Mostrando entradas con la etiqueta vampiros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vampiros. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de agosto de 2011

PUBLICIDAD



—Sí, ¿oiga? Llamo por lo del anuncio.

—Buenas noches. ¿Sería tan amable de decirme en qué medio lo vio? ¿Prensa, televisión, tal vez?

—Er..., sí, fue en un papel, por la calle. Una de esas octavillas.

—¿Y en qué ciudad, si es tan amable?

—¿Es necesario? Bueno, sí, claro: supongo que sí, ¡qué tontería! En Madrid. La recogí del suelo hará unos diez días. Llamo porque quiero hacerlo.

—¿Diez días? No ha tardado mucho.

—No, bueno... Pero estoy decidido. Lo he pensado bien y estoy decidido. En realidad esto es lo que quería desde siempre. Cuando vi el anuncio lo tuve claro. No tenía ni idea de que se podía, ya sabe, hacer algo así. Lo tengo claro.

—Puedo resolver cualquier duda que tenga en este momento, si lo desea.

—No tengo dudas, de verdad. Es lo que quiero hacer.

—¿Sabe que tendría que renunciar a vivir en su ciudad?

—He visitado su página web y me he informado bien de todo. Lo de la luz, la comida y todo eso. De verdad, estoy interesado en seguir adelante. He reflexionado mucho. No tengo familia, ¿sabe? Ya sé que debo irme, renunciar a los amigos...

—Perfecto. Aún así, permítame que le explique el procedimiento: en primer lugar, voy a hacerle un cuestionario, que estudiaremos en profundidad. En caso de que su perfil sea el idóneo, le llamaríamos para una primera entrevista. Una vez superada ésta...

—¿El perfil idóneo? ¿Es que hay muchos candidatos? No creo.

—...Le decía que, una vez superada, le citaríamos para un segundo encuentro, ya con su Encargado. Si todo va bien, esa entrevista podría ser definitiva.

—Entiendo.

—¿Podría responderme a unas preguntas, por favor? ¿Seguimos adelante, entonces?

—Adelante, claro, sí. Pero, un momento: ¿cuánto tiempo duraría todo el proceso de selección? Me refiero... ¿semanas? ¿Meses?

—Eso es muy variable, depende de cada Encargado.

—Bueno, en mi caso no creo que tarden mucho, de verdad creo soy perfecto para..., que encajo. No tardarán mucho en aceptarme.

—De todos modos, con una decisión tan firme, acaso el tiempo ya sería lo de menos, ¿no cree?



miércoles, 8 de junio de 2011

FRUTA DE TEMPORADA

Hoy te he vuelto a ver. Ha pasado el tiempo. Qué mala suerte. Quedarme sin mordisco, quedarme con las ganas. Puede que todo lo que tuviera para ti fuera sombra. Palabras para susurrarlas a las rendijas de las persianas, para dejarlas suspendidas del aire, como el polvo que se cuela a través de ellas y permanece suspendido en la luz. Quedarme sin bailar en el salón de tus espejos. El baile más antiguo. Quizá no era más que eso, la esclavitud de la química, o el polvo que se posa sobre las sábanas que cubren los muebles de esta villa. Algo más fuerte que la sangre, que el amor.

Habría sido yo quien te hubiera hecho daño. Lo sé. Soñarías con mis pasos tras la puerta y de pronto serían pesadilla. Mis ojos. Pero no me dejaste entrar. Por eso tuve que marcharme. Servidumbres de vampiros. Desaparecer para siempre. Fue doloroso, tener sed y renunciar a ti, que eras fruta fresca.

Habría sido grandioso. Créeme. Abrir las ventanas al amanecer, sacudir las sábanas al viento, inmunes al tiempo, al sol. De la mano. Inmunes, vivos, muertos. Bailar para siempre en salones vacíos, reírnos de los espejos. Disponer de toda la eternidad para fabricar recuerdos.

Hoy he visto dónde va la fruta al final de la temporada. Qué mala suerte.