En Blanco

Ha pasado mucho tiempo desde la última entrada... al final no nos fuímos de vacaciones, Blanquito empeoró, y murió a finales de mayo. Mientras ejercía de enfermera perruna pesada -comprobando cada 10 minutos cómo estaba- conseguí acabar este sueter del mismo color que él.

Yo no sé si cuando tejéis luego recordáis todas las cosas que habéis vivido en cada punto. A mi me pasa, pero, como para mi tejer es un placer, solo recuerdo lo bueno, y me encantan estos sueter tejidos con el color de mi perro.

Nada nuevo bajo el sol

Pues eso, hace tiempo que no escribo porque todo sigue más o menos igual. Pasó la fiebre del tapete y llegó la de la ropa:

-Sleeveless Shell, de Verena de verano de 2008.

- The Essential Tank Top, del libro Lace Style + culebrón de agujas.

- Lace Tank, del Vogue Knitting de verano de 2007, v 4.0. Lo he llegado  a hacer casi completamente tres veces, que han quedado reducidas a un montón de hilos retorcidos, pero creo que está será la versión definitiva -espero-.

También hemos salido al campo a que nos pegue un poco el aire con nuestros chinchorros.

... con grandes siestas

... sesiones intensivas de punto

... y un poco de gorrineo perruno

Y además madrugar, trabajar y trabajar, soportar los 35º de rigor... no creáis que siempre estoy en el chinchorro debajo de un pino, aunque ya me gustaría.

Huyendo de la urbe...

... del calor y de todo un poco, ayer nos instalamos debajo de un nogal.

Blanquito volvió el sábado de sus vacaciones pirenáicas, y necesitaba una siesta fresquita urgentemente.

Y al salir del curro me encontré con esta bestia medio muerta en el asfalto, que también se instaló debajo del nogal.

No se si estará vivo cuando llegue a casa dentro de un rato, aunque ayer mordía como un cocodrilo e intentaba escaparse de su casa provisional.

Y yo, mientras el resto siesteaba, me dediqué a darle al ganchillo.

Y estaba tan feliz hasta que se me acabó el hilo. Porca miseria, como veis en las fotos me quedaba muy poquito para acabar

Total que por no pedir un ovillo extra, ahora me toca deshacer la ampliación que había hecho y volver al patrón original. Entre lo que llevo hecho y deshecho podría haber tejido dos artilugios de estos.

Menos mal que dentro de unos días semos nosotros los que empezamos las vacaciones, y Blanquito lo sabe.

Un perro feliz

Por fin han llegado esas fechas del año en que armados con sacos de dormir, libros y comida nos vamos al campo a pasar unos días. Aunque este año, como el pasado, nos hemos encontrado con este paisaje...

... pero con temperaturas menos bajas.

Este es uno de los refugios donde hicimos noche, custodiado por nuestro perro "feroz"...

que disfruta como nadie en el campo, y es el más feliz.

En la foto está muy atento porque el domingo por la tarde, mientras yo tejía y el dormía, aparecieron cuatro jabalíes a pocos metros de donde estábamos. A mi se me escaparon los puntos y el se dio una carrera para curiosear mientras los jabalíes huían monte arriba más asustados que nosotros. Blanquito ya no está para hacer esas escapaditas por su osteoartrosis pero de momento con una dosis de antiinflamatorio queda como nuevo, tanto que nos dan miedo los saltos y las carreras que se pega después de la dosis.

Además de jabalíes, hemos visto corzos, ciervos, buitres, aguilas, gavilanes, patos, petirrojos, mirlos, pitos, carriceros...

Pues si, tenéis razón y he estado experimentando con unos proyectos nuevos para el cumple de mi amiguísima Pa que es dentro de una semana. Primero encontré un algodón muy agradable en un color morado precioso -aunque en la foto parezca azúl-, y empecé con una camiseta sin mangas tejida con ganchillo que quedó en esto:

Como el hilo tenía demasiado peso y quedaba poco elástico empecé esto otro, que es un sueter de manga larga, calado y tejido con agujas.

Ya de vuelta a la "civilización", ayer fui a hacer acopio de más hilo para poder acabar ambas cosas, pero no quedaba así que la opción 1 ha desaparecido, ya que me hará falta para hacer una de las mangas. Dentro de poco veréis los resultados.

Mensaje a mi soprendida de los Swapetines: aunque no sabes quien eres, que sepas que mi paquete salió rumbo a tu casa el día 8, que había guardado tan bien tus calcetines para que no sufrieran ningún percance que estuve como dos horas buscándolos por toda la casa, que llegué a la oficina de correos dos minutos antes de que cerraran, que tenía 20 personas delante haciendo cola, y que por fin pude enviar el paquete ya con la oficina cerrada al público. Así que ya debe andar cerca... je, je, je.

No he muerto

Os escribo unas líneas para que sepáis que no he muerto blogerilmente hablando, aunque ya haga unos meses que no posteo. Entre otras cosas, el tiempo que he pasado estudiando ha hecho que me lance a la calle y esté menos en casa, que no me apetezca nada meterle mano al ordenador, o que me compre una nintendo ds que me roba mogollón de tiempo libre. En los días tan cortos de invierno me resulta “difícil” hacer fotos, tengo más sueño, y el trabajo me cansa más.

El otro día me enteré de que gracias a mi estilo de vida y alimentación tengo anemia –además de sobrepeso- y ahora que estoy haciendo dieta como mucho más, me siento mucho mejor, estoy menos cansada, tengo ganas de hacer muchas cosas, y además estoy perdiendo peso.

Ya os conté que aprobé la oposición, pues como además quedé la primera-quien me lo iba decir a mí hace unos meses, ja, ja- pude elegir la plaza que más me gustaba y la semana pasada firmé el cese de mi antigua plaza –sniffs, qué penica me dio- y la toma de posesión de la nueva.

Y para prepararme para todo el trabajo que se me viene encima me he tomado esta semana de vacaciones gracias a unos días libres que me quedaban del año pasado. Ahora mismo estoy sentada al sol detrás de los ventanales de la terraza de mi casa, mientras el viento aulla y las nubes pasan -algo parecido a la foto de arriba-… todo un lujo para mí en un día “laborable”.

Para que veáis que estoy volviendo, poco a poco, a mis viejas costumbres, estas son mis últimas compras de lana; cuatro ovillos de lana de Merino Sport de Mundial, y dos también 100% de Genciana de Ornaghi, y un tricotin que conseguí en Abacus. El Merino Sport es supergradable de trabajar, muy suave, y tiene muy buen precio -2,80 EUR por ovillo-; la lana roja la estoy utilizando para tejer un gorro para mis viajes matutinos en bici, porque que os voy a contar a much@s del frío que ha hecho estas últimas semanas, y con la morada estoy experimentando con la Hot Cross Slouch Beret del Interweave Crochet de invierno de 2007.

Con dos ovillos de Colonia 140 de Handpaintedyarn en color Geoda estoy tejiendo esta bufanda. Después de hacer muchas pruebas he elegido algo muy simple a punto bobo, porque la lana y el color ya lo dicen todo, y eso que las fotos le restan muchísimos matices a esta lana.

Ahora os dejo con una foto de Blanquito, que está muy bien –aunque muy mayorote-, y con la promesa de postear más a menudo.

Tiempo libre

Esto de tener tiempo libre es lo mejor, sobretodo sabiendo que he pasado todos los exámenes, y que, aunque ahora estamos "concurseando", estoy dentro y hasta podré elegir plaza. Así que ahora "estudio" otras cosas:

• Cuánta cantidad de lana soy capaz de comprar en menos de un cuarto de hora.

• Cuál es el mejor método para hacer unos mitones.

• Cuántas horas le echa al sueño Blanquito.

• Qué bien se está en el campo viendo atardecer.

Y otras tonterías sin mucha importancia que yo ahora aprecio mucho.

Sobre el estudio de los mitones, entre los Knucks y mi patrón de toda la vida, tras tres intentos ha ganado mi patrón de siempre, y este es el resultado. Se me pelan un poco de frio los dedos cuando voy en bici, pero así me aseguro de que freno.

Se acabó – Primera parte

Se acabó el suplicio, ahora solo falta que salgan las notas.

He cambiado esto:

Por esto:

He ganado en el cambio, no?

Se acabaron las vacaciones

Esta mañana he ido a cantarle mis temas al tribunal, con la suerte de ser la penúltima, y tener que estar cinco horas esperando entre histéricos, así que estoy muertita.

Los últimos quince días de septiembre los pasamos en casa de unos amigos que se fueron de viaje y nos dejaron al cuidado de sus besti@s. Yo no he hecho nada más que estudiar, pero era un gusto tener este paisaje al alcance de los ojos.

De las dos bestias que teníamos que cuidar una era gata. Tardó como una semana en acercarse a nosotros –Blanco y ella no se llevan nada bien- y entonces empezó el imperio del terror gatuno.

No hemos tenido nunca gato, y eso de que un bicho que araña y muerde se suba a tu cama en plena oscuridad nos tenía bastante inquietos –por no decir acojonaos-. Ella se ha aprovechado y ha hecho lo que le ha dado la gana con nosotros, porque con sacar un poco las zarpas sus deseos eran órdenes.

Entre otras cosas, Conchita decidía cuando tenía que estudiar y cuando no.

Al final ha resultado ser muy mimosa, aunque con carácter, y la he echado mucho de menos.

Yo ya sabía a que iba –a estudiar y estudiar día y noche-, pero por lo menos al final se lo han pasado todos muy bien, sino mirad la cara de demonio que lleva Blanquito.

A la vuelta a casa me esperaba la llegada de un importante alijo, así que después estar una temporadita sin coger una aguja ahora tengo para vengarme, ja, ja.

Viejas costumbres

Desde hacia unos meses no salíamos ningún lunes al campo, pero este hemos hecho una escapadita para tomar un poco el fresco.

Blanco este verano está especialmente “achicharrao”, hay noches que no duerme mucho, ni siquiera en la terraza. Con alejarse solo un poco de la ciudad hay que ver cómo cambian las temperaturas, el aire y todo.

Y si hay riachuelos mucho mejor.

De paso pudimos ver alguna bestia “salvaje”, como esta ardilla.

Y un sapo.

Ya que estoy, y como Pilar se queja de que me prodigo poco, os enseño la chaquetita del otro día ya acabada.

Esta hecha a ganchillo, en algodón 100% del nº 8, en color crudo, comprado al peso en una de las plazas más típicas del centro de la ciudad.

Es un material superagradable, natural, de una empresa de un pueblo cercano, y es el que se ha utilizado por aquí toda la vida para tejer ropa para niños, medias, ropa interior, rebecas… de verano. Solo lo tienen en blanco y en crudo, y en tres grosores, pero estoy pensando que igual el color crudo -que no lleva tratamiento blanqueante- se puede teñir con algún tinte vegetal. Además tiene muy buen precio.

El patrón está sacado de un libro japones –Organic Baby Knits 0-24 months, Let’s knit series-, y solo he modificado un poco la forma de la manga.

En otras cosas

Estos últimos días me he dedicado a pasear y a leer, así que he tejido poco. Tengo la vista chamuscaílla de tanto ordenata, los días se alargan, me apetece tomar más el aire, y estoy cansada de tanto sofá.

Además, Blanquito lleva una temporada activa de novias, así que se escapa a la mínima oportunidad, y yo tengo que ir al rescate. Hasta le he tenido que escribir una especie de romance de ciego -explicando que no está perdido, ni abandonado, ni maltratado, sino que está rondando a fulanita en la calle tal y numero cual, y que dentro de un rato sus dueños irán a buscarlo- y colgársela del cuello en una vieja acreditación de congreso.

Aquí debe de estar soñando con alguna de sus “amigas”.

Aún así, he tenido tiempo de comprar lana de colores para futuros proyectos.

Me han llegado dos libros, y he conseguido el Marie Claire Idées de primavera.

El libro Kristin knits de Kristin Nicholas es una pasada, con mucho color y mucha imaginación. Y tiene un “knit- a- long” y un grupo en Ravelry.

Y he comprado algunas lanas y agujas para calcetines en Ewa’s Sockenwolle.

Estas agujas de Knitpicks son curiosas, porque van seis en cada juego, así si se “despista” alguna –cosa que a mí me suele suceder- hay una más para seguir tejiendo. Y tienen 15 cm que es la medida que me resulta más cómoda para tejer calcetines. Los marcadores con forma de corazón y la mano vinieron de regalo, junto con unas gominolas que ya no existen.

Ahora espero encontrar inspiración para empezar los Swapetines.