sus éxitos en otros países, llegando hasta norteamérica. El muestrario de argumentos y capacidades de Schroeder se muestra agazapado con motivo del encargo efectuado, pero aparece de este modo un músico delicado que combina distintas facetas, algunas escondidas sin razón, como la romántica. De hecho, ese corte de principal titulado igualmente "Brain Voyager" es un comienzo de teclado melancólico, en la onda de películas románticas de la época con la ayuda de la guitarra acústica de tres intérpretes, Brigitte Sehle, Charly Buechel y Reiner Brücker. El trabajo es mucho más reflexivo que obras anteriores plenas de ritmo y efectos. Así, las melodías son por lo general introspectivas y edificantes, como en "Lost Humanity". "Frozen Breath of Life" es un nuevo ambiente cargado de magia electrónica conducido por unas teclas limpias sobre las que se despliega un manto de sintetizadores. En "Invisible Danger", la serena melodía es cortada abruptamente por efectos sonoros y una cargada atmósfera, como avisando de ese peligro invisible del título. El teclado del tema homónimo se vuelve más romántico con la inclusión de la voz de Monika Rath en "Glücksgedanken", que vuelve a contar con el aporte acústico de las guitarras. "Love Symphonie" es un nuevo ambiente terrenal muy asequible, sin riesgo, lo cual puede ser la única pega que se le puede hacer al disco, esa ausencia de elementos atrevidos. En "Slaves of Civilization", la nueva melodía semiclásica es rota por sonidos disruptivos logrando no sólo una cierta incomodidad sino todo el interés, aunque al final se suavice y se desarrolle; se echa de menos sin embargo un mayor metraje, una prolongación de ese ambiente. Por último, "The Inside of Feelings" es un final con mayor carga misteriosa que el inicio, aunque de nuevo se vea a un Schroeder contenido.
12.12.22
KLAUS SCHULZE:
"Mirage"
7.10.22
DEUTER:
"Call of the Unknown"
23.6.22
KRAFTWERK:
"Radio-Activity"
28.5.22
HANS ZIMMER:
"Millennium (Tribal Wisdom and the Modern World)"
¿Cuál es el momento en que un compositor de bandas sonoras se convierte en una estrella de la música? ¿Qué motiva el éxito de unos tratamientos sobre otros en el mundo de la música para cine? Es difícil explicarse el fenómeno Hans Zimmer, un músico perfectamente válido antes de ganar el Óscar de Hollywood, pero que a raíz de ese éxito con la banda sonora de "The Lyon King" encontró un camino libre para aplicar sus intenciones sonoras, totalmente evolutivas, a la música de las películas a las que engrandecía con un nuevo sonido que combinaba la fuerza del pop con la grandeza sinfónica. Visto así no es tan difícil de entender, realmente, pues su música es de un grandioso colorido y de gran emoción melódica. Muy conocidas son las anécdotas sobre los primeros pasos de Hans, especialmente su aparición en el videoclip de "Video Killed the Radio Star" (la mítica canción de The Buggles) que inauguró la populosa cadena musical MTV, o su participación en varios conciertos del grupo Mecano en 1984 (sus teclados suenan en el álbum "Mecano en concierto") y su amistad con Nacho Cano. Y es que Hans Zimmer supo efectuar una combinación de elementos y grabarlos con una tecnología que estaba cambiando la forma de hacer música, para conseguir un sonido propio, espectacular, que conecta no sólo con las películas a las que engalana sino con el interior de los espectadores.
Tras ser apadrinado por Stanley Myers, con el que grabó varios trabajos a comienzos de los 80, los últimos años de la década vieron alzarse la figura contenida (al menos viendo sus posteriores logros) de este músico alemán, como ejecutor de impactantes momentos musicales en el cine comercial. 1988 fue el año de su primer gran éxito, "Rain Man", donde los componentes rítmico y melódico chocaban de una manera fabulosa. Un año después llegó "Driving Miss Daisy" ('Paseando a Miss Daisy'). Delicioso era su rumbo musical, que tomó notoriedad gracias a su sorpresivo Oscar a la mejor película. Tal vez la banda sonora tuvo algo que ver en esa atmósfera entrañable que le llevó hasta el codiciado premio. Estas músicas crearon una necesidad en el espectador (y especialmente en el oyente de las bandas sonoras) de continuar escuchando esa música adictiva. Y lo hicieron, en películas de visionado obligado como "Green Card" ('Matrimonio de conveniencia'), "Thelma & Louise", "Backdraft" ('Llamaradas'), "The House of the Spirits" ('La casa de los espíritus'), "Point of no Return" ('La asesina'), "True Romance" ('Amor a quemarropa'), "Beyond Rangoon" ('Más allá de Rangún') o "Crimson Tide" ('Marea roja'), antes de que el Óscar por "The Lyon King" ('El Rey León') -precedida por el éxito silencioso de "The Power of One"- le elevara a los altares musicales. Pero no sólo el cine acaparó su actividad. Un estupendo documental requirió sus servicios a comienzos de los años 90, una producción de la cadena PBS titulada "Millennium: Tribal Wisdom and the Modern World", que constaba de diez capítulos sobre las culturas indígenas y sus visiones del mundo actual, filmada en quince países y presentada por el antropólogo David Maybury-Lewis, que explicó: "La idea es tratar de comprender la sabiduría de los pueblos indígenas, examinar los caminos que hemos elegido no tomar y aprender sobre nuevas posibilidades humanas en ese proceso. Si empezamos a entender a diferentes personas en toda su humanidad, es mucho menos probable que aceptemos su destrucción". La voz de un auténtico chamán nos recibe en la breve "Shaman's Song", antes de introducir la melodía principal del trabajo (posteriormente más elaborada) en "Stories for a Thousand Years". Otro tema de enorme capacidad sonora y visual es "The Journey Begins", segunda gran tonada del álbum, merecedora de elogios, que tendrá su réplica -aunque no tan epatante- al final del disco en "The Journey Continues". No sólo percusiones tribales se citan con los teclados y demás instrumentación, también voces indígenas originales (un trabajo de campo excepcional extraído de las imágenes del documental) hacen de "Millennium" un disco a la vez antiguo y moderno. La dicotomía se presenta en muchas de las piezas, por ejemplo en "The Stone Drag", "Race of the Initiates", "Song for the Dead" o "Initiation Chant / Rites of Passage" (presentaciones para todo el público de cánticos o rituales que abren su privacidad al mundo), así como en los comienzos de "Geerewol Celebrations" (donde vuelve a sonar el emocionante leitmotiv), "Courting Song / Love in the Himalayas" (con una estupenda cadencia ambiental en su segunda parte), "Fiddlers / Pilgrimage to Wirkuta" (desarrollando una excepcional melodía bailable a las cuerdas, que de repente torna a romántica) o "Well Song / A Desert Home". Hans toma las voces étnicas al principio de muchas de las piezas para acabar introduciendo su tratamiento y partituras propias. El Zimmer sencillo y melódico con el teclado aparece también en temas como "Inventing Reality" o "The Art of Living", y más sinfónico en "The Shock of the Other", incluso sin duda concienciado con la causa indígena en "An Ecology of Mind". Para cerrar el disco, Zimmer se guardaba el tema principal convenientemente elaborado y magistral, "Millennium Theme", nuevo ejemplo de construcción musical completísima para un disfrute colosal. Su ritmo gozoso incide en un tratamiento tribal con una efectiva carga tecnológica, al estilo de las corrientes new age de la época, pero con el toque de calidad y producción indiscutibles del alemán, que desarrolla en esta banda sonora un trabajo imposible de pasar desapercibido en su discografía a pesar de no tratarse de una película. Aunque a estas alturas Hans Zimmer no era un recién llegado a la industria, se puede considerar "Millennium" una obra de su primera época, pudiéndose atisbar en este soundtrack elementos y rasgos distintivos de imágenes futuras, de películas que se beneficiarán de su espectacularidad, como (la lista es inmensa) "The Thin Red Line" ('La delgada línea roja'), "Gladiator", "Batman Begins", "Pirates of the Caribbean" ('Piratas del Caribe'), "Inception" ('Origen'), "Sherlock Holmes", "Interstellar" o "Dune".
"Millennium (Tribal Wisdom and the Modern World)" fue publicada por Narada Cinema (la efímera división de música para cine y televisión de Narada Productions) en 1992 con un libreto lleno de información acerca de los pueblos indígenas de los que se hablaba principalmente en la serie (una segunda edición lanzada en 1999 prescinde de mucha de esta información), Dogon, Huichol, Makuna, Aborigines, Wodaabe, Xavante, Gabra, Nyinba, Navajo o Weyewa. En él se explica además la dificultad de las grandes sociedades industriales para comprender y relacionarse con las pequeñas sociedades tribales de África, Australia, Oceanía, Asia o América del Sur. Cuando los europeos se encontraron por primera vez con los pueblos nativos de las Américas -explican en dicho libreto-, los consideraron 'salvajes', pues sólo podían imaginar un tipo de civilización, la suya propia. Cinco siglos después, sobreviven unas 5.000 sociedades 'indígenas', y "a pesar de su ausencia de tecnología, comodidades y recursos, con su sentido seguro del lugar del individuo en la sociedad y con un gran respeto al mundo natural, parecen estar menos ansiosos, menos solos, menos confusos. Estas diferencias sugieren que el intercambio entre nuestro mundo impulsado por el progreso y el mundo tradicional de los pueblos indígenas podría ser mutuamente beneficioso. Fue para facilitar este intercambio que se hizo 'Millennium (Tribal Wisdom and the Modern World)'". Hans Zimmer puso su grano de arena en esa causa engarzando los cantos y ritmos tribales con su tecnología puntera, y elaboró una banda sonora de gran belleza y naturalidad, que a pesar de sus grandes éxitos para Hollywood aún es recordada con admiración.
20.4.22
SCHILLER:
"Tag und Nacht"
6.4.22
HUBERT BOGNERMAYR & HARALD ZUSCHRADER:
"Erdenklang (Computerakustische Klangsinfonie)"
Comienzos de los años 80. El panorama musical alemán llevaba años destacando por ser un sorprendente hervidero tecnológico. Sólo hay que ver la influencia mundial de Kraftwerk, pero también de muchos otros nombres y compañías. Ulrich Rutzel era un pianista de jazz que fue creciendo poco a poco en el negocio de la producción discográfica hasta llegar a la banda austriaca de rock Eela Craig, donde militaban unos jóvenes inquietos llamados Hubert Bognermayr y Harald Zuschrader. Rutzel y Bognermayr fundaron en 1979 el importante festival Ars Electronica (que aún se celebra anualmente en Linz, la ciudad austriaca cuna de los miembros de Eela Craig) para la promoción del arte conectado con la tecnología digital, pero más interesante a nivel musical fue el siguiente paso de Ulrich Rutzel, que fundó en 1981 en Hamburgo la compañía discográfica Erdenklag, desarrolladora desde entonces de un fascinante mundo de sonidos electroacústicos provenientes del centro de Europa. El nombre provenía de su primera referencia, una sinfonía electrónica compuesta e interpretada por Hubert Bognermayr y Harald Zuschrader.
El desarrollo de la tecnología musical y la irrupción del Fairlight CMI (teclado conocido como el primer sampler de la historia) posibilitó un posiblemente excesivo uso de muestras que se grababan en una computadora y se podían reproducir con las teclas del instrumento. Cada compositor que pudiera acceder a este caro instrumento tenía el poder para acceder y manipular -decía la publicidad de la compañía Erdenklang- todos los sonidos de la Tierra a través de este programa informático musical, "creando obras sinfónicas completas con el sonido de una gota de agua que golpea, un plato que cae o el hermoso timbre de un reloj de pared. En la práctica, esto significa que el sonido original de un instrumento convencional, un sonido sintético generado por la computadora y todos los sonidos imaginables de nuestro entorno real pueden usarse para crear una pieza musical. Por primera vez, ya no hay límites para la creatividad del compositor". A comienzos de los 80, Hubert Bognermayr y Harald Zuschrader experimentaron con las posibilidades del Fairlight en su estudio 'Electronic Forester's House', creando definitivamente una obra no tan conocida pero sí influyente durante esa década, titulada "Erdenklang - Computerakustische Klangsinfonie" (algo así como 'sinfonía de sonido acústico por computadora'), como una producción relacionada con Ars Electronica que, por supuesto, inauguró el catálogo del sello Erdenklang. El centro de congresos Brucknerhaus Linz acogió su estreno el 28 de septiembre de 1982, un espectáculo de música y danza con cinco computadoras manipuladas en directo en el escenario sobre la coreografía de Erika Hangl. "Erdenklang" es un aviso de las posibilidades del Fairlight, un trabajo innovador y muy agradable por momentos, logrando un adelanto tan bien construido como para que no se haya quedado en el baúl de lo puramente anticuado, salvo en algún momento aislado. Los autores afirmaban jugar con el sonido de la Tierra. "Erdenleicht" comienza como un remanso de paz, sonidos de agua y un ambiente laxo, para concluir con un intento de asimilación de formas clásicas con sonidos procesados de cuerdas. "Erdentief" es más experimental, aún con el poso clásico pero ahondando en sonidos robóticos, industriales (de una fábrica de acero de Linz), percusiones metálicas y cambios de rumbo que, en la época, resultaban novedosos y asaz interesantes. Con su duración de algo más de once minutos, se trataba sin duda de un nuevo tipo de suite, la sinfonía del Fairlight. Abriendo la cara B, "Erdung" es una composición más atmosférica, con nuevos sonidos de agua y zumbidos de una subestación eléctrica, pero su estructura es cuidada, Harald y Hubert no son meros desarrolladores de efectos, son músicos interesados en la tecnología. "Eden" vuelve a ser más vanguardista, como una demostración de las posibilidades de este instrumento, experimentando especialmente con las voces como golpes de percusión junto a multitud de sonidos urbanos, en un todo muy desenfadado que no ha envejecido muy bien. De nuevo aparece el agua y sonidos tanto de pájaros como de metales en "Irden", agradable intento folclórico/ambiental para cerrar el disco con buen sabor de boca.
La célebre Wendy Carlos, pionera de la música electrónica que sin duda se encontraba entre las referencias e inspiraciones de estos músicos, reflejó su interés en estos nuevos pasos del dúo formado por Bognermayr y Zuschrader en las notas de prensa del disco, comentando que se había conseguido cruzar otro umbral en este largo y estresante camino de la música electrónica. Otro músico importante que, interesado en las posibilidades del Fairlight CMI, se fijó en estos austriacos y les fichó para ayudarle en su camino tecnológico a mediados de los 80, fue Mike Oldfield, que incluso incorporó a Zuschrader en su gira del álbum "Discovery". Poco después de este punto novedoso, Bognermayr y Zuschrader fundarían la Blue Chip Orchestra, con la que continuarían explorando con éxito en esta 'música acústica por computadora' que preconizaba la compañía de Ulrich Rutzel que habían ayudado a fundar, y a la que incluso le habían puesto nombre: Erdenklang.