Inolvidable la fiesta que montaron ayer los lesbianos en el Antzoki, un conciertazo de principio a fin en el que regalaron al público lo mejor de su repertorio en una noche casi perfecta. Tenía muchísimas ganas de ver al fin un concierto de Love of Lesbian, y no es que no me decepcionaran, si no que rayaron a una altura superior a la que me imaginaba antes de verlos, y no eran pocas las expectativas que tenía puestas en ellos precisamente. Desde antes de entrar, cuando vi a gente que se lamentaba porque se habíanagotado las entradas, tuve la certeza de que iba a ser una gran noche. Pero antes de que los catalanes se metieran en el bolsillo al mucho público que acudíó a verles, la noche en el Antzoki empezó un par de horas antes, cuando los locales Maderacore hicieron temblar los cimientos del antiguo teatro, en una media hora atronadora. Qué caña le meten, qué bien tocan y vaya voz que tiene Luis, el cantante. Canciones como Humus, La importancia de llamarse humano, El ebanista y sobre todo Vine, ví y perdí (vaya temazo) sonaron desatadas, desbocadas, pero impecables. Hacen una música que en principio se aleja de lo que suelo escuchar, pero los chicos lo bordaron en la media hora que tuvieron, era su noche, jugaban en casa y aprovecharon muy bien la ocasión. Geniales la guitarra y el bajo, trepidante la batería y el cantante con toda una galería de registros vocales, dejaron un muy buen sabor de boca y el cuerpo del público con ganas de marcha, y quizá ese fue el problema de Brian Hunt...
Y es que Brian, definitivamente, no escogió bien el día para presentar sus canciones al público bilbaíno. Como un pez al que sacas de la pecera y se retuerce desorientado, salió al escenario con su guitarra acústica y sus pintas de buen chico que jamás ha roto un plato, y con una exquisita sensibilidad se puso a desgranar los temas de I lost my glasses (un disco, que todo sea dicho, me encanta) cuando en la sala aún temblaba por la descarga de energia de Maderacore, y el público no encajó bien la intimidad que las canciones de Brian precisan, al menos cuando son interpretadas en acústico. No creo que nadie dude del talento del británico afincado en España, pero la noche de ayer no era su momento, ni tampco el público que tenía delante (fanáticos de John Boy en su mayoría) era el suyo. I lost my glasses es un disco con temazos como Log girl, Led by Moses, Galician postcards o Happy house of death, pero ayer, únicamente acompañado por un violín que además tuvo problemas técnicos, a esos temas pareció faltarles algo, y, obviamente, también se echaron en falta las muchas colaboraciones de Russian Red. A mí me gustó, pero entiendo que la gente no conectará y, de alguna manera, lo ignoraran, estaba fuera de contexto por decirlo de alguna manera. Creo que lo que me dijo un amigo mío lo resume perfectamente; ¿es bueno?, sí. ¿Es divertido?, no. Creo que en la sala adecuada, con el ambiente necesario, escucharle tiene que ser una gozada, y no perderé la ocasión de hacerlo si en un futuro se acerca por aquí de nuevo.
"Log Girl"
Y después de unos veinte minutos que se hicieron eternos, por fin aparecieron en el escenario Love of Lesbian, un grupo que llevaba mucho tiempo sin aparecer por aquí y demostraron que tienen un directo espectacular, de lo mejorcito que yo haya visto en mucho tiempo. Consiguen conectar contigo desde la primera canción, y el concierto es una fiesta que va creciendo en intensida hasta terminar en una auténtica explosión de buen rollo. Lo dan todo y consiguen que acabes entregado, bailando, cantando y sudando sin parar como si fueras tú el que está encima del escenario. Era un concierto especial, tanto para nosotros como para ellos, y lejos de ceñirse a la moda de tocar simplemente las canciones del último disco que están promocionando, nos regalaron dos horas de grandes éxitos, el presente y el pasado de una discografía llena de temas espectaculares. Cuando el concierto ya había comenzado contaron que sólo habían venido por aquí una vez y sólo habían ido siete personas al concierto. Contaban que tenían miedo y veían Bilbao como una asignatura pendiente, un examen de recuperación, y se les veía emocionados al ver el Antzoki como en las grandes ocasiones, rendido a sus pies. Empezaron con Allí donde solíamos gritar y me sorprendio muchísimo ver como practicamente todos los que abarrotábamos la sala conocíamos hasta el último rincón de la canción, algunos llevábamos mucho tiempo esperando ver lo que estaba empezando delante de nuestros ojos, y eso se notaba. Obviamente, no recuerdo el número ni el nombre de todas las canciones, pero me emocionó muchísimo escuchar antiguas conocidas como Universos Infinitos, Los colores de una sombra o Noches reversibles, y nuevas como 1999, Las malas lenguas e incluso Miau, una de las que menos gracia me hacen, pareció tener sentido ayer. Capítulo aparte merecen algunas como Segundo asalto, que ha ido creciendo con el tiempo y que ayer se confirmó como una canción perfecta, es maravillosa. Fue una gran sorpresa que cantaran Domingo astromántico, soñaba con escucharla pero no habría apostado a que la fueran a tocar, pero como la ocasión lo merecía y además confesaron que de tanto tocar en festivales (actuaciones cortas y más enérgicas) apenas habían podido interpretarla últimamente, y el momento fue astromántico, supongo que me entendeis. Incendios de nieve era la que con más ganas esperaba, es una de las que más me gustan de todas cuantas he escuchado este año, y fue para mí el gran momento de la noche. Todo la sala dejándonos la garganta con Santi durante diez minutos de éxtasis musical. Qué buena es la canción y qué atmósfera consigue crear en el concierto, es abslutamente espectacular. Después de la falsa despedida de rigor, los lesbianos volvieron al escenario con Club de fans de John Boy, y pocas veces había visto una locura colectiva de tal calibre, con un público cercano al delirio y un grupo que se veía cómodo y agusto, capaz de tocar durante un par de horas más. Desde ese momento hasta el final del concierto, todo empezó a parecerse aún más a una fiesta, un carnaval de disfraces, gafas estrafalarias y canciones como Marlene o Houston que nos hicieron bailar sin parar. Después de unos cuantos juegos con el público, Ritmo de la noche y Shiwa incluídos, la cosa parecía llegar a su fin cuando, en el momento en el que se estaban despidiendo empezó a sonar Algunas plantas y bajaron a bailar con nosotros, en un final de concierto perfecto, una buena manera de ilustrar la conexión entre los lesbianos y Bilbao, una ciudad que estoy seguro que no les defraudó, y fijo que esta vez no vuelven a pasar años antes de que vuelvan a pisar... La banda en general sonó genial, Santi estuvo impecable, perfecto, manteniendo la voz hasta el último momento y sin escatimar un esfuerzo, Julián estuvo perfecto con la acústica y unos coros maravillosos, y Joanra aportó el momento bizarro cuando apareció sin camiseta y un sombrero napoleónico y se puso a fotografíar a la gente. Todo sonó genial, todos disfrutamos y estoy seguro de que nos llevamos un recuerdo inmejorable de una de las bandas que más en forma está del panorama nacional, y por fín puedo dar fe de ello. Impresionante la noche lésbica. Os dejo algunos videos que grabé, la calidad es la de una cámara de andar por casa, y además bailo, me muevo, canto y se me ponen tíos grandes delante, pero bueno, menos da una piedra se suele decir...
Maderacore es un grupo vizcaíno de rock alternativo, y el próximo 17 de octubre serán los encargados de abrir el concierto de Love of Lesbian en el Antzoki junto a Brian Hunt. Tenía curiosidad por comprobar cómo sonaban estos paisanos desde que los viera en el cartel del concierto que, si no pasa nada, no pienso perderme por nada del mundo, además últimamente había oído hablar sobre ellos, bastante bien por cierto. Sólo he escuchado una vez La importancia de llamarse humano, su último disco, y si una cosa me ha quedado clara es que no son un grupo que hagan música de la que entra fácil. De hecho, más bien todo lo contrario. Tienen un sonido duro, sucio incluso, pero hay algo en su música que me hace pensar que va a ir ganando bastante con las escuchas. De momento estoy enganchadísimo a Vine, vi y perdí, el tema que abre el disco que, por cierto, ofrecen en descarga directa desde su Myspace, y lo dejo caer por aquí, sabiendo que se queda en buenas manos...