Llevo un buen rato calentando dedos, escribiendo tonterías. Las fiestas han sido largas y espesas y una pierde las costumbres, incluso las buenas. O quizá esas se vayan las primeras. Hice buenos propósitos para el año nuevo. Vivir mejor. Seguir siendo tan coherente como pueda. Coger a algunos de mis toros por los cuernos.
He conseguido ponerme a dieta.Poco más.
Los días me huelen a humedad. Es un invierno raro. De cambios.
Me toca mucho las narices la impermanencia. Pero menos mal que todo acaba.
Más difícil es entender y aceptar que nada es lo que parece. Ni hábitos, ni monjes. Y que está bien así. Que todo esta bien, aunque no se comprenda.
Miro hacia dentro y sonrío. Cierro los ojos, respiro.
Vuelvo a casa.
Feliz 2012 a todos.